lunes, 24 de diciembre de 2012

ANTE TODO, LAS PERSONAS


El Real Murcia perdió más que un partido. ¡Qué oportunidad tuvieron sus dirigentes para mostrar que solidaridad es más que una palabra malempleada en demasiadas ocasiones!

ESCUDO DEL REAL MURCIA CLUB DE FUTBOL

Un rato antes de la hora señalada para jugar un partido de liga de 2ª división fallecía una persona ligada al club. Se apellidaba Gálvez; de hondas e históricas reminiscencias murcianas. Era el responsable de que el césped estuviera bien; cuestión básica para que el equipo funcione en casa.  Era empleado de la entidad; sensibilidad obligada de todos sus miembros. Tenía amigos; duelo compartido por muchos murcianistas. Y tenía familia; tristeza infinita con escaso consuelo. Un poco de eso que su empresa, su club, sus compañeros y jefes podían haberles proporcionado a quienes lo habían perdido para siempre sin ninguna posibilidad de sustituirlo por nadie.

Pero el partido se jugó estando su cuerpo inerme presente y todavía con algún calor. Seguramente una parte de ése que él le pondría a su trabajo en vida  para que sus compañeros de corto funcionaran mejor. Y para que su club y sus superiores pudieran presumir de tener sin tacha el mejor estadio de toda la segunda división. Pero ¡ay!, el partido se jugó; la maquinaria competitiva no le respetó. Y no fueron los rivales, no, porque nos consta que los profesionales del Guadalajara ofrecieron su disponibilidad para suspender el partido. Y si su club hubiese querido - el otrora Real Murcia y ahora una vulgar SAD a tenor de decisiones como ésta-el encuentro se hubiese aplazado y nada extraño hubiera ocurrido.

En días y circunstancias así es cuando se gana el laurel de la solidaridad; y el de la nobleza; y el de la clase; y el del señorío; y, si me apuran, el de la humanidad más piadosa y cercana con el que sufre. ¡Qué lástima de ocasión perdida!; dentro de la desgracia, claro.

¿Qué hubiese pasado si el difunto hubiera sido un futbolista, un técnico o un dirigente? Pues nos lo podemos imaginar. Pero, por lo visto, los demás componentes del club son de segunda, también, cuando no de más abajo. Parece que algunos aún no se han enterado de que la muerte nos iguala a todos. Y el difunto Gálvez, por muy jardinero que fuera - profesión tan respetable como cualquier otra – desde ese punto de vista  era lo mismo que otros, aunque no fuera igual en el fondo ni en la forma para los responsables de haber tomado la decisión más digna optando, sin embargo, por la indignidaddel aquí no ha pasado nada. ¡Tremendo ejercicio de frialdad inhumana!

Con el mismo respeto con el que les envío desde aquí a los familiares y amigos del difunto mi más sentido pésame, les deseo a quienes no respetaron su dolor que si alguna vez les ocurriese algo así, que ojalá no suceda, alguien sí tome la decisión correcta; sin duda le engrandecerá y los afligidos más cercanos le estarán inmensamente agradecidos. Así como toda la familia murcianista, a la que me digno en pertenecer por muchas razones y desde bien pequeño.

Y me extraña lo sucedido porque en otras cosas sí han estado al loro los actuales dirigentes y dueños del Real Murcia.Al menos han guardado las formas en diversas ocasiones con quienes hemos pertenecido de alguna manera al club en etapas anteriores. En mi caso ha sido así, no digo yo que en el de todos, porque también me han llegado quejas de otras personas que en su momento jugaron un papel relevante y han sido obviados en determinados momentos y aspectos; antiguos futbolistas y técnicos, por ejemplo, que manifiestan estar dolidos por haber sido ninguneados algunas veces  en casos concretos.

En fin, que hace una semana falleció un digno empleado del club, al que no tenía el gusto de conocer,  y en mi opinión se merecía algo más que salir por la puerta de atrás minutos antes de jugarse un partido de ese estadio en el que había volcado muchas horas de trabajo y desvelos para que todos: futbolistas, técnicos, dirigentes y aficionados, pudieran disfrutar.

Las personas deberían  ser siempre lo primero. Por eso, también desde aquí, le enviamos toda la fuerza y los ánimos del mundo a Tito Vilanova, el magnífico técnico del Barsa. Y le deseamos que vuelva pronto por su bien personal, primero, y por el del fútbol español y en general. Personas de su calidad humana y técnica son las que proporcionan a este deporte su grandeza. 

martes, 18 de diciembre de 2012

LOS CENUTRIOS FINANCIEROS


Decía un antiguo director general de una pequeña Caja de Ahorros, hace treinta y tantos años, que la banca era un negocio para tontos. Y que para hundir un banco – él procedía de la banca- había que serlo, y mucho. Su argumento era tan básico como cierto.

Cajas de ahorros

La ciencia financiera de Perogrullo

Se trata de coger dinero a un tipo de interés determinado y prestarlo más caro, con garantías, a quien tenga capacidad de devolverlo; aparte de las comisiones correspondientes por ello y por otros muchos servicios.  Conociendo tus costes en general, y añadiendo la prima correspondiente al riesgo que corras financiando según qué sectores económicos, finalidad, clientes y plazos, sólo se trata de fijar el margen adicional u holgura que quieras tener y los mercados te permitan, y ahí está el beneficio bruto teórico. Hasta el emprendedor más rupestre sabe hacer eso en su empresa o negocio.

Los artistas

Pues bien, hete aquí que los chuflas que han dirigido muchas Cajas – también algunos bancos-  presidido, vice o copresidido y aconsejado – en sus consejos y comisiones de todo tipo- y hasta asesorado en los últimos decenios,  las han mandado al desolladero tras hacerles una infame faena y salir la mayoría a almohadillazos, y otros camuflados entre monosabios y ‘mulilleros’ de arrastre, cuando no huyendo por el tendido clamando indignados como si ellos pagaran también la fiesta.   De juzgado de guardia; pocas veces mejor dicho.

Las vergüenzas

Pero, con asombrar tanta estulticia, lo que más vergüenza ajena produce son las explicaciones, por decir algo,  de los pocos que han llamado a los juzgados – en Madrid, por ejemplo-  o a algunos parlamentos regionales  como al de Valencia. Resulta que quienes dirigían las operaciones, tan engolados ellos,  embutidos con gran boato en sus costosos trajes  – migajas al lado de las millonadas que cobraban-  lo hicieron todo muy bien. Y hemos descubierto, también, que los que asistían enormemente satisfechos por la deferencia de sus nombramientos a sus consejos de administración – cobrando las canonjías directas e indirectas correspondientes, algunas muy sustanciosas- , ni pintaban ni se enteraban de nada porque no tenían la formación suficiente, o, ingenua y agradecidamente, se fiaban de los máximos dirigentes ¡Qué jeta!

Pero claro, es fácil de entender. Los capos de verdad: presidentes ejecutivos o directores generales, procuraban satisfacer a los resortes de poder de las distintas taifas territoriales en las que reinaban para seguir mangoneando el cotarro sin cortapisas. Así, desde presidencias de CCAA, alcaldías, partidos, sindicatos, universidades, y organizaciones empresariales y de todo pelaje, más grupos de empleados domesticados o por domesticar,  tenían sus cuotas de ‘panzas agradecidas’ en los órganos de gestión y representación de las entidades, empezando por sus descoloridas asambleas generales, en las que los síes borregueros eran la norma a cuanto les proponían desde la tribuna los que manejaban los hilos ‘titiritescos’.

Las cuantiosas golfadas

Cuando se oyen las milmillonarias cantidades de euros de los diferentes estropicios,hasta el más enterado se pregunta que cómo es posible tanta ruina y que dónde ha ido a parar tanto dinero. Y les suena como a  un diabólico disparate del ‘monopoly’ más salvaje. Pero el pueblo llano habla directamente de golfería manifiesta.

En este mismo blog publicamos hace unos meses tres artículos consecutivos sobre “Cómo acabaron con las Cajas de Ahorros” – para quien tenga interés están en su archivo-. Pero todavía hoy me pregunto que cómo es posible que se juntara tanto cenutrio en tan insignes y señeras instituciones. Porque, como decía aquel viejo y añorado director general y se diría en la huerta, ‘se necesita ser muy tonto para hundir un Banco o una Caja’.  Cuando no algo peor.

La desnaturalización

Sin ser la causa, pero sí una ‘ayuda’ referencial,  me acuerdo de cuando empezaron a cambiar las políticas de personal y resultaba que no era bastante con ser un tipo medianamente instruido y con la dosis suficiente de inteligencia, ilusión,capacidad y ganas,  para desempeñar cualquier puesto en oficinas o departamentos,  sino que primaban las titulaciones sobre todas las cosas. Si además había algún máster ya era la ‘releche’. Olvidando absurdamente, en muchas ocasiones, aquel viejo aserto de que “lo que natura no da, Salamanca no presta”. Desconocer las entretelas de un cliente por desmotivación y desgana- ¿para qué he estudiado yo una carrera?-  es el principio del fin.

Y a nivel de puestos directivos ocurrió igual o peor. A la postre resultó que a mayor especialización teórica mayores desmanes. No haber captado en tu vida a un cliente no es lo mejor para analizar el riesgo de un crédito o marcar políticas comerciales.Porque, a todo esto, ni la mayoría de instruidos empleados conocían el valor de un cliente, y más bien lo desatendían, ni los sucesivos ilustrados responsables en el escalafón sabían marcar objetivos realistas o rectificar razonablemente sobre la marcha – hasta la cúpula de la pirámide- , ni los sabihondos y ‘cátedros’ más estudiosos de esas Cajas, más sus tropecientos excelentísimos asesores y  auditores – algunos todavía dan ‘charlotadas’ por ahí- , se vieron venir el pampaneo.

Por no hablar de miles de directores de oficinas – las personas clave- a los que prejubilaban con poco más de cincuenta años, en el zenit de su experiencia y saber hacer, sustituyéndoles por jóvenes licenciados más baratos  que calibraban a los clientes por sus papeles y no por su mirada y trayectoria; por decir algo que, para los que saben del tema, es mucho.

¿Justicia regeneradora?

Con un ejército desmotivado no se puede ganar ninguna guerra. Si a ello le anteponemos el nepotismo político, las narcisistas ambiciones  de muchos de sus dirigentes profesionales, y el trinque ocasional de demasiados, más los gobernantes mal decretando, bendiciendo o aplaudiendo,    tendremos explicado el circo que inexorablemente arruinó económicamente a más de media España y a su imagen en el mundo.

¿Dónde está la justicia democrática?¿Se le espera?

¡Qué buena cuerda para galeras saldría de ella!Con “los ‘hunos’ y los otros”, que diría Unamuno.

lunes, 17 de diciembre de 2012

ENTRE LOS ‘HUNOS’ Y LOS OTROS


Rememorando a D. Miguel de Unamuno en Salamanca,  en los aciagos días del otoño del 36, el Madrid y el Barsa andan “entre los ‘hunos’ y los otros” jugando con fuego. Y se pueden quemar.

En el club blanco, los de Atila estarían representados por su presidente y el entrenador actual. Florentino Pérez pasará, aunque él ha puesto los estatutos para que sea lo más tarde posible,  y será recordado como un buen gestor económico – ojo al posible maquillaje contable-; pero como un mal presidente en cuanto a títulos relevantes. Este será su décimo año y, como marcha ahora, su bagaje se limitará a tres ligas, una copa de Europa y otra del Rey. Si tenemos en cuenta, además, que dos ligas y la champions las obtuvo con la base del equipo y el técnico que heredó de Lorenzo SanzRaúl, Hierro, Salgado, Roberto Carlos y Casillas como columna vertebral, y Del Bosque a los mandos - más sus tres primeras estrellas: Figo, Zidane y Ronaldo,  consecutivamente; y que la última liga y copa domésticas, las ha ganado con el mejor goleador de la historia merengue, Cristiano Ronaldo,  heredado a su vez de Ramón Calderón que fue quien lo fichó, tendremos el panorama de éxitos deportivos bajo su presidencia; discretísimos resultados para diez años. Si tuviéramos en cuenta el dinero que se ha gastado para ellos en fichajes y el desprecio total por los jóvenes valores de la cantera – el verdadero patrimonio económico y futbolístico  que podría dejar en herencia - se podría decir con rotundidad que es el peor presidente en la historia blanca;  números cantan. Pero todo esto, que tantas veces hemos comentado desde hace dos años en estas páginas, no será nada comparado con la herencia que dejará a su inevitable marcha. Habrá cambiado la ciudad deportiva de la acera de la Castellana a Valdebebas – su mejor, aunque muy discutible logro-   y muy probablemente remodelado el Bernabéu haciéndolo un estadio modélico en el centro de una gran ciudad; donde lo dejó D. Santiago. Pero como legado deportivo, si  no se cae del caballo como S. Pablo,  dejará un club arrasado y con muchos años por delante para volver a ser el Real Madrid que fue considerado como el mejor club del Siglo XX.

Ahora bien, como también hemos glosado, es el más listo de cuantos lo han presidido. Ni Bernabéu tuvo en sus mejores momentos la aceptación popular de Pérez en el madridismo; un fenómeno moviendo los hilos de masas. Y a nivel personal, su verdadero objetivo, un empresario de éxito conocido en todo el mundo cuando en el año 2.000 no lo conocía nadie en Madrid ni en España. 

En cuanto a Mourinho, confieso que ahora que le suelta estopa todo el mundo me da pereza criticarle. Desde hace dos años sostengo que es un entrenador mediocre para el Real, a pesar de sus triunfos por donde ha pasado, aunque pueda ser bueno para otros. Y lo he mantenido así desde el principio por el respeto y el cariño inmemorial que me merece el club. Un equipo señor no puede estar dirigido por un chuflas, mal encarado, además. Gane lo que gane, que de momento es bien poco con los medios que le han puesto a su disposición – nadie los ha tenido nunca en el Madrid-, ha ensuciado reiteradamente los radiantes colores blancos madridistas hasta dejarlos reducidos a un irreconocible equipo de pueblo, de barrio o de ciudad acomplejada, con todos mis respetos. Quejas, excusas, llanteras, agresiones verbales y físicas, laminación a diestro y siniestro de cuantos osen poner en duda sus criterios o decisiones, y desprecio indisimulado a todo lo que suene a éxito español o de españoles. Su enésima fijación narcisista es con Del Bosque. Si alguna vez este ‘mindundi’ lusitano le llegara, deportiva y sobre todo humanamente, a la suela del zapato a nuestro seleccionadorpodría aspirar a atarle las botas. ¡Menudo elemento!

 Y del Barsa de los ‘hunos’: nefastos mandamases politizados,  y de los otros, magníficos futbolistas y deportistas,  ¡qué pena la inoculación del virus político a todos sus niveles personales e institucionales! Laporta y Rosell, ‘pesebreros’ de los independentistas y los ‘pujolesman’,  y del cada vez más impresentable Mas, dejarán una herencia calamitosa para sus colores, por excelente e insuperable que sea su gestión deportiva, que lo es.  La cultura se puede defender, es lícito, pero la política para los políticos. Y el fútbol en el prado; Di Stéfano ‘dixit’. 

lunes, 10 de diciembre de 2012

EL CIRCO DE AHORA


Cada época tiene para el pueblo su pan y su circo.  Las costumbres   sociales  cambian a tenor de los avances de todo tipo, y  llevan aparejados, también,  cambios profundos en las condiciones de vida de la sociedad que los experimentan, así como en sus gustos y motivaciones. Los nuevos valores sociales que aparecen  traen consigo contravalores que demasiadas veces se oponen o los que la condición humana ha tenido siempre por norte y guía de su existencia.  

Hace tiempo que asistimos  al supersónico avance de la tecnología de la comunicación y, como consecuencia, la globalización  de las informaciones de todo tipo, haciendo buena aquella idea de la aldea global de McLuhan, un canadiense pionero en teorizar sobre la importancia de la sociedad de la información, hace decenios

Y lo anterior, también ha hecho posible la globalización de la economía y con ello el ascenso del dinero al por mayor al altar de las referencias sociales.

Información y dinero. Esos dos nuevos valores de referencia social lo han invadido todo. Y el fútbol, como fenómeno de masas, no es ninguna excepción.Y de esos mimbres está hecho el cesto futbolístico que ahora nos encontramos. El nuevo circo del pueblo que disfrutamos.

Por eso, el fútbol profesional ha derivado hacia un amasijo de intereses económicos basados en la cantidad de información que genera con el consiguiente interés para todo tipo de comunicación: publicidad, propaganda,  relaciones públicas, empresariales, sociales y económicas, sobre todo, atrayendo a su calor personajes, personajillos, ‘personajetes’ y ‘personajetas’  para todos los gustos. Y ahí entran desde futbolistas a técnicos, pasando por directivos, dirigentes, políticos, intermediarios, periodistas, y un largo etcétera de profesionales de toda condición.

El fútbol como deporte ha pasado a ser un circo donde se juega a todo. Lo de darle a la pelota es lo de menos. 

Por eso no es de extrañar que reinen o hayan reinado gente como MourinhoFlorentino, Laporta, Rosell, y una larga compañía.

Por ser los que representan a los dos primeros clubes españoles y casi europeos, y por falta de espacio, detengámonos un poco en ellos, sin que sus obras y milagros sean en exclusiva suyos. Trapecistas por el estilo, aunque con menos repercusión mediática actual, hay por todas las pistas múltiples del gran circo del fútbol. Y domadores también; payasos aparte.

Para Mourinho, lo del juego de la pelota es un mero instrumento para su mayor gloria personal, económica y social. Lo de la lealtad a unos colores, una gilipollez; la cantera, un atraso; las críticas, una hipocresía ajena; la deportividad, un espectro de románticos; el respeto, en general, una antigualla; y la jaula, el látigo, la ‘pistolica sobaquera, el altavoz de la altanería y  el sometimiento incondicional de sus mariachis, su hábitat natural. En realidad no tiene ningún proyecto de juego determinado.

Para el gran Pérez, basta con decir que el fútbol es demasiado serio para dejarlo en manos de los profesionales. En la pista deben estar quienes le faciliten sus objetivos sociales y, por ende, los empresariales. Cuando había que encandilar a los iberos, el Madrid debía ser el prototipo del éxito nacional. Para ello había que perseverar en los valores madridistas de siempre: producto nacional, básicamente, con algunos artistas futboleros mundialmente reconocidos. Ahora bien, en cuanto el personal doméstico estaba domado y sus empresas ya no podían crecer más en España, y había que abrirse a determinados países europeos, pues ingleses, alemanes, turcos, franceses, portugueses, y lo que haga falta. El palco del Bernabéu y los de cualquier lugar del mundo son su territorio natural. En el año 2.000 no le conocía nadie fuera de su entorno, y superar ese hándicap para sus aspiraciones era su proyecto. Deportivo, nunca tuvo ninguno.

A Laporta le sonó la flauta con Guardiola. Cualquier otro le hubiera servido igual si el canterano hubiese fracasado. A un abogado de secano con grandes aspiraciones sociales se le quedaba pequeño el mundillo de relaciones que su buen matrimonio le proporcionaba. Tenía que encontrar la proyección necesaria para dar el gran salto económico y político que anhelaba. Ése era su proyecto. Lo de la cantera, una casualidad que Pep le puso en bandeja.

Y Rosell ya hemos visto por donde respira. Con su ‘carica’ de ángel no es más que un émulo de su antecesor. Los dos compartieron ideales antaño, y más cosas,  aunque éste sí era futbolero. 

Los del deporte y el gusto por el fútbol estamos desfasados. Es el circo que nos lleva.

viernes, 7 de diciembre de 2012

EL CINISMO Y OTROS CONTRAVALORES: ¡REGENERACIÓN YA!


Decía Joaquín Costa, allá por el comienzo del siglo XX, que “el poder nunca acometerá reformas regeneracionistas”. ¡Qué razón llevaba!

El ilustre aragonés de Huesca, político, jurista, economista, historiador,  escritor y convencido defensor de las grandes obras públicas, en especial las hidráulicas, como las mejoras vertebradoras de la nación; fue el mayor representante del mundo intelectual del Regeneracionismo español tras el desastre del 98.  Su obra cumbre: “Oligarquía y caciquismo como forma actual del gobierno de España: urgencia y modo de cambiarla”, de 1.901, es una radical denuncia de la corrupción del sistema político de la Restauración ‘canovista’. Y en ella enuncia una serie de puntos para regenerar España. En el número once se puede leer algo que, salvando todas las distancias y cambiando unos conceptos sociales por otros, hoy conservaría plena vigencia : “ Renovación del liberalismo abstracto y legalista imperante que ha mirado no más a crear y garantizar las libertades públicas con el instrumento ilusorio de la Gaceta, sustituyéndolo por un neoliberalismo orgánico, ético y sustantivo, que atienda a crear y alianzar dichas libertades con actos personales de los gobernantes principalmente, dirigidos a reprimir con mano de hierro y sin tregua a caciques y oligarcas”.

Traduciendo actualmente a Costa

Ahora, como entonces, la casta que gobierna los distintos poderes y administraciones del estado, nuestros actuales caciques y oligarcas de cabecera, se resiste a regenerar reformando.

Y no caigan algunos, que me los veo venir, con aquello del neoliberalismo dañino, que en aquella época ser liberal era la máxima expresión de la progresía imperante; los diferentes socialismos estaban aún en pañales. Liberales fueron, precisamente, quienes demasiadas veces a costa de su vida acabaron con el viejo régimen del absolutismo real español.

Parece que el liberalismo sea la máxima expresión del capitalismo más despiadado, y tampoco es así. Digamos, para no extendernos demasiado, que liberales de verdad se han conocido pocos, si acaso alguno, en el panorama político español desde la muerte de Franco. Y durante su mandato fueron tan perseguidos como los que finalmente se llevaron tales laureles de oprimidos. Ser liberal es amar y ejercer la libertad responsable ante todo; si le otorgamos también su actualizada conciencia social  es la ideología más honesta y  menos dañina para quienes creemos en el hombre como destinatario fundamental de la acción política.   

Por el contrario, si convenimos que quienes nos gobiernan debieran dar ejemplo a la sociedad exhibiendo valores homologables que sirvieran de guía para la mejor convivencia, muy mal vamos. Veamos algún ejemplo.

Cinismo

El cinismo campa por sus respetos a lo largo y ancho de la geografía física y política española. Tras unas elecciones es difícil que nadie haya perdido. Siempre tiene el vapuleado, o el que ha visto defraudadas sus expectativas, algún clavo donde agarrarse con la mayor desvergüenza.

Miremos el último ejemplo. Mas convocó unas elecciones anticipadas en Cataluña  tras dos años en el poder como forma de retar al Estado por no conseguir más dinero con el que tapar la ruina catalana agudizada por obra y gracia del nefasto tripartito entre socialistas, independentistas republicanos y comunistas, tras demasiados años de mandato ‘pujolista’.  Pedía una mayoría fuerte para poder continuar con su órdago independentista  y hete aquí que se pega un ‘hostiazo’ de campeonato bajando de 62 a 50 diputados autonómicos. Y eso tras decenios de adoctrinamiento cívico y habiendo contado con los medios de comunicación del pesebre oficial catalán como altavoces excepcionales, más la parte más subvencionada de la sociedad civil catalana enarbolando todos el victimismo bajo el ignominioso banderín de enganche de “España nos roba”. ¿Y qué ha hecho ante fracaso tan mayúsculo?

Lo lógico, honesto, honrado y consecuente hubiera sido dimitir ipso facto. Pero claro, para eso hay que tener vergüenza torera. Justo de lo que carecen, no sólo él, sino la inmensa mayoría de  nuestros oligarcas y caciques actuales.

¿Y qué podíamos esperar de este acaudalado- ya veremos por dónde suena el río suizo- personajillo? Pues nada. Lo mismo que del impertérrito Rubalcaba que va, como pontificaba Mao, de derrota en derrota hasta la supuesta victoria final. ¡Hay que tener cuajo! Y mucha cara dura para no largarse a casa de una vez habiendo sido coprotagonista distinguido del episodio más vergonzante del PSOE desde los oscuros tiempos de la Guerra Civil. Sólo hay que ver cómo han dejado al partido Zapatero y sus cuates y ‘cuatas’, además de a España, tras siete años irrepetibles; por criminalmente malos, claro.

Y tampoco podíamos esperar nada honesto de los nacionalistas catalanes cuando vemos cómo los populares de Rajoy incumplen decreto y ley tras decreto y ley cada una de las promesas electorales que hicieron. Y, para más inri, lo hacen echándoles la culpa a los socialistas excusándose en que ellos no sabían cómo estaba España. ¡La releche! Pero ¿a quién quieren engañar cuando mandaban en casi todas las CCAA y en los ayuntamientos más endeudados desde un año antes, al menos, y en muchos casos durante decenios?

Otros contravalores

Y todo ello sin hablar de corrupciones varias, ‘mordidas por ciento’, gestiones públicas ruinosas, falta de valentía y honradez para aliviar la pesadísima losa de la mórbida administración que nos asfixia, o del engrase permanente de la aberrante ‘partitocracia’ que nos desgobierna.

En fin, qué pena que no haya ahora algún Joaquín Costa moderno que desde dentro del sistema nos conciencie y les conciencie  sobre todo  a los políticos de que es necesario y urgente regenerar ya el sistema constitucional vigente. O se hace pronto o el futuro es muy oscuro. Para luego, lloraremos.

¿Hay algún político bueno?

Si conocen a alguno, vótenlo ya, no sea que como al insigne aragonés  lo laminen sus congéneres enseguida por atreverse a cuestionarlos. Costa tenía un lema también actualizable: “Escuela, despensa y siete llaves al sepulcro del Cid”.

Españoles sí hay muchos

¿En qué valores esperarán algunos que persevere la ciudadanía? ¡Qué lástima de nación!, cuando todavía hay tantos españoles ejemplares pagando impuestos, emprendiendo y sacando heroicamente sus familias adelante. 

EL FUTURO SE GANA DÍA A DÍA


Nuestra liga, como la vida – rememorando al gran Julio Iglesias- , sigue igual. El Barsa haciendo el mejor fútbol que se recuerda a equipo alguno y batiendo todos los records;  el Madrid viviendo del coraje y de su enorme pegada si saber muy bien a qué juega; el Atleti como los perros del tío Alegría, que eran muy buenos pero cuando veían la pieza levantaban la patita para hacer pipí; el Valencia pasando de las ínfulas de grandeza a la depresión, liquidando, de paso, entrenadores buenos, malos y regulares; y los demás clubes, con la revelación de siempre – en este caso el Getafe – haciendo lo que pueden para alejarse de la quema.

En el capítulo de jugadores, más de lo mismo.Ronaldo,  el goleador más completo  en la historia blanca, haciendo buenos los esfuerzos del trío de seguridad de su equipo – emulando a Luis- : los campeones de todo Casillas, Ramos y Alonso.  Por cierto, todos en el Madrid antes que su actual técnico.

En la acera de enfrente, Falcao. El hoy mejor delantero centro del mundo, echando de menos a surtidores eficaces de balones y haciéndonos recordar con sus goles al mejicano Hugo Sánchez, aunque más completo que éste.

Y el cuarteto mágico culé: Xavi, Iniesta, Busquet y Cesc; con el solista Messi de gran artista invitado, bordando el fútbol acompañados de otros músicos, jóvenes o veteranos, increíblemente buenos; más los que hacen cola en la academia de la Masía afinando sus instrumentos. ¡Vaya ejemplo de proyecto serio de club a nivel mundial!

Por eso a Guardiola, quien tuvo el valor jugándose el puesto de ponerlos a todos en escena sin importarle años, experiencia, camisetas, y dinero invertido en nadie, se lo rifan en medio mundo los mejores equipos y selecciones. Hay un dato que mide la importancia de este técnico en la historia del Barsa: si se comparara lo que ha cobrado como entrenador y el valor de los futbolistas que incorporó y que siguen en el club, no sólo sería el más barato en la historia blaugrana sino que aún  deberían pagarle muchas veces lo percibido para igualar el saldo. Eso, aparte de ser el más laureado, haciendo de su equipo un referente mundial y dejando como herencia un sistema de juego tan claro como espectacular y un mundo de expectativas reales en todos los jóvenes valores de la cantera.

Siguiendo con los técnicos, destaca el gran hallazgo de Tito Vilanova, también parte de la herencia de D. Pep, quien acaba de protagonizar el mejor comienzo de liga en la historia del fútbol español continuando la filosofía futbolística de su predecesor. Incluso mejorando determinados aspectos de su juego,como la posición más eficaz de Cesc y su mayor solidez defensiva en líneas generales; aparte de la frecuencia y frescura en las rotaciones en todas sus líneas.

En la orilla del Manzanares tenemos a un Simeone empeñado en reverdecer los antiguos valores atléticos de la garra, la rapidez y la eficacia, aunque se echen de menos canteranos con el marchamo colchonero, sacrificados  por jugadores de clase media con experiencia contrastada. En su haber encontraríamos las rencontradas fortaleza y regularidad del equipo, y la reubicación de Juanfran al lateral, haciéndolo internacional desde el ostracismo en que se encontraba. 

Pellegrini en el Málaga, haciendo buena su magnífica trayectoria como técnico de buen gusto futbolístico; Luis García y JI. Martínez en el Getafe y Levante confirmando sus ya reconocidas cualidades; y a Michel y Melen Sevilla luchando por alejar reincidentes fantasmas y volver a recientes y pasadas glorias ‘nervionenses’ y blanquiverdes.

Y en el Madrid, Mourinho. ¿Qué quieren que les diga? Ahora que recibe palos y críticas por todos lados, casi las mismas que llevamos mucho tiempo haciéndole desde estas páginas, no voy a extenderme. Narcisista, histriónico, llorón, caprichoso, caballo de Atila por donde pasa, y de éxito ocasional pero calidad discutible; cualquier técnico de tercera, con todos mis respetos,  haría más de noventa puntos con la plantilla que tiene.

Pero, sobre todo, dilapidador de la centenaria y gloriosa imagen de un club que la ha cimentado con triunfos y señorío a lo largo y ancho del planeta futbolístico. Y digo señorío, sí, esa cualidad que el luso nunca apreciará porque siempre dirá como el viejo torero: primero yo, segundo yo y ‘dimpuésnaide’.

Y porque el futuro, como la honra, se gana día a día. Al margen de triunfos y fracasos; esos dos impostores, que diría Kipling
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