lunes, 8 de febrero de 2021

DESINFORMACIÓN SOBRE MESSI, PARIDAS ILUSTRES Y MARCELINO

 

Revelar información de interés general debe ser una máxima periodística irrenunciable. Como repercusión vendrán debates esclarecedores, escándalos, hipocresías, gozos y lamentaciones de unos y otros, según les vaya, pero hay que agradecérselo siempre al periodismo libre, aunque haya perjudicados.  

Informar de que Messi gana quinientos cincuenta y cinco millones brutos en cuatro años, en un sistema fiscal como el nuestro, implica deducir que la mitad se la lleva limpia el futbolista y la otra mitad el Estado, lo que debería alegrar a la ciudadanía. Tal vez quienes se escandalizan, al margen de envidias, reconcomes, impotencias y demás debilidades humanas, o incluso de falsarias ideologías igualitarias, deberían pensar en cuánto contribuyen o han contribuido en su vida al mantenimiento de nuestro estado del bienestar.

Eso, al margen de que como es viejo y archisabido, en cualquier espectáculo el dinero lo gana quien es capaz de hacer que entre por el agujero de la taquilla. Sería entendible el hipócrita escándalo generado en algunos si lo pagáramos con nuestros impuestos o discriminando caprichosamente a unos sobre otros, pero ese dinero sale de quien paga a gusto una entrada, un abono o una suscripción a cualquier canal televisivo para ver jugar al Messi de turno. O de quien paga millonadas porque les es rentable anunciarse en sus actividades, camisetas, estadios o lo contratan para que protagonice su publicidad. Es decir, querido lector, ni a usted ni a mí nos mete nadie la mano en el bolsillo para pagarle nada a los futbolistas de élite Ojalá que muchos de los que se escandalizan pudieran decir lo mismo para justificar sus sueldos o prebendas.  

Se escuchan al respecto opiniones fuera de lugar, alterándose porque un deportista pueda ganar ese dineral en comparación con un científico o cualquier profesional con carreras y años de estudio y dedicación benefactora a la sociedad, pero volvemos a lo mismo. Por explicarlo con sencillez, una plaza de toros se llena por ver a un torero actuar y nadie paga nada por ver al cirujano que puede salvarle la vida sentado en la barrera, por ilustre e importante que sea a todos los efectos. ¿Habrá diferencia entre uno y otro? Pues claro, toda la del mundo, pero cada cual ocupa su lugar en ese espectáculo y en su economía.

Y sin tener en cuenta, además, que la vida de un deportista es limitada en comparación con la de cualquier otro profesional, que también es importante para establecer comparaciones y oportunidades de ganar dinero, al margen de los riesgos específicos de cada dedicación. Una lesión en cualquier momento puede cortar de raíz el futuro y hasta el presente de alguien que expone su físico tan a diario. También va en el sueldo.

Cuestión distinta es si el contrato de Messi es rentable para un club como el Barça. Pero esto ya está contestado. Un tercio de sus actuales ingresos, el que más del mundo, son producto de contar con él. Es decir, en números redondos, el doble de lo que les cuesta cada año el argentino sin contemplar los aspectos meramente competitivos. Poco más que añadir.

La ruina culé tiene responsables con nombres y apellidos porque la pandemia tal vez sea lo más venial. Y otro absurdo es culpar a la prensa madrileña de la filtración, sin recordar que el mismo periódico fue quien sacó a la luz los problemas fiscales del madridista Cristiano Ronaldo, que también tuvo su importancia en la fuga posterior del portugués hacia una Italia más permisiva con los deportistas.   

En el mercado libre que vivimos, afortunadamente y que nos dure, quien gana más dinero legalmente sin vivir de los impuestos ni de subvenciones es quien es más capaz de generarlo con su trabajo o arriesgando en sus empresas.

Otra cosa son los engañabobos, trincones y corruptos, a quienes habría que encerrar largas temporadas, al menos hasta que devolvieran lo robado.

Y llegamos a Piqué. Un tipo inteligente que sale al quite de cuanto negativo afecta al Barça. El problema es que retuerce la demagogia barata contra supuestos intereses anticulés. Ni él mismo cree que el ochenta y cinco por ciento de los comentaristas o ex árbitros sean madridistas, como tampoco es cierta la queja de cierto madridismo militante —Pérez en su última Asamblea— sobre el supuesto antimadridismo actual en los medios ni el antiguo favoritismo hacia aquel Barça triunfal.

Menos mal que luego viene un tal Marcelino y vuelve a enraizarnos con el futbol. ¡Enhorabuena, campeón!

lunes, 1 de febrero de 2021

DE RENOVACIONES, DESALMES, RUINAS, FORTALEZAS Y REGALOS

 

La demagogia y el verbo fácil son recursos dialécticos ventajistas para ocultar intenciones o cubrir carencias argumentales. Otra cosa es mentir y una tercera sería hablar por boca de ganso.

En la renovación de Sergio Ramos se está utilizando con profusión todo lo anterior. Que si el club está por encima de sus futbolistas, por señeros que sean; evidente, siempre fue así desde Bernabéu y Di Stéfano y es una bandera institucional de cualquier club que se precie.  Que si el Madrid está mejor gobernado en lo económico que el Barça y no quiere caer en sus errores; tan claro como comparar balances y perspectivas a corto. O que si el ejemplo de la marcha de Cristiano es un precedente valioso; debería serlo, pero no para suponer que el Madrid hizo bien, que es muy discutible, sino para evitar la misma imprevisión y sumarle al descosido de los goles un roto en propia puerta. A veces, la concordia es más fácil de lo que parece si no median choques de soberbias, como fue aquel caso y puede serlo este.

Lo último ha sido la afectada afirmación seudodramática de Pedrerol sobre que el Real Madrid da por perdido al futbolista.  Solo le faltó un pajarito a lo Chaves y Maduro con gafas florentinianas posado en su hombro para escenificar la gansada. Porque este chiringuitero hace años que representa una destacada boca de ganso mediática para reproducir la voz del amo Pérez.

El presidente blanco, en un juego de estrategia negociadora, está lanzando sondas como aviso a navegantes. Pero no es el único. Ramos también lo ha hecho en el pasado e incluso recientemente. Como la filtración de una supuesta oferta del PSG con intenciones, según sus voceros mediáticos, de hacer un equipo campeón incorporando también a Messi.

Ni el Madrid da por perdido a Ramos ni este ha recibido ninguna oferta real desde París, aunque esté maniobrando para poder sentarse a negociar con Pérez guardando algún as en la manga.  Meras estrategias, tan lógicas como legítimas.

Por otra parte, el Madrid sigue arrastrando su desangelo sobre el césped. Es un equipo sin alma o con el pecho hueco. Un aburrimiento de espectáculo sobre una desidia colectiva. Y ese desalme tiene un responsable manifiesto. Zidane, aparte de devaluar el patrimonio deportivo del club aferrándose a su desgastada guardia pretoriana y aburriendo a los jóvenes hasta hacerlos mediocres —Vinicius es tal vez el mejor reflejo—, haría bien en abreviar el trasteo y entrar a matar cuanto antes con su dimisión en ristre; tanta mansedumbre cansa al respetable.  Si un Bernabéu abarrotado fuera el escenario, hace tiempo que hubiera dictado sentencia, aunque el francés ocupe para siempre un lugar merecido en la mejor historia blanca.

Por el Barça tampoco repican campanas a gloria. Al desastre global que dejó Bartomeu se suma ahora el navajeo entre candidatos y hasta las discrepancias con su Gestora. Tusquets es quien mejor conoce la realidad blaugrana y maniobra para evitar la quiebra. Por eso no debe extrañar la filtración del contrato de Messi. Como ningún aspirante se atreve a afrontar la realidad de tan inasumibles cifras en el contexto actual, les ha puesto frente a la contradicción entre la incontestable ruina y su bienqueda forofista. Messi será historia en junio y cuanto antes lo interioricen todos mejor. Ni él quiere quedarse chapoteando en penurias ni ellos pueden soslayarlas ni tienen argumentos palpables para convencerlo. ¡Adéu, nen!  

La fortaleza Simeone sigue inexpugnable. El Atlético es el clásico equipo que sabe a lo que juega con fe en sus posibilidades sin cambiar el guion aunque varíen los actores. Sale a ganar siempre con la misma seguridad, apuntando a los cien puntos.  

Decíamos hace meses, cuando pareció flojear, que si mediara un delantero eficaz de los que ha lucido en la luenga y fructífera etapa del argentino enlutado estaríamos ante un equipo campeón. Y con el tiempo lo ha encontrado en Suárez. Y es que, a pesar de su visible cojera, el uruguayo lleva catorce goles recién empezada la segunda vuelta. Una cifra importante para un goleador de raza. Y sin ninguna duda, de seguir así el generoso regalo del Barça, el Atlético ganará la Liga; otra cosa será la más exigente Champions.

Los obsequios de Bartomeu hacen felices al fútbol madrileño. El año pasado echando a Valverde, para gozo del Madrid, y Simeone debería encargar un camión de flores para enviárselo a tan excelsa lumbrera culé.

¡Cuánto disparate!    

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