DE LOS BARDEM A UN TAL DIJSSELBLOEM, PASANDO POR GRIÑANES Y NACIONALISTAS DE CHEQUERA Y OCASIÓN.
Que
cierre un restaurante no debería ser escandaloso, por muy lamentable que sea. O
que un político, responsable ocasional de alguna institución europea, diga
alguna sandez, tampoco; por penoso que parezca. Y que el presidente de
cualquier comunidad autónoma se justifique ante algún desmán alegando
ignorancia, es humano por muy irresponsable que pueda parecer. Y tampoco causa
asombro, por ser costumbre, que los de siempre aten al perro separatista si les
alumbran parné. Pero vayamos por partes:
De los Bardem
Esta
familia ha cerrado su restaurante del
madrileño barrio de Chueca porque “no daba los beneficios suficientes”, dejando
a once trabajadores en la calle con un ERE.
Seguramente
muchos ilusos habían pensado que la familia Bardem, tan gritona ella en cuantos
actos contra todo lo que huela a conservador haya sido menester, justificados o no, tenían en su genética
humana el mismo color de su sangre; ese
rojo que parece amparar a todos los desamparados del mundo. Pues no. Estos
especímenes de las honorables tablas y los celuloides, tan laureados y
relamidos ellos como levantadores de puños cerrados y voceros del “arriba
parias de la tierra”, son tan conservadores como cualquiera en lo tocante a sus
cuartos.
Me
recuerda esto el chiste aquel de Gila que llamaba al partido comunista para que
le borraran porque le habían tocado las quinielas y no repartía ni con su padre.
Pues los Bardem, tampoco.
Luego
encabezarán manifestaciones contra cualquier recorte social llevando la
pancarta o leerán discursitos incendiarios. Pero con sus cuartos y sus
impuestos no se mantiene un trabajador contra viento y marea ni se ayuda al
mantenimiento del llamado estado del bienestar. Eso que lo hagan los pequeños y
medianos empresarios o autónomos, sospechosos de conservadurismo todos, por
ejemplo; que son a quien hay que atizarles por malos de nacimiento y porque
algunos de ellos no se manifiestan de ‘izquierdas de toda la vida’; ni de hace
un rato y de pacotilla, como muchos compis.
¡Anda que si hubieran estado dando pérdidas
durante meses o años como otros abnegados empresarios que siguen al pie del
cañón! Esta gente, los Bardem, más que arte lo que tienen es una cara dura que
se la pisan.
Un tal Dijsselbloem
Éramos
pocos y parió el de turno. El tal, holandés él y ministro de finanzas de su
país y ocasional Presidente del Eurogrupo, ha perpetrado con su boquita que lo
de las quitas a los ahorradores que tengan más de 100.000 euros en los bancos
de Chipre es extrapolable a cualquier país de la eurozona que se desmande. Pero
hombre, ¿no quedamos en que eso ha pasado en un lugar convertido
inopinadamente, porque estaba dentro del euro que ustedes controlan, en un
paraíso fiscal para muchos extracomunitarios? Rusos, por ejemplo. Y además,
¿usted cree que con lo que está cayendo en Europa es el momento de asustar a
los ciudadanos de los países que no son norte o centroeuropeos y tienen sus
ahorros de toda la vida en los bancos? ¿O habría que recordarle lo que hicieron
en su Holanda querida con sus bancos principales al principio de la crisis?
Inyectarle miles de millones de euros sin quitas ni nada por el estilo, ¿o no?
¿O
es que desconoce que los depósitos de
más de esa cantidad no están garantizados en ningún país de los que usted
preside ahora por turno? Si es así, que no creo, habría que echarle de ahí por
incompetente. Y si lo sabe, como sería natural, por imprudente y reiterativo.
Pero mire usted, tal y como están las cosas y el cataclismo que han provocado
sus palabras en las bolsas europeas, habría que largarle por ‘tontoelpijo’, con
perdón, que se dice por mi tierra.
Griñanes
Lo
de estar en los sitios y no enterarse de nada lo pretenden elevar a categoría
legal disculpatoria los consejeros, vicepresidentes y algunos más de algunas
Cajas quebradas por no tener preparación o información suficiente para y sobre
lo que aconsejaban; para figurones y mamandurrias diversas sí que las tenían,
claro.
Pero
lo de del Sr. Griñán, varios años de consejero de las pelas y otros tantos de
presidente, con los ERE andaluces, es del todo impresentable. ¿A quién más
quiere engañar este aparente buen hombre? Ya lo hizo con docenas de miles de
andaluces en las pasadas elecciones que lo creyeron y siguieron votándole, pero
que siga ahora queriendo hacerlo con el resto de españoles, después de lo
llovido y de lo que se va sabiendo gracias al coraje de una juez admirable, la
Sra. Alaya; es para llamarle directamente engañabobos o embustero
recalcitrante.
Y
encima parece que tiene de los blandos a su jefe Rubalcaba en el PSOE. ¡Vaya
carrerón llevan éstos! ‘Pa mear’ y no echar gota, que se dice por ahí.
Y nacionalistas de ocasión
En cuanto le han doblado la mano al mudito y diletante Rajoy – acojonado
con lo de Bárcenas- y por medio del
inefable Montoro – sí, sí, ese inventor de impuestos para seguir tapando la
ruina estatal – está viendo la manera de aflojar la chequera nutrida con lo que
nos requisan a todos para que ellos, los Mas, ‘Pujoles’, ‘Duranes’,
republicanos de izquierdas y Cia, sigan
derrochando en el pancatalanismo irredento que predican, que no en servicios
sociales para sus ciudadanos, y en otros trinques multicolores con nombres
demasiado propios; ellos han prometido atar de momento al bulldog separatista
que de vez en cuando sacan a pasear por aquello de asomar los dientes a la
‘España que nos roba’. Pero con la boca pequeña, claro, no sea que alguna vez
nos dejen ir sin ira. Que es a lo que de verdad temen los más sensatos entre
ellos; naturalmente. ¡Qué ganas tenemos algunos!, ¡y qué alegría si al fin se produjera!, si no
fuera por los sufridos catalanes de ley
y buena fe. Tan admirables como mal gobernados casi siempre. Aunque,
lamentablemente, en esto último seamos más que hermanos.
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