domingo, 27 de mayo de 2012

FINAL DE COPA: A GRANDES PROBLEMAS, SOLUCIONES VALIENTES

Vivimos en España una espiral centrífuga que tiene difícil solución al gusto de todos; aquella nación única que a muchos nos enseñaron desde pequeños hoy no es real. España es una suma de culturas – y lo ha sido siempre – y de sensibilidades diferentes respecto a pocas cosas, pero muy básicas, que hace imposible hoy enarbolar el pensamiento único como fondo común. Los nacionalismos periféricos y el  central son tan acusados que realmente no tienen encaje en un camino unívoco.

Final Copa del Rey 2012
Final Copa del Rey 2012
Es cierto que España como nación tiene ya algunos siglos, pero también  que desde entonces – siglo XVI-, han pervivido diferencias culturales y sociales muy acusadas entre los grupos humanos que la formaron. No se trata de hacer análisis histórico sino de evidenciar una realidad. En Cataluña y en las Vascongadas se han ido sembrando en los últimos decenios demasiadas semillas radicales  de lo antiespañol y la cosecha ya no tiene marcha atrás. Y a ello han contribuido políticos de todos los colores, unos más que otros, que también es verdad, pero es lo que hay. De la misma forma que durante siglos, y muy acusadamente desde el fin de la Guerra Civil, la siembra inversa fue por parte del nacionalismo central.

El resultado ha sido que los ciudadanos de regiones que nos sentimos ante todo españoles tenemos que soportar una y otra vez el desprecio y el insulto de quienes no se sienten tales. Pero la culpa es sobre todo nuestra. Nunca hemos sido inteligentes, ni valientes, para afrontar el problema de una vez. Aquí sólo hay tres caminos: centralismo español, que no resolverá el asunto nunca por las buenas y no creo que de verdad nadie estemos por el camino de las malas; reconocer que somos un Estado compuesto por diferentes naciones – nunca 17 autonomías porque no es real, claro-; y el de enfrentarnos todos a nuestras propias contradicciones para que nadie siga viviendo siempre del victimismo, que hay muchos, sobre todo en Cataluña y en las Vascongadas. La independencia de alguna parte es descartable radicalmente por injusta y no deseada por la mitad de sus pobladores.

En los dos últimos caminos sería conveniente coger el problema por su corazón y afrontar de una vez con inteligencia y valentía la raíz de la cuestión.

Como ejemplo para cualquier otra cuestión me voy a referir al fútbol. ¿Tan difícil es poner a catalanes y vascos ante la realidad que tendrían si de verdad consiguieran el propósito de algunos, pero con la amplificación de muchos,  de tener selecciones nacionales al margen de la española? No estaríamos inventando nada, pues en Gran Bretaña ya existe. Oiga ¡sí!, y además le voy a apoyar en cuantos organismos internacionales haga falta. Ahora bien, a partir de que lo consigan ya conocen la contrapartida: ustedes organizarán sus competiciones nacionales. Y, además, haremos una consulta a sus clubes por si alguno quiere seguir con nosotros. Y se acabó el problema. A partir de ese momento a callar, y ya no cabrían llantos de cocodrilo, ni gritos, ni pitos, ni gaitas. ¿Alguien cree que el Barsa querría jugar su liga con el Lleida, el Hospitalet, el Terrasa o el Manlleu? Podrían jugar sus partidos en el Miniestadi y  les sobraría aforo. ¿Y al Atletic disputando el título con el Indauchu, el Eibar o el Baracaldo?  ¿Y cuántos jugadores de élite querrían jugar en esas ligas? ¿Y cuánta publicidad y televisiones estarían interesadas en sus camisetas, campos y partidos? Pues lo mismo que ocurre en la liga escocesa o en la de Gales. Allí van jugadores españoles de 2ª o de 3ª y son figuras, pues sus nativos buenos juegan en la Premier inglesa.

Y en temas económicos y sociales lo mismo. Bastaría, por ejemplo, en dar la posibilidad al ciudadano español de elegir dónde pagar sus impuestos independientemente de dónde resida. Y por dónde cobrar la pensión o a qué servicio de salud o escuela acudir, claro; habría que tener en cuenta previamente cuántos hospitales, colegios o universidades se han construido con los impuestos de todos los españoles, naturalmente. O teta o sopas, pero las dos cosas, como disfrutan ahora en demasiados temas, ‘nanay del paraguay’. ¡Ya está bien!

Pero no, aquí nos empeñamos desde el miope nacionalismo centralista español en negar toda posibilidad inteligente y valiente. Así nos luce la política, la economía, la cohesión nacional, el himno y la bandera; entre otras cosas.

Por cierto, la Copa la ganó el Barsa con justicia.

viernes, 25 de mayo de 2012

LA REFORMA FINANCIERA O EL DILUVIO QUE VIENE


El 30% de provisión para préstamos del sector inmobiliario que estén al corriente, trasvase de activos tóxicos (lo resultante de los que no hayan pagado o no paguen), interés del 10% para las ayudas públicas a bancos…. ¡Oiga! ¿Y de lo mío qué?

Nubes blancas de fe

Dando por buenas las cifras que maneja De Guindos – toquemos madera- resulta que los Bancos tendrán que añadir 30.000 M de E. adicionales a los supuestos 107.000 que ya tienen provisionados para cubrir los riesgos ya malos, y los por llegar, del crédito global al sector inmobiliario.

Y, también, que con los 184.000 M que traspasarán a la Sociedad de Liquidación de Activos tóxicos – que ahora es obligado- harán hueco en sus maltrechos balances para poder financiar a los clientes que demanden nuevos créditos en el futuro. Aquí lo de la fe.

Las entidades financieras que estén bien – no más de tres o cuatro-, y puedan asumir su parte de aquellos 30.000 M contra sus cuentas de resultados, podrán continuar sin excesivos problemas si también tienen cubierto el capital de máxima calidad exigido por las autoridades europeas y españolas respecto a los riesgos que mantengan en balance.

Las que no puedan provisionar con cargo a sus cuentas de resultados tendrán que acudir a sus recursos propios. Si tienen reservas suficientes adelante y, si no, pues a iniciar la nefasta senda de la reducción de capital, con las pérdidas consiguientes para accionistas y clientes de productos considerados como de recursos propios para el Banco.

El único camino que les han dejado para evitar el desastre de la reducción es el de acudir a papá Estado, que les financiará sus necesidades de recursos para provisionar a un ‘módico’ 10%

Hablando claro

El Gobierno les ha dicho a los bancos: te ayudo aliviándote el balance para que puedas buscar financiación – ahora no les presta nadie en los mercados- y lubriques la economía española abriendo el crédito.

Y, como nada es gratis en esta vida –aunque a veces lo parezca con la Banca- , te obligo a ceder tus activos inmobiliarios tóxicos a una sociedadad hoc, al 50% o menos del valor que tú le dabas, que pueda ponerlos en el mercado a un precio real de venta en las condiciones actuales. Conformen se vayan vendiendo – hasta en diez años o más- irás recuperando lo que pusiste, incluso con  plusvalías sobre el valor de tasación que vamos a encargar a dos sociedades independientes, si hay suerte, cosa harto dudosa. Lo normal es que te cueste, además de lo ya perdido, la comisión  de venta.

¿Y de lo mío qué?

Para el personal de a pie se abren distintos escenarios según su posición. Para los accionistas hay dos noticias, una buena y otra mala. La buena es que previsiblemente, si se cumplen los objetivos de la Reforma, el valor de sus acciones se irá recuperando aunque muy lentamente – olvidémonos durante años de volver a ver el Ibex sobre los 12.000 de hace unos años-. La mala es que los dividendos se resentirán notablemente por todo lo anterior; tanto las nuevas provisiones normativas como las pérdidas por la cesión de activos que ya no estuvieran cubiertas, ambas obligadas con la Reforma, irán contra los beneficios. Claro que, la disminución de ingresos fiscales del Estado por esta merma tampoco  será minina; los bancos están en el 30% impositivo en Sociedades.

Para los clientes habrá dos cantares. Quienes tengan depósitos estarán razonablemente más garantizados, y lo normal es que obtengan intereses decentes ya que la financiación en los mercados de capital para los bancos será costosa. Aunque, por el contrario, con la subida de impuestos del gobierno del PP a las rentas del capital tampoco serán ninguna bicoca.

Los nubarrones amenazantes

Donde estará la cosa más fea será para quienes soliciten un crédito, aunque parezca paradójico conforme están las cosas ahora. Veamos.

El Gobierno debería encargar cartelitos con el texto de “abtenerse promotores,  constructores y españolitos que quieran promover, construir o comprar una vivienda en cuanto escampe”. Y con ellos a toda la industria dependiente. Porque si a la imagen arrastrada y a la inanición actual le sumamos el 30% de provisiones para los préstamos que se pagan o se paguen regularmente en el sector, ¿cuántos préstamos creen ustedes que se darán en este sector clave?

Y los pequeños y medianos emprendedores de otros sectores que quieran ‘tirarse al agua’ y empujar nuestra economía hacia arriba bien pueden ir ajustando con finura sus costes porque los financieros van a ser de aúpa; desde luego notablemente superiores al señalado por el ministro.  Eso de que el Estado prestará a los bancos al 10%, aunque no tenga nada que ver con esta otra película por ser distintos los escenarios, será el banderín de enganche de la Banca en sus nuevas condiciones de tipos de interés en los préstamos y créditos. Que en esas cosas sí que son muy eficientes y rápidos los bancos. En el sector del consumo hace tiempo que andan en esa onda.

Precisamente en el crédito al consumo es donde creo  que el Gobierno ha puesto sus miras. Quien compra un coche o un electrodoméstico no distingue mucho entre pagar un 6 o un 12, siempre ha sido así; no digamos ya en las tarjetas. Se consume, se vende, se contrata personal, se fabrica, se asesora, se sirve, se financia, se anuncia, se cobran comisiones, impuestos, se hacen infraestructuras, etc.  Es decir, empezar el círculo virtuoso económico.

Otro cantar, como decíamos, será el de los  pequeños  y medianos empresarios y los autónomos. Con intereses superiores al 10 % no hay ahora mismos sectores económicos que puedan pagarlos con los márgenes comerciales que circulan.  Aquí estará la piedra angular del remonte de la crisis a expensas de esta Reforma financiera. Y la prueba del algodón de las otras.

Las grandes empresas andan otros caminos y esta movida  les vendrá bien en todo caso.

Lloverá, pero ojo que no será a gusto de todos. Ojalá no sea un diluvio; aunque con la racha que llevamos, ¡lagarto, lagarto!

RAJOY: ENTRE EL HULE, LA BRONCA Y LA PUERTA GRANDE


Suárez

Suárez pasó a la historia por ir al hule tras especializarse en situaciones duras. Eran los años de la Transición y tenía a amplios y muy significativos sectores sociales a la contra. El Presidente Suárez sabía que se la tenía que jugar a contra estilo porque no había otro camino. Contaba con el beneplácito Real y la simpatía popular, pero carecía de ayudas cercanas para durar mucho tiempo en cabeza del cartel. La cogida fue de aúpa y tras el hule hubo de retirarse un tiempo. La reaparición fue, como casi todas, de más pena que gloria a pesar de unos inicios prometedores. Suárez está ya para siempre en la historia como un Presidente imprescindible y valiente.

Calvo Sotelo

Leopoldo Calvo-Sotelo fue el personaje necesario para lubricar el paso del centro derecha a la izquierda. Está en la historia como un Presidente breve pero sumamente serio, eficaz y aseado. Inteligente, era consciente de ello y no se le conocieron grandes glorias ni fracasos.

González

Felipe González fue un Presidente de relumbrón tras una brillantísima carrera en una oposición que bramaba por un cambio brusco de tercio. Y tuvo un éxito mayúsculo tras calmar las revueltas aguas de un socialismo que todavía levantaba los puños mayoritariamente en todas las plazas. El triunfo le acompañó en sus primeros diez años de un modo arrebatador. Realmente acabó la Transición y bajo su mandato España entró en Europa y en la modernidad. Hasta la derecha dijo que si no hubiera existido habría que haberle inventado. Se rodeó de gente de gran categoría y embridaron los desboques de unas estructuras sociales y económicas que todavía vestían los pelos de la dehesa del tardo franquismo. Soportó por ello hasta tres huelgas generales – su hule – y alcanzó cotas de gran practicidad  filosófico-política con lo del metro de Nueva York, ‘aunque le atracaran’,  o la indiferencia ante el color del gato que cazara ratones. Fue un gran presidente en sus años duros y hasta se gustó en los más cómodos,  pero lo acomodaticio genera  indolencia. Está en la historia como un grande, aunque también como aquél al que le sobraron varios años de mandato por algunas malas compañías y porque lo excesivamente largo en democracia genera todo tipo de corruptelas.

Aznar

Le siguió Aznar, quien originariamente fue la gran esperanza blanca del centro derecha. Sus cuatro primeros años fueron para enmarcar. De ahí el arrollador éxito para su segundo mandato. Como persona inteligente se rodeó de los mejores y éstos le auparon a la cumbre del mundo. España bajo su mandato se convirtió en la envidia de todos. José M. Aznar, sin embargo, tal vez por la embriaguez del éxito o por la dejadez de saberse fuera voluntariamente, dejó de arrimarse de verdad en los dos últimos años que indudablemente le sobraron. También ha pasado a la historia como un Presidente importante, con sus luces económicas en los primeros seis años y las sombras de la soberbia en los últimos.

Zapatero

De Zapatero, aparte de su sonrisa de aparente buen talante, basta con afirmar que ha sido el peor Presidente en la historia moderna española. Ni una sola política para unir voluntades; ni una ley buena por indiscutible, sólo la de dependencia y sin dotación de medios; España a la ruina por imprevisión, ineficacia y manos rotas; ni colaboradores – como buen mediocre nunca se rodeó de figuras-, ni sapiencia personal, porque ‘lo que natura no da, Salamanca no presta’, ni pasado ni futuro. Una calamidad. Y así pasará a la historia, ¡hasta en su partido!

Rajoy

Ningún político ha tenido tanto poder en España desde su paisano, el General, y sus comienzos fueron inquietantes. Hizo su carrera para la alternativa con poca brillantez pero con notable seriedad. Aseguraba un liderazgo seguro y previsible y debutó incumpliendo promesas amparándose en su ignorancia, poco creíble, sobre la situación real heredada. Se dejó influenciar en exceso por Arenas y Montoroen aras de un triunfo en Andalucía y como penitencia superadora de los perennes complejos de la derecha española – recuerden a Solís, la sonrisa del Régimen de Franco-,y obtuvo un grave deterioro propio y de España: subida de impuestos a los supuestos más pudientes en rentas del trabajo y capital – votantes suyos -,  y retraso de los presupuestos con gran descrédito mundial, etc. Como resultado, el batacazo andaluz y la prima de riesgo por las nubes. Continuó con vaivenes y bandazos con la esperanzadora Reforma Laboral; muy mal aplicada, por cierto, en algunas grandes empresas; y la criticada e injusta amnistía fiscal para ‘el negro’. Sólo destacable el intento de meter en cintura a las CCAA.

Rajoy midió mal el protagonismo que los españoles le dieron mayoritariamente. Lo suyo hubiera sido decir muy claramente   que tenía cuatro años por delante para sacar a España adelante quemándose en tan digno empeño por la crítica hora que le había tocado vivir; a él y a todos nosotros.

Ahora parece que lo ha entendido apretando las tuercas a los distintos aspectos de nuestro inviable estado del bienestar. Le falta limar muchas cosas aún: la desproporcionada y en muchos casos estéril arquitectura administrativa y política española y el enorme tejido adiposo que la rodea; una verdadera reforma a la baja de la función pública para ganar eficacia y eficiencia; y poner finalmente a la banca a funcionar, entre otras cosas. Mientras los bancos no lubriquen la economía cumpliendo su función real todo esfuerzo de crecimiento será inútil.

La hora de España

Los toreros saben que para triunfar en Madrid sólo caben dos salidas: o el hule tras una heroica actuación, o la puerta grande por la brillantez, el acierto y el valor real. Los demás sólo son broncas y chuflas. El patio no está para silencios, aliños, ni división de opiniones. Es la hora de España; nos jugamos demasiado. Tu hora de la verdad, Presidente.   

viernes, 18 de mayo de 2012

LA PELOTA ARTIFICIAL

Suele ocurrir que el dinero siempre es de alguien y es normal que su propietario haga con él lo que le venga en gana. En el fútbol nuestro de cada semana podemos asistir a espectáculos diversos. Desde los dos grandes equipos que tienen lista de espera para darse de alta como socios a aquellos otros que hacen rifas en el campo para hacer frente a sus ruinosas economías. Y, en medio, una suerte tan variopinta de casos que haría muy prolijo su análisis. Pero en el fondo se dividen en cuatro grupos más o menos definidos.

El Madrid y el Barsa por un lado, como paradigmas de clubes que no deberían tener grandes problemas dinerarios salvo tontunas cum laude, que también las ha habido. Varios equipos detrás como Valencia, Sevilla, Atl. de Madrid, Español o Betis, incluso Zaragoza entre ellos, en los que el afán por ganarle a los primeros les hace casi siempre andar con el balance hecho unos zorros y arrastrarse por los procelosos caminos de las deudas a todo el mundo, las ventas de jugadores estrella para ganar tiempo, y las continuas denuncias sobre las injusticias en el reparto de los dineros de las televisiones para tapar lo que es una evidencia: nunca podrán estar a la altura de los dos grandes. A veces les suena la flauta en forma de una pléyade de canteranos que les hace competitivos, aparte de eficientes en lo económico, o de algunos fichajes baratos que luego ponen huevos de oro. Pero el final siempre es el mismo: equipos segundones de primera con algún título ocasional y algún que otro año en segunda.

Después estaría el Bilbao, un grupo él solo, con una filosofía irrenunciable basada en la cantera y en el ADN local, con bastante manga ancha hasta regiones limítrofes y que siempre anda entre los dos grupos descritos haciendo la guerra por su cuenta. Cuando las hornadas son buenas pueden disputar los títulos y cuando no, deambulan por primera división sin grandes agobios. Un caso ejemplar y que a algunos nos produce envidia por ser lo que querríamos para nuestro equipo.

Y en el cuarto grupo están casi todos los demás clubes, que reparten su historia entre primera y segunda con algunos éxitos aislados en la máxima categoría producto de circunstancias irrepetibles en todos los sentidos. Ahí tenemos los casos de un club histórico con el Deportivo de la Coruña o el más reciente caso del Villarreal.

Intentar hacer la guerra emulando a los grandes está bien si tomaran el ejemplo del Barsa actual y reciente: base en la cantera y algunos fichajes que acompañen. Lo que no tiene sentido es que equipos del segundo grupo – los eternos aspirantes y siempre en la ruina- o los del último, con menos de veinte mil socios y escasa capacidad recaudatoria en todo lo demás, traten de cubrir sus aspiraciones tirando de chequera. Ya sabemos el resultado: ruina sobre ruina para escasos éxitos que siempre suponen un canto de cisne.

El ejemplo más cercano lo tenemos en el Real Murcia. En 1.993 tenía una deuda de 1.500 M de pesetas producto de dos gestiones diferentes. Hasta finales de los ochenta acumuló la mitad de esa deuda, coincidiendo con su mejor época para quedar una temporada noveno en primera, y en un par de temporadas aciagas sumó la otra mitad con otro presidente. Ahí empezó el tenebroso declive del club grana que estuvo a punto de desaparecer varias veces. Después vino el actual propietario con varios proyectos que tampoco han consolidado al Murcia en primera; eterna aspiración. Nuestro equipo sigue siendo un ascensor de tres paradas: las dos segundas y la primera.

Mientras que el fútbol modesto y el mediano no se den cuenta de que estar sólo al albur del dinero de alguien para mayor divertimiento de sus aficionados tiene poco recorrido, no se pondrán las condiciones para consolidar ningún proyecto serio.

Al Villarreal le han faltado un par de temporadas para recoger los frutos del buen trabajo hecho. Roig es un tipo inteligente que le dio el impulso inicial para después ir hacia una política de cantera con retoques de clase. Ojalá lo consiga en esta etapa. El Español también pisa ahora esa senda.

Es el futuro, lo demás son pelotas artificiales. Nos hemos acostumbrado a la tontuna de pedir futbolistas caros, entradas baratas, ¡vamos a ganarle al Madrid!, y, si fracasamos, ¡presidentes peseteros! o ¡ futbolistas mercenarios! Más de risa que de pena.

viernes, 11 de mayo de 2012

EL COLOR DE UNA LÁGRIMA

Hacía tiempo que no me emocionaba con un partido de fútbol. En ese momento pensé que merecía la pena ser aficionado, que había sentimientos por encima del fracaso, y me acordé de los mundiales de Corea y Japón, del de EEUU y el último de Méjico, en los que por errores arbitrales España quedó apeada cuando podría albergar esperanzas. Por un momento estuvieron en mi retina los rostros ensombrecidos de Michel y sus compañeros cuando el gol cierto que no le concedieron frente a Brasil; y el de Luis Enrique llorando por el codazo de Tassoti; y las ojeras de luto de Joaquín, Hierro y Guardiola por su indignación con el arbitraje del egipcio y su ayudante del banderín.

Pero también tuvieron luz en mi memoria las lágrimas de alegría de Alfonso, Ferrer, Quico, otra vez Guardiola, y sus compañeros de selección olímpica cuando el oro de Barcelona. Y las mías cuando Cesc batió a Buffón en aquel decisivo penalti del europeo frente a Italia; y las de muchos españoles cuando el gol de Torres a Alemania en la final. Y, como no, las de media España, por no exagerar, cuando el de Iniesta frente a Holanda en la final del mundial de Sudáfrica; y las de nuestros seleccionados levantando la Copa del Mundo: Casillas, Pujol, Xavi, Iniesta, Ramos, Villa, Alonso, Busquet, Pedrito, Reina, Piqué o Del Bosque.

Y me acordé de la emoción de niño cuando el Murcia ascendió a Primera en 1.963, con los Campillo, Tatono, Aznar, Dauder, Paz, Martínez, Lax, Vicedo, Marsal, Lalo y Monovar, en aquel increíble empate a uno contra el Levante de Wanderley y Serafín en la vieja Condomina. Y las de jovenzuelo tres años más tarde con el triunfo del Madrid ‘ye-ye’ frente al Partizán de Belgrado ganando la VI Copa de Europa, con aquel tremendo equipo sólo de españoles de los Betancort, Pachín, De Felipe, Sanchís, Pirri, Zoco, Serena Amancio, Grosso, Velazquez y el gran Paco Gento. Y ya de mayor, con el Murcia de los ascensos consecutivos a 2ª y a 1ª con José María Martín y Mesones a los mandos respectivos en los años 1.972 y 1.973; en esas plantillas la mayoría eran murcianos, muy bien acompañados por media docena de buenos jugadores de fuera: los Blas, Pablo, Jerónimo, Ponce, Barrera, Férez, Canito, Herrero, Ruiz-Abellán, Murciano, Añil, López, Sergio, Cuenca, Macanás y algunos más, con los José, Ojeda, Vera Palmes, Valenzuela, Juárez , García Soriano y Cristo, entre otros, y el inolvidable, por tantos motivos, José Moreno Jiménez de Presidente.

Y la final española de París entre el Valencia de Cañizares, Albelda y Baraja y el Madrid de Casillas, Sanz, Helguera, Karanka, Raúl, Salgado, Morientes, Hierro, Sanchís y Del Bosque, que viví emocionadamente en directo con tres niños.

Y entonces pensé que en el triunfo también hay sentimientos.

Viene esto por la emoción que sentí, y la envidia sana, viendo llorar a los jugadores del Atletic de Bilbao y a muchos de sus miles de seguidores cuando perdieron la final de la Liga Europea frente al Atlético. Pensé que en esos colores había sentimientos, y eso es lo más grande del fútbol, aparte de la estética del buen juego y el interés por un resultado. Y me chocó enormemente que algunos comentaristas valoraban muy positivamente que los colchoneros hubieran ganado dos veces en tres años con dos alineaciones totalmente diferentes y un par de canteranos. Tiene su mérito, claro, pero una vez más el triunfo mercenario aunque el club esté en la ruina. Dudo que muchos de esos jugadores lloraran de haber perdido.

Entre el resultado y los sentimientos me quedo con lo segundo porque no está reñido con el éxito. Ahí está el Barsa de Guardiola como paradigma de lo que quiero decir. Y su enorme, emocionante, y entrañable despedida.

Confesaba Pepe Vidaña, el Gran Capitán Grana, en la comida semanal de la Peña del Pavo que él había llorado retransmitiendo un nefasto Zaragoza-Murcia de triste recuerdo, cuando hacía tiempo que ya no jugaba. El Maestro Ibarra añadía que él lloró, inhabitualmente, hace un par de años cuando el fatídico penalti repetido que nos mandó de nuevo a 2ª B. Yo sé que también han vestido sus lágrimas de verdad y grana en los triunfos murcianistas. Eso son sentimientos ante todo. Por eso les duele la desconsideración de algún indocumentado o que alguien dude de su murcianismo. A otros les daría igual.

Las lágrimas son transparentes; algunos mocos, ‘verdes’.

viernes, 4 de mayo de 2012

‘ pa qué quies que vaya…….¡tengo una cansera!’

Con el fin de la Liga alguien podría emular a nuestro gran poeta archenero Vicente Medina y repetir ‘afutbolada’ su deliciosa Cansera.

Ya tenemos al Madrid justo campeón porque ha sido el más regular del campeonato batiendo todos los records. Y a sus miles de aficionados festejando por todo lo alto la consecución de su Liga nº 32. Pero también, como desde que llegó, a su singular y exitoso técnico Mourinho desdeñando a todo lo que no sea de su cuerda enarbolando la bíblica sentencia de que ‘quien no está conmigo está contra mí’. Una muestra: acabado el partido no quiso atender a los medios de comunicación españoles y sí al propio canal televisivo del Real Madrid y a una cadena de televisión portuguesa; seguramente le importan un pimiento los centenares de miles de aficionados y madridistas que siguen el fútbol en español por los medios de comunicación generales. Y es que, este hombre y los de su guardia pretoriana con D. Tancredo Pérez de pasivo contemplador, han hecho del Real un coto cerrado donde antes había un ubérrimo campo para disfrute de todos, como invita su himno. Pero el Madrid, afortunada e históricamente, está por encima de quienes sucesivamente se aúpan en su campeonísima imagen para mayor gloria propia. El clan de los lusos pasará y los blancos seguirán ganando campeonatos y batiendo marcas, como han hecho siempre, desde que con D. Santiago Bernabéu al frente y Di Stéfano y Gento, entro otros, iniciaron la etapa más espectacular de club alguno en el mundo allá por los años cincuenta del siglo pasado. D. Alfredo continuará estando en el póker de mejores futbolistas de la historia, siendo el emblema madridista por excelencia, y Paco Gento el jugador que más Copas de Europa tenga del mundo. Raúl su máximo goleador y quien mejor ha representado los valores del madridismo moderno. Y, entre otros muchos madridistas de siempre que han llevado con excelso honor su corazón blanco, Vicente del Bosque será el técnico que una vez fue seleccionador campeón del mundo con España.

Señalo todo lo anterior como recordatorio para quienes creen que el Madrid lo han inventado sus actuales dirigentes. Estos pasarán y el club merengue seguirá siendo el club más laureado del fútbol mundial.

En la otra acera, aun cuando tienen la elegancia de felicitar al campeón y reconocer la justicia de su triunfo, vuelven a las andadas lastimeras y victimistas que también fueron siempre parte de su cultura patria. Guardiola no ha podido resistirse a lo que genéticamente mamó como blaugrana deslizando un ‘…pero ha habido cosas esta temporada que nuestro silencio tapó…’ Pero hombre D. Pep, usted podrá decir que efectivamente han pasado una temporada con muy mal fario en forma de lesiones y enfermedades varias y graves, y le honra y mucho haber llegado al final del curso haciendo un juego excelente y optando hasta última hora a todos los títulos, habiendo ganado tres de los que han jugado y pudiendo optar a un cuarto, mas no es lícito que achaque a ‘las meigas negras’ que el Real Madrid les haya sacado una buena distancia en la Liga porque la han ganado a ley y, además, contra su Barsa; el mejor de la historia.

En los otros equipos más de lo mismo, con el Levante como el equipo revelación de todos los años y el Villarreal, otrora ejemplo para muchos de los modestos, luchando por no descender. Luego tenemos a Del Nido en el Sevilla echándole la culpa a todo por no poder mantener el nivel de recientes temporadas; al Valencia echando al entrenador por no poder disputarle a los dos grandes su hegemonía, ¡ vaya tela!; al Atlético de Madrid empantanado en sus sempiternas pupas; al Español sacándole toda la punta que puede a su portentosa cantera; y al argentinizado Bilbao enarbolando su histórica bandera de club singular basado en el producto nacional haciendo un juego fantástico. ¿Los demás?, pues yunques y martillos, por barrios.

Por la Región también pisamos recientes huellas. El Cartagena, ya en 2ª B, sumido en el shakesperiano “ser o no ser” de su presidente de turno, y al Murcia prometiendo que la próxima temporada será la buena.

Así que me embozo el sayal de nuestro gran Vicente Medina y me sumo en su melancólica cansera. Suerte que tenemos la Eurocopa de selecciones a la vista y gozaremos lo que nos deparen nuestros internacionales; ¡ a disfrutar, amigos! Espero.
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