La lástima es que no podamos ver otro partido
así de nuestros dos mejores equipos hasta la segunda vuelta. El fútbol de
calidad, a falta de la emoción que temporadas atrás nos proporcionaba que
cualquier equipo de la liga pudiera hacerles frente, lo atesoran el Madrid y el
Barça gracias a sus enormes jugadores. Y ello es así fundamentalmente por la
gran diferencia presupuestaria con todos los demás. Juntar en un partido a una
docena de los mejores futbolistas del mundo, junto a los dos o tres
indiscutibles que encabezarían la mejor selección mundial, es algo que solo se
puede ver en un encuentro entre merengues y culés.
A lo anterior se sumó que Ancelotti y Luis Enrique
no escondieron nada y salieron con sus mejores hombres para jugar claramente su
fútbol más excelso, aunque quepan algunos matices. Lo de no sacar a Alba es algo que quizás le costó el
partido al Barcelona. Me refiero a los detalles que marcaron el resultado. Si
en los primeros veinte minutos hubieran contado con el internacional español
por la banda izquierda tal vez su temprana ventaja inicial se habría
incrementado, pero eso nunca lo sabremos. De todos modos ahí estuvo, en otro
detalle decisivo, el increíble balón de gol que Casillas le sacó a Messi
en otro pase del excelente Suárez.
Jugó muy bien el colombiano hasta que las fuerzas le aguantaron. Igual que Xavi, que mientras estuvo en el campo
su equipo tuvo opciones.
Otro detalle fue su cambio por Rakitic. Ahí también falló el técnico
blaugrana. El croata, sin duda otro buen futbolista, tuvo la desdicha de entrar
cuando se fue el de Tarrasa y, además, tampoco tuvo su día en los saques de
esquina. Sacó tres consecutivos al primer palo que supusieron otros tantos
contraataques peligrosos de los blancos, que parecieron tenerle tomada la
matrícula. En el primero de ellos vino el gol de Benzema; el tercero del Real. Y ahí se acabó la historia para los
catalanes. A partir de ese otro detalle los blancos se gustaron, y pudieron y
debieron conseguir una de aquellas viejas manitas porque el equipo de Luis
Enrique se vino abajo con estrépito.
En resumen, un gran partido en el que los a la
postre perdedores pudieron resolverlo a su favor en los primeros veinte minutos,
pero que después se vieron desbordados por el juego y la pegada del mejor Real
Madrid de los últimos tiempos. Ancelotti ha vuelto a hacerlo. Si ya en la
segunda parte de la temporada pasada consiguió enjaretar un equipo excelente
–recordemos el excepcional partido de Munich- en esta lleva camino de hacerlo
antes. Pero ojo con el medio centro. En esos primeros minutos del partido que
comentamos, Messi, Xavi e Iniesta
jugaron muy cómodos entre líneas porque ahí no había nadie que los parara. Kros y Modric, siendo muy buenos jugadores, no tienen el empaque necesario
para apuntalar los veinte metros por delante de los centrales. Y eso se nota
hasta que se multiplican en la zona o son ayudados por sus compañeros. Ahí, Isco tuvo un papel excelso para superar
los inconvenientes de sus carencias, y, sorpresivamente, de las suyas propias:
¡qué partidazo hizo el malagueño en el achique de espacios en su línea media! El
Bernabéu, tantas veces degustador del mejor fútbol, así se lo reconoció
reiteradamente y en una emocionante ovación final.
Por su parte, el Barça mostró su excelente
pinta desde el inicio de temporada, con
el lunar de París, mientras las fuerzas le respondieron a sus tres
tenores: Xavi, Iniesta y Busquets –claramente
mermado-, con la impagable contribución de Mascherano
desde atrás. Y arriba tiene un peligro solo comparable al de sus rivales del
sábado. Neymar y Suárez, con Messi
haciendo magia unos metros detrás de ellos enlazando con los medios, son la
otra mejor delantera del mundo. Cristiano,
la mejor versión del gabacho Benzema y el galés Bale, con Isco o James y
Kros a los mandos, no tienen parangón en ningún otro equipo.
Eso no quiere decir que se vayan a disputar
ellos solos todos los títulos. En Europa habrá que refrendarlo frente a rivales
que también tienen sus argumentos. Hemos visto a equipos como el Bayern de Guardiola que le pueden hacer un roto a
cualquiera. Ahí estará la medida de sus posibilidades. Y debiera estar también,
como dijimos, su Liga. Hasta su partido de la segunda vuelta nos aburriremos en
la nuestra. Salvo que Valencia, Sevilla o Atleti nos animen. ¡Suerte!
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