DOMADOR DE
EGOS, DESATASCADOR Y ESPABILADOR
Se buscan un
domador de egos, un desatascador y un espabilador. El Madrid necesita un
especialista capaz de serenar al mejor goleador de su historia: Cristiano Ronaldo, y al presidente más
listo: Florentino Pérez. En el Barça, por su parte, urge hallar un
desatascador capaz de sacar al club del caos que padece en todo lo que no sea
fútbol: hacienda, juzgados, UEFA, FIFA, despachos y política. Y en la
Federación Española alguien que espabile a Del
Bosque; que le susurre la evidencia del deterioro con el paso del tiempo en
alguno de sus preferidos: Diego Costa,
por ejemplo.
Cristiano
está otra vez triste. ¿Qué le pasa al rey del gol? ¿Por qué se pone otra vez
volantero y merodea nuevos lares, ahora parisinos, provocando los celos
llorones del emperador Pérez? Es muy
sencillo, como veremos. Algunos lo achacan a que no está contento con el juego
blanco; yerran en el diagnóstico sobre su dolencia. Benítez, ante la ausencia del resucitado goleador Benzema, que afronta tras su lesión
otro lío judicial, uno más; le ha colocado de ariete libre, sin posición
delantera fija, y ello, aunque le suponga más opciones de gol, lo ha dejado sin
referencia geográfica en el campo y, lo que es peor, sin metros por delante
para llegar con ventaja al área y encañonar inmisericorde a los porteros
rivales. Pero eso no es la causa de sus devaneos extramatrimoniales con el
club. Más que nada porque es una situación transitoria y de fácil arreglo,
aparte de que no le afectan al ego ni a su bolsillo; crisoles donde funden sus querencias.
La causa de sus flaquezas, y de sus infantiles llamadas de atención, fue la
publicación reciente de los sueldos de su club y de los del máximo rival a
todos los niveles: el Barça y Messi.
Que el argentino cobre tres millones más que él al año por ese concepto ha
desatado los sentimientos: le han tocado el corazón y la cartera. ¿Qué más
tiene que hacer por el Madrid para ser el jugador mejor pagado del mundo, ya
que lo de los Balones de Oro depende de otras instancias, y hollar, al menos en
eso, el número uno en el podio? Ahí está la rata que hace rechinar sus dientes.
Tome buena nota Florentino si no quiere una tempestad en el vestuario que
ocasione otra temporada en blanco; una más, también.
En el Barça
parece que vuelven a sus antiguas andadas; lo llevan en los genes. Aquellos
larguísimos años en los que con los mejores jugadores y técnicos del mundo, al
menos sobre el papel, posibilitaron, sin embargo, que el Madrid fuera nombrado
mejor club del siglo XX. Lo de ser más que un club le puede pasar ahora una
factura demoledora. ¿Se imaginan lo que ocurriría si por la gilipollez de las
esteladas le echaran de la Champions? ¿Qué es exagerado? Como el ínclito Villar pierda pie en la FIFA y en la
UEFA, que está al caer, lo veremos más pronto que tarde porque la tontuna
galopante de sus mandamases es manifiesta. ¡Qué falta de personalidad para
dirigir un club tan grande en lo futbolístico como el Barça! Ya debieron ser
expulsados de la Copa del Rey en España cuando se presentaron a una final para
negarse a jugarla. Entonces, el primo de Bilbao, Villar, se sacó uno de los
conejos de su chistera y enterró el desmán. Lo mismo que hizo para no cerrarle
el estadio tras la lluvia de objetos por el asunto de Figo, con la cabeza de un cochinillo como estandarte. Pero ahora,
con la política comunitaria europea por en medio con el tema independentista
del enloquecido Mas y sus mariachis
antiespañoles y antisistema, carnes de presidio todos que deberían ser por
sediciosos, traidores, sinvergüenzas y algo más, que no digo por no atraer
antes de tiempo la sangre que originarán impunemente a los tontos que echen por
delante, como siempre hacen los mayores cobardes del mundo; se pueden encontrar
con la horma del zapato que nadie ha querido ponerle en España nunca.
Necesitarán un desatascador tan enorme como la tontuna que arrastran.
Y, en la
selección, haría falta alguien que fuera justo con los mejores futbolistas de
cada momento y desenredara el clientelismo de Del Bosque y compañía. Adúriz lleva tiempo siendo el mejor
delantero español y lo tienen olvidado. Debe ser porque nunca ha sido del clan
federativo. ¡Ay, Luis, cómo te
echamos de menos!
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