EL MADRID DE
BENÍTEZ
Como todo
proyecto, tiene una base lógica. Un equipo se hace en función de la plantilla
disponible y en el Madrid nunca escasea; es la ventaja de ser un grande.
En cualquier
deporte lo primero es el equilibrio, y en el fútbol se empieza a construir por
atrás. Hay que valorizar el gol como logro más preciado y difícil, y para eso
hay que evitar sobreesfuerzos asegurando en lo posible que los rivales marquen
pocos. ¿Una buena defensa? Sí, pero es mucho más que eso. Porque como decía Cruyff —¡mucho ánimo, por cierto!—, y
ejercían los Di Stéfano del mundo,
aparte de una buena zaga, la mejor defensa es tener el balón; cuestión harto
difícil.
Vimos al
Madrid en París casi todo el partido y contra el Celta la primera parte. Como
los rivales también juegan, Berizo
—bastante mejor entrenador que Blanc—
cambió el sistema celtiña tras el descanso y evitó atacar por el centro para hacerlo
muy abierto. Así esquivó al gran Casemiro
con el que Benítez, al fin, ha
asegurado el medio centro madridista. ¡Ya era hora! Algunos llevamos tiempo
señalando su carencia como el gran problema blanco. Ancelotti se empeñó en poner ahí a Kroos, excelente volante derecho, y ante los rivales de postín el
equipo hacía aguas hasta vaciarse en esfuerzos baldíos y quedar varados en la
orilla —en Lisboa ganó la décima al Atlético por el postrer suspiro milagroso
de Ramos, sin Alonso en el campo —. En su descargo, es cierto que Xabi estaba suspendido y se marchó de
improviso en la pretemporada siguiente, pero también es verdad que se quedó Illarra y vendieron a Casemiro; decisión
cuya paternidad desconocemos aunque todo apunte al palco. Para don Florentino, la valía de los futbolistas
empieza por su coste.
Benítez
construye sus equipos desde el medio centro y el Madrid lo notará esta
temporada, igual que su Valencia lo notó con el mejor Albelda. Junto al brasileño, canterano madridista y ex del Oporto, sitúa
en sus flancos por delante a Kroos y Módric,
quienes deben ganar en continuidad. El teutón llegará pronto a ser el que
deslumbraba en el Bayern y con Alemania y empezará a marcar goles decisivos.
Además, uno de los tres de arriba se encaja con ellos para formar el clásico
cuatro, uno, tres, dos, que tanto gusta al técnico madrileño. Así se explica su
predilección por Lucas Vázquez, que en principio apuntaba al
ostracismo; James e Isco son los llamados a ese
puesto. Ronaldo queda libre para entrar al área por donde quiera, y el otro
delantero debe adaptarse a él, lo que creará problemas cuando Bale esté disponible. El mejor Benzema y Jesé desempeñan bien ese papel, aunque el canterano, al ser barato,
tendrá que salir al final de temporada para intentar volver con algunas decenas
de millones de costo en su currículum. ¡Ah!, y para aprender idiomas y ganar ese
lustre cosmopolita extranjero que tanto gusta por la planta noble del Bernabéu;
cuestiones básicas para triunfar de blanco que algunos, pobres ignorantes y
romanticones del fútbol, desconocemos. Es
lo que les faltaba a Hierro y Del Bosque o al mismo Raúl, que ha enmendado tarde, y que, a
destiempo, también ha iniciado Casillas.
Hablando de
porteros, el debate está en criticar a Ancelotti por no haber apostado por Keylor, y de paso, ¡ay lastimosos
descamisados!, en censurar al presidente que lo tuvo vendido al Mánchester para
traerse a De Gea.
Navas es un
buen portero y lo está haciendo bien, pero, como decían por Argentina, aún no
ha empatado con nadie. Ya veremos cuando lleguen los momentos clave que marcarán
la temporada del Madrid. Compararlo con Casillas es un ejercicio de
desmemoriados, por cierta que sea su irregular trayectoria en las dos últimas
temporadas, enmarcada en la tensa situación que vivió tras el tsunami Mourinho.
El otro
acierto de Benítez es que la defensa ha recuperado la anticipación, y juegue
quien juegue no se resiente la seguridad atrás. Varanne y Nacho cumplen
perfectamente, junto al emblemático Ramos, con Pepe en la recámara. Y los laterales, el otro punto fuerte del
madrileño, como lo eran en el Valencia o en el Liverpool; son dos flechas
alternativas. Nunca atacan a la vez, y Marcelo
sobre todo, Carvajal o Danilo, son el cuarto centrocampista o
el tercer atacante con licencia de gol.
Benítez ha
cambiado al Madrid en dos meses y a los madridistas les aguarda una temporada
exitosa. Si lo dejan, claro.