¿Es
que no tendrá este hombre quien le susurre? ¿De verdad que nadie de su entorno
más independiente, si lo tuviere, le dice que con reformitas interruptas la
mayor parte de las veces no vamos a ningún sitio? ¿Es posible tanta estulticia
en los predios del Presidente? ¿O es que es él quien se empeña en pasar a la
posteridad como el gobernante más insulso, indolente e ineficaz desde 1.976?
Obvio
recordar por reiterado el desastre ‘zapateresco’ que se encontró al llegar como
la gran esperanza blanca de una mayoría de españoles. Ahorro también los
detalles que hacen increíble su supuesto desconocimiento sobre cómo estaba el
asunto, por falso o necio. Recuerdo que
tiene más poder que nadie desde Franco
y que el pueblo le dio las mayorías a su partido y a él con unas ganas inmensas
de que hiciera cuanto fuera menester para sacarnos del hoyo, y que además no
tiene oposición relevante. Y no repito los detalles que desde todos sitios le
han dicho hasta el cansancio: que el problema está en la desmesurada e
ineficiente estructura administrativa y política, en la desconfianza que genera
la corrupción y en los corsés que perviven en la economía real española y en el
mercado del trabajo.
Preguntas, conjeturas y respuestas
Y
me pregunto, si eso lo sabemos casi todos de carrerilla, ¿cómo puede ser que
quien dispone del poder y de toda la información del mundo no lo sepa, o no se
dé por enterado, o no quiera ponerse al frente del país, como sería su
obligación; y armado de responsabilidad, inteligencia, voluntad y determinación
empezara a tomar medidas serias de una vez le pese a quien le pese?
Se
me ocurren varias respuestas y ninguna buena. Tanto si no sabe, como si no quiere
saber o no le da la santa gana de hacer lo necesario debería irse a su casa hoy
mismo mejor que mañana. Si el problema fuera que tiene una idea equivocada, por
muy legítima que sea, debería ser su partido quien le diera puerta de una
puñetera vez. Pero claro, para eso nuestros partidos deberían ser ejemplos de
democracia y no lo que realmente son: organizaciones dictatoriales gobernadas
con mano de hierro por el que manda gracias, entre otras lindezas, a las listas cerradas.
Y
si no toma las medidas pertinentes porque en su propio partido no le dejan por
aquello de salvaguardar los pesebres debería largarse por honestidad o
vergüenza.
El reiterado gran Pacto.
Hay algo que se debería abordar cuanto antes: un
gran pacto con el PSOE para reformar la constitución en lo que sea menester:
sistema electoral para hacer realidad lo de un español un voto viva donde viva
y de listas abiertas; eliminación de organismos obsoletos: senado,
diputaciones, mancomunidades, ciertos ayuntamientos etc – algo ha sugerido Rubalcaba al respecto- .; redefinición
de los órganos de representación ciudadana necesarios y número de políticos en
ellos; los mismo con el resto de instituciones reguladas, como sindicatos y
empresariales, y su forma de financiación;
clarificación notable de las llamadas Comunidades Autónomas y sus
límites; y actualización del régimen de la Corona.
Todo
lo anterior, sin ser exhaustivo ni pretenderlo, es lo que anida en las
reflexiones de una gran mayoría de ciudadanos españoles, y si los políticos
están para interpretar esa voluntad popular mucho más obligado es para quien
dirige el gobierno.
Un D. Tancredo improvisador y facilón
Todo
cuanto está haciendo Rajoy hasta el
momento es improvisar medidas cada tres meses olvidándose del programa con el
que se presentó a las elecciones y variándolas o escondiéndolas sobre la marcha
como si estuviese haciendo ensayos de prueba y error en un gran laboratorio en
el desván de su casa. Las únicas medias que lleva hasta el final son las
ordeñar miserablemente a los que aún tiene posibles en España y a todo el que
se mueve para hacer algo de provecho. Recogerá enseguida el PP en las urnas lo
que ahora está sembrando.
Últimos datos de empleo y otro viernes
de chufla
Lo
último que hemos sabido es que el empleo público ha bajado algo; insignificante
en comparación con el ajuste que ha hecho y sigue haciendo el sector privado en estos años. Pero, por el
contrario, que el número de empleados en las empresas públicas sigue creciendo.
Sí, sí, en esas empresas creadas para evitar los rigores presupuestarios y de
la administración pública, aparte de para enchufar a propios y extraños, y que dijo el propio Rajoy que iban a disminuir
ostensiblemente. Pues no, no sólo no han menguado sino que continúan creciendo.
Indignante.
Y
ya lo último, lo del Consejo de Ministros de este 26 de abril, ha sido para
nota. Se anunciaba como un viernes de reformas y ha sido otro viernes de
chufla. Les confieso que he intentado sacar algo en claro de lo que han
aprobado y dicho que aprobarán próximamente, con Guindos de perfil, y no he
podido entender nada que vaya a ser útil realmente para mejorar. Si acaso lo de
que el año próximo se pagará el IVA cuando se cobre, y eso ya lo venían
anunciando desde tiempo ha. Frustrante.
Eso
sí, lo único que parece aliviar al Gobierno es que le van a relajar el objetivo
del déficit en unos 19. 000 M de Euros y podrán seguir manteniendo sine die su
política de no meter la tijera donde deben. Es decir: ‘¡albricias! que podremos
seguir sin tomar una medida valiente para reducir el enorme tumor que mata a la
economía española: la Administración oficial, la paralela y los Organismos
políticos. Porque si lo hacemos tendríamos que poner en la calle a muchos de
los nuestros, y estos tienen papeles y saben cosas. ¡Mira lo de Bárcenas! ¡Que no, que no, que lo hagan
otros!’