sábado, 28 de abril de 2012

HASTA LUEGO, SEÑOR GUARDIOLA

Envié desde Canadá, donde me encuentro presentando mi poemario “Luces de Plegaria”, una columna que titulaba ‘El mal fario, la mediocridad y lo impresentable’, cuando estalla la noticia de la marcha de Guardiola. Hacía alusión al año ‘en que no tocaba’, según palabras del laureadísimo técnico del Barsa tras la semifinal frente al Chelsea, en clara referencia al mal fario que llevan los blaugranas de lesiones y enfermedades. Ni una lagrimilla por la mala fortuna que les apeó con injusticia de la Champions siendo claramente superiores a los ingleses ni, por supuesto, queja alguna por el poco acierto de sus hombres clave. Pep, un señor, como siempre ha sido.

Me refería también a la mediocridad con que Mourinho encaró el partido frente al Bayern echando al Madrid para atrás tras el dos a cero, con un expresivo gesto a Casillas y Alonso, en lugar de celebrarlo. Y, claro, la ramplonería le llevó a caer justamente eliminado porque, añadía, lleva las riendas de los blancos como el jinete al que le dan un pura sangre y se empeña en montarlo cuan mula roma ‘cocera’. Hay que decir, también, que ganará la liga merecidamente.

Finalmente aludía a las impresentables declaraciones de Joan Gaspart en las que decía que “me importa una mierda lo que haga el Madrid, ni equipo español ni leches…”, siendo, entre otros cargos, vicepresidente de la RFEF. Y señalaba que sus máximos responsables deberían cesarlo de inmediato salvo que tengan más desvergüenza que él.

Pero ahora mismo, la marcha de Guardiola es lo más relevante. Y lo es porque con el de Santpedor se marcha el técnico español más laureado en menos años en toda la historia, y todo un señor del fútbol que ha llevado a su equipo a ocupar un puesto entre las leyendas del fútbol mundial. Y, además, poniendo en valor los esquemas de la cultura futbolística de la cantera barcelonista. Si los entrenadores se midieran por el valor económico añadido que suman a sus jugadores habría pocos que podrían ni siquiera acercársele. En España podríamos encontrar a Di Stéfano, cuando tuvo los redaños de hacer titulares del Madrid a los jovencísimos integrantes de ‘la quinta del Buitre’; aunque nunca llegaron a los éxitos futbolísticos de los chicos de Guardiola.

Pero en el fútbol no todo es fútbol; hay mucho más. Como fenómeno social tiene tal relevancia que desborda su mera perspectiva de altísima competición: docenas de millones de seguidores a diario en todo el mundo, muchos de ellos niños y adolescentes. Se convierte, pues, en una referencia de comportamiento y en un espejo imprescindible para millones de

jóvenes; en una escuela de vida, en definitiva. Y sus protagonistas son iconos a emular también por los menos jóvenes. Si las figuras preminentes del fútbol tuvieran comportamientos educados, elegantes y respetuosos, aun dentro de la garra y de la competitividad que le son tan indisociables como imprescindibles y necesarios, que lo uno no está reñido con lo otro, generarían un movimiento espontáneo en ese mismo comportamiento civilizado de tal magnitud que evitarían muchos de los sucesos reprobables que tan a menudo se ven entre aficionados. Y no sólo eso, sino que en ese caso sí que podríamos decir que el fútbol de alta competición sería un espectáculo saludable y beneficioso para la sociedad. Desgraciadamente todavía dista mucho de ser así. Sólo hay que ver en qué degeneran muchas celebraciones o fracasos.

Guardiola tuvo y atesora los valores a los que antes me he referido: carácter, valor, competitividad, garra, elegancia, educación, respeto e inteligencia en el triunfo y en el fracaso, como diría Kipling.

En la derrota, sufrimiento y deportividad. En el triunfo, alegría y respeto. Y siempre, valentía, educación y elegancia; sus claves.

Le hemos visto sufrir con España en Eurocopas y Mundiales. También la alegría de ganar un oro Olímpico. Ha dicho que el Madrid es el mejor equipo de la historia y que Raúl ha sido el jugador más importante de España. Lo ha ganado todo con el Barsa y nunca se le oyó petulancia alguna: “los buenos son los jugadores”. Y cuando ha perdido: “van delante porque han sido mejores”, o “este año no tocaba”.

Se ha ido un grande, como señala la prensa mundial; ojalá que sea sólo un hasta luego. Por cierto, ¡qué gran seleccionador nacional español sería en su momento! La actual campeona del Mundo, y su técnico, tienen un sello al que Guardiola no es ajeno.

El futuro sería alegre esperanza.

jueves, 26 de abril de 2012

EL MAL FARIO, LA MEDIOCRIDAD Y LO IMPRESENTABLE

En el fútbol la suerte también juega, y al Barsa le faltó en su eliminatoria frente al Chelsea. Y no sólo ha sido en ese partido; el mal fario le ha acompañado casi todo el año. Guardiola estuvo acertado, además de elegante como siempre, cuando dijo que este año no tocaba. Señaló lo evidente. Recordemos la ristra de lesiones y enfermedades: Villa, Affelay, Abidal, Pedro, Iniesta, Piqué, Alexis y con Xavi y Pujol entre algodones. El colmo fue frente al Chelsea: dos palos y media docena de fallos ante el gol increíbles, penalti incluido; aunque los errores no son mala suerte.

Así ha sido el año del Barsa. Por contra ha subido y descubierto para el gran fútbol a tres grandes jugadores de la cantera: Thiago, Cuenca y Tello. Muchos considerarán esta temporada un fracaso, pero eso es discutible. Si al final gana la Copa del Rey, cosa muy probable, Guardiola habrá salvado los muebles manteniendo intacta la imagen de ser el equipo que mejor juega del mundo. Y la del club, sin perder en ningún momento los papeles. Y estas cosas, en un equipo acostumbrado a ganarlo todo en los últimos tres años, no son baladíes. Menos aún cuando ha tenido enfrente a su máximo rival apretándole las tuercas y disputándole los laureles hasta el punto de ganarle merecidamente la Liga. Rival, que ni el año pasado ni éste ha sido un dechado de deportividad, sino un continuo provocador por la acostumbrada falta de prudencia y elegancia de su primer técnico. El año acabará con la Supercopa para el Barsa y - ¡lagarto, lagarto!, pensarán todavía bastantes aficionados de ambos equipos- seguramente también la Copa de esta temporada; y la Liga para el Madrid.

En cuanto a la mediocridad, Mourinho sacó a relucir en el partido de vuelta frente al Bayern su condición de técnico ramplón para el Real. Y afirmo lo anterior porque tuvo un gesto que lo retrata manifiestamente cuando tras el dos a cero, en lugar de celebrarlo, se volvió como un poseso hacia Casillas y Alonso y les dijo que ‘piano, piano’. Y ahí se acabó el buen partido que el Real estaba haciendo hasta ese momento. El portugués echó el equipo hacia atrás y ya sólo existieron los alemanes; con veinte minutos de buen juego se conformó. Merecida derrota de los blancos por culpa inequívoca de su técnico. Sólo hay que recordar que los muniqueses tuvieron tras ese primer cuarto de partido tres o cuatro claras ocasiones de gol, aparte del penalti, por ninguna del Madrid, que, encerrado en su campo, se limitaba a pegar ‘patadones’ hacia adelante para ver, como le gusta al luso en los partidos importantes, si enganchaban alguna Cristiano o Benzemá. Definitivamente, siga o no, gane algo más o no, este hombre ha demostrado suficientemente su escaso perfil para un equipo con el ‘plantillón’ que tienen los blancos. En los momentos clave lo dirige como el que monta a

un pura sangre como si llevara una mula ‘cocera’, por roma y ‘pregoná’. Y eso sin contar con la nefasta influencia que ha tenido para la actual imagen del Real Madrid, que antes de él ya salía a casi un título por temporada – sobre todo hasta la llegada del Sr. Pérez, que ésa es otra -, con algunos comportamientos rayanos en lo barriobajero. Y cuando no, en lo plañidero, con sus continuas quejas y excusas de mal perdedor. ¡Oiga! ¡ que está Ud. en el Madrid!

Y, finalmente, llegamos a lo impresentable. Lo de Joan Gaspart no tiene ningún calificativo amable. Que muchos forofos se expresen como él entra dentro de lo normal en el mundo del fútbol, pero que un tío que ha sido presidente del Barsa, y que es vicepresidente actual de la Federación Española de Fútbol y directivo de Asociaciones Empresariales vinculadas a la españolísima CEOE, diga en un programa de radio que “ni equipos españoles ni mierdas, que a él se la sopla lo que haga el Madrid”- prácticamente literal- es para echarlo inmediatamente de cuantos puestos ocupe en cualquier organización española. Y los máximos dirigentes de estas instituciones tendrán menos vergüenza que él si no le exigen la dimisión inmediata, o le expulsan ipso facto.

Como presidente fue malísimo y llorica, como ‘ex’ se ha superado. ¡Vaya ejemplo para los menores aficionados!

Ya me parecía que por ‘su estampa’ parece que va siempre oliendo a caca de gato. Pero debe ser la suya.

viernes, 20 de abril de 2012

PARA LAS CUESTAS ARRIBA QUIERO YO MI BURRA…..

Con las semifinales de la Copa de Europa llegaron las dudas, y en ellas están quienes prefieren desconocer que el fútbol es simplemente un juego donde el azar es decisivo. Y, también, quienes no alcanzan a comprender que los futbolistas no son máquinas y alguna vez las piernas o la cabeza no funcionan igual.

Hay otros factores que también condicionan, como cualquier decisión arbitral imprevista o el planteamiento del técnico de turno. El Madrid y el Barsa han vivido en sus carnes a lo largo de su luenga historia muchas de esas vicisitudes. Por eso no entiendo a Mourinho cuando tiene el cuajo, y algo más, afirmando que Guardiola sabe cómo ha ganado algunas eliminatorias en la máxima competición continental entre clubes. ¿ Acaso olvida él cómo eliminó al Barsa con el Inter con un gol, el tercero de Milito en San Siro, en clamoroso fuera de juego? Debería ser más prudente como profesional que es, aunque quizás el Señor no lo llamó por ese camino, y recordar, además, que en el partido de vuelta, con Eto’o de lateral izquierdo, se le aparecieron todos los santos del cielo en un partido que debió perder por goleada.

Algo así le ha sucedido este año al Barsa en Londres: un partido que debió ganar por varios goles se le tornó en un resultado inquietante. Pero claro, aún no he escuchado a Guardiola acordarse de la mala suerte para justificar el desaguisado. Me parece que es perfectamente consciente de que el desacierto de sus jugadores ante la meta contraria, en la hora de la verdad del fútbol, fue la causa determinante de que no se trajera la eliminatoria resuelta. Nada, por otro lado, que no se pueda remediar en el Nou Camp en la vuelta.

Y al Madrid le ocurrieron otras cosas. Quizás la actitud de sus jugadores no fue la idónea, aparte de que el Bayern tiene peligro arriba, pero sólo arriba. Y tal vez, también, Mourinho no estuvo fino en los cambios. Ha sido muy criticado por no alinear a Marcelo de inicio, pero tampoco creo que eso fuera determinante. Lo que de verdad no supo hacer fue leer el partido, en mi modesta opinión. Los alemanes tienen dos extremos peligrosos y un tronco arriba que las remata casi todas, aparte de un buen portero, pero poco más. Un equipo sin medio campo apreciable es vulnerable si le ganas ahí la partida, pero los madridistas se dedicaron a pegar pelotazos para el campo contrario esperando que Cristiano o Benzemá controlaran alguna. No es normal, salvo por lo anterior, que el Real actual en el que su divisa es el peligro en sus delanteros, sólo tuviera dos ocasiones de gol en todo el partido: el que metieron, por un clamoroso fallo anterior de Cristiano y de

los defensas teutones; y otro del francés que no entró por una gran intervención de Neuer. A mi parecer, si el luso se percata antes de la situación y saca a un par de jugones, que los tiene, en el medio campo al inicio de la segunda mitad se hubiera traído un buen resultado.

Lo del Barsa fue distinto. Si Alexis y Cesc, principalmente, hubieran estado acertados lo normal hubiera sido un uno a tres o cuatro tranquilamente. Los de Guardiola tuvieron el balón ¡casi un 80 %!

A la vuelta lo venden tinto, que decía nuestro clásico aforismo, y en los segundos partidos nuestros dos equipos tendrán la oportunidad de dejar las cosas en su sitio. Me preocupa más el Madrid, curiosamente, porque los alemanes a la contra pueden ser muy peligrosos y a los blancos le están haciendo goles con facilidad en el Bernabéu. Lo del Barsa lo tengo más claro, pues los milagros rara vez se repiten y supongo que los ingleses saldrán igual. De ésta no alean.

Pero en definitiva, como tantas veces se ha repetido en el fútbol, los grandes jugadores son para las grandes ocasiones, y es de esperar que los dos mejores futbolistas del mundo, que dicen por ahí, tiren de orgullo y marquen un par de goles por barba. De todos modos me fío más de los Xavi, Iniesta, Pujol y compañía que de los acompañantes de Casillas, Ramos y Alonso. Y, además, no creo que Mourinho quiera inventar otra vez en casa. Que ésa es otra. Guardiola, por el contrario, juega siempre igual porque se fía de su gente y, fundamentalmente, de sí mismo.

domingo, 15 de abril de 2012

CUATRO HOMBRES PARA LA HISTORIA, Y UNO CLAVE

Cuando se analicen estos años de fútbol y de la Liga española se hablará necesariamente de dos técnicos: Mourinho y Guardiola, y de dos futbolistas: Messi y Cristiano. Junto a ellos aparecerán otros tan importantes como pálidos a su vera. Es verdad que han convivido con la mejor pléyade de jugadores españoles de la historia: Xavi, Iniesta, Casillas, Ramos, Pujol, Alonso, Villa, Silva, Cesc, Piqué, Torres y algunos más, que han hecho a España campeona de Europa y del Mundo, con dos técnicos españoles, Luis Y Del Bosque, que, así mismo, conformarán la nube más laureada del fútbol español junto con aquella más lejana del 64 de Villalonga y sus muchachos: Suárez, Amancio, Zoco, Fusté, Olivella, Iríbar, Pereda, Marcelino, Lapetra, Rivilla y Reija, y otros también. Entonces era leyenda, y lo sigue siendo, Gento, que había ganado cinco copas de Europa y que dos años más tarde ganaría la sexta al frente del Madrid ‘ye-ye’. Igual que ahora es también gloria en activo Raúl, aunque no haya figurado tampoco entre los campeones.

Pero las páginas más gloriosas de nuestro fútbol a nivel mundial se están escribiendo ahora: los dos indiscutibles mejores futbolistas del mundo, los dos mejores equipos mundiales, con diferencia, y la selección que mejor fútbol hace, también por aclamación y objeto de deseo general, y que invariablemente ocupa el primer lugar del ranking mundial.

¿Y qué ha ocurrido para eso? Pues que un técnico, Luis Aragonés, se dio cuenta de que el fútbol español tenía que expresarse en el campo como de verdad era: exquisitamente técnico con el balón, generoso en el esfuerzo e inteligente para saber jugar sus bazas, olvidándose de la tan manoseada ‘furia española’ que hasta ese momento era el funesto banderín de enganche. Después le siguió otro técnico, D. Vicente, que no sólo apostó por lo mismo sino que lo mejoró con otras variantes en el mismo sentido.

Y que un club, el Barsa, se la jugó con un Guardiola jovencísimo y con la sola experiencia de haber entrenado en Tercera, que ha ganado todo lo ganable en menos de cuatro años apostando sin dudas por el estilo de juego de su cantera y ha llevado a su equipo a ser la envidia futbolística del mundo. En este asunto tuvo un papel destacado un presidente como Laporta, nefasto en todo lo demás, muy bien asesorado por D. Johan, el icono por excelencia del barcelonismo. Igual que en el tema de la selección nacional la gloria le cabe al incombustible Villar, que parece ‘singularmente corto’ pero ha demostrado mucha sapiencia balompédica; igualmente bien asistido de otro figurón: Fernando Hierro.

Y, enfrente, el Real Madrid ha contado con la ambición sin límites de D. Florentino que, otras cuitas al margen, tuvo el acierto de refrendar el fichaje de Cristiano por su antecesor, el inefable Calderón, y el de fichar a Pellegrini, a quien no se le ha hecho justicia en el club, y después entregar las riendas a Mourinho por aquello de intentar acabar con la hegemonía blaugrana, y que en ello sigue.

En resumen, que tenemos al mejor rematador de todos los tiempos: Cristiano Ronaldo, tan gran profesional como sobrado de más; a Lionel Messi, que va camino de convertirse en el mejor delantero de la historia, al tiempo que tan excepcional goleador como el anterior aunque de más elaboración, y a dos técnicos que merecen comentario aparte.

Mourinho es el ‘enfant terrible’ del fútbol mundial. Coleccionista de títulos, provocador, egocéntrico, manipulador, irascible, motivador rayano en lo histérico, y técnico de éxito seguro allá por donde va. Parece que, sin embargo, con su gente es otra cosa, ojalá sea así, pero su imagen pública sufre el deterioro lógico que produce su afectada puesta en escena.

Y Guardiola, el fabricante de sueños. Fuerte de carácter pero educado, prudente, intimista y respetuoso, Y digo sueños porque lo fácil es tirar de cartera; lo verdaderamente ensoñador es fabricar grandes jugadores, y él no ha parado de hacerlo desde que llegó: Busquet, Pedrito, Piqué, Thiago, Cuenca, Tello y Montoya, más los que vienen, sin olvidar que ha sacado lo mejor de los Xavi, Iniesta, Valdés y Cesc, aparte de encumbrar a otros como Alves o Mascherano y de convertir a Messi en el mejor del mundo dándole libertad y apartándole lo que estorbara.

El futuro de Guardiola es tan imprevisible como seguramente brillante. Pero ahora es, y sin duda será, un hombre clave del fútbol español.

viernes, 6 de abril de 2012

TERNURA, Y DOS PARTIDOS PARA UNA LIGA

Confieso que algunos amigos me producen ternura hablando de fútbol. Me refiero a la lucha interna que sufren entre el excelente juego del Barsa y su ‘catalanitis’. Y ahí entran tanto los madridistas confesos, y españolistas ante todo, como los culés avergonzados por las aptitudes de algunos dirigentes catalanes contra España y sus símbolos, secundados por una masa, simplona como todas, entontecida por aquellos. El jueves asistimos al gran espectáculo de S. Mamés con la mayor parte de los seguidores vascos homenajearon a Raúl aplaudiéndole con elegancia y generosidad en reconocimiento a tantos años como gran jugador, y nadie creo que dude de su españolidad. También hubo algunos que le insultaron a él y a España. Pero es que, imbéciles hay en todos sitios.

Y hablo de ternura porque escuchar a murcianos o cartageneros defender con tanto ardor a España, cuando hemos sido el culo del mundo siempre para casi todos sus dirigentes deportivos y políticos, habla mucho de nuestra bonhomía. Como muestra, dos botones. Deportivamente, el Murcia fue al único club español que bajaron a 2ª B por no hacerse S.A.D., con Rubalcaba de ministro responsable por cierto. Y, si hablamos sólo de política, salvo un gobierno de Franco con Silva Muñoz a la cabeza haciendo el Trasvase Tajo-Segura, ningún otro dirigente nacional ha hecho nunca nada singular por nuestra Región. Recordemos que la autopista del Mediterráneo se paró muchos años en Alicante; que ahora nos cuentan que el AVE por Alicante llegará en algún lustro; y que al todavía non nato aeropuerto le han puesto zancadillas políticos de todos los colores. Y como nos descuidemos nos quedamos también sin agua gracias a regiones tan españolas como las dos Castillas, Madrid o Aragón; recordemos el fallido proyecto del triple trasvase de Borrell o el más reciente del Ebro –‘hijoputadas’ de Zapatero y Caroll Rovira aparte-. Señalo lo anterior, justamente, porque creo que nunca deberíamos mezclar el fútbol y la política.

Hablando de los descerebrados dirigentes políticos y deportivos que han exacerbado sus sueños separatistas antiespañoles mezclando el fútbol y la política, hay que darle la razón a Florentino Pérez cuando se ha negado a que una masa informe y cobarde, como todas, aprovechen la final de Copa del Rey para insultar a España y a sus símbolos en el Bernabéu. Se puede decir que eso es entrar en el juego de aquellos, pero, seguramente, si en otras cosas se fuera tan firme como el presidente blanco nos ahorraríamos muchos espectáculos deleznables. Por ejemplo: ¿alguien se imagina una liga catalana con el Barsa y el Español jugando contra el Manlleu, Hospitalet, Manresa o Reus Deportivo; ¿y una vasca con el Bilbao o la

Real haciéndolo contra el Indauchu, Baracaldo, Sestao o Real Unión de Irún? Pues ellos tampoco. Justamente eso es lo que habría que responderles, animándoles, cuando piden selecciones nacionales. Entonces veríamos cómo la negativa vendría de los mismos clubes que ahora defienden con la boca chica planteamientos por el estilo. Ni jugadores de élite, ni televisiones, ni grandes presupuestos y estadios, ni docenas de miles de socios, etc. En estos temas, como en otros, habría que poner antes la inteligencia y la firmeza que el rancio, por otra parte, nacionalismo español. Luego, enarbolan el victimismo y se aprovechan de la tan detestada España y de todos nosotros.

Dejando este casposo tema, estamos en la recta final de la Liga y la incertidumbre acecha al Madrid y al Barsa. Los blancos tienen una notable ventaja porque han sido mejores hasta ahora, pero salvo sorpresas hay dos partidos que van a marcar el desenlace. Uno es la visita del Real al Calderón y otro el encuentro del Nou Camp. Si los de Mourinho salvan el primer envite aunque sólo sea con un empate será muy difícil que pierdan el título. Y si ocurre lo peor tampoco está tan claro que el Barsa lo vaya a tener fácil. El Madrid actual es un equipo temible porque tiene una capacidad realizadora que no recuerdo en la historia del fútbol español. Por el contrario, el Barsa es más fiable en cuanto al juego de conjunto. Son, sin duda, los dos mejores equipos del mundo, con el gran mérito para los azulgranas de que se basan en la cantera y sus rivales en la cartera. Es cuestión de criterio y gustos.

Disfrutemos de nuestra Liga y del gran momento de nuestro fútbol a todos los niveles. Algún día lo echaremos de menos.

domingo, 1 de abril de 2012

EL PRODUCTO NACIONAL Y VÍSPERAS DE LUTO

Qué ganas tenía de ver al Madrid vestido de producto nacional. Ha tenido que ser en un campo cuesta arriba para los visitantes, el antiguo Sadar de Pamplona, donde Mourinho se haya caído de su abigarrado guindo foráneo alineando a seis españoles para dar un golpe casi definitivo a la Liga. Y ahora, cuando seguramente le lloverán los elogios, es cuando me inclino por alinearme entre los que creen que es un técnico para equipos pequeños, como dice mi contertulio Carlos Peñalver, o directamente un mal entrenador, que diría el ex colegiado y amigo Ángel García. La clave de esta cuestión está en la siguiente pregunta que nos hacemos muchos: ¿es que con estos jugadores no se podría haber ganado claramente en Villareal? Y no sólo ésa, sino esta otra: ¿Esos jugadores: los Casillas, Arbeloa, Ramos, Albiol, Alonso y Granero, hubieran dado el humillante espectáculo futbolístico y extra deportivo que dieron los blancos por tierras castellonenses y por tantos otros campos? A buen seguro que no. Ítem más: ¿tan corto de entendederas es el técnico luso? Porque vimos que para dar con la tecla adecuada y jugarle al Barsa de tú a tú necesitó de varios ridículos previos. Y, acabemos: ¿qué ocultos intereses hay detrás del fichaje y alineación de tanto jugador extranjero mediocre en el Madrid?

A pocos se les escapa que estamos hablando de jugadores que han ganado títulos con el Real, y la mayor parte ellos son campeones de Europa y del Mundo con España ¿Alguien nos puede explicar cuándo les llegará alguno de los extranjeros que han jugado muchos partidos en sus puestos a las suelas de sus botas? Y no sólo podemos hablar de los futbolistas españoles que actualmente militan en el club, sino de bastantes de los que han despreciado y andan por ahí dándolas todas en sus equipos habiendo salido del equipo blanco. En varias ocasiones hemos reiterado los nombres de muchos de ellos que están en la mente de todos: Javi García, Mata, Borja, Rodrigo, Jurado, Soldado, etc., por no hablar de los que todavía están en las bases.

Guardiola afirmaba el otro día que la única diferencia entre sus criterios y los del técnico argentino Bielsa, revelación del año en la Liga y en Europa, con otros entrenadores, es que ellos dos ponen a los canteranos y éstos no. Y realmente le asiste toda la razón. Morientes corroboraba este criterio diciendo que de no haber sido por la valentía de Di Stéfano y de Valdano la quinta del Buitre y Raúl probablemente no hubieran existido.

El producto nacional está de moda en el fútbol europeo y mundial. La selección absoluta y las inferiores, el Barsa, el Bilbao, Raúl, Mata, Torres y tantos otros, junto con algunos técnicos españoles, lucen los mejores carteles en cualquier plaza extranjera. A ver cuándo se dan cuenta de esto los lumbreras que dirigen al Real Madrid y se dejan de tantos cantamañanas que oscurecen la impoluta zamarra blanca.

En cuanto al luto, por Cartagena, desgraciadamente, ya andan preparando las exequias de un deceso anunciado. Parece increíble que con la indudable calidad para segunda de muchos de los componentes de su plantilla estén coleando a estas alturas de la temporada. Pero el fútbol es así. Otras temporadas, seguramente por el acierto de Juan Ignacio Martínez, se cogieron rachas favorables y hasta se rozó el ascenso con jugadores veteranos haciendo el mejor fútbol de la categoría. Y, paradójicamente, con plantillas más limitadas que la actual exceptuando a dos o tres jugadores. Ahí reside una parte de la grandeza de este deporte: nunca se puede asegurar a priori qué resultado dará un equipo. En el Murcia, por ejemplo, todos recordamos temporadas en las que se consiguieron ascensos a primera con unas plantillas tan limitadas que hasta las jornadas finales no se hablaba de ello. Recuerdo unos años con Mesones y José Víctor en los setenta y otro más reciente con David Vidal en que sucedió así.

Y lo peor para el Cartagena no será el descenso. Lo verdaderamente grave vendrá después, como anunciamos. En el momento en que su actual presidente se canse y deje el club estaremos otra vez en el deprimente pasado no muy lejano. Y es que, cuando se basan sólo en la iniciativa y en el dinero de un señor, los equipos modestos tienen las patas cortas. Aviso a navegantes para los ahora casi salvados murcianistas. El luto está presto en el arca.
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