HOLA SORAYA,
ADIOS MARIANO; TE ESPERAMOS, ALBERT
Se veía
venir. Hace meses que sus avatares tomaron rumbos diferentes por mucho que el
que se larga, o largan, siga siendo el jefe de quien llega, o traen. Y es que,
ser todo ese tiempo el político peor valorado por los españoles, con su
refrendo en las europeas y andaluzas, ha puesto de los nervios a muchos.
No aprende
Lo más
extraño es que rodeado de tanta lumbrera gris siga haciéndose escoltar por los Arenas, Pons, Montoro y compañía, que están más quemados que las maracas de
Machín. O tal vez sea por eso,
porque él parece un sonámbulo a quien esos mismos le han dicho que reitere
hasta el hastío lo de que “ya hemos salido de la crisis”, remedo de aquel
“España va bien” que tan bien explotó su padrino Aznar. La diferencia es que entonces era cierto y ahora es una
media verdad, que como todos sabemos es la peor de las mentiras porque te hace
confiar en algo incierto y te la pegas dos veces.
A la espera
Dña. Soraya mueve los hilos con tal finura
que pocos caen en la cuenta de que es la menos quemada del gobierno, o
desgobierno, que ha perpetrado el Tancredo registrador. Miren si no las
hemerotecas a ver si encuentran alguna crítica seria a quien en definitiva es
la vicepresidenta única, o valida, de don Mariano;
junto a Zapatero, el peor presidente
de nuestra democracia y con mucha diferencia sobre los demás.
Demasiados desméritos
Aunque desde
aquí se viene repitiendo desde que empezó a incumplir el programa que le llevó
a la mayoría absoluta en 2011, no es ocioso reiterar que con el mayor poder
desde Franco: poder omnímodo en el
Congreso y Senado, y en las autonomías, excepto en Cataluña, País Vasco y
Andalucía; amén de los municipios más importantes del Estado, sin oposición
relevante por el lamentable estado en que dejó su antecesor al PSOE, con los
sindicatos bajo mínimos y controlando sin problemas el resto de instituciones y
organismos que vertebran el poder y la representación en España, ha sido
incapaz de aplicar su programa y ponernos en el buen camino.
Eso de que
no sabían en el PP los pufos que habitaban los cajones, manejando desde casi un
año antes todo menos el gobierno central, es una mentira de libro, o, si fuera
cierto, la demostración más palpable de su incapacidad, lo cual es difícil de
creer; sería más bien desvergüenza.
Lo mismo que
tampoco tiene que ver con Zapatero ni con su partido el que hayan incumplido
los compromisos electorales de despolitizar la justicia o reformar la
Administración pública, por no hablar de lo del aborto, la política
antiterrorista, etc.
Suspensísimo
Por eso, la
ciudadanía, que para mayor inri estaba resignada a lo que fuera menester
teniéndole por la esperanza blanca española, le califica con algo más de un dos
sobre diez y ha castigado a su partido en las urnas. Pero lo peor vendrá en
mayo.
Me recuerdan
esa calificación y la que viene a un profesor cachondo que teníamos en mi
instituto, propenso a las rimas, cuando daba las notas y decía, por ejemplo: ¡Egea
Garrigós, esto va mejor, ya llevas un dos!, o ¡García Carrilero, venga ligero,
tienes un cero! Camino de eso va el señor Rajoy.
Tras el 24
de mayo vendrá la desbandada, y lo que ahora apuntan algunos mandos peperos
será el acabose. El ejemplo lo hemos tenido en Extremadura, con la campaña del
ínclito Monago escondiendo a su
partido, y hoy mismo a Feijóo, proclamando
que el PP no es Rajoy. ¿A qué les suena?
Mientras, la
vice muñe por si fueran necesarios sus servicios tras la hecatombe municipal y
autonómica, que vendería como un sacrificio en favor de España y de su partido
para no desairar al presi.
Rivera y Ciudadanos: la alternativa
Pero me temo
que el PP no tiene arreglo con ella ni sin ella — la última ‘jaimitada’ sobre
corrupción, con el despropósito del circo en torno a la detención de Rato,
tampoco ayuda —, porque lo dejará don
Mariano peor que Zapatero al PSOE. Los socialistas tienen un suelo electoral
superior a los conservadores por dos razones. Primero por su raigambre
histórica, y segundo porque no tienen alternativa homologable por mucho que
Podemos aspire con su proclama socialdemócrata a heredarlo, además de abducir a
IU.
Sin embargo,
el PP sí tiene alternativa y ya asoma por la esquina. A poco que Ciudadanos
tenga el éxito que se le presume en mayo y sean capaces de explicar bien su
programa de gobierno para España, que por lo que se va conociendo es bastante
aceptable y hasta ilusionante para muchos, despejada a tiempo la duda de dónde
se presentará Rivera; serán una
alternativa visible y real. De momento, y eso no es baladí, don Albert es el
político mejor valorado por los españoles.
En el centro
derecha español, algunos fácticos saludan a Soraya mientras despiden a Mariano,
pero sus votantes esperan a Albert. Al menos los suficientes para hacerlo una
alternativa joven, con ideas, limpia, ilusionante y nada quemada, que, además,
ha sabido defender el sentido de lo español en su Cataluña natal sin
exclusiones. Que no es mal banderín de enganche para millones de españoles con
lo que ha caído, cae y se avecina.
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