CONTRA LA
JUVE, RAMOS Y DIEZ MÁS.
Ahora que le
llueven palos hay que defender su honradez deportiva.
Ancelotti,
consciente de la debilidad de su equipo porque carece de un medio centro
adecuado a sus exigencias, puso al sevillano en el brete de salir de la defensa
para hacer de escudero de Kroos. Y
algunas cosas positivas se han visto en los tres partidos que han jugado así. El alemán es el único medio que
tira con peligro desde fuera del área, tal y como se vio en Turín. Hemos
reiterado que el campeón del mundo aprovecha mejor sus enormes cualidades
jugando por delante de un medio centro, pero en el Madrid se han empeñado en
empequeñecerlo retrasando su posición, y más cuando juega contra equipos de
exigencia.
Ramos aceptó el encargo de su técnico
sabiendo a lo que se exponía. Y así ha sucedido. Para muchos es el culpable de
la derrota en la ida de semifinales y le ponen a parir. Incluso le atribuyen
una inexistente falta de calidad sin caer en la cuenta de que ahí no es donde
puede lucir mejor sus cualidades. Pero en fin, es el cuento futbolero de siempre.
Por otra
parte, los resultadistas también han aprovechado para lanzar sus dardos falsos.
A todos los que se han rasgado las vestiduras con la derrota blanca en Italia
les haría una pregunta: ¿qué hubiera ocurrido si entra el balón al larguero en
el remate de cabeza de James tras un
jugadón blanco? Hubiera supuesto el
uno a dos a favor y la película, sin ninguna duda, sería otra porque el Madrid estaba siendo mejor. Y quizás
estaríamos alabando la apuesta de Ancelotti con Ramos, que por cierto cuajó una
primera parte aceptable cubriendo las espaldas de sus centrocampistas. Y esa
era su misión, no la de distribuir juego, donde evidentemente falló y sobre
todo en la segunda mitad.
A esos
enterados que criticaron el partido les haría más preguntas: ¿qué hizo Bale? ¿Y Cristiano?, aparte de aguar varios tiros francos, como acostumbra
desde hace demasiado tiempo. Es increíble que el mejor goleador blanco de la
historia sea, a la vez, el peor tirador de faltas que se le recuerda.
¿Y qué
hicieron Pepe y Varanne? Porque Morata,
como también advertimos, les hizo sufrir de lo lindo sacándoles de su seguridad
en el área. ¿Y los laterales Carvajal
y Marcelo? El madrileño se prodigó
en ataque con poca fortuna e hizo un penalti evitable, pero el brasileño jugó su
peor partido. Y así podríamos seguir con
todos, exceptuando al notable James.
Es el
fútbol, pero ya sabíamos que la Juve, aun cuando sea inferior al Real, tiene un
peligro sordo con excelentes jugadores de segundo nivel mundial, aderezados con
la vitola competitiva que caracteriza a los equipos italianos. Tévez y Vidal, por ejemplo, son capaces de liarla en cualquier momento,
contando con la porfía y calidad del canterano madridista Morata. Y menos mal
que no estaba en el campo y su sustituto Llorente,
todavía frío, perdonó el tercero transalpino. De haber estado el espigado
Álvaro - ¡Ay, Florentino!- quizás
estaríamos hablando ahora de un roto mayúsculo.
En
definitiva, y aunque vengan con Pogba,
una eliminatoria superable en el Bernabéu si los jugadores merengues despliegan
su juego. Para ello basta con que todos imiten el pundonor y la profesionalidad
del camero Ramos, que igual es la mano de santo necesaria en el partido de
vuelta para jugar la final de Berlín contra el Barça.
Los de Luis Enrique hicieron un partido
memorable sin jugar un gran encuentro, gracias al mejor jugador del mundo hoy
por hoy: Messi. Y es que los
alemanes de Guardiola les quitaron
el balón anulando a Busquets, pero
fueron incapaces de marcar el gol que les hubiera dado alguna posibilidad; sin
tirar a puerta es imposible. Solo lo hicieron una vez, en la primeros lances, y
estuvieron a punto. Los culés golearon al final en quince minutos mágicos por obra
y gracia del genio menudo, que suele acudir a su cita con la gloria cuando hay
grandeza en juego y, este año, cuando no también.
De Messi se
podría decir, copiando al insigne y tan incomparable como llorado poeta y
dramaturgo García Lorca en “Alma
ausente”, dentro de su llanto por la muerte del torero Sánchez Mejías, aquello
de ‘tardará muchos años en nacer, si es que nace’… un futbolista como el
argentino.
Viéndole
crear arte acuden retazos de Pelé, Di Stéfano, Cruyff o Maradona.
¡Inolvidable Messi!
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