jueves, 26 de diciembre de 2013

CAMPAÑAS, FRESCOS Y CANTAMAÑANAS

Ya tenemos otra. Ahora resulta que según Pérez hay una campaña contra España en Europa; otro que siendo una parte se cree el todo. Y ha protestado el señor presidente blanco porque alguien desde el Parlamento Europeo ha denunciado las continuas ayudas de los políticos españoles a los clubes de fútbol españoles. No se explican, como tampoco nos lo explicamos algunos, que estando nuestros equipos entrampados hasta los corvejones con deudas mil se puedan hacer esos fichajes multimillonarios anuales.

Pues mire usted, señor Pérez, a muchos nos parecería bien que alguien pusiera orden en ese arcano. Porque también es inexplicable la consabida huida hacia delante de muchos clubes, o ‘patá palante’ a la ruina, que llevan a cabo con sus presupuestos anuales. Tiene poca lógica financiera y económica, ni de nada, que pregonando desde ellos la supuesta riqueza de entidades como el Real Madrid, por lo mucho que ingresan, sus deudas sean cada vez mayores. Ya veremos lo que pasa cuando se destapen todos los pufos que sin duda hay detrás de sus creativas contabilidades.

Así que si no hay campaña, para aclarar las connivencias entre los poderes públicos y los intereses de todos con los clubes poderosos españoles sí debería haberla. Y más que campaña, una acción seria para dejar de ser desde la ruina nacional que nos asola a los contribuyentes, los tontos del bote de esta película protagonizada por tanto fresco. La última ha sido la alcaldesa de Valencia, la señora Barberá, que dice que el Valencia no se debe vender a pesar de la ruina estratosférica que soporta. Estará pensando en sanearlo ella desde su también arruinado ayuntamiento, o que sean todos los ciudadanos españoles quienes, con sus impuestos, ayuden una vez más a los descerebrados equipos de fútbol, entre ellos al suyo, claro. Mire usted, señora, si en el Valencia ha habido unos cuantos pelagatos de dineros ajenos, porque de sus cuartos ni medio, y todos ustedes lo han consentido, empezando por sus socios y aficionados y terminando por los mandatarios políticos, pues ‘a joerse tocan’, como ha pasado con otros equipos tan dignos como el del murciélago.

Y de can Barça vienen también vientos de frescos. Si en el Madrid piensan que hay una campaña en Europa contra el fútbol español,  creen que hay otra desde Madrid contra ellos. Es decir, que los blancos para tapar su penuria deportiva en cuanto a títulos y los blaugranas para cubrir las vergüenzas filibusteras de todo tipo de sus dirigentes, aquí todos tratan de tirar la pelota fuera del campo para seguir ocupando sus sillones curales, que diría el inigualable Ansón, don Luis María.

Ahora bien, contra la selección nacional, que sí es quien representa de verdad al fútbol español, mucho más que los clubes, no parece que vaya nada. Y nuestro combinado sí que levanta desde hace unos años las envidias del orbe futbolero mundial.

Más le valdría a los señores Pérez y Rosell limpiar sus casas por dentro y dejar de ser los mimados de otros frescos, como el señor Tébar, procurando que los dineros del fútbol se repartan mejor entre todos los equipos porque por el camino que vamos se cargan la Liga española. Es inconcebible que una competición que ha dado muchos representantes laureados en el fútbol europeo sea al final una cosa de dos, como la escocesa. O que la Copa del Rey sea una pugna con cierto interés y no una mamarrachada para los mismos. Si en lugar de a doble partido se jugara a uno sólo y el triunfador final tuviera algún aliciente europeo ganaría en emoción. Otra cosa es que haya a quien no le guste que en el cuadro último falten los grandes. Pero eso es otra frescura económica de quienes manejan la Federación. 


Y llegamos a los cantamañanas. Si un futbolista es contratado por un euro al año, por decir algo, ese dinero es sagrado juegue más o menos, mejor o peor, sea un buen profesional o un golfo, etc. Ahora bien, si resulta que le suena la flauta y lo hace muy bien, enseguida viene el representante de turno con la ayuda del periodista de cabecera exigiendo una mejora de su contrato en vigor y que le suban a euro y medio, dos o tres euros su ficha. O sea, si no juego cobro hasta el último céntimo, y si lo hago bien pido más. ¿Les suena Messi? ¿Y la pasada tristeza de Cristiano? Y tantos otros…     

sábado, 21 de diciembre de 2013

PERSAS, FILIBUSTEROS Y POCHOLOS

Semanas atrás hablábamos de los presidentes con excesiva tendencia a que sus aficionados fueran como aquellos persas que se humillaban ante sus nuevos reyes manifestándoles su total disponibilidad y  su alejamiento de la funesta manía de pensar. Se trata de personajes acostumbrados a mandar con ninguna oposición y que no perdonan la discrepancia, por muy leal que sea con el club que presiden. Y decíamos que Florentino Pérez encajaría a la perfección en ese patrón.



Hace unos días un antiguo empleado del Real Madrid desde los tiempos de Bernabéu corroboraba esa versión en una entrevista a un diario deportivo nacional. Pero tampoco tiene demasiado mérito tal anticipación por cuanto es algo tan evidente como fácil si se tiene la curiosidad de preguntar en su entorno empresarial. D. Florentino, como tantos otros personajes de su nivel o parecido, sólo respeta a quien teme. Por eso, saquen ustedes mismos sus conclusiones. ¿A qué jugador le va a permitir cualquier cosa? Pues está claro, a D. Cristiano. Los demás que vayan atándose los machos si quieren echarle un pulso - ¡oído, Ramos!- E incluso al lusitano, y ahí demuestra su indiscutible inteligencia, le ha colado un gol con el fichaje de Bale. Dentro de poco, y si no al tiempo, ya no será aquél el referente exclusivo de los blancos. Tendrán que repartirse los honores y esa división serla la fuerza del presidente blanco. Así que a los de casa se les echa de comer, y cuanto más canteranos mejor por ser más fáciles, y a los de fuera, como siempre hacen estos personajes, se les da una carta lujosa para que elijan y se les pone en un sitial.

Pero claro, si hubiera que elegir entre un ‘dictadorcete’ y un filibustero, la cosa es muy complicada. En cualquiera de los dos casos hasta puede salir bien un tiempo si hay suerte; el Barça de Laporta, sin ir más lejos. E incluso la segunda opción tiene la ventaja de que se largan, más pronto que tarde, porque suelen planificar a más corto plazo sus verdaderos objetivos: la pasta a toda costa. En el primer supuesto es más difícil porque suelen estar dotados de una inteligencia superior, marcándose metas a más largo plazo, porque saben que se puede ganar de todo más indirectamente que metiendo las manos en el club. Como ejemplo me quedo con la frase del ilustre y veterano periodista JM García cuando asegura que es más difícil ser presidente de EEUU que del Real Madrid tras el cambio de estatutos del Sr. Pérez. 

En filibusterismo no hemos ido mal servidos en nuestro fútbol, y el mejor ejemplo actual sería el de la directiva que encabeza el Sr. Rosell en el Barça. O, para ser más exactos, quizás en él mismo y algún compadre de asiento cercano. ¿Cómo se puede decir que no es posible explicar el destino de 40 millones de euros de un fichaje presidiendo un club con varias docenas de miles de socios, siendo éstos los dueños, además? ¿Y hacerlo con el argumento de que tal circunstancia está amparada por una cláusula de reserva particular del receptor? ¡Pero, oiga, que el Barça no es su casa! ¿Se puede aguantar tamaña desfachatez?

Y lo más sorprendente es que aún no se ha visto en el Camp Nou ni una sola protesta generalizada por tal desmán. Pero claro, es que seguramente están más entretenidos levantando banderas esteladas o esperando a que llegue el minuto 17 para falsificar la historia enalteciendo a quienes sólo pelearon con una facción de españoles contra otra. Los partidarios de la Casa de Austria contra la francesa de los Borbones por la Corona de España. Nada de Cataluña ni de catalanes contra España ni los españoles. Y, con ese ejemplo se demuestra lo sencillo que es engañar de múltiples formas a cientos de miles de personas. ¡No, no sean mal pensados! Que la referencia histórica aquí sólo ha sido un desahogo sin pretender nada más ni politizar nada. Me refiero a lo fácil que es llevárselas cuando el personal está por la labor circense en lugar de por la seriedad, y con tal de ver a un tal Neymar vestido de azulgrana cualquier disparate es pasado por alto.

Y es cuando llegamos a los pocholos. Porque no me negarán ustedes lo tiernos que resultan cien  mil espectadores, la mayoría dueños del club, levantando banderitas tras birlarle 40 millones de euros quien les preside con el mayor descaro.  

miércoles, 11 de diciembre de 2013

DE LA RUINA A LA MISERIA, PERO SIEMPRE ADELANTE.

Sí,  como diría el mejor Marx, Groucho, partiendo de la ruina hemos alcanzado la miseria, pero, como deseamos la mayoría de españoles, saldremos adelante sí o también. Y eso pasará a pesar de haber corrido delante del peor Zapatero y del rompesuelas Rajoy hasta quedarnos descalzos.

De ‘huno’ a otro.

Para nuestra desgracia pasamos de un iluso a un inútil; de un ignorantón a un inerte; de un mentiroso a un estafador. De un político malo a otro malísimo. En definitiva, de ‘huno’ – como hubiera dicho Unamuno, D. Miguel -   con dos decenios viviendo de los PGE a otro aún más luengo en idéntica mamandurria.

Y como no quiero que esos calificativos queden en el albur de una simple y lamentable opinión despectiva, por muy generalizada que esté en el sufrido contribuyente español, voy a tratar de argumentarla en corto y en directo, para no aburrir.

Iluso uno porque pensaba que España era una jauja, dada la ‘boyantía’ económica, y por ende social, que presentaba cuando la cogió en 2.004, sin entender que tal circunstancia no era producto de la casualidad sino del trabajo y esfuerzo de millones de trabajadores y, antes, por la capacidad de emprender de decenas de miles de empresarios de toda cualidad, con la colaboración imprescindible de unos gobernantes dotados de la sabia virtud política de no estorbar, sino todo lo contrario. Y lo de inútil del otro porque ha sido incapaz hasta ahora de enderezar nada con más poder que nadie, como tantas veces hemos dicho, desde Franco. Mayoría absoluta en casi todo y sin oposición relevante. ¡Hasta los más preclaros de su partido se lo han dicho!; desde su posición de libertad, claro. Y le han reiterado lo que debía haber hecho por su empeño zopenco en dejarse llevar por cuatro ‘emboscaos Areneros’ y otros paniaguados cercanos que le arrastrarán finalmente al desolladero.

Ignorantón aquél por ser comúnmente aceptado su escaso bagaje para la responsabilidad que adquirió, demostrado hasta el aburrimiento con el equipo del que se rodeó. E inerte éste por hacer poco, malo y a medias para que todo siga igual.

Lo de mentiroso lo ha reconocido el mismo Zapatero con lo de negar la crisis, sólo que confiesa que fue sin querer y la puntita nada más. Y lo de estafador Rajoy se demuestra señalando que ha incumplido, en todo, el programa electoral con el que pidió el voto  a los españoles. Como jurista debería saber que eso es estafar por incumplimiento de contrato a los millones de ciudadanos que se lo compraron dándole su confianza; se estudia en primero de carrera. La penúltima estafa ha sido el incumplimiento de su promesa electoral de despolitizar la justicia.

Otros embustes

De todos modos, aquél mintió sólo en una cosa. Dijo que era rojo, utópico y feminista; cierto. Pero no lo de su redonda incapacidad; la mires por donde la mires. Pero éste último ha mentido a mansalva; empezando por cuando dijo que era previsible, para luego vendernos la burra de que el no sabía lo mal que estaba el patio. Los bandazos que dio al principio no se los salta un galgo. Y de tonto no tiene un pelo. Por cierto, ¿alguien se cree que él no sabía nada sobre las golfadas del tal Bárcenas, estando tantos años en la fontanería política y a los mandos del PP? Dejará al partido peor que su antecesor al PSOE.

Presentando libros por ‘alegrías’; podrían haber dimitido, por nefastos

El de Zapatero, cuyo nombre desconozco y ni me interesa, prometo, y conmigo todo con el que hablo; que no lo leeré por decencia. Y el que podría presentar Rajoy, cuyo título le sugiero: ‘De cómo mantenerse en la brocha hasta sin escalera sin hacer nada’;  al menos tendría su toque, porque guasa tiene el payo, pero tampoco sería recomendable aunque sólo fuera por higiene mental. Nos chulean de pensamiento, palabra y obra y después lo quieren hacer como legado.

Una reflexión oportuna

La pregunta, o afirmación interrogante, sería la de Javier Navarro Valls, quien nos la hizo el otro día a un grupo de amigos compartiendo mesa, mantel y preocupaciones: “Es lo que nos merecemos. ¿O no?”

Y eso también se justifica porque nosotros somos quienes hemos votado a los horrendos, siendo recalcitrantes en el error. Claro que la próxima vez los va a votar ‘Rita la Cantaora’, que se dice por ahí.

Y la cuestión referida se explica por la evidencia de que los políticos actuales que mandan, todos o casi, han sido incapaces desde su mediocridad de llegar a ningún pacto por el futuro de España. ¡Ninguno y en nada! Deberían leer historia reciente, o tener más vergüenza política.

¡No podrán!


Pero saldremos sin ninguna duda, porque a pesar de que vivamos la hora de los enanos políticos, con perdón de quienes padecen tal circunstancia física y todos mis respetos; con nuestras capacidades ancestrales, nuestras enormes posibilidades naturales, nuestra riqueza humana y empresarial y nuestro optimismo congénito; sin despreciar la generosidad familiar de tantas personas mayores que están salvando los muebles de una juventud desaprovechada, la solidaridad de tanta gente y la picaresca obligada de tanta economía sumergida por culpa de la ceguera de quienes nos desgobiernan y/o aspiran a seguir haciéndolo, por qué no decirlo; éstos y aquéllos, y los que sigan, que ojalá sean como otros que sí hemos tenido o mejores;  no podrán con el pueblo español en su conjunto. ¿Alguien lo duda? Pues al tiempo, en cualquier caso. Siempre fue así.

MUNDIAL, COPA Y ALGÚN MALANDRO

Con el sorteo del próximo Mundial empiezan las consabidas especulaciones sobre el devenir de su desarrollo y el gran interrogante final, ¿quién será el campeón? Y ocurrirá lo de siempre. Conforme se acerquen las fechas ocuparán más espacios en los periódicos, en las emisoras de radio y en las televisiones. Y entre los medios de comunicación habrá también de todo. Desde el que se trabaje bien las noticias sobre tan magno evento hasta quien vea en ello la oportunidad de dar un estirón en su audiencia echando palomas al viento; o cuervos, que también los hay.

Me refiero a los comunicadores que aprovechan para azuzar sus filias y fobias. Los que inician campañas más o menos veladas para que sus amigos entre los futbolistas con posibilidades sean finalmente seleccionados, y aun titulares, y los que marchen en sentido contrario. Al final, casi todo se resume en esas lides y calendas en premiar a quien ha sido simpático con el de turno, dándole entrevistas sabrosas o alguna confidencia en plan de filtración de noticias del vestuario, y castigar al parco y exclusivamente profesional. Por ello no será de extrañar que algunos jugadores salgan mejor parados que otros sea cual sea su situación real. Y también habrá quien confíe más o menos en las capacidades de nuestros seleccionados en conjunto para hacer un papel acorde a su trayectoria en los últimos años.

De hecho, con los últimos amistosos ya hemos visto algunas espadas en alto. Hace poco decíamos que algunos se han olvidado de cuando la selección española era capaz de ganar o poner en serios apuros a las últimas campeonas de todo, o a las que siempre han estado en candelero, y sin embargo en las competiciones oficiales el lamento por distintas circunstancias que hacían real nuestros fracasos eran nuestro canto. España lleva una racha inigualable en mucho tiempo con dos copas de Europa y una del mundo sucesivas. Y eso, afortunadamente, ya no hay engendro, de corto o de largo vestido, que nos lo quite; ni sabelotodo que hunda sus miserias en nuestras desgracias futboleras internacionales.

Nuestro combinado hará un papel estelar, sin ninguna duda, porque mimbres tiene para ello. Es cierto que los años no pasan en balde, y que algunos jugadores enormes tienen difícil sustitución, cuando no ninguna, pero tampoco es dudoso que aun con características diferentes vienen otros desde abajo, o haciendo otro papel en el juego de la propia selección, que pueden aportar cualidades distintas pero igualmente importantes. Me refiero a los Cesc, Iniesta, Isco, Thiago, Muniaín, Illarra, Costa, Koque y compañía que siguen ahí, o llegan, con todas las posibilidades del mundo para reverdecer recientes laureles. Y si no se gana el Mundial tampoco será para rasgarse las vestiduras. Con estar entre los cuatro mejores ya estará el pabellón cubierto. Al final, como tanto hemos comentado, el fútbol es un juego en el que un pequeño detalle o el azar puede cambiar demasiadas cosas.

Y llegamos a la Copa del Rey. Uno añora las escasas ocasiones en que hasta muy avanzada la competición se jugaba a partido único en casa del más débil, tipo Inglaterra, y ahí sí que había interés competitivo en lugar de folklores y lluvia de dinero en las taquillas. De esto último sigue habiendo, pero sólo con los dos o tres grandes. Entonces, la mera posibilidad de que un antiguo tercera, los de segunda B, y los propiamente de segunda pudieran eliminar a un primera, fuera quien fuera, llenaba los graderíos. Y estaba también el afán competitivo por hacerlo. Pero claro, cuando los grandes siempre imponen sus criterios e intereses la cosa se descafeína. ¡Qué poca grandeza tienen nuestros supuestos grandes! Por esa culpa, la Copa sólo adquiere interés  a partir de semifinales, en los que los de siempre se reparten el bacalao, como ocurre ahora en la Liga por el tema de los cuartos televisivos. En fin, unos clubes de papá rico. Caprichosos, dictadores, soberbios y aprovechados del más débil. Así de indeseables.


Finalmente, quiero comentar algo que ocurrió en el Cartagonova con la reciente visita del Barça. Desconozco los motivos últimos, pero que a un chavalín con discapacidad algún malandro le impida salir al campo con los blaugranas por no sé qué gilipollez, como que sólo podía salir un niño y había alguno más uniformado con la vestimenta e ilusión por hacerlo, me parece cosa de impresentables, por no decir algo peor. ¿Quién sería el lumbrera? ¡Habrase visto imbécil! 

viernes, 6 de diciembre de 2013

DE BALE, CRISTIANO, MESSI, NEYMAR Y COSTA

Siendo las máximas estrellas de la liga escasamente emocionante que padecemos, bien merecen estos cuatro algunas reflexiones.



Bale llegó al Madrid en expectativa de confirmar las excelencias que traía de la Premier, avalado por la opinión de quienes le habían seguido, pero con la losa de haber costado 16.800 millones de las antiguas pesetas; que se dice pronto. Partiendo del disparate de esa cantidad sólo asumible por las rentabilidades económicas aparentes que un club como el Real Madrid pudiera obtener por él, siempre engañosas como al final de esta enloquecida etapa del fútbol veremos, reconocerán quienes dudaban de su fichaje que es un futbolista importante. Y además tiene el mérito de  haber empezado generando dudas por su estado físico, ahora despejadas por su excelente rendimiento en goles y aportación al juego. Y lo hace fácil, sin deslumbrantes alardes técnicos, como siempre hicieron los buenos de verdad en el tiempo. Su juego es sencillo pero insuperable. Juega en largo y en corto; dribla controlando, amagando o en velocidad; le pega con las dos piernas aunque su buena es la izquierda; va bien de cabeza, golea, pasa a uno o dos toques, pelea, cubre su zona y, sobre todo, es joven y lo hace sin darse importancia; como el que juega entre amigos. Un enorme fichaje deportivo del Sr. Pérez, que todo hay que decirlo. Otra cosa será la justificación económica. Como antes decíamos, una cosa es hacer números sobre el papel, que lo aguanta todo, y otra la chicha real: estamos cansados de escuchar que el Real es el club más rico del mundo pero su deuda crece año tras año. En cualquier economía no se trata de ingresar más si los gastos también crecen, sino que su diferencia sea buena. También conocemos la realidad de muchas empresas que se arruinaron porque cuanto más vendían más perdían.

Lo de Cristiano es algo parecido, sólo que éste lleva ya muchas temporadas al máximo nivel y creciendo. Ahora es el mejor del mundo, con pocas dudas, pero es que lleva entre los mejores desde antes de llegar al Madrid. La única diferencia con aquél es que, aun siendo un profesional de excepción por la dificultad de estar tantos años en el candelero en un deporte tan exigente como el fútbol, siempre le ha acompañado la polémica. Y nunca por sus aptitudes deportivas. Sus cuitas le vienen de un carácter aparentemente tan infantil – aunque yo no lo creo – que le hace enemistarse con quienes no debería; básicamente con quienes no le rinden pleitesía o le niegan alguna de sus indudables virtudes balompédicas. Pienso que en realidad es un narcisismo de alguna manera justificado. Esperemos por su bien personal que no vaya a mayores porque la vida es muy larga.
Messi está atravesando un desierto físico que como es natural le pasa factura a su rendimiento deportivo, lesiones al margen. Y es que lo verdaderamente portentoso es que haya hecho el carrerón de los últimos cinco o seis años con unas condiciones naturales débiles para sus exigencias. Sólo hay que comparar su cuerpo con el de un atleta como Cristiano para apreciar sus carencias. Ha sido también sin ninguna duda el mejor delantero de esos años, que no futbolista, y por todo ello tiene un mérito más que extraordinario. Cuando hablo de goleador y no de juego pienso en la diferencia entre el Messi del Barça y el de Argentina. Esperemos que se recupere bien y pronto por el bien del espectáculo fútbolero.

Neymar es un caso parecido al de Bale pero en menor cuantía. Fue más barato, con muchos agujeros negros en su fichaje que ya veremos por dando asoman – atentos a Rosell y sus cuates -, pero también su rendimiento es menor, de momento. Tiene unas innegables condiciones que debería explotar antes que tarde para que no se generen las dudas inevitables en una figura de su talla y en el club donde juega. En conjunto le falta madurar en aspectos determinantes si quiere consagrarse como el figurón que despuntaba. De momento funciona.


Y llegamos a Costa. Un futbolista venido de menos a más, con mucha mili en diversos clubes españoles, y del que nos alegramos que por fin haya encontrado su momento. Por lucha y perseverancia se lo merecía. Tiene gol, velocidad, fuerza y es solidario con el juego de conjunto. Otra cantar es el excesivo carácter que a veces asoma. Ojalá cuaje en el delantero que España necesita. ¡Suerte!     

miércoles, 27 de noviembre de 2013

UNA LIGA CON ESCASA EMOCION

Lo que tanto se venía anunciando ya ha llegado. La Liga española de   primera división carece de los ingredientes que durante decenios le ha otorgado saber que cualquiera le podía ganar a cualquiera poniendo en aprietos a los grandes más veces que menos.  Y vuelven las goleadas  evidenciando la enorme distancia  entre quienes manejan presupuestos astronómicos y los que se han de conformar con las migajas de un injusto reparto económico de sus derechos televisivos.

Se entiende lo que argumentan quienes le dan lustre a la competición contando con los mejores jugadores del mundo, teniendo que abordar fichajes supermillonarios y sueldos acorde con la categoría de los mismos y las cifras que manejan otra media docena de clubes en Europa. Pero tal circunstancia justificaría otra organización del fútbol en la UEFA. En un continente con tan excelentes comunicaciones lo suyo sería crear una liga entre sus grandes equipos sin menoscabo de las competiciones de honor locales. Así, un campeonato con liguilla final entre los primeros clasificados en el que participaran los dos o tres mejores de cada federación nacional: Madrid, Barcelona, Atlético, Milán, Inter, Juventus, Bayern, Borusia,  Manchester, Arsenal, Chelsea, París SG, Lyon, Mónaco, etc., o los que selo ganaran con un torneo ex profeso previo, tendría sin ninguna duda el interés continuo del que está huérfana la llamada Champions.



Otra cosa sería que en sus respectivas ligas locales pudieran concurrir con un segundo equipo competitivo y en el que se rodaran las futuras estrellas internacionales. Y eso será el futuro del fútbol europeo, primero por el propio interés de los clubes sobredimensionados y después por el equilibrio que otorga la emoción a cualquier campeonato deportivo.

En España me da la impresión de que volvemos a aquellos años en los que el Madrid y el Barça acaparaban los títulos con la única discusión posible  del Atlético y alguno más esporádicamente. También entonces contaban aquéllos con grandes goleadores que salían a más de un tanto por partido y otros que sólo por verles jugar ya merecía la pena pagar una entrada: Di Stéfano, Puskas, Gento, Kubala, Suárez, Cruyff  y Maradona después, y compañía. Todos ellos componentes siempre del mejor equipo mundial que pudiera hacerse.

Así, en la actualidad la Liga es una competición dual en la que el interés por arriba se circunscribe a si el Barça aguantará toda la competición con su inmejorable racha de victorias o si el Madrid será capaz de acortar esa distancia, por el contrario, sumando a su capacidad goleadora la regularidad en el juego de la que ha carecido, aprovechando, además, cualquier pájara de los blaugranas. Todo ello con el único aliciente de que el admirable Atlético de Simeone sea capaz de aguantar finalmente el tirón con un gran equipo pero sin la plantilla de aquéllos.

Y las emociones se quedan para la pedrea europea desde la tercera posición hacia abajo y para los duelos de la cola. La primera tiene el aliciente económico salvador de los inevitables desajustes presupuestarios de los aspirantes, y la última ha existido siempre como premio de consolación para los clubes que logran escapar de la quema para iniciar una nueva temporada entre los grandes, al hilo de otro año de suspense endeudándose hasta las cejas en tal empeño. Es decir, ruina sobre ruina. Y así vamos, hasta la debacle final.

Llegando al ecuador del campeonato, las tertulias futbolísticas de los aficionados y las crónicas y titulares de los medios de comunicación se basan en el futuro culé, con Messi lesionado, y en los sustos madridistas en cuanto el sempiterno Cristiano da con su esplendoroso físico en el césped doliéndose de algún ‘recao’ avieso de sus impotentes marcadores. Eso, más las absurdas críticas al juego azulgrana dirigido por Martino – porque es el mismo libreto de siempre con más o menos recargo de bombo -  o las dudas razonables sobre los planteamientos de Ancelotti, teniendo que lidiar con una pléyade de excelentes futbolistas consagrados y las ganas y categoría de los jóvenes canteranos o fichajes nacionales incorporados con acierto este año, en un madridismo dividido lamentablemente como herencia de los desmanes del penúltimo capricho del señor Pérez, en forma de un luso estrambótico que campó a sus anchas por el otrora señorial vestuario blanco.

Menos mal que nos queda la selección, envuelta en otras dudas sin sentido. ¿Es que no  nos acordamos ya cuando antes le ganábamos a las grandes en los amistosos para luego no conseguir nada? Anda y anda.       

jueves, 21 de noviembre de 2013

DE LA POLÍTICA, A LA POLITICA

De la mala a la buena, de la demagógica y oportunista a la obligada, de la absurda a la deportiva, de la estéril a la enriquecedora. Todo eso es lo que ha ocurrido de verdad con el partido entre Guinea y España.

El Régimen de Obiang supuestamente organizando tal evento para darse lustre, y los demagogos patrios aprovechando la ocasión para sacar la patita. Menos mal que apareció D. Vicente poniendo cordura con aquello de que allí no iban para derrocar a nadie. Y podía haber añadido que para nombrar o consolidar a un político, tampoco.



El uso del fútbol, o del deporte,  por algunos políticos no es nuevo. Y hasta ha sido bueno en ocasiones, por lo que tiene de capacidad de ilusionar  e incluso de unir bajo los mismos sentimientos de pertenencia a gentes diametralmente opuestas en tantas cosas. Pero el uso partidista o ideológico de algo en lo que se conjugan tantas interioridades personales me parece tan absurdo y peligroso como criminal.

En la historia ha habido ejemplos para todos los gustos. Desde aquéllos positivos del rugbi en Sudáfrica, con Mandela como impulsor, y el del pingpong entre los norteamericanos y chinos, como factor de distensión en sus relaciones; hasta la utilización para sus fines políticos racistas de los Juegos Olímpicos de Berlín en el 36 por parte de Hitler.

Y en España tampoco hemos andado cojos de tal desmán.  España ganó la Eurocopa del 64 jugada en España con un equipo menor del que podía haber dispuesto cuatro años antes cuando la selección contaba con Di Stéfano y Puskas en todo lo suyo (nacionalizados), más los Gento, Suárez y hasta Kubala, ya un poquito mayor. ¡Ahí es nada! Pero ocurrió que tal campeonato se jugaba en Rusia y el Régimen de Franco se opuso a que España jugara allí. Luego sí vinieron aquellos a España y le ganamos la final en el Bernabéu.

Ahora estamos asistiendo al uso del Barça como arma arrojadiza política a favor del independentismo catalán. Y lo peor es que el intento ha calado en una gran parte de los seguidores culés en Cataluña. Ahí está el inicio del peligro que indicaba. Algún día, y ojalá me equivoque, lamentaremos algún hecho criminal a rebufo de tal engañifla.

Y llegamos a la buena política alrededor del partido amistoso internacional jugado en la antigua colonia española. Y fue el debut de otro canterano barcelonista en la selección: Bartra. Y no por proceder de allí, sino por lo que significa para el fútbol español que un club apueste por sus chavales jóvenes para suplir sus necesidades más relevantes. Se hablaba mucho de que el Barcelona necesitaba un central, y van y con valentía paciente se inventan uno. ¡Tomen nota los mediocres y billeteros!

Lo mismo podríamos decir del Atlético de Simenoe. Necesitaban un lateral derecho hace dos temporadas y el argentino reinventó a Juanfran, pasándolo de extremo a defensa,  con tal éxito que lo hizo internacional ni más ni menos que con la campeona de Europa y del mundo actual.

Esos dos ejemplos son los de verdad admirables, por lo que tienen de política deportiva sostenible y motivadora para los más jóvenes, quienes, en definitiva, tienen el futuro de nuestro fútbol en sus cabezas y pies. Y para eso hay que incorporar a los cuadros de mando decisivos a los técnicos que tienen la capacidad de adivinar potencialidades y el valor de apostar por la savia nueva.   Lo otro, aquello de decir: “me falta un medio o un delantero, ¿dónde hay uno bueno que lo compro?”, es de los mediocres y ‘carteranos’ a los que hacía referencia antes.

Los equipos españoles llegarán en buenas condiciones a la recta final de los campeonatos europeos de esta temporada, otra cosa es que los coronen. A ver si los blancos lo hacen con sus jóvenes incorporaciones nacionales dentro del equipo titular, porque en el Barça y Atlético, con políticas bastantes opuestas en lo que comentábamos,  eso lo tenemos garantizado.

Como también tenemos asegurada la presencia de nuestra selección en Brasil donde la veremos desarrollar de nuevo la excelencia de su juego. Otra cosa será que se pueda volver a ganar el trofeo, porque, no lo olvidemos, el fútbol no deja de ser un juego en el que el azar tiene más importancia de la que creemos. Luego se justifica el acierto con mil argumentos, pero hay uno que nunca falla: la suerte del campeón. Que así sea.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

GOLFOS, FRESCOS Y CAMPAÑAS

Lo de las campañas en contra urdidas por no se sabe muy qué intereses bastardos es algo que siempre han enarbolado los frescos para tapar a sus golfos, cuando no su propias golfadas, con el fin de poner sordina a las informaciones  que les pongan en la picota a ellos o a sus instituciones,  difamando al mensajero o destapador de aquéllas. Y siempre con la misma trama: es tan gordo lo que sale a la luz que, una de tres,  se censura en lo posible usando todo tipo de argucias, si se puede;  se ofrece una cabeza de turco menor cuando el asunto es tan imparable como elocuente; o se niega todo desde un comunicado impersonal eludiendo  las explicaciones o preguntas, o, sencillamente, desde el silencio. Y, en todo caso, se inicia una caza de brujas interna buscando al topo traicionero que ha filtrado las tropelías hacia afuera, aparte de  iniciar un ataque inmisericorde contra quienes hayan osado sacar a la luz pública tales canalladas.

De todo en la historia contemporánea

A lo largo de la historia han sido tantas estas  sinvergonzonerías que sería prolijo enumerar hasta las más notables. Pero ciñéndonos a nuestra historia reciente las hemos tenido de todos los colores sociales, políticos y sindicales.

Desde aquella lejana letanía republicana en ese sentido, en la que los gerifaltes que la gobernaron  desde su mismo inicio, en 1.931, veían enemigos por todos sitios, que, aunque los hubieron,  siempre fueron menores que sus propios actos por acción u omisión; hasta la del  Régimen personalista del general Franco, que pasó por dictadura,  ‘dictablanda’ y ‘distapoco’,  pero siempre con las supuestas campañas ‘antiespañolas’ por bandera, confundiendo España con los intereses de quienes mejor vivían en aquellos larguísimos años. Y para señalar las manos ocultas de quienes las orquestaban, lo mismo les daba las conspiraciones marxistas y comunistas que las nunca bien  definidas ‘judeomasónicas’;  ni bien  aclaradas  tampoco.

Frescos en la más reciente
                    
Y llegando a las más recientes, nos encontramos con  la famosa paranoia de Felipe González cuando en lugar de aclarar y llevar él mismo a sus compañeros de partido y gobierno cogidos en diversos y sucesivos latrocinios  a los tribunales, se sacó de la chistera la tan famosa como inexistente confabulación entre los peperos de Aznar y los comunistas de Anguita para acabar con él y lo que representaba : “Aznar y Anguita la misma mierda…” . Así como también la elevación de un periódico, que le sacaba los trapos sucios, a la categoría de enemigo público  principal y obsesivo, llamándole   ‘el inmundo’.

Más cerca en el tiempo tenemos  la cantinela de Rajoy y su corte señalando a diversos medios de comunicación como inspiradores de la trama Gürtel o la de Bárcenas – alguno de ellos el mismo que obsesionó a los socialistas - sin explicar aún la realidad de sus actos u omisiones y, claro está, proclamando a todos los vientos sus ilustres inocencias y limpiezas ‘patenarias’, sin sacar a la luz ni empapelar tampoco a sus indudables golfos.

En todos los casos señalados aparece la figura del fresco tras la del golfo implicado: el que dice que el partido o institución de que se trate está a salvo de ningún desmán. Incluso a veces se atrevieron a poner la mano en el fuego por algún notable sinvergüenza demostrado,  pero no se queman, como tampoco se mojan bañándose en la cosa política demasiadas veces. Debe ser que la frescura golfante es ignífuga e impermeable.

El sindicalismo nacional

Ahora tenemos el ejemplo de los ERES andaluces y el de la UGT. Resulta que de aquéllos no sabían nada los sucesivos y diferentes frescos mandamases de la Junta, y todo es una campaña de la derecha recalcitrante, con la dignísima juez Alaya como alfil.  El último de este jaez en salir a la palestra  es el eterno Méndez – con el apoyo del tan inverosímil como sospechoso de cualquier cosa cuando menos regular tirando para mala, Rubalcaba- , quien arguye que todas las mangancias de sus subordinados, muchas de ellas de un chabacano sólo comparable al de sus protagonistas, son producto de la campaña de un medio de comunicación.  Y claro, se trata de un supuesto ataque al sindicalismo en general, porque así como el Rey Sol proclamaba en Francia que el estado era él, aquí y ahora resulta que el sindicalismo son la UGT y Méndez.

-         ¡Oiga! ¿y los cuartos dónde están o en qué se han gastado?
-         Y los golfos quiénes son y dónde están?

Ni aquellos respondieron nunca ni éste lo hará ahora. La culpa siempre es de otros con tal de seguir chupando del bote con descaro, alevosía y poca vergüenza.  Y quien citica a la parte, por cualquier motivo justificado o golfería, ataca al todo.  Da igual lo que sea o quiénes sean.  Si Francia era  Luis XIV; la II República, la izquierda; el franquismo  España o la democracia Felipe; Méndez es ahora el sindicalismo nacional.


Del golfo público al fresco ilustre y a la campaña paranoide  sólo media un despropósito o un robo. 

domingo, 10 de noviembre de 2013

EL TELEGRAMA DE RAJOY

Como aquel repetidor que telegrafiaba a sus padres glorificando sus malos resultados, Rajoy se empeña en repetir sus errores, aumentándolos.

Desaprovechó sus magníficos resultados electorales, tanto en las elecciones municipales y autonómicas como en las generales subsiguientes menos de un año después de aquéllas, para hacer lo que los españoles que le votaron mayoritariamente esperaban: sacarnos del hoyo donde nos dejó la incompetencia de Zapatero zopencamente apoyado por sus muchachas y muchachos. Entonces debió tomar las difíciles medidas radicales que la ocasión demandaba, y ahora, al socaire de una etérea e impersonal mejoría de la economía española sólo acreditada desde la eventual buena marcha de la Bolsa y la esperanzadora deriva del costo de nuestra deuda pública, trata de jugar a la ruleta rusa del oportunismo político de cara a las próximas citas electorales continuando con la dejación de sus funciones.

La economía real

La situación económica vuelve a moverse actualmente por los arcanos de unas expectativas de futuro que los grandes inversores internacionales aprecian desde sus no menos ignotas atalayas supranacionales. Pero la realidad para lo importante de cara al futuro es que ni crece el empleo estable, ni hay dinamismo en el mercado interior, ni crece el consumo, por lo tanto; ni fluye el crédito hacia el sector real de nuestra economía ni, por consiguiente, lo hace la inversión empresarial necesaria para reactivarla. Y eso es algo que no precisa de lentes sociológicas para comprobarlo. Basta con mirar a nuestro alrededor.

La de Rajoy y ‘su Montoro’

Si con la soga al cuello no fue capaz Rajoy de echarle a la cosa lo que los valientes ponen en juego cuando hay que arremangarse, dando la medida de su medrosa mediocridad, mucho menos lo haría en época de bonanza. Y si llegaran las vacas gordas, que ojalá lo vean nuestros atribulados ojos aunque es muy improbable con su liderazgo, le ocurrirá como a los  lidiadores realmente malos: que un buen toro descubre a un mal torero.

Se limitó en su momento a la facilona subida de todos los impuestos, ¡todos!, con tan irregular como inoportuno calendario, estafando a quienes le votaron con el ruin incumplimiento de las promesas electorales incluidas en su programa. Y, también, con la miopía indignante de no ver la necesaria poda del sector público, que es la verdadera carcoma arruinadora de los presupuestos del Estado; si los ingresos no llegaban para cubrir los abultados gastos lo natural hubiera sido acometer urgentemente la disminución de éstos de un modo suficiente. Y hablo de gastos corrientes estériles y no de bases esenciales: las subvenciones a mangantes de toda laya, las innumerables empresas públicas o los enchufados en las AAPP, por reiterados ejemplos.  Limar gastos superfluos es lo que ocurriría en cualquier lugar y circunstancias modificables por la voluntad humana.  Temía y teme enfrentarse a las protestas de los paniaguados afectados  que hicieron de vivir de los presupuestos públicos su insolidaria dedicación egoísta particular,  sabiendo que los sufridos y esquilmados contribuyentes no suelen protestar en manifestaciones multitudinarias, aun cuando se acuerden en privado de los familiares vivos y muertos de quienes les roban hasta la ruina.

Pero claro, esto último se manifiesta silenciosamente en las urnas, y a ello sí le temen quienes se han hecho profesionales de la política con una de las  divisas de la peor cara dura militante: el valor de los cobardes, evidenciado habitualmente en respetar sólo a quien temen.

Con tal hoja de ruta, se trata ahora de prometer una indefinida bajada de impuestos, desde su escasa credibilidad, a la vista del más que probable batacazo electoral que se anuncia tanto desde todos los miradores sociológicos como del propio sentido común y el ruido de la calle.

Y para ello ha tomado un camino demencial, también producto de su propio autismo político, ensalzando como “un gran ministro” al nefasto ministro responsable de ambos desmanes, el ahora ‘socialistoide de pitiminí’ converso  e inefable antiliberal Montoro; el encargado de los impuestos y de la administración pública. Y cuando entrecomillo la reciente querencia ideológica de sus actos  es por el respeto que me merecen los auténticos, como todo aquel que se respeta a sí mismo y a los demás sin engañar respecto a sus creencias.

Claro que, en aras del oportunismo político, D. Mariano podría haberle sacrificado siguiendo el manual propio de la politiquería más indeseable, pero ha preferido una inquietante lealtad. Virtud, que si no fuera por el abundamiento en la ruina que ambos al alimón nos han procurado, sería hasta loable, pero que en las presentes circunstancias no es sino una promesa de una muy preocupante futura incapacidad de gobierno.

El telegrama

Y es que, como aquel mal estudiante, ‘el mudito’ Rajoy anda redactando su cínico y engañoso telegrama tras los exámenes de septiembre: “Queridos padres: exámenes extraordinarios, profesores entusiasmados, quieren que repita, y repito”.

Ni supo torear al malo, ni sabe lidiar al regular, ni hará faena al bueno; si llega. Pero, además, en nada: ni en economía, ni en política interior, ni en capacidad de liderazgo, ni en la ilusionar a la población expectante, ni siguiera, y eso ya es para echarse a temblar, en la transparencia ejemplarizante de su propio partido.

Su herencia: ¿a quién votar?

España va saliendo de la respiración asistida en sus grandes números gracias a un sector de la economía real que ha debido ganarse la vida en el extranjero; como en aquellos lejanos años de alpargata de los sesenta del siglo pasado en unas condiciones distintas y con unos protagonistas diferentes bajo un régimen político en las antípodas del actual.

¿Rajoy? Ojalá pase ese amargo cáliz de nosotros lo antes posible. Y lo peor es lo que pueda seguirle si no ocurre antes la catarsis que España necesita. ¿A quién votar?, se preguntan sus seguidores menos ‘apesebrados’. Ésa será su peor herencia. El páramo infame en que dejará también las opciones políticas de centro y centro derecha que representa. ¡Suerte!, porque la necesitaremos ante la atomización política que nos espera.

LOS PRESIDENTES PERSAS (2)

Hace dos semanas recordábamos el Manifiesto de los Persas, refiriéndonos el modo omnímodo en el que ejercen  algunos presidentes cuando logran que sus aficionados se postren a su pies, con aquella nefasta proclama del “aquí nos tienes, señor, lejos de nosotros la funesta manía de pensar”.

En la actualidad, el máximo exponente de tal dictadura es Florentino Pérez. Aunque ya empieza a tener alguna contestación en algunos sectores del madridismo, lo cierto es que durante demasiados años ha ejercido con carta blanca para lo que se le antojara. Recordábamos sus primeros seis años, en los que tuvo luces al principio respetando el legado de su antecesor, Sanz, que había ganado dos copas de Europa y una Liga en medio de ellas; incorporando en el inicio del ‘galactismo’ a Figo, Ronaldo y Zidane, para hacer otro triplete sucesivo con dos Ligas y una Champions. Después, con su tabla rasa ‘manu militari’ de Del Bosque, Hierro, e incluso del mismo Valdano, inició su caída; no ganando nada relevante más hasta su huida por la gatera mallorquina, tras haber hecho un club ingobernable donde se tenían más en cuenta los contratos publicitarios de sus estrellas que los criterios meramente futbolísticos.

Sus objetivos reales ya los había conseguido a esas alturas, pasando de ser un señor al que nadie conocía fuera de su familia y círculo de influencia en Madrid – antes del año 2.000- a ser un empresario de referencia en España y en buena parte de Europa – año 2.006-.

Tras dos años largos en sus cuarteles de invierno, dedicado a rentabilizar en sus empresas las excelentes relaciones cosechadas en su presidencia, y dejando el club en manos de un ingenuo, efímero e inoperante Fernando Martín – Martinsa-; volvió a la presidencia con ansias renovadas. Las dos temporadas anteriores había presidido el club un controvertido Ramón Calderón, que a pesar de ganar dos Ligas seguidas nunca contó con las simpatías de la masa madridista ni de la prensa afín. Seguramente sus maneras, pero sobre todo los chanchullos barriobajeros detectados en alguna asamblea, lograron que el madridismo pidiera a gritos un cambio en la presidencia blanca.

Esa marea ‘anticalderoniana’, manejada habilmente por el ‘florentinismo’ emboscado, con  Eduardo Inda al frente del diario Marca como máximo exponente del mismo, logró su sibilino propósito. Dicen que tal cruzada le costó el puesto, por su descaro, al periodista balear – el incombustible José María García llegó a llamarle jefe de prensa de Florentino en un programa de Mundo TV con Pedro Jota Ramírez de testigo -, volviendo al periodismo de investigación donde es todo un especialista de éxito.

Así, volvió al club en olor de santidad y multitudes faltándole sólo entrar bajo palio al Bernabéu, e inició una nueva era de presidencialismo agudo. Y lo hizo acompañado de nuevo por su escudero Valdano, quien al poco tuvo que coger de nuevo el olivo cuando en un ataque de protagonismo presidencial, Pérez cometió el despropósito de fichar al ínclito Mourinho porque el año anterior, con más suerte y ayuda arbitral que gloria, había eliminado al todopoderoso Barça de Guardiola en Europa con un Inter con Eto’o de lateral izquierdo en el Nou Camp. Y para tal desgobierno, largó a un excelente técnico como Pellegrini, que había fichado con criterios meramente futbolísticos su ayuda de cámara argentino, con la excusa del ‘alcorconazo’ en la Copa del Rey de esa temporada.

Más tarde, con el paupérrimo bagaje de una Liga y una Copa en el palmarés del luso ‘metedetodo’ en tres temporadas, contando con la plantilla más cara en la larga historia blanca, se cobró también la cabellera del lusitano y fichó a un técnico italiano más educado y elegante, pero también más manejable.

Si primero fue lo de ‘Zidanes y Pavones’, ahora es aquello de que los técnicos se ocupan de los fichajes menores – Isco, Illarra, Carvajal y Cía –  ocupándose él de los grandes – Kaká, Benzema o Bale ( y tienen que jugar, sí o ) -, porque el que realmente ha sido el mejor fichaje del Madrid en los últimos tiempos, Cristiano Ronaldo, fue la grandiosa herencia que dejó Calderón, pese a los intentos de Pérez de aparecer como protagonista.

Ha hecho fortuna que la desgracia de don Florentino ha sido  el mejor Barça de todos los tiempos. Pero, como decía el excelente técnico asturiano Pasieguito, tras un buen partido del Murcia ganando a su enorme Gijón de Quini en la Condomina: “contra los buenos marcajes existen los mejores desmarcajes”. (Continuará, sDq)   

miércoles, 30 de octubre de 2013

LOS PRESIDENTES ‘PERSAS’ (1)

Con  permiso de mi amigo y antiguo estupendo profesor de historia, Juan V. Rubio, taurino de cuna pero un tanto blandito en los últimos años cuando hace  críticas en la materia dados sus postulados ‘toristas’ de hace algún tiempo – serán la docena larga de quinquenios, como él mismo reconoce- , voy a recordar el antiquísimo manifiesto de los persas para referirme después, desde su meollo, al modo más dictatorial que presidencialista, siendo éste el remedo inicial de aquél,  con que algunos mandatarios de instituciones relevantes ejercen sus responsabilidades.

En la antigua Persia, cuando un rey sustituía a otro, sus súbditos se postraban de hinojos ante él repitiendo el llamado ‘Manifiesto de los persas”, que acababa con una frase memorable entonada al unísono por todos ellos ante la mirada complaciente del nuevo monarca: “Aquí nos tienes señor, lejos de nosotros la funesta manía de pensar”. Y claro, el futuro sátrapa de turno, viendo a los más notables de su reino arrodillados a sus pies y diciendo tamaña ignominia para complacerle mostrando su fidelidad más humillante, crecía dos palmos tanto física como anímicamente y a partir de ahí reinaba sin freno ni tasa haciendo a menudo su voluntad más dictatorial por las buenas, las malas, o peores, sin reparar en nada.

Hoy en día tenemos a algunos de ellos muy relevantes en nuestro deporte, y el fútbol no iba a ser una excepción, tanto en clubes como en federaciones. Y de monetaria manera estarían justificados quienes se juegan sus cuartos en lo que presiden. Pero los que no han puesto nunca un duro, o pocos, ni piensan poner, sino que muy al contrario aprovechan su cargo para vivir como reyes persas porque de un modo natural, con lo que le da su mata, serían incapaces de hacerlo, producen vergüenza ajena no sólo por ellos, que también y mucha sobre todo cuando se les conoce su ‘pelagatería’ anterior, sino principalmente por los presididos. Y en ese papel vergonzante entran tanto las propias entidades representadas por tales paniaguados, como los clubes y aficionados a los que rigen y pastorean. Yo conozco a unos cuantos en nuestro entorno inmediato, algunos muy significados, y supongo que ustedes también. Pero vayamos a los que presiden los clubes más insignes de nuestro deporte por excelencia.

El Sr. Pérez decidió a mediados de los noventa del siglo pasado salir de su más frustrante anonimato por sus querencias populistas y empresariales, presentando su candidatura a presidir el Real Madrid. Se llevó un revolcón en su primer intento, 1.995, porque le madrugaron los votos por correo – él dixit-  los chicos de Mendoza con Lorenzo Sanz a la cabeza.  En su segundo, allá por el 2.000, se aplicó el cuento devolviéndoles con creces la jugada ganando unas votaciones en las que el antiguo maniobrero ‘mendocino’ y presidente sucesor  Sanz, se durmió en los laureles de las 7ª y 8ª Copas de Europa ganadas  en el 98 en Amsterdan, ante la Juventus de Zidane, y en el propio año electoral en París, en el 2.000, ante el Valencia de Cooper; aparte de la Liga intermedia.

A partir de ese momento inició una gestión que pretendía personalista pero que partió de la sabia premisa de mantener el bloque anterior, con Del Bosque al frente y la guinda del fichaje electoralista de Figo, birlado al Barça del empequeñecido Gaspart, y algunos retoques de menor cuantía. Y tuvo un éxito inicial importante ganando la Liga, la Champions y la Liga de nuevo, en el inicio de la etapa galáctica, incorporando a Zidane y Ronaldo como estrellas mediáticas y futboleras.

Una vez el choto en la cuadra, ganándose el favor del respetable de un modo multitudinario con los aficionados blancos postrados en plan persa y Valdano de maestro de ceremonias, pensó que había llegado el momento de ejercer como tal rey déspota, y empezó a cavar su primer gran fracaso. Prescindió del entrenador heredado y de un baluarte como Hierro, fichando supuestos galácticos más vendedores de camisetas que otra cosa, Beckham fue el caso más flagrante;  a partir de ahí no ganó nada. Luego, en el 2.006 tuvo que coger el taurino olivo porque había convertido el club blanco en algo ingobernable. 


Sus demás mediocridades son historia reciente, y ahora se encamina hacia su segunda y definitiva ‘culá’. Pero, eso sí, una mayoría de aficionados madridistas siguen postrados a sus pies en plan de irreflexivos súbditos persas, por los continuos señuelos que cada año les lanza. (Seguiremos. sDq)

Y ENTRE FLOR Y FLOR, UNA PAVA

Como la actualidad obliga, dejaremos para entregas siguientes el análisis de presidentes ‘persas’, comentando el Barça-Madrid de este sábado.



Como todos los partidos de este nivel,  se presentaba con un favorito previsible; en este caso los blaugranas. Pero, también, con la incertidumbre que siempre generan: lleguen como lleguen merengues y culés, a un partido puede suceder cualquier cosa, y, normalmente, suele jugar mejor quien está peor clasificado. Y existe, además, otra incógnita: cuál de los dos técnicos trata de sorprender a su rival encarando el partido con algún invento sobre la marcha, renunciando a las señas de identidad previas que lo hacen reconocible sobre el terreno.

Y esta ocasión no ha sido menos que otras muy recordadas. Así, Ancelotti tiró del manual italiano que le es propio de cuna  para enmarañar el medio campo, desde donde los barcelonistas crean su inmensa superioridad. Y lo hizo sacrificando la idea de buen fútbol que está ensayando desde el principio de temporada aunque los resultados no hayan sido brillantes. Con Ramos de medio centro, Kedhira y Modric de interiores y los tres de arriba, Bale y Di María sobre todo, muy flexionados también hacia atrás y Cristiano fijo en su banda,  trataba de impedir que Xavi, Iniesta, Cesc  Busquets y Alves trenzaran con sus dos delanteros figurones.

Durante los primeros minutos el invento  funcionó: el Barça tocando en su propio campo con Piqué y Mascherano como máximos exponentes. Eso, más el detalle táctico de que Alves no se incorporara al ataque, como en él es habitual, dejando a Messi sin su principal habilitador de espacios para arrancar desde la derecha, y a Neymar sin receptor recurrente cuando se pasa en sus diagonales, fueron claves en el aparente control blanco de la situación. Pero claro, cuando se juega contra natura, el rigor esquemático no dura demasiado. Y hubo un par de matices que liquidaron el ‘sistema italiano’ de don Carlo. Ronaldo se cansó de que no le llegaran balones,  abandonando su estatismo en la banda izquierda para ir a buscarlos, y Ramos usó los codos demasiado en el medio campo, como se suele hacer con escasas sanciones en los bordes del área propia, o dentro de ella. Resultado: que Alves empezó a asomarse por su banda al balcón madridista y que el sevillano, tras una tarjeta por reiteración en lo señalado, hubo de bajar el pistón defensivo. Y en ese momento encontró el Barça su juego de siempre. Le bastó un cuarto de hora de buen fútbol para que Xavi e Iniesta encontraran un par de huecos desde su exquisita clase y crearan dos situaciones de gol. Una la convirtió Neymar con algo de suerte y la otra la desperdició increíblemente Messi con todo a su favor.

Comentaba con algunos amigos viendo el partido que me parecía absurdo desperdiciar a dos baluartes  como Illarra e Isco calentando banquillo. Y es que, no se puede afrontar con garantías un partido frente al mejor medio campo del mundo sin medio campo propio. Puede sonar la flauta en un saque de esquina o una falta, sí, pero eso lo hace un equipo menor. Todo un Real Madrid debe tener más y mejores argumentos para ganar cualquier partido. Y tal certeza se pudo observar en cuanto el técnico italiano dio entrada a Illarramendi, quitando a un Ramos que anduvo perdido en su novedosa situación de medio centro persiguiendo sombras y sin poder emplearse con su fuerza habitual en el centro de la defensa, donde sí se le echó de menos en más de una ocasión.

Y la guinda a lo que debe ser el sabroso pastel merengue fue la entrada de Jesse, quien le dio otro aire a la roma delantera blanca del sábado en el Nou Camp: sólo una ocasión clara de Ronaldo con Valdés al quite soberbio, y un gran disparo del ‘guadianesco’ Benzema al palo, aparte del buen gol del canterano canario, no justifican los millonarios desembolsos puestos en el campo por el Real. ¿Para cuándo los jóvenes al poder? No entiendo que Illarra, Isco, Morata y Jesse no sean titulares en este equipo.

¿Y el árbitro? Pues hubo de todo. Busquets se llevó una tarjeta muy dudosa enseguida, Ramos debió ver la roja antes de la media hora por dos codazos tontos y Pepe le hizo un penalti claro a Cesc. ¿El de Ronaldo?  Pudo ser, pero en Europa tampoco se hubiera pitado.

Más fútbol creativo, menos inventos y fuera excusas lloronas.             

domingo, 20 de octubre de 2013

VALORES Y TÓPICOS

Se dice en teoría de la comunicación que todo lo que no añade, estorba. También, que entre el emisor y el receptor viaja el mensaje, por el medio elegido, entre ruidos. Éstos son las interferencias que impiden entendernos con claridad, añadiendo elementos que distorsionan  la utilísima sencillez  con que podemos comunicarnos. Y muchos de ellos nos los inventamos, a veces, para tapar nuestras propias carencias.

Ocurre como cuando vemos a un buen futbolista jugar a la pelota. El que  es bueno de verdad lo hace con tanta sencillez que viéndole parece fácil hacerlo. Es igual que cuando escuchamos a alguien explicar algo de lo que verdad sabe; se le entiende fácilmente. Y, al revés, cuando a ese alguien no se le entiende es porque tampoco él sabe de lo que está hablando; usa términos ajenos y enrevesados para tapar su propia ignorancia.  Y esto ocurre en el fútbol demasiadas veces.

Viene todo esto a cuento de la fraseología que hace fortuna vacía en nuestro deporte. Insisto en ello por los comentarios que me hacen algunos lectores y amigos respecto a lo que expuse hace unas semanas.

Veamos. Una jugada determinada a balón parado se puede ensayar repetidamente para ejecutarla con inteligencia en el terreno de juego,  engañando al contrario o aprovechando sus debilidades y las fortalezas propias, y en ese caso se puede hablar de un movimiento estratégico. Pero de ahí a llamar a cualquier saque de esquina o de falta una jugada de estrategia hay el mismo trecho que va entre un comentarista con personalidad a un piernas. Lo mismo ocurre con la manía absurda de incorporar términos de lenguajes extranjeros a hechos futbolísticos. El ejemplo más tonto, por reiterado, lo tenemos en señalar que un futbolista ha marcado tres goles con dos palabros ingleses de los que no quiero acordarme. El español es incluso más rico que otros para denominar cualquier circunstancia que se desarrolle en un campo de fútbol. Así que, como valor a tener en cuenta antes de seguir borreguilmente modas con poco fundamento y costumbres extranjerizantes, entendámonos en castellano. Gracias.

Como valores son también los que perseveran en aprovechar las mejores características de nuestros internacionales en la Selección Nacional – lo de la Roja es otra tontuna tópica -. Cuando un equipo se cierra con todo el equipo detrás de la pelota apuesta por el aburrimiento. Pero a muchos les aburre, paradójicamente, el equipo que tiene que atacar machaconamente para abrir las líneas del aburridor. Cuando hay una madeja tupida delante de la portería contraria y sus mimbres son buenos defendiendo, ya me dirán ustedes qué caminos tiene el que pretende marcar que no sea el de la paciencia. Pues eso es lo que hace el equipo de Del Bosque o el Barça cuando se le cierran los equipos rivales, que es casi siempre.

En la realidad anterior también ha hecho fortuna el consabido “aburren” en boca de algunos. Sin embargo, para otros muchos es una manifestación de superioridad que desearíamos que durara decenios. Cuando eso no sea así añoraremos estos tiempos de tan buen fútbol y tantos éxitos. Al contrario de lo que ocurre con aquéllos en los que casi siempre nos quedábamos a las puertas de nada. No son para desear que vuelvan, creo.

Valores son también la sencillez, la humildad y el trabajo bien hecho. Al contrario de algunos especímenes que andan por ahí diciendo que han sido los mejores en clubes que cuentan su trayectoria por éxitos. Como uno de quien les hago el favor del anonimato, por tontuna reiterada, diciendo que ha sido el mejor entrenador del Real Madrid en su historia. Este tipo soñará siempre con sus años blancos  por la frustración que acumulará sabiendo que cogió el olivo por incapacidad manifiesta. Ha hecho tópicos de sus absurdos, y la pena es que todavía hay demasiados simplones que los repiten.

Otro contravalor que también hace fortuna en el fútbol es el que asegura con suficiencia infundada que a los jóvenes hay que dosificarlos para que triunfen. Será a algunos; ya me dirán la calma que necesitaron Raúl, Casillas o los colegas de Butragueño para llegar a donde apuntaban. A ver si Ancelotti se dejara también de tópicos apostando por Morata, Jesé y Carvajal. ¡Cuántos se han desaprovechado por tal gilipollez!

Y ya, lo del Barça y el nacionalismo irredento sería para que “se lo hicieran mirar”, hablando propiamente. Los fracasos que se esconden tras esa engañifla impropia son tan gordos como numerosos.    

lunes, 7 de octubre de 2013

AZNAR Y EL MUDO

Aznar había vuelto de uno de sus incesantes viajes a cualquier país de los que sajones son. Más que nada por vigilar algunos intereses personales por aquello de los sillones con felpudo que su retiro le proporcionó: asesorías varias de lo que haga falta, vocalías onerosas en diversos consejos de lo que sea, charlas múltiples en universidades diversas atando moscas con el rabo, alguna cátedra honorífica por allí y algún ‘chollete’ por acá; en fin, lo típico en quienes han ocupado cargos de su relieve en el mundo mundial y que han sabido hacérselo en sus últimos años apoltronados. Hablando, claro está, de los listos, aunque de los otros también andamos sobrados; el de la Alianza de las Civilizaciones, por ejemplo, que atiende por Zapatero y cuentan que incluso una vez estuvo a punto de dar una conferencia en algún lugar ni más ni menos que de economía. ¡Vaya tela!

El primer mudo

Todavía, el primero tiene de qué presumir; ahí están los datos económicos de España en su mandato, pero lo del segundo es para echarse mano a los blandos. Es como si a su antecesor le diera por evangelizar al personal con charlas pacifistas. Aunque él realmente no metió a España en ninguna guerra, vendió muy mal su papel de ‘mandao’ o ‘correydile’ de que “sí hay armas de destrucción masiva en IraK”,  de ‘su primo yanqui Busch’.  Aunque también es verdad que algunos réditos en influencias europeas y mundiales sí consiguiéramos; véase si no el ejemplo de Perejil, donde el intrépido ministro de la cosa militar, el tal Trillo, pudo sacar pecho sin que nadie nos chafara la guitarra. No sonrían, porque ahora no podríamos asegurar nada.

Todo lo contrario del lumbrera de la ceja, que nos metió de cabeza en el avispero de Afganistán con nobles excusas, como aquel eufemismo  de ir  de la mano de la ONU. Ahora bien, en beneficio del segundo hay que decir que vendió su burra pacifista de sobresaliente ‘cum laude’. Lástima que sólo hubiera talante para parecer tal cosa y nada de talento para todo lo demás; el mudito y manco leonés de los mineros – nunca cantó la internacional ni levantó el puño con ellos- dejó el país hecho una ruina.

Un chiste, con perdón.

Pero vayamos al otro. A la auténtica maravilla de la naturaleza.

Les decía que recién llegado a España y de atender algunos compromisos locales menores, algún antiguo colega de gobierno le contó el chiste aquel del matrimonio que tuvo  gemelos naciendo   uno de ellos sordomudo. Tras múltiples intentos fallidos con especialistas españoles durante varios años, cuando los chicos ya habían hecho la comunión alguien les dijo que en Nueva York había una eminencia en la materia que arreglaba esos problemas enseguida. La única pega es que era muy caro. Aquéllos abnegados padres sacrificaron gran parte de su patrimonio y al poco tiempo la madre cogió un vuelo a la gran ciudad norteamericana con su hijo mudito tras conseguir la importante cita previamente.



Llegaron domingo  y hasta el lunes tenían tiempo libre. Y la ilusionada señora llevó a su hijo a Central Park. La mala fortuna en aquel día soleado fue que unos niños americanos que jugaban al beisbol le arrearon tal pelotazo al chaval en la cabeza que dio con él en el suelo. El mudito se levantó con un  cabreo  muy natural y dirigiéndose a los ‘yanquitos’ les llamó de todo; además de hijos de puta.

La madre, asustada por lo primero y asombrada por la reacción del chiquillo, le puso rápidamente un correo a su marido diciéndole: “Pepe, milagro. Nuestro hijo ya habla, y les ha dicho a unos de aquí que son unos hijos de p….”. Ansiosa, empezó a reconocer al niño por si tenía alguna herida por el pelotazo y al momento la lucecita parpadeante del teléfono le devolvía la respuesta de su marido: “ Hija de la gran p… ,tú, que te has dejado aquí al mudo….”.

El chiste había hecho fortuna en la sobremesa de la cena y el matrimonio Aznar marchó a casa a disfrutar del merecido descanso.  Pero antes de acostarse doña Ana le dio las quejas familiares y políticas por el silencio de Mariano Rajoy ante  las cosas de Bárcenas y el resto de problemas que acuciaban al país. Esa madrugada don José María sufrió una pesadilla terrible.

Resultó que en su tercer sueño, cuando alumbran los pasados, se vio en el papel de aquella sufrida madre. Y es que se había llevado para allá a Rodriguito dejando aquí a Marianico.

Y claro, el patrón, don Manuel Fraga en su papel de padre, le había enviado un telegrama desde el más allá llamándole de todo menos bonito en uno de sus legendarios arranques, recriminándole que se hubiera dejado en España al mermadito. Y salió echando leches para Antena 3.

El mermadito auténtico

Rodrigo volvió pronto en malhadada hora para él queriendo ser un financiero de postín, y en poco tiempo tiró por tierra el enorme capital político adquirido con su gestión económica en el gobierno de Aznar. Y Mariano sigue aquí haciendo mimos, donde lo dejó ‘su madrecita’y peor aún, porque más allá de acabar también con sus réditos políticos ha arruinado los de su partido tirando por tierra la añorada gestión económica del PP durante el gobierno de su padrino Aznar, en el que participó.

¿Cómo es posible que no aprendiera nada de aquello y siga empeñado en sacar a España adelante arruinando a las clases medias en su sentido amplio?

Escuche, Presidente:

¡¡¡Que es la bajada de impuestos para cebar la bomba del empleo, hombre!!!

¡¡Deje de hacer el Tancredo y largue de una vez a esos social cristianos ‘montorianos’ que les endilgó el inefable  compañero Arenas desde donde nunca pudo gobernar!!

¡¡Sea usted liberal y ejerza, que para eso  votaron a su partido tan mayoritariamente como a nadie los españoles!!   

 Y, por favor,  háblenos usted, que estamos desesperados con tanto silencio para todo. Y sin mentir, a ser posible, claro.         

ATLÉTICO, BARÇA, MADRID Y LOS ‘ESTRAPEGAS’

El Atlético es un martillo pilón, el Barsa sigue siendo una fantasía y el Real anda en busca de su fútbol perdido. Así podríamos sintetizar el estado actual de los tres máximos exponentes de nuestro fútbol.


Pero vayamos al trigo evitando perdernos con el trillo mareante dando vueltas a los tópicos.

Se dice que Simeone ha dotado a los colchoneros del espíritu guerrero que él atesoraba como máxima virtud cuando jugaba. Pero ha tenido la suerte de contar sucesivamente con dos goleadores en estado de gracia. De no haber mediado tal circunstancia andaría siendo, como casi siempre, el pupas, a pesar de que de medio campo para atrás fuera la roca que aquél preconiza: morder en el medio y tumbar a cualquier OFNI  que se acerque por su área.

La realidad, sin embargo, es que Falcao y Diego Costa han hecho bueno el trabajo de sus compañeros, y ello ha permitido que futbolistas como KokeMario Suárez o el veterano Gabi luzcan sus virtudes en el medio, como todo el mundo dice ahora. Para mí, la virtud del técnico argentino ha sido dotar de personalidad al equipo, aprovechar a sus goleadores y hacer cosas importantes como apostar por un delantero como Juanfran para hacerlo un lateral con oficio y profundidad hasta llegar a internacional con España.

El otro argentino, el tal Tata Martino, tiene su mérito en aprovechar el buen viaje que traía del Barça desde Guardiola haciéndole recuperar la virtud de la presión de medio campo para adelante que se había perdido en la temporada anterior;  uno de los inicios estratégico de D. Pep para conseguir lo que nadie. Junto a ello también está teniendo la fortuna de que Messi continúe enchufándola a pesar de sus lesionados  inicios –  ojo- , que Cesc esté  en un momento extraordinario y que Pedro haya recuperado su instinto goleador. Y otro detalle importante ha sido la llegada de Neymar,  que poco a poco va entrando en la dinámica blaugrana y hace fácil lo que tanto se les resiste a otras figuras: mejorar las prestaciones ofensivas de su equipo jugando más para sus compañeros que para él mismo. 

Otro detalle de buen gusto del nuevo entrenador  culé ha sido apostar por Bartra y no pedir el fichaje de ningún central para reforzar a su equipo. Eso  habrá caído muy bien en los canteranos básicos de la plantilla y en las estructuras deportivas del club.

Del  Real Madrid,  en cuanto Ancelotti se deje los ‘mandaos’ y apueste totalmente por los jóvenes valores que tiene, encontrará el camino bueno hacia el triunfo. El sábado en Valencia pudimos comprobar de qué manera jugadores como Morata o Jesé pueden cambiar la dinámica sosa de los antiguos haciendo mejor a los demás. Benzema está cuajando lo que muchos pensamos desde hace tiempo: ser una promesa permanente, pero nada de acrisolar  las indudables condiciones técnicas que tiene. Y lo mismo podríamos decir de Modric, un buen futbolista pero que no llega al nivel de los grandes medios que los blancos han tenido en su historia, cosa de la que sí hace gala Isco, por ejemplo. Éste e Illarramendi están llamados, si el italiano les confirma su confianza, a forjar una época en el Bernabéu. Para acabar con los merengues, esperemos que D. Carlo se percate también de una vez que con Arbeloa y Coentrao su equipo está capado de bandas profundas; sobre todo con el primero. Carvajal lo haría mejor, sin duda, y a Marcelo no vamos a descubrirlo ahora. Su suerte también será que Cristiano sea el de antes; es la importancia de los goles.

Y llegamos a las tontunas  generalizadas. Ramos le metió un gol al Levante entrando con todo en el segundo palo como a la antigua usanza, y el comentarista de turno de  ‘Canal +’ habló que había marcado de estrategia. Y estuvo a punto de hacer otro entrando de cabeza y rematando con el hombro y parte de la oreja, y lo mismo. Igual ocurrió con un gol de medio coronilla que le marcó Guerra al Barça.


Los goles y los remates de ¡huy!, fueron más bien al tuntún,  porque tuvo más que ver la casualidad que los ensayos previos. Simplemente balones a la olla desde la esquina, y a esto le llaman los modernos jugadas de estrategia. ¡Ah!, y no sólo eso, sino que al parecer Alexis estuvo a punto de hacer un hat-trick. Como diría Su Majestad, ¡Por qué no se callarán
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