Por Can
Barça lamen heridas, en el Calderón templan gaitas y en el Bernabéu cantan
glorias. Ya comentamos que habría más soleás
que bulerías en estos cuartos de
Champions porque la suerte nos fue esquiva en el sorteo. En la mitad de la
eliminatoria tenemos perspectiva.
Luis Enrique dice que no erró en su planteamiento,
y quizás solo lleve su razón. No le dejan cambiar más de medio equipo y sigue
empeñado en jugar sin laterales de largo recorrido; su apuesta más personal.
Jugar con tres centrales y cuatro medios; o cinco, si Messi se empeña en ser interior; porque Sergi Roberto es un mediocampista más, ha supuesto el ostracismo de
Alba, su defensa más agresivo y el
acompañante ideal de Neymar en la
banda izquierda, dada la tendencia del brasileño a las diagonales hacia dentro
abriendo el ángulo de su pierna buena. Y eso, cuando Iniesta entraba también por ahí podía ser un acierto, ya que dos en
banda son pareja y tres multitud, pero el manchego juega ahora más centrado
intentando llenar el vacío inabarcable que dejó Xavi. Hay quien dice
que cuando está Busquets pueden acuchillar más,
pero en Málaga estuvo y el Barça también fue romo. No nos engañemos. Es
cierto que Mascherano ya anda muy
justo para jugar en el medio; recordemos cómo está Argentina; pero tampoco Mathieu y Piqué son Ferraris, y solo Umtiti
atesora rapidez. Para la apuesta del asturiano se precisan al menos dos
velocistas atrás, y esa es la otra aportación que podría hacer Alba, aunque se
resintiese el juego aéreo. Así, el empeño del técnico azulgrana le va a costar
la Liga y seguramente no pasar a semifinales en Europa. Milagros como el
sucedido ante el PSG ocurren rara vez, y la Juventus es otra cosa, como aventuramos
y pudieron comprobar Neymar y Suárez
—salvo que aparezca Messi, el
más grande—. De todas formas, solo Buffon
pudo superar al azar, ya que si Iniesta hubiese acertado en su mano a mano, o
Suárez, otros gallos cantarían. A veces, aun jugando mal, la suerte o la grandeza
superan la realidad. Y los de Allegri
tuvieron las dos; tres paradones y dos tiros del extraordinario Dybala, el otro grande de la noche,
supusieron su puerta a cero y dos golazos.
Como la
tuvieron el Madrid y el Bayern en Munich; cada cual a su manera. Los blancos cantan un buen partido, pero solo lo
fue la segunda mitad, a raíz del empate. ¿Qué hubiese ocurrido si Vidal acierta en el penalti injusto que
falló? Pues con dos a cero el asunto hubiese pintado mal para los de Zidane. Y aquí no hubo grande, pues el
chileno se quedó a medias tras su impresionante primer tiempo. Tampoco nos
engañemos. Ya advertíamos que Bale no
estaba para sentar en el banquillo a nadie, y solo cuando Asensio lo sustituyó el Real cuajó su gran noche. ¡Qué mal empeño
hacia el palco, don Zinedine! ¿Por qué Vázquez
en la grada? También ayudó la expulsión de Javi Martínez, pero antes sí hubo tres grandes merengues: Carvajal y Casemiro, sublimes, y Benzema, y después un cuarto; el enorme Cristiano. ¡Y eso que está acabado, según algunos! La suerte ayudó,
pero también fue esquiva con el imperial cabezazo del francés; entre el otro
grande de la noche, Neuer, y el
larguero impidieron el primer gol blanco en la primera parte, y el Madrid
hubiese resuelto antes. Los de Zidane pasaron por encima de los de Ancelotti física y anímicamente en
cuanto Ronaldo hizo el primero. Y como reconoció el italiano, tuvieron la fortuna de que su grande impidiera
con varias intervenciones categóricas que el Real liquidara la eliminatoria.
Y el
Atlético de Simeone dejó con vida al
Leicester; mal asunto. Los de Shakespeare
ven puerta con facilidad en su estadio y los madrileños tendrán que salir a
marcar en Inglaterra. Su pírrica renta no bastará. Y es que, contar con solo un
grande, Griezmann, lastra sus
posibilidades. Torres hace de
mascarón de proa para que el francés no sienta en la nuca el aliento de los
centrales contrarios, pero no hace los goles de antaño. Su mayor virtud, el
desmarque por velocidad, precisa de su antigua potencia. Faltó su golito o el
de sus interiores, Koke, Saúl y Carrasco, y Correa salió
demasiado tarde. Últimamente tiene que golear Filipe Luis, y eso es una mala noticia para los colchoneros. A
falta de más grandes, necesitarán más suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario