viernes, 11 de febrero de 2011

coec a croem: estamos ambunos

Esto parece que le han dicho, o lo van a hacer próximamente si la sensatez no lo remedia, los empresarios cartageneros de la COEC a sus homónimos regionales de la CROEM, y todo por un ‘silloncico’ en el Consejo de la Autoridad Portuaria. Y mientras, entre ‘gorgueles’  de contenedores e impactos ambientales por un lado,  y cánticos y campanillazos de madrugada con sus auroros huertanos por otro,  el ilustre murciano de Murcia Adrián Ángel, es decir, la Autoridad Portuaria, estará rebozándose de inquieta satisfacción en sus magníficas dependencias del puerto de la Trimilinaria, que diría el irrepetible Tomás Martínez Pagán. Y digo lo de satisfacción porque se rifan, incluso riñas de por medio, un ‘puestesico’ a su vera, y lo de inquietud porque en el fondo no le debe hacer ninguna gracia que en lugar de aunar voluntades e intereses con el interés general los empresarios armen un belén, con él haciendo de Herodes, por calentar periódicamente el cuero de un sillón. A saber quién o qué será el perseguido niño en este entuerto.

Y digo yo que los empresarios a la gresca, mis representantes porque yo también soy empresario, deberían estar en otras cosas en lugar de andar en el viejo ‘quítate tú para ponerme yo’, que parece más cosa de ciertos políticos no precisamente ejemplares. Y digo lo anterior porque tal vez nos interesaría saber a todos qué diferencias habrían en cuanto a criterios o aportaciones positivas diferenciales para el puerto entre los Srs. Illán y Del Toro, haciéndoles el favor de pensar que sus disputas no responden tanto a intereses meramente monetarios personales, como a sus respectivas capacidades para colaborar en algo de tanto interés económico público local y regional, si es que de verdad tienen influencia efectiva en las decisiones de la Autoridad Portuaria.

 Y desde aquí apunto que tal vez alguien les podría decir con bastante razón que se ocuparan de influir positivamente en la maltrecha economía regional y nacional, al margen de fotogénicos anuncios de propuestas de pactos locales, que más bien suenan a humo por reiterados, empezando, entre otras muchas cosas, por pedir explicaciones a nivel de CEOE sobre para qué necesitamos los empresarios, por poner un ejemplo, a más de 35.000 empleados a nivel nacional entre todas las organizaciones de representación empresarial, al margen de las Cámaras de Comercio; ¡que manda huevos!, que diría D. Federico. Y señalo este punto porque a veces olvidamos que los problemas no sólo están en los sindicatos y la financiación pública que reciben, siete de cada diez euros que manejan, amén de sus liberados, que primordial y lacerantemente también, ni en el tema de los más de tres millones de funcionarios, algo de verdad ruinosamente inexplicable, e  insoportable económicamente, si se tiene en cuenta que hace poco más de treinta años eran setecientos mil para sólo cinco millones menos de españoles, ni tampoco en exclusiva en el asunto de la cantidad de  políticos que supuestamente nos representan, con un coste  desmesurado en demasiados casos, dejando aparte sus  gravísimas erróneas  medidas como las referidas a la crisis actual, sino que nosotros mismos, los empresarios, partiendo del hecho incontrovertible de que de cada diez euros de presupuesto que maneja la CEOE en su conjunto, casi 600 M. de euros, siete provienen asimismo del estado, algo se podría ahorrar, digo yo.

Finalmente, volviendo al asunto de la disputa, habría que preguntarse si es relevante el origen de quien represente a los empresarios en la Autoridad Portuaria teniendo en cuenta que en Cartagena hay una alcaldesa gallega de reiterada aceptación popular, en Murcia un alcalde nacido en Orihuela que sólo conoce victorias en las urnas, y en ambos casos por  algo será, y que, por citar otro y esclarecedor ejemplo, fue el murciano Ramón Luis Valcárcel quien propició el nacimiento de la esperanzadora Universidad Politécnica de Cartagena desgajando de la de Murcia las facultades técnicas, aunque habría que añadir, justicia obliga, que a ello no fue ajena, sino todo lo contrario, la excelente labor, al decir de casi todos, del alcalde cartagenero José Antonio Alonso.

Y ahora lo curioso. Que el murciano Illán, en nombre de los empresarios cartageneros, le diga al asturiano Del Toro, al frente de los murcianos, que está ‘ambuno’ con él, es, cuando menos, para hacérselo mirar, que diría un catalán. Por cierto, y para quien no lo sepa, que estar ‘ambuno’, según mi amigo y cartagenero de pro Pedro Puzi, viene a decir en ‘aladroque antiguo’ aquello de ‘no me junto’, que decíamos de críos.

Todo esto me recuerda algunas cosas huertanas que recitaba mi buen amigo, tristemente fallecido hace años, y celebrado escritor y radiofonista murciano Antonio Segado del Olmo, como aquello de: “Ahora sí que estamos bien, tú ‘preñá’ y yo en la cárcel, tú no tienes quien te meta y yo no tengo quien me saque”; con perdón¡. Vaya tela!.

José Luis Ortín

Florentino Pérez manifiestamente mejorable

Vaya por delante mi reconocimiento como gran empresario, que lo es, y como persona educada, formada y brillante, que me parece. Y mis disculpas por el atrevimiento de hacer una crítica a su gestión habiendo sido presidente de un humilde, a su lado, pero centenario club de fútbol: el Real Murcia. Y lo hago, como aficionado y madridista de siempre, con ánimo constructivo; no le quepa a nadie ninguna duda.

Desde D. Luis de Carlos hasta aquí y con los datos en la mano su presidencia es la más ineficiente en la historia del mejor equipo del siglo XX, dejando a salvo a quien todos reconocemos como el mejor: D. Santiago Bernabéu; honor obliga.

El Sr, de Carlos estuvo ocho temporadas, desde la 1.978/79 a la 84/85 y obtuvo dos ligas, dos copas del Rey y una UEFA, cinco títulos con un doblete incluido, con cuatro entrenadores: Molowny en tres ocasiones, Boskov, Di Stéfano y Amancio.

D. Ramón Mendoza estuvo diez temporadas, desde la 85/86 a la 94/95, y consiguió nueve títulos: 6 ligas, 2 copas del Rey y 1 UEFA, con un doblete, y siete entrenadores: Beenhaker en dos ocasiones, Toshack, Di Stéfano, Antic, Floro, Del Bosque y Valdano. Además hay que señalar que bajo su presidencia cuajó la quinta del Buitre y debutaron Raúl y Guti. No es casualidad que a todos les dieran la alternativa entrenadores que habían sido grandes jugadores madridistas.

D, Lorenzo Sanz estuvo cinco temporadas, llegó en la 95/96 y lo dejó tras la 1.999/2.000, consiguiendo tres grandes títulos: 1 liga y 2 Champions, con cinco técnicos: Capello, Heynckes, Hiddink, Toshack y Del Bosque. Con el Sr. Sanz, de la mano de otro gran madridista, Del Bosque, debutó Casillas, además de cuajar Raúl, sobre todo, y Guti, amén de darle también oportunidades reales a otros canteranos.

D. Ramón Calderón estuvo dos temporadas y media y obtuvo 2 ligas, con dos técnicos: Capello y Schuster, dándole oportunidades reales a canteranos como Torres y Soldado. Eso sí, al margen de vicisitudes impropias de un club señor, se gastó en fichajes casi 300 millones de euros.

Y, finalmente, llegamos a D. Florentino Pérez. En sus dos etapas lleva casi ocho años y ha conseguido tres títulos: 2 ligas y 1 Copa de Europa, utilizando ocho entrenadores: Del Bosque, heredado afortunadamente del Sr. Sanz, Queiroz, Camacho, García Remón, Luxemburgo, López Caro, Pellegrini y Mourinho, además de tener algunos escuderos ilustres como Valdano y Butragueño, entre otros.  

Ahora bien, en su primera etapa no cuajó ningún canterano a pesar de aquello de “Zidanes y Pavones”; sólo un slogan de intenciones que algunos de sus técnicos se encargaron de  liquidar. No quiero acordarme de aquél lumbrera portugués que encargó a un proyecto de buen central, Rubén, marcar en Sevilla como lateral al mejor Reyes, cambiándolo a los veinte minutos con llantina televisada incluida. Ni de aquel brasileño de postín que a Pavón le llamaba “Pavor”. Si D. Santiago hubiera sido el presidente, y esto es sólo una opinión en medio de muchos datos, es muy probable que al primero lo hubiera cesado en el mismo AVE de vuelta y el segundo nunca hubiera sido “Real”.

 En la segunda ha repescado mediante talonario a Granero y Arbeloa, vendiendo, por el contrario, a Javi García, Negredo, Torres, Parejo, Callejón o Torres, sin que alguno de ellos tenga mucho que envidiar a ciertas estrellas actuales, según opiniones cualificadas.

Y para tres títulos en sus tres primeras temporadas, con una plantilla base, heredada, que acababa de ganar alternativamente una liga y dos Champions, guindas aparte, D. Florentino se ha gastado 750 millones de euros. Es decir, más de cuarenta mil millones de las antiguas pesetas por título. Cualquier análisis comparativo es tan escandaloso como evidente.

 Aunque también sea cierto que en su primera etapa salvó al R. Madrid de una mala situación económica con una brillante gestión urbanística, uno de sus indiscutibles méritos, habría que mirar bien, sin creatividad contable, la situación actual del balance.

La pena de todo esto ha sido, por un lado, que no perseverara en su primera política deportiva, aquello de cantera y figuras mundiales, que siempre fue emblema en el club blanco, y, por otro, que en esta segunda etapa siga por los mismos derroteros, aunque se haya españolizado, pero poco,  y deje que el técnico de turno marque las pautas fundamentales; y yo diría que fundamentalistas. Que el portugués actual es un buen técnico nadie lo pone en duda, pero eso de que mande callar a quien no comulgue con sus ideas no tiene un pase; y menos en un club señor.

Afortunadamente para quienes nos gusta el fútbol, y desgraciadamente para algunos forofos, se ha encontrado con el mejor máximo rival de la historia. Y, mira por donde, con una política deportiva basada en muchos de los mimbres que siempre hicieron grande a nuestro Real Madrid, que ahora, desgraciadamente, parece el Barsa de antaño.

Seguro que tendrá el Sr. Pérez la sabiduría de verlo a tiempo, o algún amigo que se lo haga ver, pero por este camino algunos olfateamos efemérides luctuosas, que diría el inolvidable Dr. Ripoll. Y tiene la oportunidad de hacerlo hablándole claro a los madridistas, menos ansiedad de títulos y más planificación estratégica deportiva. El señorío blanco, y esta es otra, nunca fue patrimonio de zascandiles, sino de deportistas y aficionados ejemplares. D, Florentino es el presidente de mayor aceptación popular en el madridismo de toda la historia; recordemos que hasta  D. Santiago fue zarandeado en su coche. Si con ese apoyo no cambia enseguida se habrá ganado, más pronto que tarde, una segunda y última espantada. Porque ahora, como ayer tampoco, una pañolada en el Bernabéu no la aguanta. Y si los números y los datos son cabezones, los aficionados de aluvión son veleidosos. ¡Ah!, y si sólo se trata de marketing, modestamente, si alguien quiere, hablamos otro día. Ánimo y suerte, amigos blancos, que la vamos a necesitar.

José Luis Ortín Sánchez
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