viernes, 27 de septiembre de 2013

DE LA ESTRATEGIA TONTA AL TONTORRÓN HAT-TRICK

Decía un amigo que cuando los absurdos se hacen moda la tontuna se sublima y sus protagonistas pueden segarse. 

Confieso que hace ya algún tiempo que apago el aparato o me paso de página cuando escucho o leo que fulanito ha hecho un hat-.trick. Y lo mismo hago en los casos cada vez más frecuentes de que cualquier comentarista llame a un saque de esquina, de banda o a un golpe franco jugadas de estrategia.

El castellano es tan rico en su amplitud de términos y acepciones que no es necesario acudir a denominaciones de idiomas extranjeros para llamar a las cosas por su nombre. Cuando un futbolista marca tres goles en un partido se puede decir que ha hecho ‘un triplete’ o, en un giro práctico, diciendo un ‘tres en uno’, o más claramente y sin ambages ni alardes de nada, que ha conseguido ‘tres goles’. Pero parece que muchos se empeñan en rizar rizos borreguiles y ha hecho furor la gilipollez hat-trick.

Como futbolero me tira de espaldas semejante tontería, y como usuario enamorado del idioma español  me avergüenza tal pedrada lingüística. Si fuera responsable de algún medio de comunicación patrio y cualquier profesional a mi cargo usara el término citado le diría que completara su comentario en inglés. En cualquier caso le diría que pasara por caja para que le hicieran la cuenta. Si supiera hacerlo, por chulería altanera inútil, y, si no, por idiota supino ¡Hay que ‘joerse’, nenicos!

Lo peor del caso es que luego lees lo que escriben semejantes especímenes y rara vez aciertan con el clarificador orden de sujeto, verbo y predicado. Y es que, tapan sus graves carencias echando mano de hallazgos de otros y les copian hasta los defectos. Recuerdo a un maestro del periodismo diciéndonos a los asistentes a un seminario sobre información económica que cuando no entendiéramos cualquier noticia de esa especialidad lo más probable es que el propio periodista no había entendido aquello sobre lo que escribía.  Aunque también podía suceder, añadía, que no supiera hacerlo en castellano. Y eso se puede trasladar a cualquier especialidad informativa como es el deporte.

Luego viene aquello de que quien informa de fútbol entienda realmente de lo que está escribiendo o sepa trasladar a sus lectores u oyentes lo que ha sucedido o sucede en cualquier partido. Pero esto ya es más opinable porque cada cual vemos este deporte de una manera y puede suceder que nos fijemos más en determinados detalles que en otros, por mucho que haya aspectos básicos en los que la mayoría podamos estar de acuerdo.

Y con el asunto de las supuestas jugadas de estrategia ocurre otro tanto. Estrategia viene de los términos griegos stratos:  ejército,  y agein: guía. Y se define generalmente como el conjunto de acciones que se planifican a medio y largo plazo para conseguir determinados fines u objetivos en el tema de que se trate. Así, hay estrategia militar, empresarial, social, política, comercial, etc., pero rara vez a corto plazo. Estrategia en el fútbol sería planificar una plantilla dirigida a disponer de un equipo  para  toda la temporada basado en el ataque, contraataque o defensa, electivamente, según los jugadores y medios disponibles, los objetivos realistas marcados y los rivales. O, en último extremo, afrontar un partido en función de los puntos fuertes o débiles del contrario y los propios.

Comentando con algún técnico  esta circunstancia me han dicho que en las escuelas correspondientes le hablan de estrategia refiriéndose a eso, a las jugadas ensayadas. O, al menos, que estudian estas cosas dentro de una asignatura que la llaman así: estrategia. Y quiero suponer que no será ese el espíritu del estudioso que haya definido tales acciones de un partido de fútbol como jugadas de estrategia. Porque si así fuera sería para quitarle el carnet a él.

Es angustioso escuchar a lo largo de cualquier retransmisión o leyendo crónicas futboleras lo de jugadas de estrategia como el que come pipas. A cualquier jugada a balón parado se le llama  así, y lo peor es que esa ignorancia manifiesta  ha mutado en costumbre y ya es continua en inveterados ‘pelagatos estratégicos’ por mucho que hayan jugado, entrenado, o informado sobre fútbol.

La estrategia, como el idioma, es algo mucho más serio; y meter tres goles en un partido también, que las tontunas a que nos someten en su nombre, o apedreándolo con tan espléndido motivo.

Perdónenme algunos, pero es que producen cansera.   

EL CORTOPLACISMO MIOPE, ADOCENANTE Y RUINOSO

Ocurre en demasiados aspectos de nuestro entorno. Lo mismo en la vida personal de muchos de quienes nos rodean como en la sociedad en la que vivimos, en la política, en las finanzas y hasta en las escuelas y universidades que han formado y forman a las generaciones recién llegadas y en las del relevo.

Los valores por el desagüe

Como consecuencia de ello hemos tirado por los desagües de la comodidad, del materialismo y del seguidismo borreguil los valores que hicieron posible desde siempre el avance de la humanidad  y el control de su propio futuro.  Consustanciales del ser humano, virtudes como el afán de superación basado en el trabajo y el espíritu de sacrificio; la previsión y el ahorro como garantías del día de mañana; la solidaridad social  como distinción  personal; o el respeto como obligación moral con nuestros semejantes procurando no robar ni mentir  salvando las carteras y almas ajenas, ahora están en un lamentable y generalizado desuso.

Herramientas del corto plazo

Sustituyéndolas nos encontramos con la búsqueda del enriquecimiento rápido mediante las muy diversas técnicas del pelotazo económico, sin reparar en métodos ni en damnificados por ello. También con el lúdico  ‘carpe diem’ correspondiente pensando que en el mañana todo nos vendrá dado por añadidura a nuestra condición de ciudadanos por lo que no es necesario prever nada.  Y con el pensamiento de que a los necesitados ya los atenderá el Estado o las organizaciones sociales más variopintas con recursos de no se sabe dónde. Finalmente, también y sobre todo, con el grado de soberbia suficiente  para creernos en posesión de todos los derechos necesarios para ser cada día más guapos, fuertes, altos, poderosos y sabios a costa de lo que sea. 

La tontuna social igualitaria      

Así, en cuanto a las personas, nos hemos acostumbrado a tener por normal y exigible un igualitarismo absurdo prescindiendo de referentes como el esfuerzo y el mérito, la creatividad o la capacidad de emprendimiento y riesgo o de prudencia. Para que nadie se enfade pensando que eso no va con él, recuerdo simplemente tres hechos muy comunes: la inversión temporal en viviendas sobre plano, o suelo, durante el boom pasado para ganar dinero rápido y lirondo;  el ansia en situar a hijos y cercanos en la mamandurria creada alrededor de aquél, bien en empresas públicas o en la propia Administración; y creernos con el derecho inalienable de por vida a disfrutar de  educación, sanidad o pensiones seguras pase lo que pase. Quien está libre de esas debilidades, además de mi felicitación mis disculpas. 

El engaño social más tonto al respecto de esa creencia ‘del todo para todos sin mirar  quién lo sostiene y cómo’, es el que confunde tal engañifla con los valores de una sociedad democrática.

Empresas, banca, política y educación

Tanto en el mundo de las empresas como en el de las entidades financieras, nos hemos llevado el desengaño más bestial comprobando estos años pasados que muchas de aquéllas no supieron medir sus fuerzas ni las del mercado endeudándose hasta el infinito con las ansias desmedidas de acaparar cada vez más actividades mercantiles o mercados pensando que se movían en un mundo de bienes y posibles ilimitados, y en que nadie era más guapo ni listo que sus dirigentes.

Y en la banca y cajas de ahorro otro tanto de lo mismo, con el agravante de que el combustible de estas instituciones es el dinero ajeno, o pasivo, y el del olvido desnaturalizado e irresponsable de que lo ponían en peligro financiando su activo a medio y largo plazo normalmente – las hipotecas y facilidades crediticias para todo- con recursos de clientes o créditos interbancarios a corto. De locos. Y todo ello, sazonado casi generalizadamente con la malísima ambición de ser también protagonistas directos de los supuestos pelotazos compitiendo con sus clientes porque, como hemos reiterado, la lujuria económica es la que más adicción crea.

Cuando han llegado las vacas flacas ya vemos lo que ha pasado. Los confiados clientes y los contribuyentes han pagado la cuenta de tan criminal despilfarro. Y ello sin tener en cuenta los casos donde han habido abusos y delitos graves que merecen comentario aparte.

En cuanto a la política nos encontramos en parecidos páramos morales. Se han sustituido los valores estratégicos a medio y largo que deberían presidir toda actuación pública por el corto plazo, como síntesis de todos los contra valores señalados. Así, los partidos se han convertido en maquinarias depredadoras de elecciones teniendo como único objetivo situar a sus mandamases y paniaguados en cuantos más y mejores puestos de representación mejor a costa de lo que sea. Se miente, se defrauda, se promete en falso, se vive lo mejor posible, se pastelea para seguir en el palmito, etc.

Los políticos profesionales mayores han sustituido a los estadistas en la cumbre de la cosa pública y  los menores a las personas vocacionalmente servidoras del bien común, con escasa vergüenza y mediocridad.

Mención especial para las escuelas de todo tipo y universidades, donde la formación de cerebritos entrenados para todo lo anterior ha sido paradigmática. El plazo corto de las materias imprescindibles para ello hace tiempo que sustituyeron a las humanidades y a la ética. Todos con ordenador y tirantes y a ganar pasta gansa.

Las estafas y el consenso

Y ahí entran todos. Los que deberían bajar impuestos, subiéndolos estafando a sus votantes; los que deberían hacer lo contrario, ídem de los mismo pero a la inversa; los nacionalistas metiendo a sus seguidores y a los que no en callejones sin salida por sus egos personales. Y los que no están cómodos en un sistema liberal hablando de volver al trasnochado socialismo real echándole la culpa de todo al decimonónico capitalismo salvaje.

En fin, que más que nunca es necesaria una evolución personal, social y política pensando a medio y largo plazo, dejando el corto sólo para resolver cuestiones puntuales. Como la ruina poliédrica de ahora, donde el añorado consenso de la Transición sería mano de santo.          

miércoles, 18 de septiembre de 2013

HOY, HABLEMOS DE FÚTBOL

El fútbol es más hermoso cuando entra en escena la sorpresa del buen juego del débil. En la liga del duopolio es muy gratificante que el dúo milloneti las pasen canutas frente a quienes tienen que hacer cestos con más ilusión que  mimbres, y eso es lo que ha pasado con el Barça y el Madrid frente al Sevilla y al Villareal.

Diego Lopez

Los amarillos empataron un partido en casa que debieron ganar a los puntos si hubiese sido un combate de boxeo en lugar de un encuentro pelotero. Sólo un grandioso Diego López lo evitó conjurando, esperemos, las injustas críticas indirectas que recibe con el asunto de la suplencia de Casillas. El gallego ha demostrado suficientemente desde que se hizo con la portería merengue no que sea mejor que el madrileño sino que está sobrado para hacerlo con todas las garantías. ¡Oido, Del Bosque!

El sábado, algunos nos llevamos la enorme alegría de ver por fin al Real con una mayoría de jugadores españoles – seis de inicio- y a cinco extranjeros, de los cuales sólo dos de ellos  podrían tildarse como de indiscutibles: Cristiano y Bale – éste,  un suponer por lo que ha costado-, y los otros tres de perfectamente sustituibles por gente de la casa o del país. El defensa Pepe y el delantero Benzemá, con el horrendo partido jugado por ambos en tierras castellonenses, están más para allá que para acá, y el croata Modric es un futbolista aprovechable pero canta defensivamente  fuera de casa sobre todo a pesar de la enorme voluntad que pone. Y tampoco es que marque diferencias con los  medios contrarios. Precisamente los del Villareal, con Bruno poderosísimo y el veterano Cani esplendoroso, mandaron en amplios periodos del partido, sólo contrarrestados por algunos toques de distinción del excelente Isco y el pundonor de Illarra, quien evidenció los dos meses que lleva sin jugar. De Bale se puede opinar bien poco por lo desubicado que estuvo, sobre todo en defensa, y solamente su instinto y anticipación en el gol, un disparo y una galopada de las que se le presumen, aparte de que mete la pierna de verdad, hacen esperar buenas cosas suyas en el futuro.

De los demás, vimos a un buen Carvajal con estupendos registros en ataque y seriedad en defensa aunque echó en falta que el interior de su banda le respaldara mejor; y a Nacho sufriendo más de la cuenta por la falta de cobertura al principio del central de su lado, Ramos, y la ocasional del croata porque del portugués no puede esperar más. Finalmente, Morata, en el poco tiempo que estuvo, se le notó la aceleración lógica de querer demostrar más de lo que puede en el escaso tiempo que le dan; Di María como siempre y Khedira  en su línea: sobrio en los cuerpo a cuerpo y con su querencia natural  de ataque descuidando a veces las coberturas; es lo que le dijo inopinadamente su anterior entrenador, que es más medio de ataque que puntal defensivo. ¿Ustedes lo entienden?

Del Barça ya dijimos que en su banda izquierda tres son multitud: Alba – sobre todo - o Adriano, Iniesta y Neymar se estorbarán más que otra cosa, aparte de que puedan hacer alguna triangulación fantástica dada su calidad, pero esa situación provocará que el manchego pierda la referencia de donde mejor ha rendido y tenga que emigrar más al centro o a la otra banda si quiere tocar más bola. Conclusión, que los azulgranas pierden a un hombre esencial. Por eso, en cuanto juega Cesc en su lugar,  más acostumbrado a moverse por todo el frente de ataque y  en un extraordinario momento de forma, luce eficacia y brillantez y su equipo lo nota para bien, como se evidenció contra el Sevilla, que con seriedad y un Rakitic espléndido sorprendió jugando un gran partido mereciendo empatar, o más.

Con Xavi distribuyendo como siempre pero a una velocidad menor, y con Busquets menos claro que antaño, los culés se muestran espesos teniendo que bajar Messi  a por balones  jugando veinte metros detrás de donde más daño hace y obligando a Piqué y a Macherano a repartir demasiado juego, con Alves de extremo y Valdés muy atento.  Deberán mejorar la velocidad y otras cosas si no quieren ganar demasiadas veces de chiripa.

Finalmente, felicitar a Ancelotti por su apuesta joven y pedirle que persevere en ella. Aunque todavía tiene que hallar su mejor sistema de juego; ojalá sólo sea cuestión de tiempo.     

miércoles, 11 de septiembre de 2013

EL ESPERPENTO NACIONALISTA ALDEANO

Lamentablemente no aprendemos.  No leemos historia, ni tenemos memoria reciente y menos aún sabemos leer en los labios de quienes una y otra vez engañan enarbolando banderas nacionalistas que aparentan ser benefactoras cuando sólo buscan su interés personal. Y lo hacen echando por delante a cuantos incautos convencen;  normalmente los paganos de la película con mucho más que perder que ganar; hasta su propia integridad física y la vida, como estamos hartos de ver todos los días y se puede comprobar también en las páginas de los libros de historia.


El despertar de los demonios históricos     

La huida desesperada del nacionalismo catalán hacia adelante, más los que esperan ávidos con sus dagas en la boca, en un intento más de justificación de la propia existencia que como posibilidad cierta de conseguir la desgastada independencia, aparte de cansar al respetable contribuyente español no consigue otra cosa que exacerbar los ánimos de los ciudadanos a ambos lados de esa frontera virtual que  promueven. Y los radicalismos extremos en estas cuestiones suelen acabar muy mal.

La engañifla catalana

Por mucho folklorismo estelado que nos quieran vender, si a esta altura de la política, con más de treinta años  de zapa ininterrumpida y ampliada legislatura a legislatura en pos del catalanismo y de la marginación oficial de cuanto huela a español, resulta que aún no está clara la mayoría  catalana que desee claramente la independencia de España, según los estudios sociológicos serios incluso de la propia Generalitat, algo pasa y no minino.

El alma nacional de un pueblo no se construye llenando de banderitas  el Nou Camp, ni haciendo  cadenas humanas  por muy largas que sean; ni mintiendo descaradamente como el secretario de organización de Convergencia diciendo que Cataluña sería una potencia económica europea si se dieran las circunstancias de tener doble nacionalidad, conservando la española, con todas las ventajas personales y comerciales que tal eventualidad les reportaría y permaneciendo en el euro contra todo tipo de tratados de la Unión, y sin tener en cuenta tampoco que antes deberían hacerse los cálculos de lo que deberían pagar al Estado español por cuantas infraestructuras y servicios públicos básicos heredarían – la Barcelona  Olímpica, por ejemplo - , o de dónde sacarían el dinero para sus pensiones. Por decir dos cosas sencillas de entender. Y no digamos nada de su futuro con aranceles de todo tipo para seguir comerciando con la España que tanto detestan algunos y que supone un porcentaje vital de su PIB, y también con Europa.

No, tal cosa debería hacerse con los datos históricos en una mano, sin mentir acerca del supuesto patriota catalán Casanova, por ejemplo – una chufla en toda regla -; y con los numéricos en la otra, demostrando suficientemente que en la suma y resta de sus aportaciones al Estado salen tan perjudicados como denuncian. Y no sólo sumando impuestos y restando inversiones y gastos estatales, sino contando también con su balanza comercial con el resto del Estado. También explicando argumentada y convincentemente cómo se salvaguardarían los intereses de todo tipo de los cientos de miles de catalanes o miles de empresas radicadas allí, por no exagerar, que no estuvieran por la labor llegado el caso de que una mayoría muy cualificada sí lo estuviera. Y, por último, exponiendo el escenario inmediato de Cataluña en una más que probable salida del euro siguiendo los acuerdos firmados en la constitución de la Europa comunitaria.

Muy difícil, ¿verdad? Pues éso lo saben mejor que nadie los irresponsables que soslayan estas cuestiones y se quedan sólo en la superficie nominal de sus reivindicaciones independentistas para engaño de nacionalistas de ocasión, descabellados irredentos, ingenuos de corazón o buenas gentes deseosas de que alguien les solucione de verdad los problemas que les acucian,  engañadas por la demagogia y el verbo fácil de los trincones políticos que les pastorean.

El nacionalismo pueblerino español

Otro cantar es el nacionalismo extremo español no menos aldeano y esperpéntico que el anterior.

Cuando conviven en una misma nación quienes niegan el agua de unas regiones que la tiran al mar a otras que la necesitan y harían enormemente productiva; casos de la Castilla León del luego trasvasista  Aznar oponiéndose a Borrell, que quería hacer tres trasvases de norte a sur aprovechando el Duero, el Tajo y el Ebro; o del Gobierno de España de Zapatero posteriormente derogando por imposición del oportunista socio Carod-Rovira  el ya aprobado del Ebro abanderado por el PP – aprobado hasta por Pujol - ; o de quienes torpedean que el corredor ferroviario europeo siga por el Mediterráneo para dar salida a los productos de las regiones españoles ribereñas prioritariamente, que son las de mayor incidencia en el PIB nacional,  con quienes sufren tales carencias y claman contra tan ciega política nacional, ya me dirán  de que nación podemos estar hablando. Y ello, sin hablar de la existencia de amplias regiones subvencionadas permitiéndose hablar de rebajas de sus impuestos  ante las barbas de los que más contribuyen – caso de Cataluña, por ejemplo, y aquí hay que darle toda la razón - . Sin hablar de corrupciones generalizadas, derroches públicos autonómicos y la subsiguiente requisa fiscal para sostenerlos.

Por todo ello produce ternura, cuando no desesperanza indignante,  contemplar a tantos ciudadanos de regiones ninguneadas y machacadas siempre por la España irredenta hacer olas de españolismo agudo.    

La España de Machado

Es la España de Pérez Galdós que Machado denominara de charanga y pandereta.

Como liberal, le daría a cualquier parte del territorio la posibilidad de separarse, con todas las consecuencias ¡todas!, naturalmente; y, sin alardear de pistolas ni cañones, tampoco me siento cómodo en ese nacionalismo español de opereta bufa en el que no existe la solidaridad inteligente para aprovechar todas nuestras oportunidades conjuntas con la máxima seriedad.

Una nación debería ser una unidad igualitaria de territorios, enriquecida por sus diferencias, y de personas, sentimientos, culturas,  intereses y solidaridades humanas, pero sin descuidar ninguna de ellas. Lo demás son cuentos para provecho de unos cuantos vampirizando a los manejables, que desgraciadamente son demasiados.          

LOS GALONES DE DEL BOSQUE

Cuando Del Boque era entrenador del Real Madrid recuerdo que comentaba con  algunos amigos madridistas que siempre jugarían preferentemente los veteranos de la plantilla que tuviesen galones en el equipo. Por eso, y reconociéndole entonces su buen hacer, no era santo de mi devoción y sigo en ello. Y, para ejercer eso tan sano que es la autocrítica, echo por delante mi debilidad por los jóvenes  y la innovación  en cualquier campo de la vida  manifestando que mis creencias siempre las he considerado relativas y nunca verdades absolutas.

del bosque


He valorado con admiración la espléndida labor de D. Vicente en la selección nacional, en detrimento de otros técnicos que en lugar de preferir los galones de sus futbolistas ponen siempre por delante los suyos personales; caso que considero infinitamente peor por lo que tienen de narcisismo y de la falsedad objetiva de creerse siempre en posesión de la razón suprema. Nadie tiene las escrituras de la verdad porque, como es fácilmente observable, siempre es relativa y depende en demasiadas ocasiones del color del cristal con que se mira.  Luego hay otro aspecto tan importante como el que más que es el de la humildad, y Del Bosque ha demostrado reiteradamente que es un superdotado en ella. La prueba más evidente es la misma que le ha llevado a lo máximo que un seleccionador puede aspirar, manteniendo y perseverando en los criterios futbolísticos de su antecesor, Luis Aragonés, quien para mí tiene realmente el mérito del cambio de nuestro equipo nacional. 

Viene todo lo anterior a cuento de la titularidad de Casillas en la selección siendo suplente en el Madrid. En este momento es poco discutible que Valdés es el portero de primera fila más en forma del fútbol español, pero no será titular con España mientras que el del Madrid tenga resuello. Y ello, con más o menos razones, responde a los criterios generales de un  seleccionador que será siempre fiel a sus principios, lo que tiene, como casi todo, su lado bueno y el malo también. Nunca tendrá revueltas en sus equipos porque a éstos los manejan los veteranos, sus preferidos, pero tampoco nunca será un innovador. En su momento, el propio Iker sufrió este asunto en el Madrid cuando Del Bosque prefería al excelente César, y prueba de ello fue su suplencia inicial en aquella final de Copa de Europa del golazo de Zidane.

Es cuestión de gustos y de escala personal de valores, y en mi caso aprecio más la creatividad que el conservadurismo en cualquier aspecto de la vida; en el fútbol no iba a ser menos. Lo cual no quiero decir que desprecie esa otra virtud que es la prudencia o la de perseverar en lo que se demuestra que funciona bien, que en nada están reñidas con lo anterior.

Por eso mis preferencias van por un Cruyff que llevó su idea del fútbol total al Barça, por aquellos Di Stéfano y Amancio que le dieron la oportunidad a la llamada quinta del Buitre  o por Valdano que  apostó por un imberbe Raúl , y Guti, sin olvidar a quien hizo titular  a un juvenil Casillas ante la lesión de Illgner y Bizarri sin pedir refuerzos: Toshack.   De los actuales, sin lugar a dudas por el Wenger que tantos futbolistas jóvenes ha sacado en el Arsenal, o por un Guardiola que se la jugó a cara o cruz dándole los galones a los canteranos del Barça que estaban a la sombra de las vacas sagradas extranjeras, largándolas, y que tuvo los bemoles de hacer internacionales a dos chavales de 3ª división y a un jovencísimo  central que todavía no había demostrado nada.  Eso es  aportar verdaderamente algo al fútbol al margen de los títulos, que, además, suelen acompañar si se hacen las cosas bien.

De Del Bosque podemos esperar previsibilidad en sus planteamientos y seriedad, educación, mano izquierda, deportividad y la aplicación segura de la sabiduría futbolística que sin duda lleva acumuladas en su mochila, pero poco o nada de innovación o de dar la alternativa a chicos que despunten de abajo mientras que los veteranos estén para jugar.

Y esa es una opción tan válida o más que la que a mí y a otros nos gustaría. Así que nadie se rasgue las vestiduras en estos momentos con la titularidad poco lógica de ese  enorme portero que es Iker contra su propio criterio: quien no juegue en su equipo no debe jugar en la selección.              

miércoles, 4 de septiembre de 2013

DE CASILLAS A OTROS, Y EL DE SIEMPRE

El asunto de la suplencia de Casillas está adquiriendo tonos saineteros. Me recuerda al que se produjo con la ausencia de Raúl de la Selección por decisión de Luis, quien decidió unir su suerte cuando aún no habíamos ganado nada al grupo de pequeñines que jugaban en conjunto e individualmente como los ángeles. Y acertó.



Fuera de aquel éxito, en el que Casillas tuvo mucho que ver en  lo conocido y también en lo menos, quedaron algunos grandes futbolistas, como el citado Raúl, que habían sido emblemas de un tiempo del que había poco que añorar por muchos éxitos que hubieran obtenido en él individualmente y en sus equipos de origen.

Con esto no quiero comparar una situación y otra, con orígenes y circunstancias muy diferentes, pero hay un hecho que sí aclara  lo que  refiero.  En aquel tiempo, por mucho que el estandarte de “Raúl selección” se entonara por doquier en muchos estadios y ambientes futbolísticos, amén de espacios y programas en los medios de comunicación, tanto Luis como luego Del Bosque se mantuvieron firmes en la idea de conjunto y juego que funcionaba estupendamente en nuestro combinado nacional. Pero hubo un hecho que también les ayudó lo suyo a acallar muchas de las voces que atronaban desaforadamente a favor del jugador madridista. Y ello fue que el propio Raúl se mostró como el más ferviente seguidor de la Selección y siempre defendió que quienes jugaban en ella se merecían el respeto de todos, y el suyo el primero. Y así, poco a poco, se fue acallando el debate. Ahí demostró el madrileño su gran categoría personal, acorde a la que siempre ha tenido como futbolista y profesional.

Casillas, por el contrario, aún no se ha pronunciado al respecto de su situación. Y ya es hora de que lo vaya haciendo.

Aun partiendo de que el inicio de su suplencia fue un capricho del técnico luso egocéntrico, y por lo tanto injusta, también es verdad que después de su lesión Diego López lo ha hecho muy bien y no hay motivos para relegarle al banquillo. Es uno de esos códigos del fútbol que tantas veces se cumplen aunque haya siempre excepciones. Y, siguiendo esa costumbre, el mostoleño debería esperar su oportunidad tratando de demostrar en cada entrenamiento que sigue siendo un enorme portero.

Por ello, decíamos, nuestro meta más laureado en el fútbol mundial de la historia debería demostrar también su sabiduría y honradez profesional declarando sin ambages que su compañero Diego merece todo el respeto del mundo, empezando por el suyo, y que sabrá esperar su turno que sin duda alguna le llegará. Eso le devolvería la grandeza y ayudaría a disolver un debate muy dañino para todos los interesados, empezando por él mismo.

Por enfrente, en Can Barça tampoco están tirando cohetes. El otro día volvió a verse una evidencia que sin dada les debe ocupar lo suyo. Messi sigue renqueante en su condición física y no acaba de apartar los fantasmas de su final de temporada, situación que merma y mucho la eficacia del exquisito juego blaugrana. Y otro asunto que no por más natural es menos
preocupante: a Neymar todavía le falta mucho para ser una alternativa sólida al argentino. Empezando porque tiene que ganar unos kilos de fuerza para agarrarse mejor al césped y apoyarse en los hombros de sus marcadores  sin  resbalar tanto ante las acometidas de las defensas de nuestra liga. Tampoco está adaptado aún, lógicamente, a los códigos de juego de Xavi, Cesc – el culé más en forma -, Iniesta, Busquets y compañía.

Y otro tema que pronto puede dar que hablar es el tapón que puede suponer para el mejor juego del manchego ocupando la banda en la que ha lucido casi siempre. Alba, Neymar e Iniesta no pueden ocupar la misma zona porque se estorban. Y Xavi y Cesc tampoco están para dejar su puesto al de Fuentealbilla. ¿Dónde lo hará en sus mejores condiciones? Tiempo y hierba, que decía un conocido con cierta sabiduría ganadera.

Finalmente, aunque me cansa citarlo, llegamos a Mourinho. ¿Es que nunca alcanzará la elegancia de saber perder? Ahora sigue con su guerra con la UEFA por el tema arbitral sin acordarse de cuando le favorecieron. Recordemos la semifinal Inter-Barça de la Champions que acabó ganando tras el escandaloso arbitraje en San Siro.
 
¿Por qué no mandará a sus futbolistas a jugar buen fútbol en vez de a la contra  leñera?   
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