viernes, 27 de septiembre de 2013

DE LA ESTRATEGIA TONTA AL TONTORRÓN HAT-TRICK

Decía un amigo que cuando los absurdos se hacen moda la tontuna se sublima y sus protagonistas pueden segarse. 

Confieso que hace ya algún tiempo que apago el aparato o me paso de página cuando escucho o leo que fulanito ha hecho un hat-.trick. Y lo mismo hago en los casos cada vez más frecuentes de que cualquier comentarista llame a un saque de esquina, de banda o a un golpe franco jugadas de estrategia.

El castellano es tan rico en su amplitud de términos y acepciones que no es necesario acudir a denominaciones de idiomas extranjeros para llamar a las cosas por su nombre. Cuando un futbolista marca tres goles en un partido se puede decir que ha hecho ‘un triplete’ o, en un giro práctico, diciendo un ‘tres en uno’, o más claramente y sin ambages ni alardes de nada, que ha conseguido ‘tres goles’. Pero parece que muchos se empeñan en rizar rizos borreguiles y ha hecho furor la gilipollez hat-trick.

Como futbolero me tira de espaldas semejante tontería, y como usuario enamorado del idioma español  me avergüenza tal pedrada lingüística. Si fuera responsable de algún medio de comunicación patrio y cualquier profesional a mi cargo usara el término citado le diría que completara su comentario en inglés. En cualquier caso le diría que pasara por caja para que le hicieran la cuenta. Si supiera hacerlo, por chulería altanera inútil, y, si no, por idiota supino ¡Hay que ‘joerse’, nenicos!

Lo peor del caso es que luego lees lo que escriben semejantes especímenes y rara vez aciertan con el clarificador orden de sujeto, verbo y predicado. Y es que, tapan sus graves carencias echando mano de hallazgos de otros y les copian hasta los defectos. Recuerdo a un maestro del periodismo diciéndonos a los asistentes a un seminario sobre información económica que cuando no entendiéramos cualquier noticia de esa especialidad lo más probable es que el propio periodista no había entendido aquello sobre lo que escribía.  Aunque también podía suceder, añadía, que no supiera hacerlo en castellano. Y eso se puede trasladar a cualquier especialidad informativa como es el deporte.

Luego viene aquello de que quien informa de fútbol entienda realmente de lo que está escribiendo o sepa trasladar a sus lectores u oyentes lo que ha sucedido o sucede en cualquier partido. Pero esto ya es más opinable porque cada cual vemos este deporte de una manera y puede suceder que nos fijemos más en determinados detalles que en otros, por mucho que haya aspectos básicos en los que la mayoría podamos estar de acuerdo.

Y con el asunto de las supuestas jugadas de estrategia ocurre otro tanto. Estrategia viene de los términos griegos stratos:  ejército,  y agein: guía. Y se define generalmente como el conjunto de acciones que se planifican a medio y largo plazo para conseguir determinados fines u objetivos en el tema de que se trate. Así, hay estrategia militar, empresarial, social, política, comercial, etc., pero rara vez a corto plazo. Estrategia en el fútbol sería planificar una plantilla dirigida a disponer de un equipo  para  toda la temporada basado en el ataque, contraataque o defensa, electivamente, según los jugadores y medios disponibles, los objetivos realistas marcados y los rivales. O, en último extremo, afrontar un partido en función de los puntos fuertes o débiles del contrario y los propios.

Comentando con algún técnico  esta circunstancia me han dicho que en las escuelas correspondientes le hablan de estrategia refiriéndose a eso, a las jugadas ensayadas. O, al menos, que estudian estas cosas dentro de una asignatura que la llaman así: estrategia. Y quiero suponer que no será ese el espíritu del estudioso que haya definido tales acciones de un partido de fútbol como jugadas de estrategia. Porque si así fuera sería para quitarle el carnet a él.

Es angustioso escuchar a lo largo de cualquier retransmisión o leyendo crónicas futboleras lo de jugadas de estrategia como el que come pipas. A cualquier jugada a balón parado se le llama  así, y lo peor es que esa ignorancia manifiesta  ha mutado en costumbre y ya es continua en inveterados ‘pelagatos estratégicos’ por mucho que hayan jugado, entrenado, o informado sobre fútbol.

La estrategia, como el idioma, es algo mucho más serio; y meter tres goles en un partido también, que las tontunas a que nos someten en su nombre, o apedreándolo con tan espléndido motivo.

Perdónenme algunos, pero es que producen cansera.   

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