sábado, 14 de enero de 2012

OTRO CLÁSICO DE GRANDEZA


Decimos a menudo que la grandeza del fútbol está en lo imprevisible de sus resultados cuando se enfrentan dos equipos dispares, uno grande y otro pequeño, o cuando se producen remontadas increíbles en pocos minutos.

Pero no nos engañemos, la grandeza de lujo se produce cuando juegan un partido dos grandes equipos. Y en España tenemos la inmensa fortuna de contar con los que sin ninguna duda son los dos mejores del mundo. Y, además, en los que se lucen nueve de los mejores once jugadores del planeta según la FIFA, y a los que entrenan dos de los tres mejores técnicos mundiales. Esto que disfrutamos desde hace ya algún tiempo en nuestro fútbol nunca había ocurrido antes en la Liga. Habría que remontarse a los tiempos de Di Stéfano y Kubala para hallar tanta calidad en los jugadores emblemáticos del Madrid y Barsa, aunque entonces también había en el mundo otros jugadores que incluso les superaban, como era el caso de Pelé. Ahora mismo, la supremacía mundial de Cristiano y Messi, como la de sus equipos, no la discute nadie.

Hace unas semanas comentábamos aquí que esta temporada el Real está siendo más regular que el Barsa en cuanto a resultados, sobre todo fuera de casa, y aun con el repaso que le dieron Pep y sus canteranos en el Bernabéu la tónica continúa igual: a pesar de los tres puntos que se llevaron a su zurrón los blaugranas, los merengues les sacan cinco considerables puntos. Y en éstas llegamos a los cuartos de copa; todo un lujo de eliminatoria.

En principio parecería que a dos partidos los pronósticos se inclinan por los culés, pero en estos momentos hay elementos de análisis suficientes para pensar que las fuerzas están más igualadas que nunca. Por un lado, el Barsa del juego bonito está echando en falta los goles de sus delanteros; salvo Messi, son los medios quienes están enchufándolas, con Cesc de figura goleadora, pero la docena de goles que un Villa en plenitud llevaría a estas alturas de la liga, o la media de Pedro, por ejemplo, son el lastre que le ha hecho perder tantos puntos lejos del Nou Camp. El Barsa sigue jugando bien y dominando a mansalva pero le falta punch a domicilio. Por otra parte tiene una plantilla  mermada con sólo 16 futbolistas disponibles del primer equipo. Les queda, eso sí, la enorme capacidad de Pep para reconfigurar su equipo y reinventar sistemas de juego y su sabia osadía para convertir ocasionalmente en fenómenos a los jugadores del filial. En eso no recuerdo a ningún entrenador en la historia de fútbol que le supere. El Madrid, por su parte, llega embalado a este cruce con una capacidad goleadora ‘in crescendo’, pues al cañón de Cristiano le ha sumado el renacimiento de Benzema y el olfato de Higuaín, Di María, etc. No recuerdo otro Madrid desde el de Di Stéfano, Puskas y Gento con tanta capacidad goleadora tanto en las competiciones internas como en Europa. Si  a ello le sumamos  que pese a algunas distracciones por alto y a balón parado últimamente, es difícil llegarle con claridad y hacerle goles, tenemos a un equipo que dándole la razón a Mourinho, por aquello de sus segundas temporadas, está en disposición de ganar los tres títulos en juego.

Pero  hay dos cosas que sí pueden modificar todos los análisis objetivos. Por un lado la manía que una parte de seguidores blancos asiduos al Bernabéu le han tomado a Cristiano por aquello de ciertas actitudes del luso, que son las mismas por las que le pitan en todos los campos, y por las injustas acusaciones de que se eclipsa frente al Barsa. El Madrid no ha tenido un goleador de la categoría del portugués desde Puskas, además de ser un portento de ambición profesional en todos los sentidos. Y justamente ese extraño divorcio que empieza a aparecer con  bastantes seguidores puede originar una merma en el rendimiento de un jugador tan temperamental; mal asunto en el tramo final de la temporada.

Y, por otro lado, está la comedura de coco que reina entre el técnico y los jugadores blancos, casi complejo de inferioridad, cuando se enfrentan al Barsa. Si D. Xosé no hace inventos raros tácticamente, como acostumbra frente a los azulgranas, y algunos jugadores no sobreactúan indebidamente con pasadas de vueltas, como también sucede, el Madrid tiene muchas papeletas en esta rifa.

Pronóstico incierto tirando para blanco, salvo ‘tonturinhas’.
 

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