sábado, 30 de mayo de 2015

ESPAÑA SE LEVANTA Y RAJOY SE CUESTA

ESPAÑA SE LEVANTA Y RAJOY SE ACUESTA

Emula a su paisano gallego Casares Quiroga cuando el 18 de julio de 1936, jefe del gobierno entonces, le alertaron de que los militares se habían levantado en Marruecos contra la República: “¿Qué se ha levantado el ejército? ¡Ah!, pues yo voy a acostarme”; dijo más o menos.
Segundo aviso
Igual de insensato, aunque en una situación afortunadamente en absoluto parecida a aquella, Rajoy desoye por segunda vez en un año la llamada de atención de los españoles, y más concretamente de sus votantes de 2011, envuelto en la maltrecha bandera de la estabilidad con ribetes económicos para decir que no piensa hacer ningún cambio hasta las generales. Autoproclamándose, además, como el mejor candidato de su partido, para pasmo generalizado de los suyos, incluidos la mayoría de sus barones.
Cinco millones de indolencia
Desde las municipales y generales de aquel año tan victorioso para el PP, los teóricamente conservadores, cuyos dirigentes realmente son socialdemócratas de remedo y tapadillo — a sus hechos de gobierno me remito—, y  en la peor de sus versiones porque no tienen ni el valor de reconocerlo; han perdido la mitad de sus votantes: un cuarto en las pasadas europeas y otro cuarto en las municipales y autonómicas del pasado día 24. Es decir, cinco millones de votos en tres años de mando omnímodo en España.
Hay que ser muy malo para conducir a su partido desde su inmenso poder a tal desastre, y, por ende, poner a España al borde de una situación inquietante.
Pero como les ocurre a los mediocres con sus silencios, su nefasta gestión no es escandalosa porque sigue la vieja escuela de los indolentes: lo mejor para no equivocarse es no hacer nada. Y tiene la suerte, además, de que cientos de miles de españoles aún se creen la inmensa mentira que ha propalado junto a sus secuaces de que estafó a sus votantes por la herencia recibida de Zapatero, haciendo todo lo contrario de lo prometido en su programa electoral. O que salvó a España del rescate. ¿Y lo de las Cajas qué fue?
Mentiras como mantras
Como hemos reiterado, es un insulto a cualquier inteligencia mantener esas falacias tras un año, el 2011, asegurando conocer el remedio para sacar a España adelante y gobernando ya ese tiempo e incluso decenios en la mayoría de Autonomías y Ayuntamientos, donde estaban los mayores pufos. Y, para mayor desfachatez, lo argumentan con que era de todos sabido que España estaba en quiebra con el anterior gobierno. ¿Pero en qué quedamos?: ¿sabía usted, señor Rajoy, que la cosa estaba tan mal, o no?
Solo hay tres respuestas posibles: que lo sabía, en cuyo caso mintió y miente mucho; que lo sabía a medias porque luego encontró culebras en los cajones, en cuyo caso le engañaron no solo los socialistas sino sus mandos en los ayuntamientos y comunidades, demostrando ser todos de poco fiar; o que no lo sabía, en cuyo caso sería muy tonto, circunstancia descartable por mucho que sea lo que él y sus adláteres han proclamado a todos los vientos.
Mi conclusión es que prometió en su programa algo coherente con su partido, que estaba contrastado y sonaba bien, para conseguir la victoria electoral, y luego, fiel a su forma de ser, optó por lo más fácil: subir los impuestos en lugar de meter la tijera en el gasto superfluo, que indudablemente le iba a suponer un mayor costo social a corto plazo, aún a costa de defraudar a la inmensa mayoría de sus votantes. La misma pauta de no afrontar los riesgos de cumplir su programa, que hubiera sido lo honesto y valiente: despolitización de la justicia, reforma de la Administración Pública, mercado único, política territorial y antiterrorista, aborto, etc.
Y las consecuencias de tantos despropósitos, junto con la misma laxitud respecto a los casos de corrupción, con el tema Bárcenas como máximo exponente y el propio Rajoy en primer e implicadísimo plano, son esos cinco millones de votos perdidos en tan poco tiempo.
Duda, sospecha y una leche
España se desperezó en las europeas y se ha levantado en las municipales pero Rajoy sigue durmiendo. Tiene tanta mersa, porque ya se acaban los calificativos, que quiere aguantar hasta que los ciudadanos le tiren al río con cama y todo; y con él a su partido. Y lo que es peor, también las esperanzas y la confianza de millones de españoles que de tan buena fe al final pasarán por tontos; ellos sí.
Queda una duda. Quizás cuente con que Ciudadanos apoye al PP de alguna manera en los Ayuntamientos y Comunidades para conservar algún poder y tirar hasta noviembre con palos y cañicas. Pero mal haría Rivera si se prestara a un juego tan suicida para sus propios intereses, que no creo.
Y también una sospecha. Tal vez cuente Rajoy con que la situación tras las municipales provoque un desgobierno tan notorio que le convierta a final de año, de nuevo, en la esperanza de los millones de votantes que le han dado la espalda. Pero si esa fuese su esperanza es que no ha entendido el momento actual de España ni acepta la realidad de su desprestigio ni ha aprendido nada de sus revolcones.

Pero lo más grave para la mayoría es su apariencia de que con tal de mantenerse en el palmito le importa una leche todo, empezando por las “hostias” de Rita Barberá y semejantes.

martes, 26 de mayo de 2015

DE XAVI A IKER

 DE XAVI A IKER
Del año de Xavi al calvario de Iker. Del adiós glorioso al presente inquietante. Del Barça triunfante al Madrid tristón. O lo que es lo mismo, del hoy al ayer; del mejor club de lo que va del XXI al mejor que fue del siglo XX.
Nada como la situación de dos de los más grandes futbolistas que ha dado el fútbol español, si no los mejores, como lo son por títulos conquistados; para comprender la deriva actual de sus dos equipos desde que brincamos  de milenio. Y, curiosamente, cuando los blancos viven desde entonces una estabilidad institucional envidiable, con el paréntesis de tres años de ausencia de Florentino Pérez; y los culés una sucesión de presidentes en entredicho por sucesivas escandaleras extradeportivas aunque manteniendo una buena gestión futbolística. Y eso nos corrobora que lo importante del fútbol son los futbolistas y lo secundario sus mandamases.
2015 será un hito importante en la historia del Barça porque es muy posible que consiga su segundo triplete – el primero lo consiguió hace pocos años con Guardiola —, y también porque seguramente la marcha de Xavi Hernández supondrá un antes y después en su trayectoria. Y es que, como ha dicho con acierto Luis Enrique, el tan grande como menudo genio futbolístico de Tarrasa es irremplazable. Tanto como lo fueron Luisito Suárez y Pep Guardiola para los culés, y Paco Gento o Raúl González para sus rivales merengues, hablando de jugadores nacionales desde los años cincuenta del pasado siglo. Y como lo será también Casillas el día que deje el Madrid.  
Pero lo que hará difícilmente inigualables a Xavi y a Iker son sus títulos con nuestra selección, que también pasará muchos decenios para que pueda reverdecer sus recientes triunfos en Europa y en el mundo. Y en ese tiempo irrepetible ambos han sido básicos.
Pero es que, además, han conjugado su enorme calidad competitiva con su gran categoría deportiva a todos los niveles y en todo momento, sabiendo ganar y perder con elegancia y respeto hacia el contrario,  manteniendo una amistad personal admirable. La misma, por cierto, que se profesaron dentro de su gran rivalidad otros dos referentes de sus equipos y del fútbol español, Raúl y Guardiola. Cuatro ejemplos admirables para niños y jóvenes, como también lo deberían ser para sus aficionados radicales, forofos extremos, cerriles y violentos, ¡ojalá!; y que lo trasciende hacia el ideal de cualquier actividad humana.  No es casualidad que los cuatro fueron siempre respetados por sus rivales a pesar de su enorme afán por ser mejores y querer ganar siempre; que la garra y la competitividad no están reñidas con la nobleza deportiva.
Sobre Xavi se han dicho y escrito estos días loas de todos los tamaños y colores, por lo que huelga añadir nada más que señalar su justicia. Para mí es el mejor centrocampista español de todos los tiempos, como Gento el mejor extremo, Raúl el mejor goleador, Casillas el mejor portero o Guardiola el mejor técnico.  Sin olvidarme del único balón de oro de nuestro fútbol, el centrocampista gallego culé e interista Luis Suárez; del balón de bronce y también gallego, media punta y madridista, Amancio, o su colega Butragueño; del inolvidable y espigado portero bilbaíno Iríbar; del goleador e interior madrileño rojiblanco y gran técnico Luis Aragonés, fundamental para la exitosa selección española campeona de todo, o su sucesor Vicente del Bosque; y, a nivel de técnico de club, Miguel Muñoz en la casa blanca.
Todos ellos, y otros más antiguos como los bilbaínos Zarra y Gainza, el también delantero pero valencianista Mundo o el rememorado portero Ricardo Zamora, formarían con el aún activo manchego y barcelonista Iniesta lo mejor de nuestro fútbol.
Finalmente, el Barça continuará sus éxitos mientras Messi siga siendo el mejor del mundo y no aflojen sus magníficos compañeros, nacionales y extranjeros, o no estropee el conjunto ningún técnico queriendo ser protagonista, como al fin asumió Luis Enrique, aunque veremos lo que dura dado su carácter. Y el Madrid no retornará al camino perdido de la excelencia futbolística mientras Pérez siga empeñado en dirigir la política deportiva desde su omnímoda e interesada presidencia.
Los buenos dirigentes en los grandes equipos son quienes lo hacen sencillo, como el juego los jugadores excepcionales, y pasan desapercibidos, como los mejores árbitros; lo difícil en este deporte es sacar adelante un club modesto.
Como lo será olvidar a Xavi. ¡Qué difícil hacer su exquisito fútbol fácil!  Y qué buen tipo. ¡Hasta siempre, campeón!   
    

martes, 19 de mayo de 2015

EL MADRID INVERTEBRADO

EL MADRID INVERTEBRADO
Hace años que el Real Madrid es un equipo sin base ni respeto a su historia. Al año siguiente de llegar Florentino Pérez a la presidencia decidió que la herencia recibida de Lorenzo Sanz había que laminarla. Y lo que pareció bien al principio, con aquello tan esperanzador de Zidanes y Pavones, tornó pronto en un despropósito generalizado.
Pérez inauguró su nefasta época galáctica emulando la trayectoria clásica de su gran rival: el Barça, que siempre había fichado a los mejores del mundo sin que ello sirviera para triunfar en el campo. Hasta ese momento, los merengues coleccionaban títulos y los culés destilaban frustraciones, salvo en el corto periodo del equipo que logró ahormar Cruyff desde el banquillo.
Y tras cuatro temporadas criminales, Pérez se largó aburrido de ver a su equipo lucir figuras y envidiar títulos ajenos. La guinda fue en Mallorca, en el 2006, donde los blancos cayeron lastimosamente cuando la temporada enfilaba su recta final con pocas esperanzas de levantar nada.
Cuando don Florentino volvió años después, con la lección aprendida según dijo, sus añorantes seguidores se las prometieron felices pensando en que el gran mago enderezaría el rumbo de un equipo sumido en escándalos administrativos pero con dos Ligas recientes en sus vitrinas, conseguidas sin él. Pero pronto prescindió de nuevo de su escudero Valdano, que se empeñaba en vertebrar el equipo desde el punto de vista futbolístico, y retornó a los mandos de la política deportiva. Y de esos polvos los lodos actuales.  El Madrid es un club cuya plantilla se recompone básicamente cada año con grandes fichajes de allende nuestras fronteras, coincidiendo sus procedencias con los intereses comerciales de la empresa del señor Pérez. Solo hay que comprobar dónde le otorgan sus mayores contratos de obra pública.
Y el resultado de que la marca más lustrosa de España sirva a una gran empresa de departamento de relaciones públicas es un equipo invertebrado y sin equilibrio en el campo, como hemos visto a la hora de la verdad esta temporada y en anteriores. Pero esto no es nuevo. El Real Madrid encadena actualmente sus peores registros en la Liga desde antes de Di Stéfano, con solo un trofeo en siete años; entonces estuvo diecisiete sin tocar pelo. Así, salvo el milagro del año pasado en Lisboa, con Ramos de Virgen de Fátima, los blancos ayunan. Y menos mal que Calderón le fichó a Cristiano, un delantero de cincuenta y tantos goles por año.
No hay otro equipo de su nivel que atesore tanto media punta en su plantilla y tenga tanta carencia de medios equilibrantes por delante de su defensa. Pero son los que le gustan a Pérez, que acomoda sus gustos futboleros a sus intereses empresariales. Recuerden sus grandes fichajes desde el 2000. ¿El fútbol del Madrid? ¡Eso es lo de menos! Se trata de lucir nombres y futbolistas capaces de encandilar a la gente en una jugada, pero incapaces de mantener el tipo toda la temporada. Hace poco le escuché a un forofo blanco, de los que rinden pleitesía al actual mandamás, que los buenos jugadores deberían jugar solo en el Bernabéu. Es un ejemplo de la afición que abarrota el viejo estadio, incapaces de volverse hacia el palco tras los dos últimos fracasos en los que su equipo se ha dejado sus posibilidades en Liga y Champions. Y al menos contra el Valencia sus futbolistas se dejaron la piel, pero contra la Juve cantaron la gallina de lo que realmente son: un equipo invertebrado sin base de juego donde asentarse. Por eso lucen con arreones de sus grandes futbolistas pero no controlan el juego.

Hay un detalle en el que pocos han reparado. La falta de un medio centro adecuado hizo que Ancelotti tirara de Ramos para ese puesto en Turín, y, al decir de casi todos, el invento resultó un fracaso. Y lo fue en la segunda parte, pero en la primera funcionó. Recuerden ustedes que en esos cuarenta y cinco primeros minutos el Madrid pudo y debió resolver la eliminatoria. En Madrid, sin embargo, salvo por el repliegue italiano inicial, los blancos no controlaron el partido de verdad en ningún momento. Y cuando los de Morata decidieron ir a por la eliminatoria se impusieron. Así de sencillo. Los grandes equipos, como las casas, se construyen desde abajo. Y si es con estilo propio, desde la cantera, mejor. ¿Les suena a algo? Pues sí. Al Madrid de antes y al Barça de ahora.

domingo, 17 de mayo de 2015

LAS COSAS DE ALBERT RIVERA
La crítica generalizada de sus oponentes al IVA que propone es solo un ejemplo, pero puede servir como exponente. La demagogia vuelve a desmadrarse con cada viaje a las urnas y en este asunto no iba a ser menos. Lo más extraño, sin embargo, es que no hayan salido los de Ciudadanos con su líder al frente para dejar en evidencia a quienes le atacan por ese flanco.
Una cuenta sencilla
Porque vamos a ver, con los precios actuales de la cesta de la compra treinta kilos de pan andarían por los 80/81 euros, treinta litros de leche por los 20 y cinco docenas de huevos por 7 euros. Y eso es lo que suele consumir de esos alimentos básicos una familia media española al mes, incluidas las de menos recursos. Es decir, sobre los cien o ciento diez euros en números redondos. Y ello supondría un aumento del IVA — del 4 al 7% —, según la propuesta de Rivera, de tres euros cada treinta días. Suponiendo que una familia muy necesitada gaste otros quinientos euros en su supervivencia mensual, con la bajada del tipo general del 21 al 18%, también propuesta, obtendría un ahorro de quince euros. En resumen, Ciudadanos propone bajar el coste de la vida a estas personas en unos doce euros mensuales. Y punto. Podrá parecer poco pero todo lo demás son cuentos.
El peligro de inventar candidatos
Otra cosa son algunos de sus candidatos. Es normal que en un partido de aluvión se cuele de todo, incluso impresentables, Y en este punto ha pecado Rivera de improvisación. Y lo puede pagar caro en votos.
Un partido político no es un invento de un día para otro, y la desmadrada apuesta de Ciudadanos puede cargarse su esencia y su futuro. Era más prudente el intento de coalición con UPyD, un partido con raigambre nacional que tuvo un crecimiento homogéneo y medido. Pero los personalismos de unos y otros impidieron lo que sí pudo haber sido una amplia alternativa centrista razonable. Faltaron verdad, cintura, generosidad y paciencia para intentarlo de otro modo.
El carácter de Rivera   
A Rivera le están tachando de bisoño en la política nacional; de que aún no se ha mojado con alianzas de gobierno, que pueden resultar dudosas; de soberbio o intolerante en sus exigencias; de aceptar en sus candidaturas a personajes sospechosos que le han llovido olfateando poder o mamandurrias; y hasta de catalán, como algunos descerebrados por su derecha, o de aspirante a pepero juvenil por su izquierda, lo que en democracia no debería ser desdoro. Pero de lo que no se le puede tachar es de cobarde o conservador. Tanto en su ambiciosa apuesta por crecer, a costa de dejarse pelos en la gatera nacional; o de bajada de impuestos, con matices, sacando los colores al PP;  o de primarias en los partidos y listas abiertas, con el consiguiente debilitamiento del poder omnímodo de los burócratas políticos; como en sus ocho años de política catalana, muestra su carácter. Y tampoco de insensato en la mayoría de sus propuestas económicas.
Impuestos y gastos
Es muy significativo que quienes deberían de tener mucho que decir desde sus diferentes posiciones ideológicas, como quienes le critican sin tasa, gasten palabras y tiempo en descalificar a quien lleva tiempo defendiendo la sensatez de salir de la crisis dejando en manos de los contribuyentes la mayor cantidad de dinero posible, porque de esa forma consumen y ayudan a crear o mantener puestos de trabajo.
Algunos nos echamos mano a la cartera, por ejemplo, cuando otros hablan de crear puestos de trabajo desde las Administraciones Públicas; al final lo pagamos los de siempre.
El trabajo productivo generador de riqueza lo crea el sector privado: las empresas pequeñas, medianas y grandes, los profesionales y los autónomos. Todo lo demás son más cargas a los ya esquilmados contribuyentes españoles. Quien no lo entiende de ese modo es que quiere vivir de los presupuestos públicos o enchufar a alguien en ellos, normalmente,  o que otros le paguen su bienestar social.
Y no hagamos de la crítica fácil la defensa del engorde de los PGE. El ahorro en los dineros públicos no está en los de batas verdes o blancas, togas o uniformes —sanidad, educación, justicia y seguridad —, no. Está, como tanto hemos señalado, en todo lo demás, que es muchísimo.
La falsedad de los de siempre y el robo
Y luego están los otros cuentos. Unos diciendo que el dinero para engordar al Estado o mantener el insoportable actual debe salir de los más ricos, en lo que estaríamos todos de acuerdo, pero que también todos sabemos que eso es un brindis al sol por ineficaz, aunque siempre se puede gestionar con mayor equidad; otros que del fraude fiscal, en lo que también coincidiríamos, pero salvo la propuesta criminal de que los ciudadanos se conviertan en chivatos policiales, como en las dictaduras que no quiero recordar, también sabemos que eso se consigue con un régimen impositivo lo menos gravoso posible para evitar huidas obligadas del sistema —miren el crecimiento exponencial de la economía sumergida ‘montoriana’ —, y eso solo se puede hacer bajando ostensiblemente el gasto público. 

En fin, como en la casa de cada cual, para disponer de más dinero, gastar menos.  O salir a la calle con mano armada o cualquier boletín oficial represivo en la bocamanga, como algunos hacen y otros proponen.       

lunes, 11 de mayo de 2015

CONTRA LA JUVE, RAMOS Y DIEZ MÁS

CONTRA LA JUVE, RAMOS Y DIEZ MÁS.
Ahora que le llueven palos hay que defender su honradez deportiva.
 Ancelotti, consciente de la debilidad de su equipo porque carece de un medio centro adecuado a sus exigencias, puso al sevillano en el brete de salir de la defensa para hacer de escudero de Kroos. Y algunas cosas positivas se han visto en los tres partidos que han  jugado así. El alemán es el único medio que tira con peligro desde fuera del área, tal y como se vio en Turín. Hemos reiterado que el campeón del mundo aprovecha mejor sus enormes cualidades jugando por delante de un medio centro, pero en el Madrid se han empeñado en empequeñecerlo retrasando su posición, y más cuando juega contra equipos de exigencia.
Ramos aceptó el encargo de su técnico sabiendo a lo que se exponía. Y así ha sucedido. Para muchos es el culpable de la derrota en la ida de semifinales y le ponen a parir. Incluso le atribuyen una inexistente falta de calidad sin caer en la cuenta de que ahí no es donde puede lucir mejor sus cualidades. Pero en fin, es el cuento futbolero de siempre.
Por otra parte, los resultadistas también han aprovechado para lanzar sus dardos falsos. A todos los que se han rasgado las vestiduras con la derrota blanca en Italia les haría una pregunta: ¿qué hubiera ocurrido si entra el balón al larguero en el remate de cabeza de James tras un jugadón blanco? Hubiera supuesto el uno a dos a favor y la película, sin ninguna duda, sería otra porque  el Madrid estaba siendo mejor. Y quizás estaríamos alabando la apuesta de Ancelotti con Ramos, que por cierto cuajó una primera parte aceptable cubriendo las espaldas de sus centrocampistas. Y esa era su misión, no la de distribuir juego, donde evidentemente falló y sobre todo en la segunda mitad.
A esos enterados que criticaron el partido les haría más preguntas: ¿qué hizo Bale? ¿Y Cristiano?, aparte de aguar varios tiros francos, como acostumbra desde hace demasiado tiempo. Es increíble que el mejor goleador blanco de la historia sea, a la vez, el peor tirador de faltas que se le recuerda.
¿Y qué hicieron Pepe y Varanne? Porque Morata, como también advertimos, les hizo sufrir de lo lindo sacándoles de su seguridad en el área. ¿Y los laterales Carvajal y Marcelo? El madrileño se prodigó en ataque con poca fortuna e hizo un penalti evitable, pero el brasileño jugó su peor partido.  Y así podríamos seguir con todos, exceptuando al notable James. 
Es el fútbol, pero ya sabíamos que la Juve, aun cuando sea inferior al Real, tiene un peligro sordo con excelentes jugadores de segundo nivel mundial, aderezados con la vitola competitiva que caracteriza a los equipos italianos. Tévez y Vidal, por ejemplo, son capaces de liarla en cualquier momento, contando con la porfía y calidad del canterano madridista Morata. Y menos mal que no estaba en el campo y su sustituto Llorente, todavía frío, perdonó el tercero transalpino. De haber estado el espigado Álvaro - ¡Ay, Florentino!- quizás estaríamos hablando ahora de un roto mayúsculo.
En definitiva, y aunque vengan con Pogba, una eliminatoria superable en el Bernabéu si los jugadores merengues despliegan su juego. Para ello basta con que todos imiten el pundonor y la profesionalidad del camero Ramos, que igual es la mano de santo necesaria en el partido de vuelta para jugar la final de Berlín contra el Barça.
Los de Luis Enrique hicieron un partido memorable sin jugar un gran encuentro, gracias al mejor jugador del mundo hoy por hoy: Messi. Y es que los alemanes de Guardiola les quitaron el balón anulando a Busquets, pero fueron incapaces de marcar el gol que les hubiera dado alguna posibilidad; sin tirar a puerta es imposible. Solo lo hicieron una vez, en la primeros lances, y estuvieron a punto. Los culés golearon al final en quince minutos mágicos por obra y gracia del genio menudo, que suele acudir a su cita con la gloria cuando hay grandeza en juego y, este año, cuando no también.  
De Messi se podría decir, copiando al insigne y tan incomparable como llorado poeta y dramaturgo García Lorca en “Alma ausente”, dentro de su llanto por la muerte del torero Sánchez Mejías, aquello de ‘tardará muchos años en nacer, si es que nace’… un futbolista como el argentino.

Viéndole crear arte acuden retazos de Pelé, Di Stéfano, Cruyff o Maradona. ¡Inolvidable Messi!

lunes, 4 de mayo de 2015

ABANICOS P'AL MAREO

ABANICOS P’AL MAREO
Andan los madridistas echando cálculos. Que si la final de Berlín será contra el Barça, dando por descontado que se eliminará a la Juve; que si el Atleti ganará o empatará a los culés en el Calderón y les regalará la Liga, suponiendo que los blancos lo ganen todo; y que a un partido todo puede pasar.
Y es cierto, todo puede pasar en noventa minutos, incluso con el empalme de treinta más y la lotería de los penaltis, pero es más fácil que el agua vaya a lo hondo sin pedir escrituras.
El Barça tiene la suerte de los campeones, y eso, unido a su gran estado de forma, le hace candidato a ganarlo todo: la Liga, la Copa y la Champions. Contra el Valencia se les apareció la moreneta en el Nou Camp, y ahora se le lesiona Robben al Bayern y Levandoswki se rompe la cara. Si añadimos las lesiones de Ribery y de media docena más de grandes jugadores de los bávaros, más el mírame y no me toques del excelente Thiago, tendremos el cuadro perfecto para que los de Luis Enrique puedan acabar un año extraordinario. El único en Europa que puede aspirar a un triplete —¡Co…, iba a decir un hat-trik!, si seré gili…—
Ahora bien, el Real tiene la obligación de intentarlo porque aparte de llevarlo en sus genes, dicen —otra tontuna porque no conozco ningún equipo que no quiera ganar—, tiene mil millones de razones para ello; lo que cuesta el equipo.
En efecto, en su eliminatoria con los italianos turineses tiene ventaja sobre el papel, pero también aquí se puede aplicar aquello de que en el fútbol puede pasar cualquier cosa. Y más contra un equipo que une a su propia historia la genética de los italianos. Y en este asunto sí se puede hablar de genes por lo que todos sabemos sobre la dificultad que siempre ha añadido jugar contra ellos, marrullerías y broncas diversas incluidas. Deberán estar finos los merengues, sobre todo sus delanteros, para aprovechar las indudables oportunidades que tendrán en los dos partidos. Cristiano debe aparecer como el grande que es y dejarse de pataleos porque no marque un gol o se lo birle un amigo. Y los defensas deberán estar muy atentos a no dejarse robar la merienda porque los juventinos saben nadar y guardar la ropa. Si cogieran ventaja se complicarían las cosas para los de Ancelotti porque deberían jugar contra un muro, y en esas condiciones solo es divertido el juego de pelota en un frontón.
Si ocurriera lo más previsible: que el Barça logre alzar los tres títulos y el Madrid fuera un digno segundo en Liga y en Champions, por el Bernabéu habría crujir y rechinar de dientes, además de guillotina. A saber: técnico fuera, algún ilustre futbolista también, aparte de otros menos lustrosos; y uno o dos fichajes de relumbrón, siempre sobre los cien millones de euros.
Y si no, es decir, que sonara la flauta blanca y fueran los azulgranas los segundones, Luis Enrique debería emigrar con alguno de sus futbolistas emblemáticos. Y no solo eso, sino que el panorama presidencial se complicaría bastante. La sombra fantasmagórica de Laporta se enseñorearía de la parroquia barcelonista y habría una guerra civil de resultados imprevisibles. Ojo a lo que podría ocurrir con su jugador franquicia: Messi.

Por la cola de la Liga ya aparecen dos candidatos al desastre. Uno fijo, el Córdoba, y otro casi, el Granada. El tercero en discordia también tendrá un vecino andaluz, el Almería, con el Coruña oliendo a chamusquina; siempre que el Elche se salve en los despachos.
¡Qué lástima de Real Murcia! Es el pagano tradicional de los desmanes administrativos de los mangoneantes del fútbol.  Junto con el Cartagena, que no gana para desdichas, este año pintan bastos en el fútbol regional.

Por otra parte, parece que llega la sensatez al asunto de los dineros televisivos en el fútbol. Al fin, Tébar ha conseguido que el Gobierno apruebe el decreto que posibilitará un mejor reparto, pero hay un poco de trampa en ello, o de zanahoria, si lo prefieren. Y es que para que en realidad sea efectivo y bueno para todos deberá doblarse lo que actualmente se recauda y llegar a los mil quinientos millones. Solo así se podrán equiparar nuestros clubes a los de las grandes ligas europeas. De lo contrario será repartir migajas caídas de las mesas de nuestros poderosos.

Que disfruten la semana.
HOLA SORAYA, ADIOS MARIANO; TE ESPERAMOS, ALBERT
Se veía venir. Hace meses que sus avatares tomaron rumbos diferentes por mucho que el que se larga, o largan, siga siendo el jefe de quien llega, o traen. Y es que, ser todo ese tiempo el político peor valorado por los españoles, con su refrendo en las europeas y andaluzas, ha puesto de los nervios a muchos.
No aprende
Lo más extraño es que rodeado de tanta lumbrera gris siga haciéndose escoltar por los Arenas, Pons, Montoro y compañía, que están más quemados que las maracas de Machín. O tal vez sea por eso, porque él parece un sonámbulo a quien esos mismos le han dicho que reitere hasta el hastío lo de que “ya hemos salido de la crisis”, remedo de aquel “España va bien” que tan bien explotó su padrino Aznar. La diferencia es que entonces era cierto y ahora es una media verdad, que como todos sabemos es la peor de las mentiras porque te hace confiar en algo incierto y te la pegas dos veces.
A la espera
Dña. Soraya mueve los hilos con tal finura que pocos caen en la cuenta de que es la menos quemada del gobierno, o desgobierno, que ha perpetrado el Tancredo registrador. Miren si no las hemerotecas a ver si encuentran alguna crítica seria a quien en definitiva es la vicepresidenta única, o valida, de don Mariano; junto a Zapatero, el peor presidente de nuestra democracia y con mucha diferencia sobre los demás.
Demasiados desméritos
Aunque desde aquí se viene repitiendo desde que empezó a incumplir el programa que le llevó a la mayoría absoluta en 2011, no es ocioso reiterar que con el mayor poder desde Franco: poder omnímodo en el Congreso y Senado, y en las autonomías, excepto en Cataluña, País Vasco y Andalucía; amén de los municipios más importantes del Estado, sin oposición relevante por el lamentable estado en que dejó su antecesor al PSOE, con los sindicatos bajo mínimos y controlando sin problemas el resto de instituciones y organismos que vertebran el poder y la representación en España, ha sido incapaz de aplicar su programa y ponernos en el buen camino. 
Eso de que no sabían en el PP los pufos que habitaban los cajones, manejando desde casi un año antes todo menos el gobierno central, es una mentira de libro, o, si fuera cierto, la demostración más palpable de su incapacidad, lo cual es difícil de creer; sería más bien desvergüenza.
Lo mismo que tampoco tiene que ver con Zapatero ni con su partido el que hayan incumplido los compromisos electorales de despolitizar la justicia o reformar la Administración pública, por no hablar de lo del aborto, la política antiterrorista, etc.   
Suspensísimo 
Por eso, la ciudadanía, que para mayor inri estaba resignada a lo que fuera menester teniéndole por la esperanza blanca española, le califica con algo más de un dos sobre diez y ha castigado a su partido en las urnas. Pero lo peor vendrá en mayo.
Me recuerdan esa calificación y la que viene a un profesor cachondo que teníamos en mi instituto, propenso a las rimas, cuando daba las notas y decía, por ejemplo: ¡Egea Garrigós, esto va mejor, ya llevas un dos!, o ¡García Carrilero, venga ligero, tienes un cero! Camino de eso va el señor Rajoy.
Tras el 24 de mayo vendrá la desbandada, y lo que ahora apuntan algunos mandos peperos será el acabose. El ejemplo lo hemos tenido en Extremadura, con la campaña del ínclito Monago escondiendo a su partido, y hoy mismo a Feijóo, proclamando que el PP no es Rajoy. ¿A qué les suena?
Mientras, la vice muñe por si fueran necesarios sus servicios tras la hecatombe municipal y autonómica, que vendería como un sacrificio en favor de España y de su partido para no desairar al presi.
Rivera y Ciudadanos: la alternativa
Pero me temo que el PP no tiene arreglo con ella ni sin ella — la última ‘jaimitada’ sobre corrupción, con el despropósito del circo en torno a la detención de Rato, tampoco ayuda —,  porque lo dejará don Mariano peor que Zapatero al PSOE. Los socialistas tienen un suelo electoral superior a los conservadores por dos razones. Primero por su raigambre histórica, y segundo porque no tienen alternativa homologable por mucho que Podemos aspire con su proclama socialdemócrata a heredarlo, además de abducir a IU.
Sin embargo, el PP sí tiene alternativa y ya asoma por la esquina. A poco que Ciudadanos tenga el éxito que se le presume en mayo y sean capaces de explicar bien su programa de gobierno para España, que por lo que se va conociendo es bastante aceptable y hasta ilusionante para muchos, despejada a tiempo la duda de dónde se presentará Rivera; serán una alternativa visible y real. De momento, y eso no es baladí, don Albert es el político mejor valorado por los españoles.

En el centro derecha español, algunos fácticos saludan a Soraya mientras despiden a Mariano, pero sus votantes esperan a Albert. Al menos los suficientes para hacerlo una alternativa joven, con ideas, limpia, ilusionante y nada quemada, que, además, ha sabido defender el sentido de lo español en su Cataluña natal sin exclusiones. Que no es mal banderín de enganche para millones de españoles con lo que ha caído, cae y se avecina.   

EN SEMIFINALES DE CHAMPIONS

EN SEMIFINALES
Con la Liga en un moquero, Barça y Madrid se asoman a la gloria europea con el Sevilla de Emery aspirando a su pedrea.
Por otra parte, Simeone arenga a los suyos para desbancar a los blancos de la segunda plaza cuando debería mirar hacia atrás, no sea que, como dijimos, su duelo sea doble: apeado de la Champions y del bronce en España; las desgracias nunca vienen solas, aunque su eliminación fue por desméritos propios. El Madrid le ganó justamente porque no se puede aspirar a nada grande fiando sus opciones a un gol de córner o falta, eso que los ‘gililustrenses’ futboleros llaman ahora goles de estrategia; la flauta no suena siempre.
Nuestros dos grandes tienen muchas opciones de protagonizar una final europea legendaria; nunca la han protagonizado juntos. Pero antes tienen que superar dos obstáculos que no son menores. Los blaugranas se enfrentan al otro equipo que mejor juego luce en el continente. El Bayern tiene la ventaja, además, de que Guardiola conoce perfectamente a sus antiguos pupilos y sabe de lo que son capaces. Es consciente de que si Messi y compañía tienen su noche en cualquiera de los dos partidos poco podrá hacer. Pero también sabe que controlando el juego tendrá mucho ganado, y su equipo está capacitado para ello.
Con AlonsoThiago y Lahm, más Müller en el vértice, pueden contrarrestar perfectamente a los BusquetsIniesta, y RakiticXavi o Rafinha, por mucho que el figurón argentino bajando, Alves y Alba desde sus bandas les apoyen. Porque tampoco Bernat, el otro Rafinha y Robben son moco de pavo.
Así las cosas, los detalles serán de nuevo determinantes en esa fabulosa eliminatoria. Los barcelonistas son superiores a los bávaros en defensa y en la punta de ataque, pero tendrán que evitar fallos decisivos tanto arriba como abajo. Los de Pep, desde esa realidad, deberán ajustar bien la zaga que tantos disgustos le dio en Oporto, con la suerte de contar de nuevo con Bastuber.  Si contra Messi, Neymar y Suárez repiten tonterías se pueden llevar un saco en cualquier de los dos campos. Y aprovechar el juego de espaldas de Lewandoski y su oportunismo, más la finura de Gotze, que la pueden liar en cualquier momento. Eliminatoria un tanto equilibrada contando con el factor germano; ese plus que Lineker, gran goleador inglés con pasado azulgrana, definió muy bien diciendo que el fútbol es ese juego de once contra once en el que siempre ganan los alemanes.
Aserto acabado, afortunadamente, cuando la España de Luis y la de Del Bosque liquidaron en una Eurocopa y un Mundial a la máquina germana.
El Real Madrid acometerá una semifinal menos complicada por su superioridad teórica y efectiva pero con la incertidumbre que siempre generan los grandes equipos italianos. La Juve es un dinosaurio, ahora lagartón, que vive del clásico catenaccio transalpino mejorado con los goles de Tévez y de los españoles Morata y Llorente, por ese orden, y los detalles de calidad destilados por el incombustible Pirlo.  Y deberá tener cuidado Ancelotti, especialmente, por los recurrentes aciertos que los futbolistas con pasado blanco tienen cuando se enfrentan al club de sus amores.  No debería tener muchos problemas, no obstante.   
Es curioso, por otra parte, que de los cuatro semifinalistas sea el actual campeón, el Real, quien más se juega para justificar la temporada; los otros tres tienen sus campeonatos domésticos en la mano.  Y eso tiene una doble lectura. Por un lado el acicate positivo que tal eventualidad supone, y por otro los nervios que le pueden ocasionar poniendo plomo en sus botas cuando lleguen los minutos decisivos.
Finalmente, llega la cumbre con los merengues y culés enfrascados en asuntos internos. Los culés con el pufo del fichaje de Neymar subiendo, y los merengues con el libro del periodista Abellán amenazando con dividir aún más al madridismo.
Sabíamos que Del Bosque —campeón del mundo y de Europa después—, según Pérez, no era técnico para el Madrid; incluso que el mejor Casillas tampoco era portero para su equipo; pero que el indiscutible Raúl fuera “un cabrón”, secundado en su felonía por Figo y el repescado Hierro, es nuevo para millones de aficionados madridistas, aunque para algunos es lógico. Solo puede haber un sol blanco: Florentino.

De ahí la boria Ramos con el nubarrón actual: Cristiano. Para el papanatismo merengón, solo el ‘florentinismo’ es blanco. Ser crítico con el gran ‘fichaor’ y beneficiario de la marca Real Madrid es herejía. ¡Arre burra!
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