martes, 6 de noviembre de 2012

LA TONTUNA EMOCIONAL


Viene a decir Daniel Goleman en su libro ‘Inteligencia emocional’ que la adaptación al entorno es la mejor forma de inteligencia. La tesis de tan ilustre  pensador ha sido aceptada a todos los niveles como un hallazgo relevante sobre los comportamientos humanos. Otros muchos estudiosos de la psique humana y la voluntad han coincidido en que muchas veces los que se testan como  más inteligentes  no garantizan resultados en la vida igual de brillantes. Por eso, Colleman, acertaba analizando la realidad asegurando que es más inteligente quien sabe ser junco, que no veleta, que quien se empeña en combatir a todos los vientos, por mucha capacidad que éste tenga.

Mourinho

Viene a colación lo anterior por la lucha sin cuartel que tiene Mourinho tratando de rehacer al Madrid a su imagen y semejanza contra todo  y contra todos, teniendo sólo en cuenta a sus paniaguados y a quien se lo consiente. En lugar de adaptarse al mejor equipo del siglo XX y aportar lo que mejor sepa o pueda para agrandar su incomparable trayectoria  pretende perpetrar lo contrario. Que el Real se adapte a él dándole todo lo que pueda para su mayor gloria personal. Claro que mientras se lo consienta D. Tancredo, un soberbio irredento, empedernido y recalcitrante como él no cejará en su estéril empeño. Seguramente, en la psiquiatría encontraríamos muchas de sus características estudiando el fenómeno patológico del narcisismo más galopante.

Ahora la ha tomado con la cantera. ¿Por qué?, pues porque desde diversos foros le dicen la realidad en su cara: que él jamás ha sacado de verdad a ningún canterano por ninguno de los equipos donde ha estado. Y eso, que podría defenderlo desde su exitosa carrera porque en el fútbol como en tantas cosas todo es cuestión de opciones, casi todas ellas válidas, le toca su fibra egocéntrica y trata de evangelizar descalificando a quien no le baila el agua. Su opción es la mercenaria, como la de tantos otros, y ésa puede ser tan buena como las demás según cada equipo y sus circunstancias. A otros nos gusta más la contraria, máxime en un equipo como el Madrid con  casi todos los chavales de cualquier sitio de España a su disposición, además de los suyos propios, como ha ocurrido a lo largo de la historia. Nos apasiona, en definitiva, ver cómo cuaja en gran futbolista un juvenil, o casi, cuando algún valiente le da oportunidades. De ahí el éxito en todo tipo de audiencias y cantidad de seguidores recientes en España y en el mundo de un equipo como el Barsa, en el que durante los cuatro años de Guardiola, sobre todo,  era raro el partido en el que no descubrías un nuevo valor joven apretando y superando a muchas vacas sagradas futbolísticas. Y, además, cómo aquéllos a quienes le daba oportunidades un partido sí y otro también iban creciendo hasta ganarlo todo en su club y con nuestra selección. Y eso, diga lo que diga el ínclito portugués, tiene deportiva, humana e inteligentemente, sin discusión posible, muchísimo más valor que hacer un equipo campeón  a base de talonario y jugadores ya contrastados en sus clubes de origen. Eso lo hace cualquier profesional con los conocimientos básicos necesarios y un club rico a su disposición, porque el cuento de ahormar egos en el vestuario de un club como el del  Madrid se acaban ante la evidencia del prestigio deportivo de vestir esa camiseta y con las astronómicas cifras que cobran por cualquier triunfo. No digamos nada sobre cualquier campeonato. Ante esta verdad hay quien recuerda la mediocre etapa anterior de D. Florentino, sin reparar en que aquella huida ante el ingobernable vestuario blanco de entonces la propició él mismo, como luego reconoció, por su nefasto compadreo con las figuras más destacadas.  

Si el Sr. Pérez, otro narcisista de pro,  no hubiese querido reinventar también el Madrid a mayor gloria propia, siguiendo con los mimbres de la casa que se encontró, Del Bosque por ejemplo, otro gallo le hubiese cantado. Pero claro, eso si presidiera con criterios futbolísticos y no con los puramente interesados  por las causas personales y empresariales que también hemos reiterado tantas veces.

Concluyendo, que antes fueron los árbitros, los ‘valdanos’, la prensa, la UEFA, la RFEF, los técnicos rivales, futbolistas, ‘anti madridistas camuflados’ o el de la moto.  Ahora es Toril – técnico del filial-  y mañana cualquiera. Mourinho,  ‘su Madrid’ y sus forofos contra el mundo. Ejemplo de una tontuna emocional de libro. 

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