Una de las cosas buenas del fútbol en España
es el conocimiento que sobre nuestro deporte más popular tienen la mayoría de
aficionados. A veces te asombra quien menos supones con una acertada reflexión
futbolera desde el ángulo más insospechado para quienes se creen en posesión de
verdades discutibles, incluyendo a los que son o han sido profesionales de la
cosa o lo han vivido de cerca desde cualquier responsabilidad. Y es que,
quienes se tienen por instruidos en el balompié
e imparten doctrina – los de los hat-trik y las estrategias para todo
balón parado, por ejemplo; ¡qué pelmas son! -, olvidan con frecuencia el factor
azaroso que como todo juego tiene. Y más aún el componente humano y, por lo
tanto incontrolable, como sujeto de una ciencia inexacta.
Si en los toros se dice muchas veces por los
propios toreros que de ellos no entienden ni las vacas; un modo de decir que
nada hay fijo ni seguro en su comportamiento en la lidia, del fútbol podríamos
decir lo mismo. Aparte de que el balón suele ser redondo no hay nada que se
pueda asegurar de antemano. Y mucho menos pretender llevar la razón absoluta
cuando defendemos cualquier opinión.
Del
Bosque
ha hecho una selección para el mundial de Brasil en la que salvo tres o cuatro
jugadores los otros diecinueve o veinte estarían en la que cualquier aficionado
hubiera hecho. En mi caso, por aquello de mojarme, no estarían Reina, Torres ni Villa, y mira
por donde el asturiano enchufa dos goles en el último amistoso. Y en esto,
goles son amores y no otras razones. En su lugar hubiera llevado a Diego López, el portero español más en
forma; a Llorente, que ha hecho una
segunda vuelta importante en el equipo campeón de la liga italiana; y
seguramente a Muniain, que ha
completado una gran temporada en el Bilbao, o a Isco, que salvando sus lapsus defensivos y desapariciones
esporádicas posee una calidad desequilibrante. Aparte de ello, lamento la
ausencia por lesión de Thiago y de Jesé; creo que junto al malagueño y Deulofeu serán los futbolistas españoles
más brillantes de la próxima década. Al no poder ir, creo que los otros
veintiuno serían indiscutibles para cualquier seleccionador.
Ha sido polémica la elección de Juanfran en lugar de Carvajal, pero supongo que don Vicente
habrá sopesado que con el polivalente Azpilicueta
podrá jugar con un lateral extremo en las dos bandas dejando bien guarecida la
defensa con el navarro, aleatoriamente. Y también tiene el recurso de Ramos para cualquier emergencia. No
creo que salvo estricta necesidad juegue con el defensa atlético y con Alba de titulares coincidentes.
Carvajal ha sido una gran noticia para el madridismo esta temporada porque ha
jugado a gran altura, pero el de Crevillente viene
haciéndolo a un nivel importante desde que Simeone
lo reinventó como defensa. ¡Eso sí que es mérito de buen técnico!
Critican los forofos madridistas a Del Bosque
por ello llamándole enemigo público de los blancos, olvidando, entre otras
cosas, que Juanfran también fue canterano blanco. Estoy seguro que hubiera
deseado no salir nunca del Bernabéu, pero lo echaron en su día bajo la
presidencia del señor Pérez. Como
ocurrió con Filipe Luis y con el
luego repescado Arbeloa, a golpe de prepotente
talonario; la mejor especialidad ‘florentiniana’.
Se puede criticar futbolísticamente cualquier
decisión, pero llamar antimadridista al salmantino es como escupir al cielo.
Pero claro, son los mismos que llaman igual a Casillas. Como se dice por nuestra huerta, “se necesita ser tonto,
pijo”. Deberían tomar nota de un señor como Raúl: tras ser apartado por Luis y no llamarlo después el
entrenador de sus mayores glorias merengues, continuó siendo un apasionado seguidor
de la selección junto a sus peques. Recuerdo
cuando en el 64 solo hubo dos titulares del Madrid en la España campeona de
Europa: Zoco y Amancio. Para mi disgusto infantil, ¡hasta Gento fue suplente!
Y otro recordatorio para quienes ven mal que
vayan tantos jugadores del Barça a nuestra selección. Aquí apenas ha tenido
repercusión la respuesta de Xavi a
un periodista extranjero hace poco: “mi mayor honor ha sido ser campeón de
Europa y del mundo con España”.
¿Cuándo olvidaremos la política en el fútbol?
Si algunos no lo hacen allí, ¡que se fastidien, con jota, ellos!
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