viernes, 11 de febrero de 2011

Florentino Pérez manifiestamente mejorable

Vaya por delante mi reconocimiento como gran empresario, que lo es, y como persona educada, formada y brillante, que me parece. Y mis disculpas por el atrevimiento de hacer una crítica a su gestión habiendo sido presidente de un humilde, a su lado, pero centenario club de fútbol: el Real Murcia. Y lo hago, como aficionado y madridista de siempre, con ánimo constructivo; no le quepa a nadie ninguna duda.

Desde D. Luis de Carlos hasta aquí y con los datos en la mano su presidencia es la más ineficiente en la historia del mejor equipo del siglo XX, dejando a salvo a quien todos reconocemos como el mejor: D. Santiago Bernabéu; honor obliga.

El Sr, de Carlos estuvo ocho temporadas, desde la 1.978/79 a la 84/85 y obtuvo dos ligas, dos copas del Rey y una UEFA, cinco títulos con un doblete incluido, con cuatro entrenadores: Molowny en tres ocasiones, Boskov, Di Stéfano y Amancio.

D. Ramón Mendoza estuvo diez temporadas, desde la 85/86 a la 94/95, y consiguió nueve títulos: 6 ligas, 2 copas del Rey y 1 UEFA, con un doblete, y siete entrenadores: Beenhaker en dos ocasiones, Toshack, Di Stéfano, Antic, Floro, Del Bosque y Valdano. Además hay que señalar que bajo su presidencia cuajó la quinta del Buitre y debutaron Raúl y Guti. No es casualidad que a todos les dieran la alternativa entrenadores que habían sido grandes jugadores madridistas.

D, Lorenzo Sanz estuvo cinco temporadas, llegó en la 95/96 y lo dejó tras la 1.999/2.000, consiguiendo tres grandes títulos: 1 liga y 2 Champions, con cinco técnicos: Capello, Heynckes, Hiddink, Toshack y Del Bosque. Con el Sr. Sanz, de la mano de otro gran madridista, Del Bosque, debutó Casillas, además de cuajar Raúl, sobre todo, y Guti, amén de darle también oportunidades reales a otros canteranos.

D. Ramón Calderón estuvo dos temporadas y media y obtuvo 2 ligas, con dos técnicos: Capello y Schuster, dándole oportunidades reales a canteranos como Torres y Soldado. Eso sí, al margen de vicisitudes impropias de un club señor, se gastó en fichajes casi 300 millones de euros.

Y, finalmente, llegamos a D. Florentino Pérez. En sus dos etapas lleva casi ocho años y ha conseguido tres títulos: 2 ligas y 1 Copa de Europa, utilizando ocho entrenadores: Del Bosque, heredado afortunadamente del Sr. Sanz, Queiroz, Camacho, García Remón, Luxemburgo, López Caro, Pellegrini y Mourinho, además de tener algunos escuderos ilustres como Valdano y Butragueño, entre otros.  

Ahora bien, en su primera etapa no cuajó ningún canterano a pesar de aquello de “Zidanes y Pavones”; sólo un slogan de intenciones que algunos de sus técnicos se encargaron de  liquidar. No quiero acordarme de aquél lumbrera portugués que encargó a un proyecto de buen central, Rubén, marcar en Sevilla como lateral al mejor Reyes, cambiándolo a los veinte minutos con llantina televisada incluida. Ni de aquel brasileño de postín que a Pavón le llamaba “Pavor”. Si D. Santiago hubiera sido el presidente, y esto es sólo una opinión en medio de muchos datos, es muy probable que al primero lo hubiera cesado en el mismo AVE de vuelta y el segundo nunca hubiera sido “Real”.

 En la segunda ha repescado mediante talonario a Granero y Arbeloa, vendiendo, por el contrario, a Javi García, Negredo, Torres, Parejo, Callejón o Torres, sin que alguno de ellos tenga mucho que envidiar a ciertas estrellas actuales, según opiniones cualificadas.

Y para tres títulos en sus tres primeras temporadas, con una plantilla base, heredada, que acababa de ganar alternativamente una liga y dos Champions, guindas aparte, D. Florentino se ha gastado 750 millones de euros. Es decir, más de cuarenta mil millones de las antiguas pesetas por título. Cualquier análisis comparativo es tan escandaloso como evidente.

 Aunque también sea cierto que en su primera etapa salvó al R. Madrid de una mala situación económica con una brillante gestión urbanística, uno de sus indiscutibles méritos, habría que mirar bien, sin creatividad contable, la situación actual del balance.

La pena de todo esto ha sido, por un lado, que no perseverara en su primera política deportiva, aquello de cantera y figuras mundiales, que siempre fue emblema en el club blanco, y, por otro, que en esta segunda etapa siga por los mismos derroteros, aunque se haya españolizado, pero poco,  y deje que el técnico de turno marque las pautas fundamentales; y yo diría que fundamentalistas. Que el portugués actual es un buen técnico nadie lo pone en duda, pero eso de que mande callar a quien no comulgue con sus ideas no tiene un pase; y menos en un club señor.

Afortunadamente para quienes nos gusta el fútbol, y desgraciadamente para algunos forofos, se ha encontrado con el mejor máximo rival de la historia. Y, mira por donde, con una política deportiva basada en muchos de los mimbres que siempre hicieron grande a nuestro Real Madrid, que ahora, desgraciadamente, parece el Barsa de antaño.

Seguro que tendrá el Sr. Pérez la sabiduría de verlo a tiempo, o algún amigo que se lo haga ver, pero por este camino algunos olfateamos efemérides luctuosas, que diría el inolvidable Dr. Ripoll. Y tiene la oportunidad de hacerlo hablándole claro a los madridistas, menos ansiedad de títulos y más planificación estratégica deportiva. El señorío blanco, y esta es otra, nunca fue patrimonio de zascandiles, sino de deportistas y aficionados ejemplares. D, Florentino es el presidente de mayor aceptación popular en el madridismo de toda la historia; recordemos que hasta  D. Santiago fue zarandeado en su coche. Si con ese apoyo no cambia enseguida se habrá ganado, más pronto que tarde, una segunda y última espantada. Porque ahora, como ayer tampoco, una pañolada en el Bernabéu no la aguanta. Y si los números y los datos son cabezones, los aficionados de aluvión son veleidosos. ¡Ah!, y si sólo se trata de marketing, modestamente, si alguien quiere, hablamos otro día. Ánimo y suerte, amigos blancos, que la vamos a necesitar.

José Luis Ortín Sánchez

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