lunes, 26 de noviembre de 2018

LA ACTITUD Y LA GRANDEZA NO SE COMPRAN



Modric quería irse este verano a Italia por la menor presión fiscal, siguiendo los pasos de Cristiano aunque sin enfado, y Bale continuó porque se fue el portugués. Pérez, ante el desencanto del galés, se lo había filtrado por boca de ganso antes del desbarre del archigoleador en Kiev, pero su actitud y la del croata están en mínimos. 
El mandamás blanco sabía que esa fuga ocurriría más pronto que tarde. Solo desconocía la fecha. Méndez, su intermediario de cabecera años atrás, le había advertido meses antes del cabreo preocupante de Cristiano por el incumplimiento de su reiterada promesa de renovación de por vida, ganando como el que más, tras ganar la decimosegunda. Pero en ese pulso de soberbias Pérez es mucho Florentino, más hecho y frío que el infantiloide luso. Y como ocurre a veces afortunadamente, por la maldad del egocentrismo, en el pecado lleva la penitencia de esta temporada el omnímodo empresario. Lo peor es el triste deambular madridista con el desastre de Éibar como última cuenta de un rosario que se antoja como aquel de la aurora que acabó a farolazos. La grandeza del Real Madrid no merece que se la jueguen  al yo más que tú dos personalidades pasajeras por muy acusadas y exitosas que sean. Afortunadamente, por otra parte, la excelsa categoría blanca permanecerá ligada a su historia porque un club tan laureado está por encima tanto de compras y ventas como de pasajeros y temporadas aciagas.  
En ese duelo tan evitable como larvado de Ronaldo y Pérez, uno de sus errores más graves como advertimos en junio a pesar del forofismo merengue, el futbolista ha ganado económicamente y va ganando en lo deportivo: líder destacado con la Juventus y pichichi con nueve goles en trece partidos, superando un record juventino goleador de hace cincuenta años y a símbolos como Inzaghi o Trezeguet. Ya veremos si al final de temporada consuma el doblete pasta/títulos, agregando la Champions al seguro campeonato doméstico.  Y puede ser un triplete si agrega el factor imagen mundial; la final de selecciones europeas a cuatro puede propiciárselo.
La aptitud puede comprarse, la actitud no. Nadie duda de la calidad de Modric, Bale, Varane o Kroos  ni de ninguno de los futbolistas blancos, pero es evidente que los cojones que abandera Solari  continúan gárgoles o lucen garlitos; estériles o uno solo a la vista aunque parezcan dos, que de apariencias también viven algunos.
Quienes sí lucieron hombrías fuero los de Mendilíbar, con el sorprendente canterano blaugrana y lateral extremo Cucurella a la cabeza, que le echaron lo que fue menester como suelen hacer en su reducido estadio y debería haber previsto el auxiliar ascendido Solari sacando una alineación más cojonuda que artista. Seguramente, sus figuras entrarían bufando al vestuario tras la dura derrota, y el argentino debería haberles dicho que esos cojones en Despeñaperros, como le dijera en Atocha en 1908 el insigne torero Rafael Gómez Ortega, ‘El  Gallo’, a la máquina del tren que le había llevado de Sevilla a Madrid viendo como soplaba desaforadamente humos en la estación, tras haber renqueado lastimosa en las cuestas de la celebérrima sierra.
Y también lucieron bemoles en el Wanda porque juego hubo poco. Los de Valverde pelearon con la garra que define a los de Simeone, rescatando un merecido punto al final por medio del tan sospechoso como arabesco Dembélé.  El Barça, aunque solo ha lucido a ratos sus excelencias, huele a reverdecer título porque está siendo el menos mediocre de los grandes. Y el Atlético suena a serio aspirante a todo a poco que Griezmann y sus figurones sean más efectivos; más fiables, en definitiva. Mimbres les sobran.
EL MURCIA SIGUE VIVO
La grandeza del Murcia también está al margen de fracasos puntuales o años de penuria; la multitudinaria respuesta a su ampliación de capital lo demuestra. El UCAM le ganó porque juega mejor y también tiene más gol, la justicia del fútbol, con un Isi Ros que cuando madure será un buen futbolista profesional. Mientras, es solo un proyecto ilusionante al que se le puede pasar el arroz; solo lleva un rato deslumbrando. Como él, y mejores, han habido muchos en la prodigiosa cantera murciana.
El domingo mañanero en la Condomina, aparte del resultado, fue un homenaje de los dos equipos a la actitud. Unos modestos y otros en precario; heroicos todos. Enhorabuena, así como al Cartagena y al Jumilla por sus gozosas goleadas. Buena temporada nos aguarda.


miércoles, 21 de noviembre de 2018

NI MILAGROS SIN SANTOS NI GOLFADAS SIN GOLFANTES



Luis Enrique no hará milagros con España. Ni él es un santo ni tiene futbolistas en olor de santidad. Luis sí lo fue. Y no tanto por sí mismo, que también, como por intuir sus infinitas bondades y poner en valor a media docena de futbolistas que traslucían gloria. Los bajitos que acercó a los altares confirmaron su santidad con el milagro de hacer a nuestra selección campeona de Europa y enseguida del mundo con un franciscano del balón, Del Bosque, quien tuvo su aura de santidad en la rara humildad de continuar la labor de su antecesor. Pero el tiempo pasado no vuelve.
De los ilustres que  nos llevaron a lo más alto apenas queda Ramos, viviendo ya también sus últimas lunas aunque haya ganado en capacidad de liderazgo, también desgraciadamente empezando a ser discutido por su paisanaje.  En España somos así. Si fuera inglés, alemán o italiano, aunque tuviera algún fallo, saldría a homenaje y ovación cerrada cada vez que se enfundara la camiseta de su país. Pero, ¡ay amigo!, como ocurre con nuestra controvertida historia pasada, la leyenda negra que le han colgado los impotentes a los que ha vencido empezamos a creérnosla también nosotros. Que si da palos, que si va de sobrado, que si es anárquico, que si ya no llega… ¿Ya no recordamos a aquellos futbolistas extranjeros de corte parecido, aunque no tan laureados, que nos llevaron por la calle de la amargura tantísimos años? En fin, somos así demasiadas veces. Admiradores acomplejados de ajenos y crucificadores veletas de propios tras súbitas ascensiones a los altares.
Ya no tenemos a ningún Pujol, Xavi, Iniesta, Silva, Cesc o Villa activos o en edad de merecer. Nos quedan el sevillano y Busquets, que tampoco es el de hace años. En Zagreb se vio. Pudo hacer unos cuantos cambios de juego sencillos y pases profundos a compañeros desmarcados y no se atrevió. Ahora anda encorsetado en el seguro del juego corto, que también padecen en el Barça, para que no se le rompan las costuras. Sigue siendo un excelente medio centro, pero añoramos al que fue mejor del mundo.
Y el remate mediocre es que los jóvenes que tanto apuntaban también la prefieren cortita y al pie. Isco, y Asensio, por ejemplos, el primero por definición y el segundo por inseguridad pasajera, esperemos; se lían en medio y no profundizan lo que debieran aunque a veces asomen su clase. Alguien debe recordarles que Guti tenía tanta o más, seguramente que los dos juntos, y pocas veces fue titular indiscutible en el Madrid y nunca en la selección. Saúl también es intermitente y De Gea ataja lo que para un buen portero, pero no los imposibles y decisivos que detenía Casillas, que sí fue un santo con milagros demostrados.
En definitiva, sin santos, tampoco esperemos milagros de Luis Enrique; más hereje que beato. Lo demuestran sus controvertidas decisiones y la errática explicación que dio tras lo de Croacia, comparada con las dadas tras sus triunfos en Londres y Elche; ahora resulta que está formando jugadores jóvenes. ¿Oiga, y la sub 21 para qué es? A fin de cuentas, sus efímeros éxitos en el Barça, por decir algo bueno, fueron más por ‘san Messi’ que por sus virtudes de estratega.       
   
DESVARÍOS Y DERBI MURCIANOS
Califiquen ustedes de listo y tonto a quien les parezca, contrastado que De la Vega compró a Moro sus acciones del Murcia sin pagarle un euro, aunque le aguarde un complejo panorama judicial para hacer buena la opción de compra que ejecutó por mucha razón que le hayan dado las instituciones deportivas. Y así, aun con dudas respecto a los tejemanejes del extremeño y sus cuates, pasemos página hacia la presunta golfería.
¿Trincaron irregularmente del club quienes propiciaron la llegada del mexicano y luego su expulsión para el aterrizaje de Gálvez?  ¿Dónde está el dinero de los abonos y la publicidad de esta temporada? ¿Hay algún acuerdo oculto de no molestar que propiciara la llegada del nuevo consejo? ¿Para cuándo las demandas por el dinero negro y blanco desaparecidos? Hay pruebas clamorosas.
Y el derbi se lo llevó el Cartagena porque tiene gol y el Murcia no. Aprovechó sus escasas ocasiones en veinte minutos buenos, desde que Munúa acertó sacando al bético Gracia y cambiando de banda a Moyita, y los granas desaprovecharon media docena en sus superiores setenta; ganas le echaron, pero no basta ante un equipo con el empaque  albinegro.
    


jueves, 15 de noviembre de 2018

ENJUGASCAOS



Estaba jugando de dulce el domingo pasado al medio día el UCAM en la Condomina, ya mediada la segunda parte, con el torreño estilista Isi Ros en un extraordinario estado de forma, cuando un cachondo gritó en la grada hasta tres veces intermitentes, ¡gol del Betis! Y automáticamente se volvieron varios aficionados con mirada de asombro, como esperanzada, envuelta en una media sonrisa que traslucía su corazón merengue. Y es que el personal contento tiene ganas de marcha cuando nos enjugascan los goles del fulibán. Los viejos aficionados saben que esa expresión divertida no tiene nada que ver con el Barça ni con el Madrid ni con nada que no sea un desahogo bienhumorado de los muchos que circulan por las gradas futboleras. Y los taurinos también, porque responde a la irónica expresión de un malhumorado Rafael Álvarez, Búfalo en la magnífica serie Juncal del celebrado Jaime de Armiñán que protagonizó nuestro no menos añorado Paco Rabal. Había salido el Brujo a las terrazas de la Maestranza, molesto porque pitaban al hijo de su admirado Juncal y, además, porque su vecina de asiento no le dejaba tranquilo con preguntas continuas. Alguien le inquirió desde la calle por la bronca que se escuchaba, y el ocurrente limpiabotas le respondió: “¡que ha marcado el Betis, anda ya…!” Cosas del bachiller callejero.
Y ya por la tarde, cuando el Betis marcó en efecto el tercero de sus cuatro goles, un amigo me llamó para preguntar si es que había intuido al medio día los goles de los del excelente Setién en can Barça.  Y entre risas, le dije que sí, pero que no se confiara porque los de Messi tienen mucho gol. Y así fue, aunque  luego vino fuera de guion el cuarto de los béticos del extraordinario Canales. Un cántabro que nos recuerda a otro de no menos clase y más garra, Munitis, campeón de liga y de Europa con el Madrid galáctico de Figo y Zidane, que tan bien lleva esta temporada a los universitarios de Mendoza. ¡Qué temporadón llevan y qué mérito tienen!
El Barça perdió justamente por lo azaroso del fútbol y porque el Betis hace un fútbol excelente que no lo ha llevado a encabezar la tabla por su escasez de gol. Y dentro del factor imprevisible de este juego, los sevillanos llegaron seis o siete veces ante Ter Stegen y marcaron cuatro goles, incluida una cantada increíble del sin embargo segurísimo cancerbero teutón. Cosas del fútbol.
Y lo del Madrid de Solari certifica el enjugascamiento que generan los goles.  Aún no conocemos su libreto, pero los quince goles en cuatro partidos y solo dos en contra lo licencian para acabar la temporada y quién sabe más.
Cinco goles en Madrid, siete en Barcelona y seis en Vigo nos enganchan.

EL LISTO, EL TONTO Y EL GOLFO

Sobre el quién es quién de ese trío fantasmagórico que ha manejado el Real Murcia en los últimos tiempos, Moro, De la Vega y Gálvez; les voy a dar una pista que ayudará a que vayan encasillando a los aspirantes. Resulta que el mexicano Mauricio no puso un euro para ejecutar la opción de compra de las acciones que le otorgó Moro. Y no lo hizo porque me aseguran que no tuvo que desembolsar los cuatrocientos mil que habían convenido, al comprobar, al parecer y según documentó, que el déficit causado por el extremeño superaba el millón de euros que habían puesto en el documento como límite admisible. Y, además, ejecutó dicha opción cuando faltaban escasos días para que se cumplieran los tres meses sin pagar a jugadores y empleados que también habían convenido como límite para que decayera la cacareada opción. ¿Dueño del club sin poner un chavo? Ustedes mismos.
Los entusiastas directivos que han cogido las riendas, producto de la admirable Plataforma en favor del Real Murcia, tienen tanto trabajo hacia fuera como hacia dentro: ir preparando tantas denuncias contra quienes se hayan aprovechado de un moribundo como recabar cuantos remedios alcancen para mantenerlo con vida hasta que se encuentre el único eficaz para sus males: dinero a mansalva.
Mientras, como por la Cartagena renacida y la Jumilla entusiasmada, seguiremos enjugascaos entre cábalas jubilosas, pasmosas o fúnebres, que como todo en la vida van por barrios.
Por cierto, el nuevo presidente murcianista Almela, del que hablan bien, y el dueño in péctore por el desembolso anunciado, el notorio notario Tornel, deben atajar la fuga de futbolistas importantes por los más de tres meses que les adeudan. Tras las espadas, ahora pintan bastos.  
 


lunes, 5 de noviembre de 2018

CRISIS Y MALEANTES DE CARTÓN PIEDRA



El fútbol es una feria. Luce indispensable desde el verano para celebración de aficionados y también para preocupaciones episódicas y sus disgustos. Unos disfrutan el tren de la bruja y otros el tiovivo, las tómbolas, los látigos, los coches de choque o las norias. Siempre es igual, aunque sea un juego con demasiado cartón piedra, niños ilusionados, padres rejuvenecidos, abuelos generosos y también con sus tradicionales trileros y maleantes. Nada nuevo bajo el sol.
En la del Madrid, por ejemplo, hasta le pitan asombrosamente a Ramos por atreverse con penaltis en horas difíciles, uno de sus iconos en el último decenio. Y es que les falta un adorable becerro de oro, aunque sea engañoso, por ausencia de alegría; es decir, de goles. Una crisis tan embustera que para algunos ya es pasado. Craso error. De la misma forma que la larvada del Barça tampoco se ha superado por la goleada al Madrid o por dos goles a ultimísima hora en Vallecas. Hay más gozo en los culés solo porque tienen más gol. El juego es igual de malo en relación a lo que cabe exigirles a equipos cuajados de estrellas, salvo que sean también figuritas de cartón piedra en la mayoría de los casos. Pero esa feria de vanidades y falsarios gira y gira hasta toparse con la realidad: ¿cuántos jugadores del Barça o Madrid serían hoy indiscutibles en una teórica selección mundial? No en el ayer de la temporada pasada con su Mundial. Desde luego, casi nadie del Madrid y un par en el Barça, como mucho, Messi incluido.
Al juego lo justifican los goles. A partir de ellos empiezan los sesudos analistas a buscar tropecientos pies al gato sin tener en cuenta que el fútbol es solo un juego virtuoso en el que la ciencia tiene escaso lugar. Que el gol de rebote de Vinicius, por ejemplo, vaya a descubrir un nuevo astro es tan falso como el alumbrado por los dos golazos de Asensio al Barça el año pasado o que los cinco últimos goles de Suárez le hagan mejor jugador en dos semanas. El juvenil brasileño es una promesa ilusionante, el estilista balear un proyecto sólido y el uruguayo un aguerrido delantero consumado que alterna buenas y malas rachas como todo goleador.
A lo largo de la historia no pasan de una docena los futbolistas que marcaron época por su eficacia contrastada y duradera. Ahora tenemos la suerte de seguir disfrutando en nuestra liga de uno de ellos, y hasta hace poco hemos gozado de otro durante nueve temporadas. Cuando se apaguen Messi y Cristiano vendrá una etapa oscura, como siempre, hasta que emerjan otros soles en la galaxia futbolera. ¿Neymar o Mbappé?  Pueden ser, pero al primero se le está pasando el arroz en París y al francés le faltan muchas lunas para iluminar el fútbol mundial. Si los dos juntos no hacen al PSG campeón de Europa habrán ido ascendiendo hasta alcanzar, como decía Peter, su máximo nivel de incompetencia. ¿Se imaginan a Messi y Cristiano en un mismo equipo de alta alcurnia en los últimos años?  El sentido común nos dice que ellos dos han tapado innumerables carencias a sus equipos, con la excepción del argentino en los años que jugó con Pujol, Xavi e Iniesta, quienes junto a los mejores Villa y  Busquets lideraron también a la España campeona de Europa y del mundo. Plantel difícilmente repetible.

MALEANTES POR MURCIA

La moscarda que hace años se posó en el Real Murcia nos sigue ciscando. Y sus fieles seguidores continúan haciéndose preguntas: ¿si hay dueño, quién es?, ¿tiene posibles?, ¿para cuándo una demanda inquisidora, o querella, sobre quién y adónde se ha llevado el dinero de los abonos?,  ¿hasta cuándo seguirá compitiendo el equipo sin cobrar?  
Y más, ¿dónde está Moro y qué dice? ¿A quiénes les vendió sus acciones y qué, cómo y cuántos cobraron?, ¿los trincarán por tamaño desafuero? ¿Y De la Vega? ¿Sigue a la escucha?
Los esforzados murcianistas de la plataforma benéfica tienen una ardua tarea por delante. Para empezar, aparte de pedir a Gálvez que abandone, ¿van a exigir también responsabilidades a maleantes?, ¿y qué pinta el desbordado Toni Hernández en este maloliente tinglado?

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