La nieve
pesa más que los sueños, con los que a veces imaginamos paraísos. Y rodeado de
esos copos blancos que refrescan el alma y endulzan los ojos, rebusco en la
alforza de mis recuerdos para despertar un lunes esperanzado.
Isco ha estirado su cuerpo al compás de
un alma grande hasta levitar sobre el césped sin que le pese nada. Juego ágil, de cara, a uno o dos toques, o
regate hacia delante y desmarque rápido para recibir y ponérsela sutilmente al
compañero en ventaja u hollar la red como si nada. Entorno los ojos y pienso que Iniesta ha retornado veinteañero y merengón.
Asensio ha logrado pegarse el balón a la
bota para conducir con seguridad y peligro directo. Y la antigua rapidez hacia
cualquier sitio se ha tornado productiva.
Goles y asistencias inapelables. Gordillo
y Michel, aquellos celebrados socios
futboleros, se han fundido en un futuro balón de oro.
Bale
ha cambiado cristal por acero y corriendo la banda izquierda rompe
cualquier defensa o partido con pases de la muerte y goles. Gento cabalga de nuevo.
Benzema piso más barro y menos moqueta y las
enchufa con regularidad. Amancio ha
vuelto gabacho.
Un error en
la partida de nacimiento de Messi
confirma que el argentino tiene diez años menos. Maradona, Kubala y Cruyff vestirán un decenio más la
zamarra azulgrana cuan futbolísima trinidad.
El Barcelona
entiende que el fútbol es más importante en España y en el mundo que la pajiza
generalidad independentista y sus laceros. Los azulgranas recuperan tanta
deportividad como nobleza y vuelven a enganchar sin reservas.
Florentino y Cristiano se arrepienten ante la soflama de un antiguo predicador:
¡”arrepentíos, pecadores”!, se piden perdón mutuamente y el luso vuelve a
Chamartín en el mercado de invierno. El Madrid gana otra Champions, Pérez
iguala a don Santiago y el
archigoleador logra su sexto Balón de Oro.
Simeone cambia el percal por la seda y logra
enjaretar su anhelado buen juego. El Atlético gana enamorando, logra otro
doblete y el joven Gil emula a su
padre con un desfile madrileño acolchonado, aunque sin faroles, enanos ni
caballo.
Y así
continué soñando hasta evaporarme. Despertar fue lo peor. ¿Cómo demonios pueden
ocurrir esas cosas? Pero lo malo es que ocurren. No los sueños, sino las realidades.
¿Cómo pueden ser así con las magníficas condiciones que tienen? No quiero
reiterarme, así que les dejo a ustedes su calificación; figurillas, soberbias,
edades, política, estilos traperos… ¡Qué penas más grandes!
GOLES A UNA
CASA CON BALCONES
Tres eran
tres y ninguno era bueno. El primero sigue desaparecido, el segundo amaga con
absurdos y el tercero vació. A falta de goles en el terreno de juego, goleadas
de despropósitos y golfadas en los despachos. Dicen que el extremeño puso algo,
que el mejicano nada y que el oriolano se los llevó, hasta ennegrecidos, aunque
parece que antes abocó algo.
Y después
han llegado murcianos en bandada para remediar la agonía, pero qué mustios son
los duelos en casa del pobre por muchos deudos que tenga. ¡Ay, esa soledad del
presidente en el palco!
La afición
llora penas entre cánticos y esperanzas desmochadas con pocas migajas en el
corazón de esa gran casa con balcones que parece la mal llamada Nueva
Condomina, que aparte de estar como el palo de un gallinero ni es condominio ni
tiene nada que repartir. ¡Qué mérito tienen esos miles de murcianistas incondicionales!
Lo más valioso del Real Murcia, aparte de su centenaria historia. Y a propósito,
hay quien se lamenta continua y desabridamente de lo mal que se han hecho
históricamente las cosas en el club grana. No reparan en que también hubo grandezas
y gente de tanto esfuerzo como valía para que todavía respire. Tal vez debieran
preguntarse algunos, antes de lanzar más piedras baldías, qué han hecho ellos
por el Murcia. Es peor y más feo no hacer y criticar que equivocarse. A nadie
se le ha negado nunca echar una mano.
Por eso,
tanto los miembros de la Plataforma como los del Consejo, los peñistas y los
accionistas merecen el apoyo del murcianismo en general. La lástima es que
afloren desavenencias en este tiempo turbulento.
También
sueño con el Murcia en Primera y las cuentas al día. Que es de miles de
murcianistas y se gestiona bien. Y con un estadio lleno donde se cantan goles
triunfantes. Y con el Cartagena y el UCAM en superior categoría. Se lo ganaron
a pulso. No quiero despertar.
Feliz
Navidad.
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