A
estas alturas de la temporada todavía tenemos pocas cosas claras, como suele
ser habitual por otra parte. El Barsa ganará su liga más cómoda gracias a la
casi perfección de su primera vuelta y a la tempranera pájara que le dio al
Real en ese mismo periodo. Los blancos tienen a su vez la papeleta
de pelear por el segundo puesto con un Atleti que ha aflojado en los últimos
meses quizás porque su goleador Falcao
se ha puesto un poco espeso de cara a puerta. Nada que no se pueda arreglar en
un par de partidos, como el próximo entre ambos, en el que supongo que quedará
dirimida la segunda plaza del campeonato si el Madrid se impone, como viene
siendo habitual últimamente. De lo contrario tendremos emoción hasta los tres
últimos puntos. Y, por detrás, la Real Sociedad ha dado un estirón muy
encomiable y seguramente dejará a Málaga y Valencia con la consolación de la
UEFA.
Los
equipos madrileños clásicos tendrán un soponcio en la final de Copa. A un
partido puede pasar cualquier cosa, como ocurre casi siempre en fútbol, pero me
da a mí que los de Mourinho llegan
en mejor forma a esta recta final, cosa que no estaba tan clara hace un par de
meses. De todos modos cuidadín con los de Simeone,
que le pueden hacer un traje a cualquiera si el colombiano tiene su día, aunque
es mucho más fiable Cristiano, el
mejor goleador en la historia madridista.
En
la Copa de Europa lo fácil es apostar por una final entre Madrid y Barsa, pero
los alemanes nunca han sido equipos fáciles de batir. Si fuera a un solo
partido yo sí que arriesgaría por una final española, pero los estadios
germanos nunca se le han dado bien a nuestros equipos, sobre todo al Madrid. Y
ha tenido suerte que no le ha tocado el Bayern, su bestia negra tantas veces.
Los blaugranas lo tienen peor porque los de Munich son el mejor equipo de largo
de Alemania, y en su campo arrollan con facilidad. Deberán cuidar los culés su defensa,
precisamente el lunar negro que tienen esta temporada, y afinar más en el medio
campo, donde en los últimos meses andan imprecisos si comparamos su juego con
el de hace unos meses. Y, claro, que san Messi
tenga su día y enchufe alguna, porque de lo contrario la ida puede ser una
desgracia y la vuelta un martirio.
Y
por nuestros lares reina la angustia y la esperanza, según se esté a un lado o
al otro de La Cadena.
El
Cartagena está haciendo bien los deberes para volver a 2ª A, de donde nunca
debió bajar el año pasado. Pero ya veremos si al final no la hacemos negra,
porque se han visto ya demasiadas cosas en su historia. Yo sigo pensando que lo
de la pasada temporada fue muy raro. Bajar los brazos tan pronto me suena a mal
de fondo y algunos de sus protagonistas son los mismos, sobre todo fuera del
césped.
Y
por Murcia, pues lo acostumbrado últimamente. Hay que ver la nefasta gestión
deportiva que se viene haciendo desde que Samper
tomó las riendas. Y ahora se puede argumentar la falta de dineros, pero en sus
primeros años ése no era el problema. Y tampoco se acertó cuando se apostó por
el éxito. El ascenso con David Vidal fue una de esas casualidades en las que a
veces suena una flauta cuando lo que se ha comprado es un pito de feria. Y,
después, cuando se gastó una fortuna en hacer una plantilla para mantener al
equipo en primera, hablando incluso de llegar a Europa, volvieron los pitos
malsonantes. Realmente debe rondar un gafe cerca del dueño del club, porque con
el dinero que ha gastado se podían haber hecho otros cestos más lustrosos que
las capazas agujereadas con las que demasiadas veces hemos ido de compra.
Este
año se pensaba en un equipo que luchara por los puestos de arriba, aunque
algunos advertimos que estarían por mitad de la tabla como mucho, y ahora estamos abocados a un descenso difícilmente remediable por más que haya
media docena de equipos con menos entidad que el nuestro. Y es que es tan
difícil cambiar las dinámicas negativas de resultados como tener éxito en el
fútbol sin un par de delanteros que goleen.
¿Y
el UCAM?, pues yo apuesto por los universitarios. Lo merecen.
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