Para
desengrasar un poco, les voy a relatar la pesadilla que, desde su intimidad, me han filtrado que sufrió el Presidente a
primeros de este mes de junio.
EL
SUEÑO NEGRO DE RAJOY
-Mariano,
fuiste un huevón – le espetó José Mari
sin mover su ralo bigotito hormiguero-,
tres meses para presentar unos presupuestos averiados, y días en
rectificarlos, medio año en tomar el BdE y RTVE, dejando que largaran, dos reformas
financieras seguidas, la mustia reforma laboral, el guirigay de tus ministros…el
desmadre con los números…
-
Y además –incidió Jaime desde su frailuna barba blanquecina - te inhibiste con
Camps, echaste a María San Gil, lo de Paco en Asturias, te cargaste a Rodrigo…las
promesas rotas…
-Y
la Espe inventandocon Albertito agazapado…- terció el sociólogo consorte,
añadiendo muy alterado a continuación- ¡vamos!, ¡ vamos que asoman por allí Acebes y Zaplana con la
pancarta …
Mientras
se alejaban raudos del Tempo de Debod, recordó que allí estuvo antes el trágico
cuartel de la Montaña, sobre los altos
de Príncipe Pío donde tantos mártires retratara Goya.Y pudo medio leer lo que
sus compañeros portaban entonando viejas canciones de campamento; “ ¿ por qué
nos abandonaste Mariano?” . Un frío helado le recorrió la nuca.
Al
pasar frente a la sede del puño y la rosa
aceleraron el paso, pues todos los primeros viernes de mes aprovechaba
Alfredo – que ya era presidente- para sacar a Felipe al balcón del primero.
Unos días el mitin era de campaña largando de la derechona acompañado de la Chacón,
otros hablaba de consenso cogido de la mano de Chaves y Griñán, y los más de
política internacional con Cebrián a su
lado. Algunas veces –las menos- los
mojaba Alfonso con una manguera desde la azotea con cuatro descamisados y Rodríguez
Ibarra al grifo. Esos días dejaban asomarse al segundo a Zapatero, al que
tenían castigado de cara a la pared en el pasillo de los archivos tres días por
semana, mientras Bono le tomaba confesión y le animaba a arrepentirse de sus
ruinosas tontunas. ¡Y una multitud de gente les aclamaba!
Ya
cerca de donde estuvo la Modelo y alguien recordaba oscuros sucesos allí
acaecidos en el 36, les vieron llegar desde el Clínico y Garabitas, eran los de
la AAVDPP-A, “Asociación de Antiguos Votantes del PP Arruinados”, que se dirigían hacia Génova como todos los
viernes para abuchear a todo quisque pidiendo su cabeza. Ahora el escalofrío le
llegó al final de la espalda.
Antes
de desaparecer cada uno por una esquina, José Mari le cogió aparte recordándole
que había derrochado todo el poder que
le dio por no estar a la altura.
Muy
inquieto, de pronto se vio en medio de un entierro en el que el féretro, en un
arcón tirado por seis frisones negros, se cubría con la bandera de España y flecos
con distintivos de todas las Autonomías. Los deudos eran muchos de sus antiguos
compañeros cogidos del brazo – hasta Rato,EspeyAlberto- con Alfredo, Toxo y Méndez y otros socialistas
y comunistas, con Rosa Díez en el
centro, rodeados todos por unos siniestros hombres de negro de rasgos anglosajones
y germánicos que, al parecer, eran los que dirigían el cotarro. Le pareció ver
también a Pujol con Durán, Mas, Montilla y Carod Rovira del brazo, a quienes acompañaban Arzallus con Urkullu,
Odón y López; incluso Basagoiti y Teixido
con Fabra y Valcárcel, y ¡hasta Arenas con la Rudí!
Les
seguían algunos periodistas relevantes enarbolando títulos de muchos artículos
con su nombre: Ansón, PJ, Cacho, Martín Ferrand…
Cerraba
el cortejo él mismo subido a una cuadriga de pollinos que llevaban en sus lomos
frases referentes a reformas y más reformas ’interruptus’. Observó que andando
a su lado iba Garzón con casulla negra y un asno de la mano transportando un saco de leña seca. Y él mismo, de sayo,
vislumbró una especie de bonete amarillo sobre su cabeza que sujetaban unas
manos a sus espaldas. En la bocamanga de uno de ellos le pareció ver sables,
varas de mando y cuatro estrellas Y dos voces al unísono, una aflautada y otra
muy atropellada que le decían repetidamente: “llora en la hoguera como hereje
lo que no has sabido defender como buen gallego”.
¡Coño,
el general y el patrón! Y eso ya fue demasiado. Se despertó sudoroso y llamó a
Soraya.
-
Dime Jefe.
-
Oye, convoca a
todos para mañana temprano.
-
¿A maitines?
-
¡¡No!! ¡¡ a
arrebato!!
Al
día siguiente su secretaria y Nadal comentaban en el antedespacho la impresión
que les había causado el jefe. Sin barba, con un bigotito ralo, voz atropellada
y un tanto aflautada, y lo más sorprendente, con un bastoncito de mando militar
para apoyarse y una gran faja tubular roja sujetando su cintura.
-¿Se
ha pasado, Álvaro?
-¿Con
lo de cuadrarles y las órdenes imperiosas, o con tantos abdominales….?
-
¡Chissss! Ahora, eso sí, en cuanto ha mandado romper filas han salido todos
echando leches… ¡está radiante! ¡Hasta
se ha pedido un chocolate con churros!
-Sí,
y además del Marca ha pedido más prensa, los digitales, todas las carpetas, un
cuaderno verde y un lápiz rojo. Ya tenía yo ganas de verle así, ya, bonita.
-¡Vamos,
arrea que oigo sus zapatones!
De
pronto se abrió la puerta y Rajoy, envuelto en el humo de su notable habano,
pidió atropelladamente:
-
La semana que
viene, día y hora.
-
¿Para el médico o
la peluquería? – se interesó la secretaria
-
¡No! para
televisión en prime time en cuanto vuelvan éstos.
Mientras,
Soraya cruzaba ya el atlántico hacia EEUU
meditando la persona para RTVE, Guindos aterrizaba en Bruselas con el
sudoku del BdE medio resuelto, Montoro
afilaba de nuevo la lija para las CCAA y las Administraciones, y Cospedalles
pasaba el catecismo moderno a sus barones desde el Alcázar.
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