miércoles, 29 de octubre de 2014

FÚTBOL ESPECTÁCULO

La lástima es que no podamos ver otro partido así de nuestros dos mejores equipos hasta la segunda vuelta. El fútbol de calidad, a falta de la emoción que temporadas atrás nos proporcionaba que cualquier equipo de la liga pudiera hacerles frente, lo atesoran el Madrid y el Barça gracias a sus enormes jugadores. Y ello es así fundamentalmente por la gran diferencia presupuestaria con todos los demás. Juntar en un partido a una docena de los mejores futbolistas del mundo, junto a los dos o tres indiscutibles que encabezarían la mejor selección mundial, es algo que solo se puede ver en un encuentro entre merengues y culés.

A lo anterior se sumó que Ancelotti y Luis Enrique no escondieron nada y salieron con sus mejores hombres para jugar claramente su fútbol más excelso, aunque quepan algunos matices. Lo de no sacar a Alba es algo que quizás le costó el partido al Barcelona. Me refiero a los detalles que marcaron el resultado. Si en los primeros veinte minutos hubieran contado con el internacional español por la banda izquierda tal vez su temprana ventaja inicial se habría incrementado, pero eso nunca lo sabremos. De todos modos ahí estuvo, en otro detalle decisivo, el increíble balón de gol que Casillas le sacó a Messi en otro pase del excelente Suárez. Jugó muy bien el colombiano hasta que las fuerzas le aguantaron. Igual que Xavi, que mientras estuvo en el campo su equipo tuvo opciones.

Otro detalle fue su cambio por Rakitic. Ahí también falló el técnico blaugrana. El croata, sin duda otro buen futbolista, tuvo la desdicha de entrar cuando se fue el de Tarrasa y, además, tampoco tuvo su día en los saques de esquina. Sacó tres consecutivos al primer palo que supusieron otros tantos contraataques peligrosos de los blancos, que parecieron tenerle tomada la matrícula. En el primero de ellos vino el gol de Benzema; el tercero del Real. Y ahí se acabó la historia para los catalanes. A partir de ese otro detalle los blancos se gustaron, y pudieron y debieron conseguir una de aquellas viejas manitas porque el equipo de Luis Enrique se vino abajo con estrépito.

En resumen, un gran partido en el que los a la postre perdedores pudieron resolverlo a su favor en los primeros veinte minutos, pero que después se vieron desbordados por el juego y la pegada del mejor Real Madrid de los últimos tiempos. Ancelotti ha vuelto a hacerlo. Si ya en la segunda parte de la temporada pasada consiguió enjaretar un equipo excelente –recordemos el excepcional partido de Munich- en esta lleva camino de hacerlo antes. Pero ojo con el medio centro. En esos primeros minutos del partido que comentamos, Messi, Xavi e Iniesta jugaron muy cómodos entre líneas porque ahí no había nadie que los parara. Kros y Modric, siendo muy buenos jugadores, no tienen el empaque necesario para apuntalar los veinte metros por delante de los centrales. Y eso se nota hasta que se multiplican en la zona o son ayudados por sus compañeros. Ahí, Isco tuvo un papel excelso para superar los inconvenientes de sus carencias, y, sorpresivamente, de las suyas propias: ¡qué partidazo hizo el malagueño en el achique de espacios en su línea media! El Bernabéu, tantas veces degustador del mejor fútbol, así se lo reconoció reiteradamente y en una emocionante ovación final.

Por su parte, el Barça mostró su excelente pinta desde el inicio de temporada, con  el lunar de París, mientras las fuerzas le respondieron a sus tres tenores: Xavi, Iniesta y Busquets –claramente mermado-, con la impagable contribución de Mascherano desde atrás. Y arriba tiene un peligro solo comparable al de sus rivales del sábado. Neymar y Suárez, con Messi haciendo magia unos metros detrás de ellos enlazando con los medios, son la otra mejor delantera del mundo. Cristiano, la mejor versión del gabacho Benzema y el galés Bale, con Isco o James y Kros a los mandos, no tienen parangón en ningún otro equipo.


Eso no quiere decir que se vayan a disputar ellos solos todos los títulos. En Europa habrá que refrendarlo frente a rivales que también tienen sus argumentos. Hemos visto a equipos como el Bayern de Guardiola que le pueden hacer un roto a cualquiera. Ahí estará la medida de sus posibilidades. Y debiera estar también, como dijimos, su Liga. Hasta su partido de la segunda vuelta nos aburriremos en la nuestra. Salvo que Valencia, Sevilla o Atleti nos animen. ¡Suerte!   

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