viernes, 16 de marzo de 2012

DE ‘BOQUERONES’, PÚAS Y ALCAYATAS

Volvió a moverse el patio del tema arbitral y salió un ‘boquerón’. El Sr. Godall, directivo del Barsa con el inefable Laporta, tan buen presidente en lo deportivo como nefasto en lo demás, sacó a pasear su lengua afirmando que con su baranda los árbitros se portaban mejor con los culés; tremenda revelación para goce de los profetas del manoseado ‘villarato’, pues viene a darles la razón en su tesis de que bajo el manto de Villar perpetró el incombustible Sánchez Arminio, a la sazón cacique de la banda arbitral, tropecientos atentados contra la integridad blanca, y de ahí la justificación de los numerosos éxitos recientes blaugranas. Y se gustó el hombre haciendo alardes para mayor demostración de sus conocimientos del tema. Afirmó sin que le temblara la lengua que cuando Laporta apostó por Villar en las famosas elecciones de 2.002, frente al candidato amadrinado por Florentino, empezó a poner las bases del reinado culé en España. Remató su ‘faena’ enarbolando el tótem de la mafia federativa en el fútbol diciendo que Laporta había ganado muchos puntos en los despachos; no se puede destrozar más en menos. Lástima del trabajo de Guardiola.

Comulgando con el desenfreno verbal del otrora directivo barcelonista llegaríamos a la conclusión de que Messi, por ejemplo, no es Lionel, el argentinito que fichó Rexach para el Barsa siendo un niño ‘mal crecido’, sino Laporta travestido de futbolista azulgrana sobre impecable traje celeste con barretina, aunque mal llevado y peor lucida; porque al hombre no le da la percha para buen corte.

Siendo facilón, con amigos ex directivos como Godall no necesita el Barsa más enemigos. Y todo con el silencio cómplice del propio Laporta y la ayuda del jefe de la cosa económica con él en el Club, el vistoso Martí de las chaquetas multicolores y corbatas a juego, terciando con aquello de que a Rosell le tiemblan los labios cuando se le nombra al antecesor. Lo que le tiembla a éste es la honestidad cuando se le vincula con algunos mandamases del fútbol brasileño en asuntos de cierta turbiedad, y a los ‘Laporta boys’ la cartera y el alma por haber dejado el provechoso palco azulgrana.

Los árbitros, generalmente, siempre han acunado a los grandes en decisiones dudosas, cuando no en flagrantes ayudas en casa y a domicilio, al margen de torpezas como la del Sr. Pérez cuando quiso mangonear a la Federación con un candidato de su confianza y le salió mal la jugada. Porque ahí Laporta fue más sibilino, dejándole con el culo al aire después de haber pactado con el madridista y otros presidentes de su cuerda la laminación de Villar, cambiando el voto en el último momento a favor del vizcaíno. Obviamente no sabemos cuánto le daría el equipo directivo de la Federación al Barsa a partir de eso momento, pero lo seguro es que no le quitaría nada.


Cambiando de tema, se acaba de conocer que los clubes de fútbol le deben al Estado más de 700 M. de Euros y que las correspondientes púas abarcan todo el espectro futbolístico profesional español más los lacerados de 2ªB. Parece que el único club grande que no debe nada de esto es el Real Madrid, que con D. Florentino al frente y con su cabeza ha devenido en institución seria en lo económico ¡Chapeau por él! aunque ya veremos cómo queda cuando lo deje.

El fútbol español es brillante en lo deportivo y un desastre en lo económico. Lo primero es reciente y lo segundo recurrente desde hace unas décadas; recordemos los sucesivos planes de saneamiento. Y esto es así desde que los clubes segundones de primera quisieron destronar al Madrid y al Barsa del podio y comenzaron una locura de gastos que bien merecería algún sainete de los hermanos Álvarez Quintero. Algunos presidentes encajarían bien en sus patéticos personajes. En Valencia, como ejemplo, olvidan su realidad histórica echando periódicamente a buenos técnicos porque ser terceros no les vale; mientras, en la ruina. Otro asunto son los equipos de tercera línea. Olvidaron la cantera y la mesura, justo por donde pasa el futuro, y ahí les duele crónicamente.

Las alcayatas donde han colgado algunos equipos sus ambiciones se están oxidando. Ya no ‘las ponen’, y poco a poco vuelven a su sitio. Muchos quieren ser lo que no pueden y el agua siempre va a lo hondo. Para seguir derrochando habrá que buscar alcayatas rusas o árabes. Mal pájaro en la bardiza.

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