lunes, 20 de agosto de 2012

UN FABRICE PARA LA ESPERANZA

El sábado por la tarde me dispuse a empezar la liga desde casa y tuve la suerte de llevarme una alegría importante. Jugaban el Celta y el Málaga un partido que junto a ciertos destellos de calidad de algunos jugadores estaba llamado al ‘cerocerismo’. Unas veces los aciertos de los metas y otros el desacierto de los rematadores nos condenaban a un marcador mustio. Pero faltando un cuarto de hora ese buen entrenador que es Pellegrini le dio la oportunidad de debutar en primera a un chico camerunés de dieciséis años. Y se obró el milagro. En esos pocos minutos tuvo la oportunidad de ser el goleador más joven en la historia de nuestra liga. Tuvo tiempo de fallar una ocasión engañosamente facilona – el balón le cayó con nieve a su pierna izquierda tras un rechace del larguero a un tiro de Isco- , de hacer un desmarque inteligente e irse con rapidez del defensa, de quebrarle después de un amago con la derecha y lanzar un zurdazo al poste, y de marcar con la rodilla  un pase de Buenanote tras un espectacular caño en el área chica. El chaval Fabrice le dio la victoria al Málaga frente a un Celta que había merecido más con un De Lucas, viejo conocido en Murcia y Cartagena, en plan figura.

Fabrice 
Importándome poco el resultado de dicho partido lo cierto es que grité el gol en casa con alborozo. Un juvenil de primer año le había dado a su equipo los primeros puntos de esta extraña liga de primera división que empezaba con ese partido.

Aunque inmediatamente me vinieron las dudas sobre si el técnico e ingeniero uruguayo le hubiese dado la oportunidad a Fabrice de poder contar con los que se le han ido, Rondón básicamente, la verdad es que me alegró tremendamente su valentía por hacer debutar nada más y nada menos que a un delantero centro tan esperanzadoramente joven. Y pensé en la situación de nuestro fútbol haciendo paralelismos con esta época y otras pasadas.

Desde mi reconocido entusiasmo por los futbolistas jóvenes y canteranos recordé cómo Valdano le dio a Raúl la oportunidad de debutar con diecisiete años en todo un Real Madrid. Y cómo, unos años después, Casillas tuvo su oportunidad todavía juvenil aunque debido a las lesiones del alemán Illgner y de Contreras con GuusHiddink. Y de cómo unos años antes Amancio y Di Stéfano se la jugaron con cinco chavales del filial encabezados por Sanchís- que debutó en la Condomina- y Butragueño. Y de cómo Del Bosque improvisó en el 2.000 al fino e imberbe todavía interior Guti de delantero centro salvando una temporada con una veintena de goles.

También recordé el magnífico ejemplo de Guardiola con Busquet, Pedrito y Piqué entre otros, amén de darle los galones a Pujol, Xavi e Iniesta y hacer jugar a Messi de figurón en detrimento de vacas sagradas extranjeras barcelonistas ya consagradas en la esfera internacional, dejando encendida la llama de la esperanza en los chavales de la Masia. Y el caso del Atletic de Bilbao donde cada año nos sorprenden con canteranos jovencísimos que inmediatamente no desmerecen jugando contra los grandes en primera. Y los casos de Emery y Simeone que han reinventado como laterales a extremos como Alba y Juanfran haciéndoles internacionales. O el caso del Osasuna, que cada temporada incorpora a chicos de Tajonar a su primera plantilla y pronto son jugadores contrastados entre los mejores. Y antiguamente el Sporting de Joaquín, Quini, Mesa o Churruca, o nuestros vecinos de Elche en los sesenta y setenta con Marcial, Vava, Asensi, Ballester, Llompart y compañía más los jovencísimos paraguayos que se traía. En fin, una tarde de nostalgia de aquellos años en los que en nuestros equipos regionales de Murcia y Cartagena también jugaban tantos y tan buenos canteranos en primera, segunda o tercera división – la actual 2ªB-.

La clave está en las circunstancias y los técnicos, amén de en cuidar con mimo a las bases. Desgraciadamente las penurias económicas son las primeras; afortunadamente los entrenadores de verdad buenos y valientes los segundos; y a la cantera sólo le dedican atención los clubes inteligentes que tienen perspectiva de futuro. Lo demás son otros intereses.

Mientras, ni en el Madrid actual de Mourinho, ni en el Murcia y el Cartagena tienen cabida los canteranos; se tienen que ir fuera para poder jugar. Al Madrid sueñan con volver, a nuestros equipos no vuelven nunca. Adiós ilusión y futuro.

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