martes, 26 de febrero de 2019

SEMANAS DE PASIÓN



Reina la intemporalidad de lo inmediato, pero afortunadamente, las pasiones aún alumbran caminos de ilusión. Aguardan semanas apasionantes en Europa con la Champions y días pasionales en España por el doble Madrid&Barça. Sobre todo el de Copa, porque el de Liga llega descafeinado; esperanza rojiblanca, pena blanca y alivio culé.

Messi dejó claro en Sevilla que no renuncian a nada, lo que supone un dedo en el ojo para los blancos. Lideró a discreción, goleó con un repaso a su repertorio, asistió de calle y hasta indicó a Valverde que debía entrar Dembélé para ser más incisivos. Cada vez se acerca más a lo que supusieron Di Stéfano y Cruyff, pero los supera en longevidad —catorce años en la cumbre —, en títulos individuales y seguramente muy pronto en colectivos también y en todo.

El Madrid llega bipolar y ansían en el Bernabéu que sean esos partidos la verdadera alternativa de un Vinicius que ha pasado en meses de becerrista a torear con caballos y aspira a matador de toros.  Los merengues necesitan la referencia que les hurtaron con Cristiano y el moreno brasileño es su esperanza blanca. Y tiene mimbres para serlo: descaro, regate eléctrico, potencia, velocidad, verticalidad, trabajo y ganas. Pero lo más sorprendente es que luzca también cabeza siendo juvenil. Lo demostró antes de vestirse de luces en el Bernabéu por la modestia y profesionalidad con que asumió su estancia en el Castilla a pesar de su costo y la aureola con que lo trajeron.  Su éxito sería trasladar también sus goles de Brasil y de Segunda B a la Primera española; palabras mayores. Y, entonces sí, estaríamos ante un presumible Balón de Oro si el carisma le durara un par de años. Tan difícil como posible y singular en la constelación futbolera del siglo XXI, donde impera lo urgente: cuajar en figura las virtudes de una promesa. Su sueño de imberbe, el de Florentino y el de millones de aficionados madridistas, que ya ven en Vinicius el Messi blanco. 

Tan irreal e incomparables todavía como ilusionante en este tiempo de pasiones desbordadas de un día para otro a bordo de ondas o de cable y prácticamente sin intermediarios. Las novedades, la realidad, las falsedades y los sueños ya no llegan de boca en boca durante semanas o meses sino de móvil a móvil en décimas de segundo, plataformas de cualquier cosa mediante. La tecnología que nos lleva.

Por eso no debe extrañar a Cristiano que le silben por todos sitios y hasta los propios. Recoge lo que ha sembrado aun siendo generalmente reconocida su capacidad goleadora. Lo que antes eran rumores entre periodistas o de vestuario ahora son evidencias tan palpables que todos las llevamos en el bolsillo. Antes era complicado y lento derribar un mito, y ahora dura en caerse por cualquier gesto menos que el instante de un sonido. Su manita en el Wanda arrogándose como individuales títulos colectivos es la última pata del banco tontarrón que se ha ido creando. Y ese absurdo pesa más que sus goles. Una pena personal grande que arrostrará mientras juegue y de ahí su aceleración hacia la antipatía general. Acabarán pitándole hasta en Turín cuando desinfle el globo de su fichaje. Ganar el scudetto goleando en Italia más que nadie se difuminará en el fracaso europeo. Simeone y los suyos pueden cerrarle la penúltima puerta a su carrera; luto que desea la inmensa mayoría futbolera.

Finalmente, lo de Guardiola ya es de traca. Cuanto gana como profesional lo pierde como hooligan catalanista. Y se da el caso, además, en el colmo de lo absurdo; de que en su Cataluña natal no es especialmente bien recibido a pesar de sus esfuerzos por querer disculpar con lazos pajizos y lengua suelta supuestas traiciones futboleras barcelonistas. Si espera algún reconocimiento futuro, algún día lo lamentará.

POR MURCIA CREARÁN OTRA COMISIÓN

En el trabajo sonreíamos cuando se creaba un comité. Y es que, demasiadas veces, en ellos se esconden las indecisiones, la ignorancia o la indolencia. Y el que se avecina no es minino. El grupo de ilustrados con másteres, miércoles y jueves deberán acometer en el Murcia la madre de todos los comités. El demonio acecha y no pedirá escrituras, como decíamos del agua, cuando enfile hacia lo hondo.

Mientras, el Cartagena perfila su presumible liderazgo final y el UCAM sus opciones de liguilla de ascenso.

¿Y lo de Gálvez?, se preguntarán. La semana que viene; supondrán. ¡No sea mal pensado, hombre!

lunes, 18 de febrero de 2019

DIETA, PREPARACIÓN FÍSICA, SENSATEZ Y CANGUIS



El fútbol compendia algunos de los conceptos cotidianos del hombre. Y como la condición física es primordial, priman la alimentación y el estado de forma sobre los demás, aparte de la inteligencia, las emociones y los miedos, que conforman el denominador común de toda actividad humana.

El Barça lleva un sexenio llegando a febrero exhausto, por eso solo ha ganado la Champions de 2015, aun contando con Messi, y ha vivido mayormente de las rentas de la primera vuelta y de los errores ajenos para ganar cuatro Ligas en ese tiempo. Por el contrario, el Madrid de Pintus siempre llega fuerte a Marzo aunque flojee antes. De ahí sus sombras nacionales y las luces europeas.

Y Benzema, por seguir ejemplarizando, exhibe ahora su mejor fútbol gracias a una preparación física envidiable basada en una dieta alimenticia singular. La pena es haber desperdiciado nueve años. En esto tiene razón mi amigo Ángel García, futbolero y cartagenero de pro, que insiste en la importancia de los dietistas en el fútbol profesional y define hace años al gabacho madridista como uno de los  tres mejores puntas del mundo.

Pero el fútbol también tiene la imprevisibilidad como esencia. Por esa azarosa razón, el Atlético ganó injustamente en Vallecas, el Barça necesitó de un penalti dudoso para imponerse al Valladolid y el Real palmó merecidamente ante el Gerona del excelente Eusebio en Chamartín —¡qué acierto cambiar de banda al murciano Portu para airear las vergüenzas de Marcelo!— Y en todo caso, también esas cosas del fútbol terminan confirmando la ley física que decíamos la semana pasada de que el agua siempre va a lo hondo: esta Liga será del Barça porque se impuso desde el principio y a pesar de los altibajos está siendo el más regular de los tres tenores. Tras esa jornada, el Madrid&Barça de marzo pierde parte de su interés; aunque ganaran los blancos, los tres partidos que deberían pinchar los azulgranas se antojan demasiados y el Atlético de Simeone tampoco está para asegurar nada.  En fin, queridos forofos merengues y colchoneros, un año más los culés, y ya son demasiados, brindarán en Canaletas: ocho Ligas de las últimas once. Y a llorar al árbol, que dice tan oportunamente mi amigo Jesús Belascoaín, cuando de quejarse de infortunios en deporte se trata. La Liga siempre la ganan los mejores; suertes, árbitros y en este caso VAR incluidos.
Esta semana tenemos más Champions y el Barça de Valverde aguarda el cruce con más esperanza que el Atleti. Los barcelonistas tendrán una eliminatoria asequible ante los franceses de Lyon, salvo imponderables futboleros o petardo, y los madrileños un hueso demasiado duro de roer con los turineses de Allegri y Cristiano. El luso ha sobrepasado la veintena de goles este año y amenaza con repetir los cuarenta que tildaron de fracaso el año pasado los pesebreros florentinistas y los quijotescos españoles y que, sin embargo, tienen encumbrado en Italia al mejor goleador blanco de todos los tiempos. Debe ser por las irracionales emociones, que también son consustanciales al fútbol. En Madrid y en gran parte de España estaban hartos del egocéntrico futbolista después de diez años superando la cuarentena de aciertos, con puntas de sesenta goles, y en Italia envidiaban que jugaran en España los dos mejores del mundo del último decenio. De momento han conseguido al portugués y lo disfrutan.

El canguis o canguelo también es esencia del fútbol. Lo hemos visto en futbolistas brillantes acojonados en momentos decisivos —el propio Messi en  Champions y en Mundiales— y en  técnicos  tirando a sus equipos para atrás  en partidos cumbre —el mismísimo Guardiola en el Bernabéu alguna vez, aunque allí naciera también de su mano el mejor Messi como delantero total, sacándole de la cal de la banda derecha— y en directivos rajados ante decisiones sustanciales.

LOS PERROS DEL TÍO ALEGRÍA

Los hemos traído a colación alguna vez. Esos excelentes canes cazadores del señorón huertano eran muy buenos rastreando, pero cuando  atisbaban la pieza les daba por mear y se les iba.

Los directivos del Murcia deben tener ya a tiro a los Gálvez —son tres meses husmeando en terreno propicio—, pero intuyo que les debe estar temblando el dedo antes de engatillar. Y choca esta sospechosa flaqueza con la determinación mostrada en escardar la plantilla y en otros menesteres. Esperemos que hayan aprendido: cortaron ramas productivas, dejaron palos secos y han tenido impericia en cortar algunas que se cruzaban. Mal asunto, señores.      

  


martes, 5 de febrero de 2019

DE LEZO A GUARDIOLA Y A LA PRIMAVERA FUTBOLERA



Los ilustres suelen perderse por la bragueta, los listos por la soberbia y los tontos por la boca, aunque a veces se invierta el orden.

Dice un ‘juntaletras’ guionista de cine que “no escribe algo sobre Blas de Lezo porque no le da la puta gana”; fino el payo. Atiende esa lumbrera por Borja Cobeaga y tiene a gala “SuperLópez”, un bodrio entre la mediocridad más ramplona del cine español. 

Este ‘tontolpijo’, con perdón, desprecia al marino militar español más relevante de nuestra historia. Consulten aunque sea en google quienes quieran conocer a un almirante tuerto,  cojo y manco, vasco de Pasajes, al que debemos que de Méjico hasta la Patagonia se siga hablando español porque con seis barcos le dio un repaso al inglés Vernón, que con ciento ochenta y seis quiso tomar Cartagena de Indias a mediados del siglo XVIII.

Y traigo a colación este asunto porque Guardiola, que de tonto no tiene un pelo, y no es coña,  sigue metiendo la lengua cada vez con más fruición. Seguramente quiere emular a su padrino Laporta, quien en su trampantoja versión política ha pedido que retiren la estatua que el heroico almirante tiene en la ciudad condal. La guerra de Sucesión del dieciocho por la corona de España, de Borbones contra Austrias y no de catalanes contra españoles como tantos ignorantes independistas aseguran, adquiere actualidad en la futbolera de culés contra merengues. Un disparate se mire por donde se mire. El excelente técnico de Sanpedor ha dicho que el Bayern, el Barça y la Juventus son los tres mejores equipos de Europa del último decenio, olvidando que el Madrid ha ganado cuatro de las últimas diez Champions. Igual le traiciona algún complejo por emular también a su antagonista Mourinho, quien en lugar de número uno debería ser recordado como lenguaraz insuperable. O tal vez su ego porque cita a dos de los tres clubes a los que entrenado en ese decenio, o quizá la frustración de no haber ganado nada en Europa desde que salió del Barça. 

Efectivamente, los tres equipos que cita han sido los mejores en regularidad en sus competiciones domésticas, pero ninguno se puede asemejar a las cuatro Champions del Real Madrid en ese tiempo, las tres últimas consecutivas. Solo el Barça está cerca, con sus tres en 2009, 2011 y 2015, pero eso solo nos lleva a la reflexión de que el fútbol grande también florece en la primavera española.

Y es así porque con los tres próximos enfrentamientos entre el Barça y el Madrid, y no digamos si llegaran también a cruzarse en la Champions, la máxima atención futbolística europea se centrará en el fútbol español, quien es de largo quien protagoniza la cumbre futbolera mundial tanto a nivel de clubes como de selecciones en el último decenio que cita el lacero ‘apajizado’ Guardiola.

Ningún otro enfrentamiento actual acapara tanta atención como los Madrid- Barça en Liga, Copa o Champions. Y eso, diga lo que diga don Pep, evidencia que son los dos clubes más importantes de Europa.

Este año, además, con el interés añadido de que los de Solari, tullidos como Blas de Lezo tras la marcha de Cristiano, llegan a febrero tan lanzados como el Barça potente mientras conserve al mejor del mundo; Messi es de otra dimensión. Sin él, como se decía en la Murcia taurina de los sesenta respecto a un insigne torero venido a menos, Cascales ya no es Cascales.

PRIMAVERA MURCIANA

El Cartagena le dio el mismo repaso al UCAM en la Condomina  que su técnico Munua a Munitis en la primera parte. El cántabro se equivocó, o sus jugadores no supieron interpretarle, porque para atrás no se juega al fútbol salvo que el miedo te atosigue, saques el balón limpio y jugado o quieras lanzar enseguida balones largos para que la velocidad de tus puntas gane los espacios libres. Pero ese no era el libreto. Ni los universitarios tenían centellas arriba ni tienen mimbres para jugarle con personalidad a un equipo de calidad bien plantado. Un fútbol tan desesperante como suicida que propició una ventaja insuperable al excelente Cartagena de Belmonte y Breis para consolidar su liderazgo. Muy buen equipo, planteamiento inteligente, juego eficaz, pierna dura, velocidad, ideas claras y ambición. Las claves del éxito.

¿Y el Murcia? Espere usted, buen hombre, que estamos buscando papeles y delanteros. Unos para denunciar a golfos y otros para golear y poder ganar algún partido. ¡¡¡Ah!!!
     
 

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