Gracias a
ellas el fútbol es un juego diferente. Si no fuera así, el Real Madrid o el
Barça lo hubieran ganado todo siempre. La historia demuestra lo contrario, por
mucho que sean hegemónicos en España, y en buena medida en Europa y el mundo.
Sin entrar
en títulos aislados, que hacen a los
clubes grandes, el marchamo de grandes entre los grandes son sus dobletes,
tripletes o “muchospletes”. El Real ha
conseguido ocho triunfos dobles en su historia si miramos los de más lustre: Liga, Copa, Copa de Europa, Europa
Ligue o las antiguas Uefa y de Ferias, y la extinta Recopa; en las temporadas
1957, 58 y 62 (las de Di Stéfano y Gento) y en la más espaciadas de 1975,
80,86,89 y 2014; sin ningún triplete en sus alforjas. El Barça ha conseguido
nueve dobletes: 1952,53 y 59 y 60 (los años de Kubala) y en 1992, 97, 98, 2011 y 2016 (estos dos últimos con Messi), a los que suma los tripletes
del 2009 con Guardiola y 2015 con Luis Enrique, también con Messi de
estrella fundamental.
Los Bilbao,
Zaragoza, Sevilla y Atlético de Gil
también tienen algún doblete histórico, aunque excepcionales.
En resumen,
ocho dobletes merengues contra nueve culés y dos a cero para los blaugranas en
tripletes. Y como dato singular, el Barça le ha dado la vuelta a la historia
coincidiendo con la presidencia de Pérez
en el Madrid. En su etapa ha conseguido un doblete mientras que sus rivales por antonomasia han
ganado dos, además de los dos únicos tripletes del fútbol español. Datos son amores: antes de él, el Real reinaba
en títulos oficiales y con él, el Barça lo ha rebasado. Pero es que, hasta en
la intrahistoria blanca le gana Bernabéu,
su referente, con quien intenta compararse. Con don Santiago el Madrid ganó
cuatro dobletes y con don Florentino solo uno, sin entrar en comparaciones
monetarias. Si bien es cierto que estuvo treinta y seis temporadas y el “ser
superior” no llega a la mitad; pero al tiempo, con sus estatutos busca
eternizarse. Y aún le falta su franquicia, porque a Cristiano lo fichó Calderón,
aunque lo soba arteramente, y hace bien.
Hablan de
crisis en el Madrid por perder dos partidos seguidos tras cuarenta sin conocer
la derrota; ¡bendita crisis! Sigue liderando la Liga con un partido menos y
está en octavos de la Champions, aunque tenga un problema en la Copa — yo del
Celta no estaría tranquilo—. Aparte de
ser el máximo goleador y el cuarto menos goleado, y ahí tiene un problema;
empatado con el Barça en 17 encajados, tres más que el Atlético y el Villareal.
Por la Liga
han pasado los mejores, salvo Pelé, y ahora disfrutamos del mejor del mundo y
de quien puede llegar a máximo goleador de la historia; Messi y Cristiano, y
mientras que el argentino será legendario, como en su día lo fueron en mayor o
menor medida Kubala, Di Stéfano, Gento, Puskas, Butragueño, Raúl, Xavi Guardiola o Cruyff
—estos últimos por distintos motivos— el portugués no pasará de ser el mejor goleador en la
historia blanca, salvo que en sus últimos años madridistas logre remontar los
laureles del club del último decenio.
A los
goleadores da pena verlos en sus rachas ciegas, como ahora le ocurre a
Cristiano; parecen torpes. Ahí y en la aparente orfandad de sistema está la
clave de la falsa crisis blanca, pero no es solo eso. Ramos
es su segundo goleador, y eso indica que los demás delanteros no la enchufan. En un equipo que aspire a todo, es un
bache. Si el luso hubiera estado
acertado en Sevilla, o Keylor,
probablemente hablaríamos de Zidane
y el récord de imbatibilidad europea.
En la
portería los fallos cuentan más que los aciertos. La trayectoria de Casillas evidencia que es la posición más desaboría. Keylor nunca pasó de ser un buen porterico,
en expresión futbolera, y tiene sus glorias contadas.
Recuerdo al
Madrid campeonísimo perder en Elche contra un novato en los años cincuenta en
el viejo Altabix. Chancho, ex
murcianista, hizo ese día un marcaje extraordinario al mejor Di Stéfano.
Y al Barça palmar
en la Condomina contra el Murcia de Kubala con el recordado gol del “negro” Sánchez a Zubizarreta por entre las piernas, en la portería del sector
B.
Crisis en un
grande es cuando no gana nada un año, ni se le acerca, o cuando se interesa en broncas algún
cantamañanas mediático…
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