miércoles, 30 de octubre de 2013

LOS PRESIDENTES ‘PERSAS’ (1)

Con  permiso de mi amigo y antiguo estupendo profesor de historia, Juan V. Rubio, taurino de cuna pero un tanto blandito en los últimos años cuando hace  críticas en la materia dados sus postulados ‘toristas’ de hace algún tiempo – serán la docena larga de quinquenios, como él mismo reconoce- , voy a recordar el antiquísimo manifiesto de los persas para referirme después, desde su meollo, al modo más dictatorial que presidencialista, siendo éste el remedo inicial de aquél,  con que algunos mandatarios de instituciones relevantes ejercen sus responsabilidades.

En la antigua Persia, cuando un rey sustituía a otro, sus súbditos se postraban de hinojos ante él repitiendo el llamado ‘Manifiesto de los persas”, que acababa con una frase memorable entonada al unísono por todos ellos ante la mirada complaciente del nuevo monarca: “Aquí nos tienes señor, lejos de nosotros la funesta manía de pensar”. Y claro, el futuro sátrapa de turno, viendo a los más notables de su reino arrodillados a sus pies y diciendo tamaña ignominia para complacerle mostrando su fidelidad más humillante, crecía dos palmos tanto física como anímicamente y a partir de ahí reinaba sin freno ni tasa haciendo a menudo su voluntad más dictatorial por las buenas, las malas, o peores, sin reparar en nada.

Hoy en día tenemos a algunos de ellos muy relevantes en nuestro deporte, y el fútbol no iba a ser una excepción, tanto en clubes como en federaciones. Y de monetaria manera estarían justificados quienes se juegan sus cuartos en lo que presiden. Pero los que no han puesto nunca un duro, o pocos, ni piensan poner, sino que muy al contrario aprovechan su cargo para vivir como reyes persas porque de un modo natural, con lo que le da su mata, serían incapaces de hacerlo, producen vergüenza ajena no sólo por ellos, que también y mucha sobre todo cuando se les conoce su ‘pelagatería’ anterior, sino principalmente por los presididos. Y en ese papel vergonzante entran tanto las propias entidades representadas por tales paniaguados, como los clubes y aficionados a los que rigen y pastorean. Yo conozco a unos cuantos en nuestro entorno inmediato, algunos muy significados, y supongo que ustedes también. Pero vayamos a los que presiden los clubes más insignes de nuestro deporte por excelencia.

El Sr. Pérez decidió a mediados de los noventa del siglo pasado salir de su más frustrante anonimato por sus querencias populistas y empresariales, presentando su candidatura a presidir el Real Madrid. Se llevó un revolcón en su primer intento, 1.995, porque le madrugaron los votos por correo – él dixit-  los chicos de Mendoza con Lorenzo Sanz a la cabeza.  En su segundo, allá por el 2.000, se aplicó el cuento devolviéndoles con creces la jugada ganando unas votaciones en las que el antiguo maniobrero ‘mendocino’ y presidente sucesor  Sanz, se durmió en los laureles de las 7ª y 8ª Copas de Europa ganadas  en el 98 en Amsterdan, ante la Juventus de Zidane, y en el propio año electoral en París, en el 2.000, ante el Valencia de Cooper; aparte de la Liga intermedia.

A partir de ese momento inició una gestión que pretendía personalista pero que partió de la sabia premisa de mantener el bloque anterior, con Del Bosque al frente y la guinda del fichaje electoralista de Figo, birlado al Barça del empequeñecido Gaspart, y algunos retoques de menor cuantía. Y tuvo un éxito inicial importante ganando la Liga, la Champions y la Liga de nuevo, en el inicio de la etapa galáctica, incorporando a Zidane y Ronaldo como estrellas mediáticas y futboleras.

Una vez el choto en la cuadra, ganándose el favor del respetable de un modo multitudinario con los aficionados blancos postrados en plan persa y Valdano de maestro de ceremonias, pensó que había llegado el momento de ejercer como tal rey déspota, y empezó a cavar su primer gran fracaso. Prescindió del entrenador heredado y de un baluarte como Hierro, fichando supuestos galácticos más vendedores de camisetas que otra cosa, Beckham fue el caso más flagrante;  a partir de ahí no ganó nada. Luego, en el 2.006 tuvo que coger el taurino olivo porque había convertido el club blanco en algo ingobernable. 


Sus demás mediocridades son historia reciente, y ahora se encamina hacia su segunda y definitiva ‘culá’. Pero, eso sí, una mayoría de aficionados madridistas siguen postrados a sus pies en plan de irreflexivos súbditos persas, por los continuos señuelos que cada año les lanza. (Seguiremos. sDq)

Y ENTRE FLOR Y FLOR, UNA PAVA

Como la actualidad obliga, dejaremos para entregas siguientes el análisis de presidentes ‘persas’, comentando el Barça-Madrid de este sábado.



Como todos los partidos de este nivel,  se presentaba con un favorito previsible; en este caso los blaugranas. Pero, también, con la incertidumbre que siempre generan: lleguen como lleguen merengues y culés, a un partido puede suceder cualquier cosa, y, normalmente, suele jugar mejor quien está peor clasificado. Y existe, además, otra incógnita: cuál de los dos técnicos trata de sorprender a su rival encarando el partido con algún invento sobre la marcha, renunciando a las señas de identidad previas que lo hacen reconocible sobre el terreno.

Y esta ocasión no ha sido menos que otras muy recordadas. Así, Ancelotti tiró del manual italiano que le es propio de cuna  para enmarañar el medio campo, desde donde los barcelonistas crean su inmensa superioridad. Y lo hizo sacrificando la idea de buen fútbol que está ensayando desde el principio de temporada aunque los resultados no hayan sido brillantes. Con Ramos de medio centro, Kedhira y Modric de interiores y los tres de arriba, Bale y Di María sobre todo, muy flexionados también hacia atrás y Cristiano fijo en su banda,  trataba de impedir que Xavi, Iniesta, Cesc  Busquets y Alves trenzaran con sus dos delanteros figurones.

Durante los primeros minutos el invento  funcionó: el Barça tocando en su propio campo con Piqué y Mascherano como máximos exponentes. Eso, más el detalle táctico de que Alves no se incorporara al ataque, como en él es habitual, dejando a Messi sin su principal habilitador de espacios para arrancar desde la derecha, y a Neymar sin receptor recurrente cuando se pasa en sus diagonales, fueron claves en el aparente control blanco de la situación. Pero claro, cuando se juega contra natura, el rigor esquemático no dura demasiado. Y hubo un par de matices que liquidaron el ‘sistema italiano’ de don Carlo. Ronaldo se cansó de que no le llegaran balones,  abandonando su estatismo en la banda izquierda para ir a buscarlos, y Ramos usó los codos demasiado en el medio campo, como se suele hacer con escasas sanciones en los bordes del área propia, o dentro de ella. Resultado: que Alves empezó a asomarse por su banda al balcón madridista y que el sevillano, tras una tarjeta por reiteración en lo señalado, hubo de bajar el pistón defensivo. Y en ese momento encontró el Barça su juego de siempre. Le bastó un cuarto de hora de buen fútbol para que Xavi e Iniesta encontraran un par de huecos desde su exquisita clase y crearan dos situaciones de gol. Una la convirtió Neymar con algo de suerte y la otra la desperdició increíblemente Messi con todo a su favor.

Comentaba con algunos amigos viendo el partido que me parecía absurdo desperdiciar a dos baluartes  como Illarra e Isco calentando banquillo. Y es que, no se puede afrontar con garantías un partido frente al mejor medio campo del mundo sin medio campo propio. Puede sonar la flauta en un saque de esquina o una falta, sí, pero eso lo hace un equipo menor. Todo un Real Madrid debe tener más y mejores argumentos para ganar cualquier partido. Y tal certeza se pudo observar en cuanto el técnico italiano dio entrada a Illarramendi, quitando a un Ramos que anduvo perdido en su novedosa situación de medio centro persiguiendo sombras y sin poder emplearse con su fuerza habitual en el centro de la defensa, donde sí se le echó de menos en más de una ocasión.

Y la guinda a lo que debe ser el sabroso pastel merengue fue la entrada de Jesse, quien le dio otro aire a la roma delantera blanca del sábado en el Nou Camp: sólo una ocasión clara de Ronaldo con Valdés al quite soberbio, y un gran disparo del ‘guadianesco’ Benzema al palo, aparte del buen gol del canterano canario, no justifican los millonarios desembolsos puestos en el campo por el Real. ¿Para cuándo los jóvenes al poder? No entiendo que Illarra, Isco, Morata y Jesse no sean titulares en este equipo.

¿Y el árbitro? Pues hubo de todo. Busquets se llevó una tarjeta muy dudosa enseguida, Ramos debió ver la roja antes de la media hora por dos codazos tontos y Pepe le hizo un penalti claro a Cesc. ¿El de Ronaldo?  Pudo ser, pero en Europa tampoco se hubiera pitado.

Más fútbol creativo, menos inventos y fuera excusas lloronas.             

domingo, 20 de octubre de 2013

VALORES Y TÓPICOS

Se dice en teoría de la comunicación que todo lo que no añade, estorba. También, que entre el emisor y el receptor viaja el mensaje, por el medio elegido, entre ruidos. Éstos son las interferencias que impiden entendernos con claridad, añadiendo elementos que distorsionan  la utilísima sencillez  con que podemos comunicarnos. Y muchos de ellos nos los inventamos, a veces, para tapar nuestras propias carencias.

Ocurre como cuando vemos a un buen futbolista jugar a la pelota. El que  es bueno de verdad lo hace con tanta sencillez que viéndole parece fácil hacerlo. Es igual que cuando escuchamos a alguien explicar algo de lo que verdad sabe; se le entiende fácilmente. Y, al revés, cuando a ese alguien no se le entiende es porque tampoco él sabe de lo que está hablando; usa términos ajenos y enrevesados para tapar su propia ignorancia.  Y esto ocurre en el fútbol demasiadas veces.

Viene todo esto a cuento de la fraseología que hace fortuna vacía en nuestro deporte. Insisto en ello por los comentarios que me hacen algunos lectores y amigos respecto a lo que expuse hace unas semanas.

Veamos. Una jugada determinada a balón parado se puede ensayar repetidamente para ejecutarla con inteligencia en el terreno de juego,  engañando al contrario o aprovechando sus debilidades y las fortalezas propias, y en ese caso se puede hablar de un movimiento estratégico. Pero de ahí a llamar a cualquier saque de esquina o de falta una jugada de estrategia hay el mismo trecho que va entre un comentarista con personalidad a un piernas. Lo mismo ocurre con la manía absurda de incorporar términos de lenguajes extranjeros a hechos futbolísticos. El ejemplo más tonto, por reiterado, lo tenemos en señalar que un futbolista ha marcado tres goles con dos palabros ingleses de los que no quiero acordarme. El español es incluso más rico que otros para denominar cualquier circunstancia que se desarrolle en un campo de fútbol. Así que, como valor a tener en cuenta antes de seguir borreguilmente modas con poco fundamento y costumbres extranjerizantes, entendámonos en castellano. Gracias.

Como valores son también los que perseveran en aprovechar las mejores características de nuestros internacionales en la Selección Nacional – lo de la Roja es otra tontuna tópica -. Cuando un equipo se cierra con todo el equipo detrás de la pelota apuesta por el aburrimiento. Pero a muchos les aburre, paradójicamente, el equipo que tiene que atacar machaconamente para abrir las líneas del aburridor. Cuando hay una madeja tupida delante de la portería contraria y sus mimbres son buenos defendiendo, ya me dirán ustedes qué caminos tiene el que pretende marcar que no sea el de la paciencia. Pues eso es lo que hace el equipo de Del Bosque o el Barça cuando se le cierran los equipos rivales, que es casi siempre.

En la realidad anterior también ha hecho fortuna el consabido “aburren” en boca de algunos. Sin embargo, para otros muchos es una manifestación de superioridad que desearíamos que durara decenios. Cuando eso no sea así añoraremos estos tiempos de tan buen fútbol y tantos éxitos. Al contrario de lo que ocurre con aquéllos en los que casi siempre nos quedábamos a las puertas de nada. No son para desear que vuelvan, creo.

Valores son también la sencillez, la humildad y el trabajo bien hecho. Al contrario de algunos especímenes que andan por ahí diciendo que han sido los mejores en clubes que cuentan su trayectoria por éxitos. Como uno de quien les hago el favor del anonimato, por tontuna reiterada, diciendo que ha sido el mejor entrenador del Real Madrid en su historia. Este tipo soñará siempre con sus años blancos  por la frustración que acumulará sabiendo que cogió el olivo por incapacidad manifiesta. Ha hecho tópicos de sus absurdos, y la pena es que todavía hay demasiados simplones que los repiten.

Otro contravalor que también hace fortuna en el fútbol es el que asegura con suficiencia infundada que a los jóvenes hay que dosificarlos para que triunfen. Será a algunos; ya me dirán la calma que necesitaron Raúl, Casillas o los colegas de Butragueño para llegar a donde apuntaban. A ver si Ancelotti se dejara también de tópicos apostando por Morata, Jesé y Carvajal. ¡Cuántos se han desaprovechado por tal gilipollez!

Y ya, lo del Barça y el nacionalismo irredento sería para que “se lo hicieran mirar”, hablando propiamente. Los fracasos que se esconden tras esa engañifla impropia son tan gordos como numerosos.    

lunes, 7 de octubre de 2013

AZNAR Y EL MUDO

Aznar había vuelto de uno de sus incesantes viajes a cualquier país de los que sajones son. Más que nada por vigilar algunos intereses personales por aquello de los sillones con felpudo que su retiro le proporcionó: asesorías varias de lo que haga falta, vocalías onerosas en diversos consejos de lo que sea, charlas múltiples en universidades diversas atando moscas con el rabo, alguna cátedra honorífica por allí y algún ‘chollete’ por acá; en fin, lo típico en quienes han ocupado cargos de su relieve en el mundo mundial y que han sabido hacérselo en sus últimos años apoltronados. Hablando, claro está, de los listos, aunque de los otros también andamos sobrados; el de la Alianza de las Civilizaciones, por ejemplo, que atiende por Zapatero y cuentan que incluso una vez estuvo a punto de dar una conferencia en algún lugar ni más ni menos que de economía. ¡Vaya tela!

El primer mudo

Todavía, el primero tiene de qué presumir; ahí están los datos económicos de España en su mandato, pero lo del segundo es para echarse mano a los blandos. Es como si a su antecesor le diera por evangelizar al personal con charlas pacifistas. Aunque él realmente no metió a España en ninguna guerra, vendió muy mal su papel de ‘mandao’ o ‘correydile’ de que “sí hay armas de destrucción masiva en IraK”,  de ‘su primo yanqui Busch’.  Aunque también es verdad que algunos réditos en influencias europeas y mundiales sí consiguiéramos; véase si no el ejemplo de Perejil, donde el intrépido ministro de la cosa militar, el tal Trillo, pudo sacar pecho sin que nadie nos chafara la guitarra. No sonrían, porque ahora no podríamos asegurar nada.

Todo lo contrario del lumbrera de la ceja, que nos metió de cabeza en el avispero de Afganistán con nobles excusas, como aquel eufemismo  de ir  de la mano de la ONU. Ahora bien, en beneficio del segundo hay que decir que vendió su burra pacifista de sobresaliente ‘cum laude’. Lástima que sólo hubiera talante para parecer tal cosa y nada de talento para todo lo demás; el mudito y manco leonés de los mineros – nunca cantó la internacional ni levantó el puño con ellos- dejó el país hecho una ruina.

Un chiste, con perdón.

Pero vayamos al otro. A la auténtica maravilla de la naturaleza.

Les decía que recién llegado a España y de atender algunos compromisos locales menores, algún antiguo colega de gobierno le contó el chiste aquel del matrimonio que tuvo  gemelos naciendo   uno de ellos sordomudo. Tras múltiples intentos fallidos con especialistas españoles durante varios años, cuando los chicos ya habían hecho la comunión alguien les dijo que en Nueva York había una eminencia en la materia que arreglaba esos problemas enseguida. La única pega es que era muy caro. Aquéllos abnegados padres sacrificaron gran parte de su patrimonio y al poco tiempo la madre cogió un vuelo a la gran ciudad norteamericana con su hijo mudito tras conseguir la importante cita previamente.



Llegaron domingo  y hasta el lunes tenían tiempo libre. Y la ilusionada señora llevó a su hijo a Central Park. La mala fortuna en aquel día soleado fue que unos niños americanos que jugaban al beisbol le arrearon tal pelotazo al chaval en la cabeza que dio con él en el suelo. El mudito se levantó con un  cabreo  muy natural y dirigiéndose a los ‘yanquitos’ les llamó de todo; además de hijos de puta.

La madre, asustada por lo primero y asombrada por la reacción del chiquillo, le puso rápidamente un correo a su marido diciéndole: “Pepe, milagro. Nuestro hijo ya habla, y les ha dicho a unos de aquí que son unos hijos de p….”. Ansiosa, empezó a reconocer al niño por si tenía alguna herida por el pelotazo y al momento la lucecita parpadeante del teléfono le devolvía la respuesta de su marido: “ Hija de la gran p… ,tú, que te has dejado aquí al mudo….”.

El chiste había hecho fortuna en la sobremesa de la cena y el matrimonio Aznar marchó a casa a disfrutar del merecido descanso.  Pero antes de acostarse doña Ana le dio las quejas familiares y políticas por el silencio de Mariano Rajoy ante  las cosas de Bárcenas y el resto de problemas que acuciaban al país. Esa madrugada don José María sufrió una pesadilla terrible.

Resultó que en su tercer sueño, cuando alumbran los pasados, se vio en el papel de aquella sufrida madre. Y es que se había llevado para allá a Rodriguito dejando aquí a Marianico.

Y claro, el patrón, don Manuel Fraga en su papel de padre, le había enviado un telegrama desde el más allá llamándole de todo menos bonito en uno de sus legendarios arranques, recriminándole que se hubiera dejado en España al mermadito. Y salió echando leches para Antena 3.

El mermadito auténtico

Rodrigo volvió pronto en malhadada hora para él queriendo ser un financiero de postín, y en poco tiempo tiró por tierra el enorme capital político adquirido con su gestión económica en el gobierno de Aznar. Y Mariano sigue aquí haciendo mimos, donde lo dejó ‘su madrecita’y peor aún, porque más allá de acabar también con sus réditos políticos ha arruinado los de su partido tirando por tierra la añorada gestión económica del PP durante el gobierno de su padrino Aznar, en el que participó.

¿Cómo es posible que no aprendiera nada de aquello y siga empeñado en sacar a España adelante arruinando a las clases medias en su sentido amplio?

Escuche, Presidente:

¡¡¡Que es la bajada de impuestos para cebar la bomba del empleo, hombre!!!

¡¡Deje de hacer el Tancredo y largue de una vez a esos social cristianos ‘montorianos’ que les endilgó el inefable  compañero Arenas desde donde nunca pudo gobernar!!

¡¡Sea usted liberal y ejerza, que para eso  votaron a su partido tan mayoritariamente como a nadie los españoles!!   

 Y, por favor,  háblenos usted, que estamos desesperados con tanto silencio para todo. Y sin mentir, a ser posible, claro.         

ATLÉTICO, BARÇA, MADRID Y LOS ‘ESTRAPEGAS’

El Atlético es un martillo pilón, el Barsa sigue siendo una fantasía y el Real anda en busca de su fútbol perdido. Así podríamos sintetizar el estado actual de los tres máximos exponentes de nuestro fútbol.


Pero vayamos al trigo evitando perdernos con el trillo mareante dando vueltas a los tópicos.

Se dice que Simeone ha dotado a los colchoneros del espíritu guerrero que él atesoraba como máxima virtud cuando jugaba. Pero ha tenido la suerte de contar sucesivamente con dos goleadores en estado de gracia. De no haber mediado tal circunstancia andaría siendo, como casi siempre, el pupas, a pesar de que de medio campo para atrás fuera la roca que aquél preconiza: morder en el medio y tumbar a cualquier OFNI  que se acerque por su área.

La realidad, sin embargo, es que Falcao y Diego Costa han hecho bueno el trabajo de sus compañeros, y ello ha permitido que futbolistas como KokeMario Suárez o el veterano Gabi luzcan sus virtudes en el medio, como todo el mundo dice ahora. Para mí, la virtud del técnico argentino ha sido dotar de personalidad al equipo, aprovechar a sus goleadores y hacer cosas importantes como apostar por un delantero como Juanfran para hacerlo un lateral con oficio y profundidad hasta llegar a internacional con España.

El otro argentino, el tal Tata Martino, tiene su mérito en aprovechar el buen viaje que traía del Barça desde Guardiola haciéndole recuperar la virtud de la presión de medio campo para adelante que se había perdido en la temporada anterior;  uno de los inicios estratégico de D. Pep para conseguir lo que nadie. Junto a ello también está teniendo la fortuna de que Messi continúe enchufándola a pesar de sus lesionados  inicios –  ojo- , que Cesc esté  en un momento extraordinario y que Pedro haya recuperado su instinto goleador. Y otro detalle importante ha sido la llegada de Neymar,  que poco a poco va entrando en la dinámica blaugrana y hace fácil lo que tanto se les resiste a otras figuras: mejorar las prestaciones ofensivas de su equipo jugando más para sus compañeros que para él mismo. 

Otro detalle de buen gusto del nuevo entrenador  culé ha sido apostar por Bartra y no pedir el fichaje de ningún central para reforzar a su equipo. Eso  habrá caído muy bien en los canteranos básicos de la plantilla y en las estructuras deportivas del club.

Del  Real Madrid,  en cuanto Ancelotti se deje los ‘mandaos’ y apueste totalmente por los jóvenes valores que tiene, encontrará el camino bueno hacia el triunfo. El sábado en Valencia pudimos comprobar de qué manera jugadores como Morata o Jesé pueden cambiar la dinámica sosa de los antiguos haciendo mejor a los demás. Benzema está cuajando lo que muchos pensamos desde hace tiempo: ser una promesa permanente, pero nada de acrisolar  las indudables condiciones técnicas que tiene. Y lo mismo podríamos decir de Modric, un buen futbolista pero que no llega al nivel de los grandes medios que los blancos han tenido en su historia, cosa de la que sí hace gala Isco, por ejemplo. Éste e Illarramendi están llamados, si el italiano les confirma su confianza, a forjar una época en el Bernabéu. Para acabar con los merengues, esperemos que D. Carlo se percate también de una vez que con Arbeloa y Coentrao su equipo está capado de bandas profundas; sobre todo con el primero. Carvajal lo haría mejor, sin duda, y a Marcelo no vamos a descubrirlo ahora. Su suerte también será que Cristiano sea el de antes; es la importancia de los goles.

Y llegamos a las tontunas  generalizadas. Ramos le metió un gol al Levante entrando con todo en el segundo palo como a la antigua usanza, y el comentarista de turno de  ‘Canal +’ habló que había marcado de estrategia. Y estuvo a punto de hacer otro entrando de cabeza y rematando con el hombro y parte de la oreja, y lo mismo. Igual ocurrió con un gol de medio coronilla que le marcó Guerra al Barça.


Los goles y los remates de ¡huy!, fueron más bien al tuntún,  porque tuvo más que ver la casualidad que los ensayos previos. Simplemente balones a la olla desde la esquina, y a esto le llaman los modernos jugadas de estrategia. ¡Ah!, y no sólo eso, sino que al parecer Alexis estuvo a punto de hacer un hat-trick. Como diría Su Majestad, ¡Por qué no se callarán

miércoles, 2 de octubre de 2013

OTRA VEZ LOS BLANCOS EN EL TRIGO

Ya ocurrió la temporada pasada. Pero con diferencias notables. El inicio de entonces generaba frustración y éste dudas en el Real. Venía del triunfo en la Liga y ahora de no ganar nada y estrenar equipo técnico. De jugar con un equipo y un sistema muy rodados, a cambiar de  entrenador. Y, en este último caso, de una personalidad egocéntrica,  provocadora e individualista a otra bien diferente. De  Mourinho a Ancelotti. De los complejos a la madurez.

Ancelotti


Hace un año se discutía la bondad de un esquema táctico y su aplicación, en entredicho por carecer de una regularidad brillante como es exigible al Madrid, y ahora se duda de la capacidad del nuevo técnico para dotarle de aquélla y empiezan demasiado temprano las críticas a quien tiene la misión de devolver la grandeza perdida a un club que ha andado demasiado tiempo perdido en el erial de lo absurdo.

Y producto de esa pérdida de sus valores tradicionales se ha generado también una división muy apreciable en el madridismo. Lamentable realidad comenzada en los estertores del ‘mourinhismo’ y a punto de provocar como herencia venenosa y estéril una guerra entre los seguidores blancos menos templados. Por un lado los forofos del ver enemigos por todos lados, a los que podríamos llamar tan ‘mourinhistas’ como ignorantes de lo que ha sido el Madrid siempre, y por otro los que entienden que hay que erradicar desde su misma raíz cualquier atisbo de extremismo en el apoyo a unos colores que desde los años cincuenta del siglo pasado se distinguieron por su gloria y elegancia; justo desde que en el año 1.953 debutaran en el Bernabéu ni más ni menos que Paco Gento y Alfredo Di Stéfano.

Una ‘guerra civil’, si me permiten la funesta expresión, que el responsable para lo bueno y para lo malo de los destinos del Real Madrid desde el año 2.000 debe contemplar con preocupación porque las encuestas que inteligentemente manda realizar se lo irán cantando, y le puede estallar bajo su presidencia con resultados inciertos. Ya hemos recordado alguna vez que a alguien tan emblemático como D. Santiago Bernabéu le zarandearon el coche en el que accedía al estadio de su nombre un día de partido.

Florentino Pérez ha tenido un aparente éxito por muy espectacular que parezca en los temas económicos, porque ya veremos lo que hay debajo de sus balances el día que se marche, pero como también hemos reiterado es el dirigente madridista de peores resultados deportivos en la historia. Sólo hay que mirar las sencillas estadísticas comparativas de años en el poder y títulos obtenidos de todos los presidentes merengues. Y, perdónenme la nueva reiteración, si miramos también los dineros gastados en plantillas, técnicos y jugadores de postín, tal comparación serían escandalosa en su contra.

Lo peor que puede dejar tras de sí en vista de la gran aceptación que  disfruta – ahí sí demuestra su indudable capacidad – sería una afición madridista dividida en permanente contienda. Y el rastro de que algún émulo de Unamuno pudiera decir, como en aquel triste día de la Raza del 36 en Salamanca sin que aquello tenga nada que ver con esto, naturalmente; un Madrid de los ‘hunos’ a los otros.

Volviendo al tema estrictamente deportivo, es evidente que Ancelotti y su equipo técnico están tratando de dotar a sus jugadores de nuevos automatismos tácticos desde el planteamiento estratégico de devolverles el buen juego y la regularidad que casi siempre fue consustancial a la divisa blanca y morada del club de Chamartín. Otra cosa es que les lleve más tiempo de lo normal y la ola gigante que provocaría tal demora se los llevaría por delante. Y sería una pena, porque su apuesta por la gente joven y el producto nacional se merecen el éxito que ahora mismo se le está negando en el terreno de juego.

De todos modos hay decisiones que hacen sospechar aspectos no del todo deportivos y personales en el técnico italiano, como es su apuesta excesiva por Benzema que por mucha calidad que atesore no está justificando, ni lo hizo en el pasado, la conveniencia de tal favor en base a una explosión en su juego que le haga, como dijo en su día  Pérez al ficharle, que alguna vez sea Balón de Oro.  Este gabacho taciturno y algo ‘pichafría’ en el cesped será una promesa permanente. Pero sólo eso.

Junto a ello, mi enhorabuena por lo de Isco. ¡Enorme jugador!        
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