viernes, 26 de diciembre de 2014

DEL FÚTBOL COMO OBJETO AL CAMPEÓN DEL MUNDIALITO

Es muy normal que quienes se sientan con condiciones suficientes y les guste intente hacer del fútbol su modo de vida. Jugadores, ante todo; técnicos diversos, entrenadores o directores deportivos se afanan diaria y semanalmente, y año tras año, en ganarse el sustento del mejor modo posible mientras el cuerpo aguante. Unos hasta los treinta y tantos y otros hasta su jubilación. Es lo natural.

Y, también, que los millones de aficionados quieran saber de sus ídolos, o menos tales, clubes, dirigentes, etc., y para eso están los profesionales de la información. He aquí una de las patas secundarias pero fundamentales de este deporte. Sin el soporte de los medios de comunicación el deporte es testimonial. Fijémonos, si no, en aquellas competiciones deportivas que apenas tienen repercusión informativa; terminan siendo irrelevantes. Poco más que para sus familiares cercanos o sus vecinos de puerta con puerta, y, a veces, ni eso.

Pero los profesionales directos actuales del fútbol, los artistas de este circo, tampoco son nadie ahora sin sus representantes. Y es cuando aparecen los comisionistas como otro de los soportes del tinglado futbolístico. Tan importantes son que algunas de estas figuras han sobrepasado el nivel personal y ya son auténticas empresas de servicios, con empleados y especialistas de la más diversa índole.

Y claro,  como cualquier otra actividad, necesita de formación, normas, reglas, organización y representaciones a cualquier nivel. Y aparecen los árbitros, escuelas y profesores para todo, federativos, sindicatos diversos, y, como colofón de todo ello, los directivos y presidentes de clubes.

Todo ello sin contar con la publicidad faraónica que engendra, ropa de todo tipo, enseres y utensilios mil, balones,  recuerdos, seguridades y hasta pitos. Es un fenómeno que traspasa todo tipo de fronteras, desde las sociales y territoriales a las continentales e ideológicas. Un sinfín de intereses de todo tipo solo comparables al interés que despierta en centenares de millones de personas.

En este punto, conviene hacer una pequeña reflexión para analizar la figura de quienes a fin de cuentas tienen en su mano, y demasiadas veces de un modo poco claro o edificante en su cartera, los emblemas de tal fenómeno local, nacional o mundial: los presidentes de los clubes, en primer y relevante lugar, y quienes presiden los máximos órganos organizativos del fútbol.

Para ellos, el fútbol no deja de ser un objeto de deseo para satisfacer sus ambiciones menos confesables: relevancia social, como base, y sus derivado inevitable: el dinero, en la forma que sea. Porque lo que suelen confesar son otras cosas: por simple afición, por amor a unos colores, por mejorar este deporte… En fin, milongas para todos los gustos.

Llegados a este punto hay que hablar de dos auténticos fenómenos nacionales: Villar y Florentino Pérez.

El primero, al frente de la RFEF, va camino de alcanzar la treintena de años en la cima de su pirámide; más del doble de tiempo que estuvo jugando. Si sumáramos los sueldos, dietas y demás gabelas que lleva cobradas y disfrutadas, llegaríamos a la conclusión que lo que ganó como simple futbolistas fue una minucia, y eso que fue de los de la punta ‘adelante’, que decimos por la huerta. Pero en todo caso, hablaríamos de sueldos escandalosos nada más. En su favor hay que decir, sin embargo, que bajo su mandato el fútbol nacional ha alcanzado sus mejores cotas europeas y mundiales. De todos modos, se nos antojan demasiados años presidiendo lo que sea.

El segundo es mucho más. El presidente actual del Madrid es el dirigente deportivo más brillante para su interés personal que ha dado este país. Nunca nadie consiguió que una de las marcas excelentes de España, por no decir la más: el Real Madrid, fuera el mejor departamento de relaciones públicas de sus empresas. No puede haber ninguno mejor en el mundo. Y aquí no  hablamos de bagatelas. Se trata de miles de millones de euros por todo el mundo. En su favor hay que decir dos cosas importantes. Primero que para beneficiarse no necesita recurrir a meter la mano en la caja, y eso es una cuestión muy seria en los tiempos que corren; es demasiado listo y, por otra parte, tampoco fue al Madrid para ello.


Y, finalmente, por fin está consiguiendo hacer un equipo de verdad. El actual y merecidísimo campeón del Mundialito. Los jugadores del Real empiezan a conocerse de memoria. Y sus seguidores. Es un equipo camino de la leyenda. Nuestra enhorabuena.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

DE TÓPICOS A PATRONES

Dice Sacci que Ramos quiere renovar pero que Pérez le ofrece menos dinero. Y, de inmediato, sale el sevillano y asegura que nunca le ha movido el dinero. Es fácil decirlo cuando se es rico.

Como también lo es besarse el escudo de una camiseta en la efervescencia emocional de marcar un gol ante miles de seguidores. O decir que siempre ha sido uno de tal equipo grande, cuestión obligada, al firmar un contrato que te asegura la vejez a poco que seas prudente en el gasto. Y decir que tal o cual buen futbolista nació para jugar en el enorme equipo que presides, el Madrid fundamentalmente, como si sus progenitores hubieran soñado en blanco al jugar al amor. En fin, el mundo del fútbol está lleno de tópicos. Y va por rachas.

Como los que se ponen de moda en boca de los voceros adecuados. Ocurrió hace unos años en el fútbol español cuando se incorporaron muchos términos importados del lenguaje criollo; argentino sobre todo. Aquello de ‘jugar por banda’, olvidando el artículo; o del pivote y la manija, por decir algo, sustituyendo a lo del medio centro y el organizador de juego, aún perviven en la lengua particular de demasiados plumillas futboleros.

Ahora vivimos la explosión de los hat-trick y las estrategias; toda jugada que parte de un balón parado es pura estrategia para demasiados que imparten doctrina desde cualquier medio de comunicación. Dos penas. Y digo tales porque seguramente los que huyen de los tripletes, los tres en uno o, más fácil, los tres o tríos de goles en castellano, jamás han leído a Shakespeare en su idioma; como sería mi caso, aclaro. Ni, por supuesto, ningún manual de estrategia en cualquiera de las ciencias en las que se estudia; y el fútbol no lo es, ni por asomo.

Hace unas semanas le pregunté a un comunicador que sí es periodista y que lleva toda su vida profesional – más de cincuenta años – analizando y comentando fútbol que me explicara qué es un ‘hat-trick’ de estrategia. Y su respuesta fue la normal: “no tengo ni idea”.  Resultaba que en un partido de tercera división un futbolista había metido tres goles; uno de penalti, otro de falta directa y un tercero de rebote tras un saque de esquina. Y, como ya he comentado alguna vez, alguien había escrito en un periódico aquello de que fulanito había conseguido lo que le preguntaba a mi amigo. En resumen, un ejemplo más de la sarta de tópicos que nos asolan.

Harto de tanta tontuna, confieso que paso la página cuando me encuentro con alguna de ellas en un periódico, apago la radio o le quito el volumen a la tele, en su caso.

Lo mismo me ocurre cuando encabezan cualquier entrevista con alguna de las afirmaciones que señalaba al principio; directamente, no sigo leyendo. Hace tiempo que aprendí aquello de que no estoy dispuesto a perder el tiempo escuchando o leyendo tonterías.

También dice el italiano Sacci que espera que el Madrid marque el estilo de una época, tal y como antes hicieron el Ajax, el Milán y el Barça en sus mejores años, pero se olvida que lo mismo hicieron antes el Brasil de Pelé o el propio Madrid de Di Stéfano. Estos equipos, como aquellos, no solo jugaron bien un rato sino que reinaron años en el fútbol mundial basándose en conceptos distintos pero también en lo mismo: el talento de sus grandes futbolistas. Sin el aporte del fútbol total de Cruyff, los goles de Van Basten o el inmenso genio de Messi, ni Michels, ni el mismo Sacci, ni Guardiola, siendo buenos técnicos, hubieran conseguido implantar su estilo y que perdurara durante años, que es lo difícil. El Madrid de Cristiano puede serlo. Siempre con buenos compañeros, claro.

Sin embargo, los actuales ‘doctores’ futboleros, en términos de calificaciones inglesas y de  concienzudas simplificaciones estratégicas, van camino de hacer época sin ninguna figura a su alcance, salvo su ramplona ignorancia; por no usar el calificativo mayor y vulgar que ya les hemos dedicado alguna vez desde este cornijal del periódico.

No ignoro que se puedan ensayar mucho algunos movimientos y que en las escuelas de entrenadores les llaman estrategia, pero repetir hasta la saciedad tal calificación en cualquier jugada se llama de otra manera.

Hay muchos calificativos en el idioma de Cervantes para denominarles, como también para hablar de fútbol. A la riqueza de nuestro idioma le sobran términos para ello.

martes, 16 de diciembre de 2014

VUELVEN LOS RAMONET Y SUS REBAJAS HACIA EL CENTRO

Sí, como en las ferias antiguas, vuelven nuestros Ramonet políticos a sus subastas: “muñequita por aquí, mantica por allá; ¡dos al precio de una!”.

Huelen las urnas. Con ellas, el vaho de los adversarios en la nuca y la adrenalina propia. Y, lo que es peor, la sangre de los votantes, que ahora es mala. ¡Manos a las carteras!


El Partido Popular y el Socialista

Rajoy y sus gentes lo tienen mal por mucho que malprometan. Es el único partido relevante, junto con UP y D, que no ha renovado aún sus caras y eso le pasará una factura tan enorme como de incalculables consecuencias.

Para comprobarlo solo hay que palpar la decepción y desesperanza que han originado a sus votantes y mirar a los juzgados; lo que ya ha salido y lo que queda, que es mayor.

Por cansino, es aburrido incidir en los despropósitos de su gobierno.


Pedro Sánchez, tras la perdición heredada, anda lanzando mensajes a diestro y siniestro para recuperar el voto perdido. El fenómeno Podemos amenaza con agrandar aún más el boquete por su babor, impidiéndole recuperar algunos millones de votantes que se quedaron en casa u optaron por IU en las pasadas elecciones generales, que pasó de dos a nueve diputados con el novedoso liderato de Cayo Lara y ahora dará paso a Alberto Garzón. Y, por su estribor, trata de centrar algunos aspectos de su discurso consciente de que podría aspirar a recoger un millón largo de votos centristas, algunas estimaciones lo cuantifican en dos millones, que optaron por el PP como clavo ardiendo ante la ruina que dejó el infumable Zapatero.

Pero lo tiene crudo. Por eso, lanza hacia su izquierda como un mantra el hallazgo que le han puesto a huevo Iglesias y los suyos con aquello de que no son ni de izquierdas ni de derechas, huyendo de la etiqueta populista bananera que les acompaña con cierta base desde sus orígenes; señalando que antes decían que eran comunistas, después y en ciertos círculos de centro y ahora proclaman que socialdemócratas.

Solo tendría posibilidades reales de recuperar los tres millones de votos que precisa para gobernar, alcanzando un treinta y tantos por ciento de papeletas en las urnas, si fuera capaz de fijar algunas ideas muy claras respecto a los tres asuntos básicos que preocupan a los ciudadanos: la corrupción, el paro y la economía y su idea de España.

Respecto a lo primero tendrá una prueba de fuego en Andalucía. Deberá ser capaz, con la anuencia de Susana Díaz, de lidiar con determinación el morlaco que la admirable jueza Alaya le ha echado a su partido con los escándalos de los ERE y la formación, donde dos ilustres personajes como Chaves y Griñán serán determinantes.

En economía deberá imaginar medidas eficaces que reactiven el mercado laboral sin aumentar la deuda del Estado ni los impuestos para cubrir el desfase del déficit público, incidiendo en medidas fiscales y laborales valientes que favorezcan a las PYME y a los autónomos; las fábricas reales de puestos de trabajo. Ideas hay muchas. Debería preguntarles a ellos y no solo a los representantes de las grandes empresas – esas del eufemismo de la marca España – y a las multinacionales extranjeras. Es decir, lo contrario de lo que ha hecho Rajoy.

En cuanto a su idea de nación lo tiene mal con sus desmarcadas franquicias catalanas –determinante- y vasca. Ha de ser valiente también aquí. Lo del ambiguo e inexplicado federalismo a secas vende poco.


Podemos

Conscientes de que su masa de votantes tendría un techo limitado con sus propuestas iniciales, en torno a los tres o cuatro millones como mucho: los dos tradicionales de IU y otros tantos de la izquierda socialista y de cierto voto emergente juvenil; intentan ocasionalmente centrar su discurso para atraer a los antiguos votantes socialistas y centristas decepcionados del bipartidismo. Su dificultad vendrá por la perplejidad de los votantes claramente de izquierdas que al principio nutrieron sus círculos.
El mercado

Hay 36 millones de votantes de los que ejercen entre 25 y 27. De ellos, 12 son el suelo electoral conjunto de socialistas y populares; otros 3 de comunistas, extrema izquierda y similares; 3 más de opciones que podríamos denominar centristas – UpyD y Cs-;  2 de nacionalistas periféricos, CIU, ER y PNV básicamente, y otras opciones irrelevantes. Y la madre del cordero estará en los cinco, seis o siete millones de personas moderadas sin ideología concreta y abstencionistas, que son quienes dan las mayorías minoritarias para gobernar porque lo normal es que se repartan relativamente; o las mayorías absolutas en casos excepcionales, de las que solo han disfrutado González, Aznar y Rajoy.


A día de hoy, olviden su esperanza los peperos.

La pena son sus desamparados votantes de buena voluntad, que los hay y muchos sin ser forofos.

Porque en España las elecciones no se ganan, se pierden. Las perdió la UCD de Suárez y Calvo Sotelo por su descomposición; las perdió el PSOE de González por cansancio y la incipiente corrupción; las perdió el PP de Aznar y Rajoy por sus clamorosos errores – sus dos últimos años de gobierno- y por el todavía enigmático 11M -; las perdió el PSOE de Zapatero y Rubalcaba por su desastre de gestión; y las perderá el PP de Rajoy por malos gobernantes y la lacra extendida de la corrupción.

Salvo hecatombe o una improbable e imprevista reacción de la derecha y del centro derecha patrio en torno a un renovadísimo PP, o a cualquier otra opción que pudiera surgir, para lo cual ya casi no queda tiempo; solo Iglesias apoyado por Sánchez, o este apoyado por el PP o por aquel como mal menor, optarán a presidente del gobierno. Para Rajoy o algún posible candidato de su entorno es prácticamente imposible.


La clave, en todo caso, estará en esos millones de electores señalados que cada día más se preguntan entre amigos: ¿sí, sí, pero a quien votamos? Y añaden: si es que votamos…  

miércoles, 10 de diciembre de 2014

LOS COBARDES

La tragedia encoge el alma y la indignación que acarrea, cuando es real, ensombrece cualquier perspectiva de creencia en la bondad natural del ser humano. Incluso hay muchas personas que no soportan ver una película violenta.

Confieso que el otro día, viendo las imágenes de la ribera urbanizada del Manzanares ocupada por gentes amenazándose entre carreras con todo tipo de objetos, sentí cómo la sangre se me hacía espesa. Y el cabreo llegó al más absoluto de mis desprecios cuando unos cuantos individuos corrían alejándose del pretil del río al caer al agua el luego fallecido hincha del Coruña. Y se me fue la boca en la intimidad de mi casa. No reproduzco los tremendos epítetos que brotaron de mi garganta por mal sonantes y porque son de lo más habitual y ordinarios en el lenguaje popular, pero se los pueden imaginar.

Ahora bien, sí puedo expresar lo que mejor refleja su trasfondo: la cobardía más ruin. Sí, y lo mantengo sin ninguna duda porque no es otra cosa que eso. Los cobardes se crecen cuando van en manada. En la masa y en el anonimato recargan sus ansias de protagonismo. Y se jalean, y se animan, y se sienten ‘rambos’ o héroes de cualquiera de las falsas grandezas que han imaginado desde el fondo de su asumida cobardía. Porque ellos saben que son unos cobardes. Unos medrosos de la peor especie. Unos mierdas infames, con perdón y mayúsculas, que de uno en uno y de igual a igual no son capaces de alzar ni la voz. Y se levantan cada mañana mirándose al espejo para ver su inexistente fortaleza,  incapaces de decirse la verdad: que hoy son más cobardes que ayer pero menos que mañana. Igual que quienes les animan o amparan desde cualquier posición. Y tienen mal remedio. El que nace cobardica  muere cobardón porque, como se dice en nuestra huerta, “el que nace pa marrano, la estaca le cae del cielo; tire pande tire”.  Y, además, no tienen ni la chispa de humanidad necesaria para socorrer a un ser humano a punto de ahogarse después de recibir una monumental paliza.

Dicen que les van a poner una multa de 60.000 euros a los innombrables sujetos, y la prohibición durante cinco años de asistir a un partido de fútbol. Pero para mis adentros, como supongo que pensarán muchos de ustedes, esa pena se queda tan corta como las lumbreras de sus frentes. Si por mí fuera, como en tantos otros casos de la gentuza que de vez en cuando asoma por las rendijas de esta sociedad nuestra, a ratos tan débil y enferma; los culpables del crimen no podrían repetirlo; ¡seguro! Dejo a la interpretación de cada cual las necesarias medidas oportunas, pero también se las pueden imaginar. Como decía aquel, “leña al mono que es de goma”.

Y no se trata de cogérnosla con papel de fumar, porque quienes llevamos años asistiendo a espectáculos deportivos de competición, en la calidad que sea y sobre todo en el fútbol; hemos dicho, gritado y hasta cometido tontunas o gilipolleces de los calibres más diversos. Pero una cosa es animar al propio, tratar de ganar o recriminar al contrario con palabras demasiadas veces inapropiadas, incluso insultar cuando la sangre se calienta, que pocos están o hemos estado libres por muy reprobable que sea; y otra muy distinta llegar a la agresión física. No digamos nada de la que puede tener consecuencias mortales o incapacitantes. Las palabras pueden tener alguna disculpa porque se las lleva el viento y están dentro de un contexto competitivo, a veces extremo, pero lo último no tiene perdón posible.

Nuestra felicitación al Real Madrid, con don Florentino al frente, así como al Barça de Laporta en su momento, que afrontaron el problema de sus violentos quitándoles el protagonismo y las prebendas de las que disfrutaban.
Recuerdo cuando hace muchos años competíamos con  equipos extranjeros y nos asombrábamos de las diferencias de sus aficiones. Los del este de Europa, de países comunistas, tenían un comportamiento exquisito – como el nuestro de entonces bajo Franco-, y, sin embargo, nos chocaba la mala educación y la agresividad de los seguidores de equipos ingleses y de otros países democráticos occidentales. Y, sin querer defender ningún tipo de dictadura, yo me pregunto: ¿Por qué está reñido el orden con lo que algunos llaman libertad?

Seguramente, pienso entristecido, porque la libertad es otra cosa.

Y, también, qué falta de educación y respeto sufrimos. ¡Y de valentía!    

martes, 2 de diciembre de 2014

LOS OROS DE CRISTIANO

A pesar de que lleva solo tres goles menos que el portugués, el año 2014 no ha sido particularmente bueno para Messi. Suena a disparate decir eso de quien fue nombrado este verano mejor jugador del mundial de Brasil, ¡vaya tela y carita puso!, y lleva superados los 50 goles, además de haber batido dos records para la historia: mayor goleador de la Liga y de la Copa de Europa.  Y no lo ha sido porque comparado con otros años ha tenido ciertas sombras en su rendimiento de la temporada pasada. Tuve la ocasión de hablar con socios catalanes del Barça en su recta final, asistentes habituales al Nou Camp, y alguno de ellos incluso llegó a asegurarme que era el momento idóneo de vender a su estrella. Increíble.

Pero en tales aficionados se daba también el fenómeno de las comparaciones. Y es que, comparado con el juego y el rendimiento del canterano blaugrana argentino en temporadas anteriores, efectivamente ha sido bastante menor. De tal circunstancia da idea el hecho de no haber ganado colectivamente nada en sus dos equipos; el Barça y la selección albiceleste. Y eso, para un jugador de su talla y trascendencia en el último decenio, es tan paradójico como determinante.

Hay quien desde su entorno argumenta que los problemas con el fisco español le han pasado factura, y puede ser, pero sea como fuere Messi está derivando hacia otras funciones en su juego. De ser un goleador sobre todo, que lo sigue siendo – miremos sus últimos deslumbrantes partidos-, ha pasado en ocasiones a desarrollar un papel de distribución de medio campo en adelante dando pases de gol a sus compañeros y completando la madeja de pases en corto y paredes que acostumbra el estilo futbolístico de la Masía. Tal vez tenga que ver con el bajón de juego observado también en sus incomparables compañeros, y artífices en buena medida de sus éxitos anteriores con el Barça, Xavi, Iniesta. ¡Cuántas veces hemos dicho que Messi no era Messi en su selección!

Cristiano, por el contrario, a pesar de que le han cambiado piezas claves en su equipo, sigue reinventándose a sí mismo. Su papel es decisivo juegue con quien juegue y lo entrene quien lo entrene. Y su enormidad de goles, muchos decisivos, lo encumbran a la púrpura aurífera del fútbol mundial. Como hemos reiterado, va camino, si no lo es ya, de ser el mejor goleador de todos los tiempos. Desde luego lo es en la brillante trayectoria histórica del denominado como mejor club del siglo XX, el Real Madrid. Para quien lo dude, miren las estadísticas de partidos jugados y goles conseguidos con la antigua camiseta blanca, ahora caprichosamente multicolor por encuentros, y compárenla con los monstruos merengues; los Pruden, Puskas, Di Stéfano, Hugo Sánchez, Raúl y compañía.

Durante 2014, el Ronaldo luso ha sido campeón de Copa en España y de la de Europa, con un papel preponderante en su equipo a pesar de la merma física que sufrió a final de temporada,  además de mejor y mayor goleador mundial. Es fácil que acabe el año con 60 goles. Esas son buenas razones para que le otorguen el preciado Balón de Oro, tras haberle otorgado la Bota del mismo metal hace unos días.

Otra cosa es que a algunos nos parezca irrelevante el galardón en la medida de que premia como mejor futbolista a quien puede que haya sido el mejor delantero, como antes lo ganaron otros que fueron los mejores defensas o medios, e incluso algún portero. Posiciones tan incomparables en el terreno y en el desarrollo del juego como lo son sus características fundamentales. Quizás sea más justa la distinción cuando se le otorga a un futbolista total, como en su momento el propio Di Stéfano o Cruyff en su etapa de madurez, tanto en la selección holandesa como en el Barça, porque en sus inicios no dejaba de ser solo un magnífico delantero joven.

Dice Platini que debería ser premiado un campeón del mundo, como en su momento dijo, es cierto, cuando España lo fue y se hablaba de Xavi e Iniesta – que se lo merecieron, sin duda, pero ganó Messi-; y todos miran al madridista Kross. Pero, siendo este un jugador extraordinario, aún le faltan años, méritos, triunfos y galones para alcanzar al de Tarrasa o al manchego en merecimientos y distinción de juego.


Si son coherentes, el oro 2014 será de Cristiano, como entonces se lo dieron al argentino.   

sábado, 29 de noviembre de 2014

TRES POR VEINTE: PODEMOS, CON EL PSOE DE BISAGRA

Es la herencia de dos disparates políticos encadenados; los dos mandatos de Zapatero y el inconcluso de Rajoy. Ni aquel supo gestionar la crisis económica que le sobrevino, agrandándola, ni este ha querido aplicar sus propias recetas económicas para superarla de verdad.


Ineptitudes y estafas

Dos desgracias empalmadas para los españoles. Uno por incapacidad manifiesta y el otro porque ya no le queda por estafar a ninguno de los  grupos sociales que le otorgaron la mayoría. Ha defraudado a todos, excepto a los bancos y a las grandes empresas, a las energéticas en particular; con el agravante de disfrutar del mayor poder político desde Franco, reiteramos, y una oposición desacreditada y sin relieve. Lo peor es que la ciudadanía estaba preparada para todo, ‘chutada’ a su esperanza.

Por eso, ante su excusa de que se había encontrado la situación peor de lo que se esperaba habría que haberlo echado por inepto antes que por mentiroso. Los pufos mayores estaban a nivel municipal y autonómico, que él y su partido tenían la obligación de conocer por gobernar en ellos casi un año antes de llegar al mando.

Como consecuencia, el PSOE y el PP rondarán el 20 % de votos cada uno cuando durante treinta y dos años han sumado el ochenta entre los dos. El fantasma de aquella vieja UCD, imprescindible en su momento, tiene una sombra muy alargada.


La engañifla de la recuperación

El gobierno del PP anda vendiendo la moto de la recuperación económica sumando un embuste más a su largo catálogo; esta vez con el aval incomprometido de algunos teóricos patrios alejados de la realidad y de ciertos dirigentes políticos internacionales que solo miran sus intereses y los grandes números relativos de la macroeconomía. Esas cifras son producto de muchos factores casi todos ellos ajenos a la labor del gobierno. Como ejemplo el tirón del turismo, que hunde sus raíces en la inestabilidad de algunos países con los que competíamos en el Mediterráneo.

La única que sí es consecuencia de los ministros de Rajoy, en especial de la horrenda política de  Montoro, es el ligero repunte de la demanda interna como consecuencia, básicamente, del incremento descomunal de la economía sumergida; la forma más a mano que tienen muchos autónomos, agricultores, profesionales y pequeños empresarios de sobrevivir escapando de la asfixia fiscal a que son sometidos – miren a su alrededor, que eso no engaña-. La economía real está en los cinco millones largos de parados, jóvenes y de larga duración en especial, con una deuda pública de un billón de euros, equivalente ya a todo lo que se produce en el país en un año; cuando llegó Rajoy al mando estaba en casi  cuatrocientos mil millones menos, que se dice pronto. Esos, y los del descomunal y ruinoso Estado que padecemos que los populares no han sido capaces de racionalizar, son nuestros datos más ciertos y perdurables y los que hipotecan nuestro presente y futuro; los demás son engañosos y coyunturales.

El rescate inicial de los bancos paridos del desastre de las cajas, y el continuado a todo el sector desde entonces hasta conseguir que ahora  sean un oligopolio inmisericorde con sus sufridos clientes, es el único mérito reconocido y discutible del gobierno por demasiadas cosas, apoyado hasta el infinito por el BCE.


Tres por veinte

El PSOE y el PP andarán por el veinte por ciento de los votos cada uno, con suerte y la baza del miedo electoral, y el fenómeno Podemos estará también por ahí si logran frenar las malas noticias sobre algunos de sus dirigentes más significados.  El resto de partidos sumarán un quince por ciento y la clave puede estar en el veinticinco por ciento de indecisos, que señalarán en todo caso, salvo milagro o hecatombe, la primera de las tres alternativas posibles; lo normal es que se repartan. Hablamos de los votos efectivos, porque al PSOE y sobre todo al PP le restarán posibilidades, además, quienes se sumarán a la abstención. ¡Ojo! al serio porcentaje de católicos ejercitantes por lo del aborto, que las cocinas demoscópicas consideran votos cautivos conservadores; podían recordar la condena papal a lo de Irak y sus consecuencias.


Podemos

Puestas así las cosas, el asunto estará en el juego de alianzas postelectorales. El PSOE verá reducido su otrora importante papel a ser bisagra hacia su izquierda o su derecha. Y ahí, si fuera ahora, Iglesias y Podemos tendrán todas las opciones de alcanzar el gobierno con su apoyo porque el barro de la corrupción le ha restado la credibilidad a socialistas y conservadores. Y el resultado de un gobierno en manos de comunistas marxistas leninistas, aun con todas las sordinas y pieles de cordero que ahora quieran poner sus dirigentes a sus ideas primigenias, podría hundir a España en un largo invierno de consecuencias imprevisibles. Salvo que, en efecto y ojalá, Podemos esté formado en su base por gente que no vean recomendables a personajes como Chavez, Maduro, los Castro y similares, y lleguen a la cúpula del nuevo partido; circunstancia poco previsible. 

Ya sé que algunos dirán que este augurio forma parte de la supuesta campaña del miedo que de aquí a las elecciones se lanzará por quienes ellos llaman la Casta, sin ninguna base para ello en muchos casos, pero aparte de escudarse en oscuras y demagógicas teorías conspiratorias indemostrables deberán demostrar lo contrario con programas y compromisos que lo manifiesten.


Un viejo sueño

Otra cosa es que de aquí a las elecciones el PSOE y el PP, u otra alternativa homologable a las democracias occidentales – qué pena lo de UPyD y Ciudadanos-, sean capaces de regenerarse y representar una alternativa política que devuelva la confianza perdida a los españoles. Separados o juntos, en una coalición poselectoral de utilidad en bien de la nación, podrían ser una buena opción de gobierno. Pero desgraciadamente, este sueño es también bastante improbable.


 Lagarto, lagarto…

viernes, 28 de noviembre de 2014

LA FAMILIA DE VILLAR

Villar visitó a Del Nido en prisión y se justificó diciendo que el expresidente sevillista era de la familia.  Será de la suya, que, en todo caso, la supongo más apropiada que el abogado del saqueo del ayuntamiento de Marbella.

No tenía el bilbaíno que hacer tal aseveración para explicar su visita. Tal vez hubiera sido más normal aducir que había cumplido con un deber hacia un amigo, desligando su persona del presidente del fútbol español, que cubriéndose sus hombros con la bandera de la RFEF. Decir que un condenado por turbios asuntos ajenos al fútbol es de la familia, con todo lo que llueve en materia de corrupción en España, deja en muy mal lugar a la institución que representa.

De todos modos, la federación española de fútbol no es un ejemplo de transparencia. Ni siquiera de normalidad social en su funcionamiento si tenemos en cuenta su sistema de elección de cargos. Parece más bien un reducto antidemocrático típico de sociedades cerradas. Un coto donde a base de favores y de cooptación sobreviven personajes de la más variopinta condición. Y el ejemplo más evidente de tan anticuada situación es que el propio Villar lleva ya veintiocho años en el cargo. Pero no es rara su permanencia por cuanto en sus delegaciones territoriales sucede lo mismo. Es más bien un modo de ser y de estar que les imprime carácter.

Alguna vez habría que tener información veraz de cómo manejan los dineros y las prebendas; los premios y los castigos; las dietas, los gastos corrientes y de representación y los sueldos; la selección de su personal laboral y la elección de los cargos.

Si los aficionados al fútbol supieran los salarios y los gastos que originan sus quehaceres y movimientos habituales seguramente se escandalizarían. Sueldos mensuales superiores a un millón de pesetas como mínimo, o seis mil euros, si ustedes prefieren; en sus cargos más relevantes, sin una aportación al fútbol patrio acorde con tales emolumentos. Eso por no hablar de las dietas, y restaurantes y hoteles donde pastan y yacen a costa del dinero ajeno.  Y a la vista de ello, entonces sí, quizás se entendería mejor eso de que Del Nido es de la familia. De la familia del ‘furbol nostro’, que diría o podría decir el incombustible Villar.

No tienen justificación alguna tales dispendios, y mucho menos si tenemos en cuenta la carencia de material básico en los campos del fútbol modesto, a cuyos clubes y dirigentes pastorean en lugar de administrar, como desfibriladores por ejemplo, de los que solo nos acordamos cuando ocurre un accidente fatal a cualquiera de los miles de chavales que juegan cada fin de semana por esos campos de Dios.  A los amigos, es decir, a quienes son de su cuerda a la hora de las elecciones, los dirigentes federativos les tienen muy en cuenta a la hora del reparto de las migajas de los dineros del fútbol con el fin de seguir en los sillones de sus desmesurados despachos.  Porque la molla de sus presupuestos son para lo señalado. Y a los contrarios, si alguno se atreve, les cae la indiferencia absoluta y la severidad de las sanciones federativas.

Todo ello explica, al fin, que sean tan difíciles los cambios en la cúpula de nuestro fútbol.  Es normal la duración por decenios en sus puestos más representativos. Y, por ende, la supervivencia de unas castas de empleados y directivos que forman un coto tan cerrado como las propias explicaciones sobre su funcionamiento.

Todo esto no es un fenómeno nuevo, es algo tan ancestral como la  existencia de las federaciones. Y hablo en general, partiendo de la más afortunada en lo económico como es la del fútbol. Cuando no hay, o no había, grandes presupuestos que manejar, entonces sí, tales instituciones estaban ocupadas por personas admirables esforzadas en organizar y defender sus deportes; altruismo del bueno. Todos hemos conocido a algunas de ellas en cualquier deporte. Ahora bien, cuando el vil metal aparece, emergen y se arriman a sus pesebres quienes solo tienen por bandera vivir bien a costa de lo que sea. No ya con preparación escasa para lo que realizan, por mucho que hayan jugado al deporte en cuestión, sino con los escrúpulos y los valores justos. De lo contrario, si fuera como debería ser, una dedicación esforzada en beneficio del deporte que supuestamente defienden y no una forma parasitaria de vivir bien, permanecerían menos tiempo en sus cargos. ¿No creen?      

martes, 18 de noviembre de 2014

DE ISCO A LAPORTA, CON DEL BOSQUE ENREDADO

Isco puede morir de éxito. Tan buen pelotero como individualista me recuerda bastante en su juego a otro fenómeno: Guti. El madrileño se retiró siendo la eterna promesa porque nunca cuajó como titular indiscutible en el Madrid y tampoco tuvo el espacio que su clase auguraba en la selección.

Desde esta columna hemos reiterado nuestro convencimiento de que debería ser un baluarte en el Real tanto por su indudable categoría futbolística como por representar una esperanza para el fútbol español, pero es cierto que demasiadas veces, como ha dicho con toda la razón Del Bosque, se enreda en jugadas de excesiva finura. En el último partido, donde alcanzó cotas de una brillantez exquisita, perdió balones y posibilidades de contragolpe peligroso por empeñarse en driblar contrarios con malabarismos de media vuelta, cuando tenía más fácil y mejor dar la pelota de cara al compañero y buscar una pared o un desmarque en corto para seguir la jugada con velocidad; Guti en estado puro, aunque con un carácter más simpático.

El otro día decían los comentaristas televisivos que Isco les recordaba a Iniesta, pero tiene mucho más parecido con el rubio madrileño del pelo al viento. Ojalá derivara hacia el manchego; entonces sí que estaríamos ante un futbolista de época.

Por eso, ante los augurios de algunos de que podría ser el heredero de Xavi, deberá cambiar su estilo limando arabescos con más sencillez si quiere liderar alguna vez a su equipo o a la propia selección. En el Madrid no es titular indiscutible, como otros con menos calidad pero más trabajo, precisamente por eso. Y eso que se ha ganado minutos y partidos por sacrificarse más en defensa.

Del Bosque anda en dos enredos complicados. Y en ambos tiene difícil salida airosa. En la selección deberá lidiar con el toro de la vuelta a la excelencia, cuestión harto difícil porque cada equipo puede jugar según los jugadores que tenga. Y no olvidemos que en la exitosa historia reciente contaba con jugadores irrepetibles. Xavi es el paradigma de todos ellos porque, como escribió García Lorca del torero Sánchez Mejías en su famoso ‘Llanto’ por su muerte, será difícil que nazca, si es que nace, otro futbolista español con la clarividencia futbolística, la sencillez, la eficacia y la elegancia de su juego. 

El segundo morlaco del marqués ha devenido ya en sambenito. El que le han colgado los forofos merengues de antimadridista. ¡Qué estupidez! Basta con que comente algo sobre algún jugador blanco que no suene a alabanza total, como recientemente sobre el propio Isco o respecto a una reflexión de Ramos, o que defienda a cualquier otro que no sea de la aquiescencia completa del gran capo don Florentino, caso de Casillas; para que le lluevan palos de todos los calibres. Eso sí, lo hacen muchos desde el anonimato que otorgan las redes sociales. Y es que, demasiados, confunden la paja y el trigo. Desgraciadamente hay aficionados que solo ven el color blanco y no aprecian ni el verde del césped, igual que los extremados de cada club. Y también confunden el ser madridista con ser ‘florentinista’; se pueden ser ambas cosas independientemente o incluso a la vez, como ellos.

Y llegamos al desparramado Laporta. Al quitarse de encima el peligroso mochuelo de la ruinosa pasta que le pedían judicialmente los directivos actuales del Barça por la dudosa herencia económica que les dejó, se ha echado de nuevo al monte. Así, tras anunciar a los cuatro vientos que se está pensando seriamente optar a ser de nuevo presidente blaugrana, ha empezado las hostilidades reales estableciendo contactos con gente poderosa en el fútbol. El luso Jorge Mendes ha sido de los primeros. Y este  no solo mueve y representa a una pléyade de jugadores y técnicos de lo más granado sino que sus contactos con grandes fortunas pueden auspiciar una jugada envolvente sobre el Barcelona. Peligro a la vista.

Para don Joan, que aparte de haber sido el mejor presidente culé por el afortunado acierto con Guardiola, no deja de ser un personaje de opereta, cuando no de vodevil, sainete o ramplona revista barriobajera; estar en los medios de comunicación es su droga insuperable. Tanto le gustaron los focos y hasta tanto se lo creyó que apostó también por la política. Y ahí se dio el batacazo. Y es que, los tirititeros están mejor con la escalera, la trompeta, la cabra y el cepillo en la calle que pisando moqueta.       

lunes, 17 de noviembre de 2014

TENÍAMOS POCO DERROCHE Y PARIÓ EL CASTOR

No teníamos bastante con las irresponsabilidades de los políticos y parió el Castor una indemnización mil millonaria. El socialista Zapatero le aprobó el proyecto con rapidez y pocos escrúpulos a  don Florentino, el rey del palco, y  el conservador Rajoy le ha pagado  el fiasco del almacén gasístico submarino frente a Vinaroz con una urgencia sin parangón.


Agravios comparativos

Si usted fuera empresario y el Estado le indemnizara con 1.350 M millones de euros en pocos meses, por un error en cadena de unos y otros, pensaría que es muy afortunado; demasiado. Que cuenten sus cuitas los empresarios del transporte para sacarle a Montoro los céntimos sanitarios pagados de más en el combustible, según la justicia europea. Pero para ello están las influencias; eso que para unos se tipifica como tráfico ilícito y para otros es lo normal. Y es que, codearse con tanta suficiencia como condescendencia con tirios y troyanos tiene tales ventajas. Por medio quedan enterrados, además, 500 millones de euros de fondos europeos. Y como paganos finales los de siempre: los consumidores españoles pagaremos por nada 100 millones anuales a partir de 2016 en los recibos del gas el derroche imperdonable de nuestros inefables políticos; otro más, después de tantos. Como propina, 1.650 millones en intereses en treinta años a los bancos financiadores de la jugosa indemnización, resultado del cuatro y pico por ciento de interés anual cuando ellos lo han cogido del BCE a poco más del cero por ciento. Hay que ver lo lumbrera que hay que ser ahora para dirigir un banco.


¿Y las responsabilidades?

¿Hay alguien más?, como gritaba, según el inolvidable Eugenio en uno de sus celebrados chistes un pobre hombre caído en un precipicio y agarrado a unas hierbas, cuando ‘su ángel de la guardia’ le instaba a soltarse porque él le llevaría en sus brazos al fondo sin daño.

¿No hay nadie a quien se le puedan pedir responsabilidades? Como al humorista catalán, ni al ministro Soria ni a su impávido presidente se le ha movido un pelo de la cara para soltarle la pasta al ‘Don Merengue’ ni para señalar a los de siempre como paganos sempiternos de los errores y estulticias de sus señorías. Quisieron esquivarlo pero con la boca pequeña porque ya lo tenían apalabrado con el ‘ser superior’, Butragueño dixit; ese tan gran futbolista como limitadillo tonadillero blanco. El próximo partido al palco del Bernabéu, y a otra cosa.

Dicen que para que haya un listo tienen que haber muchos tontos. Y algunos golfos y mediocres también. Si no, es difícil.

Decían que era imposible encontrar en la historia a unos ministros más indigentes intelectualmente que algunos de los que ocuparon sus poltronas con Zapatero, y quizás llevaran razón, pero lo que es indudable es que será imposible hallar a dos ministros más perniciosos para los bolsillos de los contribuyentes y de los consumidores que los ‘rajoyanos’ Montoro y Soria. Uno, incapaz de aligerar la Administración Pública, que tiene encomendada junto con Hacienda, y subiendo los impuestos y tasas sin freno para pagar el inasumible Estado que padecemos; nunca, al contrario que con Aznar, se han pagado tantos impuestos como en estos años de mayoría absoluta del PP. Y el otro, haciendo que se pague la energía eléctrica y el gas más caros que nunca, sin alternativas a la vista, y machacando alevosa y retroactivamente de paso a los emprendedores que se arriesgaron invirtiendo hace años en energías limpias.


Unos fenómenos

Por cierto, y hablando de Pérez y Aznar, a don José María le crecen los enanos tratándose de compañeros de pupitre, de estudios, de carrera, de gabinete o de palco: Blesa y Rato – qué desperdicio de hombre- por cosas poco edificantes; Rajoy y Montoro por inanición o acción requisatoria, que ambos blasones llevarán a su partido a su peor escenario histórico;  Villalonga antes por desafección personal, y ahora en plan estrella, y de momento sin guiñar para los juzgados,  don Florentino, cuya virtud personal hace honor a su nombre; ¡qué brillante es el tío, también de momento…!  Y qué fotos más desafortunadas del ex en el palco blanco con el empresario de moda desde el 2000, cuando llegó al poder en el Madrid; antes no lo conocía nadie fuera de su círculo inmediato.

Mientras el presidente madridista, ingeniero, ex político poco afortunado y  ex gestor de la guía del ocio de la capital; y unos cuantos más cuentan los billetes que le sacan al estado de millón en millón, los ciudadanos vivimos permanentemente con los manos en los bolsillos, temiéndonos lo peor, ante los derroches y corrupciones mil que vamos sabiendo gracias a la labor de algunos jueces, fiscales, funcionarios policiales y de seguridad y de los escasos periodistas que se empeñan, ¡loado sea Dios!, en que aún luzca el sol en las desvaídas bardas de nuestra desvalida democracia.


Que pase de nosotros este cáliz

Antes fue más corrupción y el rescate de demasiadas entidades financieras, sobre todo Cajas, que sufrieron una ignominiosa dirección, básicamente por las meteduras de pata y de mano, con sus correspondientes ‘sacaduras dinerarias’ de personajes de distinto hierro y políticos medio pelo, ¡oh casualidad!, amén de las torpezas de algunos dirigentes profesionales.

A ver si escampa pronto y se acaban los castores, los linces, los frescos y los sinvergüenzas, con sus correspondientes cuadrillas de tontucios, tonticos, palqueros, aprovechadillos y trincones, que de todo hay.

Y de paso, que surjan políticos de verdad; imaginativos, sensatos, eficientes y honrados, sobre todo; que sean capaces de darle un vuelco al panorama reformando con valentía todo lo reformable y necesario. De lo contrario auguro efemérides luctuosas, que diría un recordado médico de mi tierra. Para ello, y como decían los antiguos reclamos, abténganse medianías.


¿Hay alguien más?...; qué bueno era el tío aquel. Que no tarden.    

viernes, 14 de noviembre de 2014

CRISTIANO, RAÚL Y OTROS FENÓMENOS

El jueves pasado discutíamos desde la cordialidad varios amigos respecto a las valías de los dos sietes blancos. Unos valorábamos al portugués como el mejor goleador del Real Madrid en su excelsa historia y otros le otorgaban tal condición al madrileño. Y es que, en realidad, son tan iguales en su eficacia como diferentes en sus formas.

Raúl ha sido un fenómeno desde sus notables condiciones y quizás solo llegue a la matrícula de honor en ambición y profesionalidad. Nunca ha sido el más potente en su disparo ni en sus remates de cabeza, ni el más rápido ni el mejor driblador, ni tan siquiera el de mejores condiciones físicas. Pero, siendo notable en todo ello, la inteligencia, la colocación en el área y esa décima de segundo que le hacía llegar aunque fuera con la uña al balón en el momento decisivo eran sus cualidades sobresalientes. Y una virtud más le ha adornado siempre de cara al exterior: la humildad, aunque seguramente no será así en sus planos más personales. Aparte de todos sus records, cuya objetividad hablan por él, rivales en el terreno de juego y en devociones de clubes, como el propio Guardiola, le han señalado reiteradamente como el mejor futbolista español de todos los tiempos. Y eso son palabras mayores.

Cristiano es otra cosa. El luso sí es sobresaliente en su disparo y en sus portentosos remates cabeceros, así como en su velocidad y potencia y en las prodigiosas condiciones físicas que atesora. Sin embargo, en aquellas otras virtudes que engrandecen a Raúl no es de los más destacados. Su carácter, por ejemplo, le juegas malas pasadas a veces. Y su egolatría. Pero, en todo caso, somos muchos los que pensamos que no solo es el mejor goleador en la historia blanca, sino que también lo es en el fútbol mundial. Sus promedios de goles salen a más de uno por partido y lleva ya media docena de años en esos niveles; no es una casualidad que acumule ya tres botas de oro y que vaya a por la cuarta esta temporada. Inigualable. Su único punto débil es que no juega en una selección que pueda aspirar a reinar en el orbe futbolero. ¿Qué sería ya en la historia de los laureles si hubiera nacido brasileño, italiano, alemán o penúltimamente español? Pues que estaría a la altura de mitos como Pelé sin que tampoco sean comparables en su juego aunque sí, como en el caso de Raúl, en su eficacia de cara al gol. Otros jugadores con menos tiempo en la pomada y su trayectoria en clubes, como los goleadores brasileiros Ronaldo –sobre todo-  o Romario, ocupan lugares señeros en el panorama futbolístico mundial por sus éxitos con la canariña.

Así que, si a Raúl se le puede considerar el mejor goleador español de todos los tiempos, a Cristiano hay que dejarle ese mismo laurel a nivel mundial.

Hablamos de goles, porque si de futbolista completo se tratara no tengo ninguna duda de que otros como Kubala, Di Stéfano, Luisito Suárez, Cruyff, Messi, Maradona o el propio Xavi Hernández, por no ser exhaustivo, están por encima de ellos.


La peña del Pavo.


Y hablando de fenómenos, la discusión citada al principio fue en la comida semanal de todos los jueves de esta entrañable peña futbolera. Con la excusa de tal afición, un grupo variopinto de profesionales, entre los que destacan los juristas, ser reúnen en torno a una buena mesa para abundar en su encomiable relación de amistad, al tiempo que repasan –repasamos- los diversos acontecimientos de la actualidad con el fútbol en un lugar preponderante.  Para ello nos aprovechamos de la experiencia de antiguos futbolistas, como Toto o el ilustre Vidaña – demasiado tiempo ya de baja-; periodistas como el televisivo Juanmi Hernández o el insigne maestro Ibarra; exdirectivos de diversos clubes que han sido señeros en el panorama deportivo murciano, como Miguel Franco, Carlos Peñalver, Joaquín Martínez – de Cieza capital-  o Paco Adán, y directivos en ejercicio como Juan Dólera, actual vicepresidente del Granada. Junto a ellos, otros componentes como José Eduardo López, Roberto Luengo, Pepe Molina, Miguel Fructuoso, José Luis Hurtado y algunos amigos más, con el presidente de la peña al frente, Paco Soler Dólera –que debe retomar ya su sitio, por favor- , repasan, oran, laboran, mastican, beben, recuerdan, pronostican, ríen, y si es preciso lloran, cada semana desde hace años. Fenómenos así, sí que merecen la pena. Y el buen rato.         

miércoles, 5 de noviembre de 2014

APUNTES FUTBOLEROS

Reconozco que a mí me gustaba más el Barça de los primeros partidos porque en ellos tuvieron cabida Munir o Sandro y hasta Montoya, por ejemplo, al margen de que, además, llevó mejor trayectoria que ahora. Y con ello no quiero decir que fuera mejor equipo, al menos sobre el papel. En el momento en que la pelota quiera entrar, el trío Messi, Neymar y Suárez hará media docena de goles en partidos como el del otro día contra el Celta.

El fútbol es así. Se llena de tópicos, producto la mayoría de ellos de los caprichos del resultado. Así, tras el partido, se escucharon voces como las que hablaban del partidazo del equipo gallego. Y ello porque a la postre ganaron, pero qué hubiera pasado si terminan goleados, como pudo ocurrir muy fácilmente. Seguro que ninguno de los ‘sabios’ que glorificaron tal gesta, como sin duda fue, hubiera calificado el juego de los celtiñas de esa manera. Y entonces, en torno a esa pírrica y muy afortunada victoria se entonan cánticos de gloria. Que si fue un equipo valiente disputándole al Barça el control del juego, que si lleva jugadores de muchos quilates, etc. Y es verdad, hizo un excelente partido aunque hubiese acabado perdiendo cuatro o cinco a uno. Pero claro, en tal caso los mismos sabios anteriores hubiesen dirigido sus alabanzas a los blaugranas y, como mucho, hubiesen pontificado sobre la buena pinta de los de Vigo. Incluso achacándoles ingenuidad por tratar de disputarle a sus poderosos rivales la posesión de la pelota y el buen gusto en el toque. Siempre ha sido así. Al fin, como decía el clarividente doctor Ripoll, don Salvador, la tabla es la manda.

El Madrid, por el contrario, está haciendo bueno su juego, con más o menos sombras, porque su ataque es como certero un órgano de Stalin; aquellas baterías de artillería infernales, compuestas por varias filas de cañones superpuestos que lanzaban al unísono media docena de obuses hacia el mismo objetivo alemán en la II Guerra Mundial.

Dice Casillas que no sabe si está ante el mejor Madrid en el que él ha jugado. Y puede que sea así. De lo que no hay ninguna duda es que cuenta con el mejor goleador de su historia, como hemos reiterado, Cristiano, en un estado de forma inmejorable, muy bien acompañado por el mejor Benzema desde que viste de blanco, ¡ya era hora!, con la sutil colaboración de Isco, James, ModricKros y Carvajal, y la actuación estelar del renacido Marcelo. Todo ello sin olvidar las aportaciones a tal sinfonía de sus centrales goleadores. Todo un equipazo, que esperemos que siga dando su medida en Europa. Si es así, pocos títulos se le pueden escapar esta temporada.

Nuestra fortuna, para que la liga española siga teniendo interés, es que el Atlético, el Valencia y el Sevilla sigan su buena racha y le aporten picante. De lo contrario, será el poderosísimo dueto merengue y culé quien lleve en todo momento la voz cantante. De momento, la cabeza está tan animada que cabe en un pañuelo y en la cola ya se divisan quienes al final ocuparán los puestos ruinosos.


Esta semana abrimos jornada europea para definir los equipos que empezarán la verdadera Copa de Europa; la de las eliminatorias a doble partido. Esa fase en la que los errores se pagan con la eliminación. Ahí es donde los aspirantes al título no pueden fallar, y en la que nuestros campeones deben dar su auténtica medida. Y volverán los tópicos. Según sea el resultado los supuestos sabios de siempre entonarán cañas o lanzas. Y dependerá, como habitualmente ocurre, de que la pelotita derive unos centímetros a un lado o al otro en lugar de reflejar en sus comentarios lo sucedido de verdad en el encuentro. Y entonces se sucederán las consabidas  conclusiones pontificantes, como si el fútbol fuera una ciencia exacta, asegurando cosas que demasiadas veces solo suceden en circunstancias casuales. La suerte es consustancial en este juego no solo cuando hay que dirimir entre igualdades sino en muchas otras ocasiones. Cuántas veces hemos visto que la sabiduría futbolística de algunos entrenadores laureados se ha cimentado en la fortuna de encerrarse atrás con todo y rezar para que la suerte le acompañe; el famoso autobús. Y cuántas otras, cuántos palos se ha llevado el mismo, o jugando bien, porque los palos no han sido sus aliados.  ¡Atento, Luis Enrique! Ancelotti holla ahora la cumbre, pero ¡ojo también!         
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