Cuando
se publique esta colaboración, supongo que Florentino
Pérez habrá puesto las bases para perpetuarse en el Madrid mientras su ego
y sus intereses aguanten.
Como
ya escribí hace un año, es el peor presidente en la historia del Madrid,
deportivamente hablando, si se relacionan los años en el cargo y los
títulos relevantes ganados. Tres ligas,
una copa de Europa y otra del Rey en diez años terminados.
Y
si relacionamos ese medio título por año con el dinero invertido en fichajes,
estaríamos hablando del peor de lo peor, en palabras del también peor Gobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez. Al Sr. Pérez
le saldrían a casi 200 millones de euros por título; ¡ahí es ná!
Y de la supuesta riqueza del Madrid ya hablaremos cuando lo deje.
Ahora
bien, si pudiéramos medir la aceptación
de los presidentes del Real entre sus seguidores a lo largo de la
historia, sería el que más ha tenido con mucha
diferencia. Es tal la hipnosis que ha logrado en el madridismo actual que hasta superaría al mismísimo e
inigualable – para mí y muchos más- D.Santiago
Bernabéu; a éste llegaron a zarandearle en una ocasión en su coche cuando
entraba en el estadio que lleva gloriosamente su nombre. El Sr. Pérez no daría
nunca lugar a eso porque su soberbia no se lo permite. Se largaría antes
incluso de arriesgarse a aguantar una pañolada, como ya hizo en 2.006 cuando se
lo merendaron los impresentables galácticos, aunque, como ahora, también tenía
docenas de miles de merengues fanáticos que lo adoraban. ¡Un fenómeno!
Pero
el gran patrón de Santa Pola sí era capaz de eso y de mucho más. Sencillamente
porque era un madridista de corazón, no
de cartera, que se hizo desde la humildad empezando por ser futbolista blanco y
murió casi en la miseria; el gran Madrid que él inventó demostró su señorío
pasando una pensión a su viuda para que pudiera sobrevivir dignamente. Sus escasos posibles no los fundió por ser el
presidente que llevó al Real Madrid a ser el mejor equipo del mundo en el siglo
XX, sino porque además de no aprovecharse indignamente del cargo tampoco hizo
negocios en el palco. Pecó de ser excesivamente altruista por dedicar su vida
al club olvidando su hacienda; cosa que
chocará a muchos en esta sociedad tan escasa de valores.
D.
Florentino fracasó en su primera intentona a la presidencia porque le
madrugaron el voto por correo, pero en la siguiente aprendió de sus errores –
demostrando su indudable inteligencia privilegiada- y le devolvió la jugada a Lorenzo Sanz, alzándose con el triunfo
en el 2.000 contra pronóstico viniendo aquél de ganar la octava Copa de Europa
en París.
Con
la mayoría de jugadores y Del Bosque heredados de su antecesor, obtuvo
tres de sus cinco títulos: dos Ligas y una Copa de Europa. Si bien es verdad
que reforzó el equipo sucesivamente con sus tres primeras estrellas: Figo, Zidane y Ronaldo; pero
¡ojo!, la base del equipo eran los españoles Raúl, Hierro, Salgado, Guti, Morientes,Casillas, Helguera, Pavón,etc. Era
la época en la que hablaba de “Pavones y Zidanes”. Así, el Madrid ahora sería
otro.
En
cuanto quiso cambiar de registro – había que
obrar por el mundo y España ya la
tenía trillada- empezó a extranjerizar el Madrid echando primero a Hierro y Del
Bosque, y ahí empezó el calvario que lo
llevó a la dimisión en mitad de temporada tras tres años en blanco. Todo antes,
faltaría más, de que le pitaran en el Bernabéu.
En
esta segunda etapa ha pulsado que la masa madridista sigue empobreciendo sus
criterios deportivos - listísimo él- y les da el pan y circo que quieren:
proyectos megalómanos, extranjeros – Mourinho y sus mariachis- y los
españoles y canteranos a cardar ovejas. Con la ruina de España hay que seguir
por el mundo; para eso está el palco. Lo
malo, para alegría de quienes nos gusta el fútbol bueno y de cantera, es
que enfrente tiene al ejemplar Barsa - política al margen-. ¿Qué pensarán los
canteranos madridistas viendo triunfar a sus colegas culés?
¡Ah!
y eso sí, docenas de periodistas de pesebre y loa fácil, porque como él diría:
“hay que cebar la bomba para que esto no pare”
Y
nuevos estatutos que no falten, por si a Sanchíso
a Boluda, por ejemplo, se les
ocurriera presentarse el año que viene. Como siempre he dicho, es el auténtico
crak del Madrid.