REYES DE
EUROPA, CON MESSI ANDANDO
El Barça ganó
la Champions sin esforzarse el mejor del mundo. Eso sí, aun andando, dejó
destellos de su enorme categoría; cuatro cambios de juego de un banda a otra en
otros tantos pases de medio gol, uno de ellos preludio del único blaugrana en
el primer tiempo, que fue una obra de arte entre Neymar, Suárez, Iniesta y Rakitic; y un par de jugadas de las suyas aunque sin final feliz,
más su discontinuo apoyo a sus compañeros centrocampistas justificaron su
permanencia en el campo. A cualquier otro le hubiesen cambiado por su aparente
falta de interés.
Pero sin el
papel estelar del argentino salió el juego de equipo que siempre ha estado
detrás de la estrella. Iniesta y Busquets,
con Rakitic más Alves y Alba de correcaminos, hicieron sólido a
un Barça que solo jugó como siempre la mitad de la primera parte, en la que
debieron resolver con holgura la final. Pero a partir de la quinta ocasión de
gol se contagiaron del deambular anodino de Messi y dieron alas a la Juventus, que de sentir una goleada en el
cogote pasó a soñar con el remonte del partido. Y a punto estuvieron tras el
empate del excelente Morata, y antes
de que el polibalón de oro culé hiciera un amago de una de sus grandes jugadas
y el rechace del enorme Buffón a su
tiro lo enchufara Suárez a la red.
La pena fue
que los barcelonistas pasaran tantos apuros cuando de haber estado a su nivel
los turineses se hubieran llevado un saco, igual que ocurrió en la final de
Copa del Rey con el Bilbao, pero también aquí surgió el tan simpático como buen
portero juventino con tres paradas espectaculares, sobre todo una de ellas con
la mano izquierda a un remate cercano cuando estaba ya vencido hacia la
derecha, que hubiese supuesto el dos a cero y tal vez el inicio de una goleada.
En resumen,
una final de nervios porque el tercero de Neymar fue el epílogo anecdótico a un
partido ajustado. Brillante colofón a una extraordinaria temporada del
Barcelona, con el segundo triplete de su historia, venciendo y convenciendo,
que será difícil de repetir en años venideros.
Con la final
de la Champions se da por concluido el ejercicio futbolero de clubes 2014/15 y
ahora el interés estará en vislumbrar lo que nos puede deparar el próximo. Lo
más inmediato será saber el futuro del gran triunfador: Luis Enrique, que nada más acabar el partido se lo dedicó al
defenestrado Zubizarreta; síntoma de
por dónde pueden ir sus tiros.
La gran
novedad en el Madrid está en su banquillo, en el que Benítez tendrá que ajustar la plantilla para buscar el equilibrio
perdido. De momento han repescado a Casemiro
para apuntalar la posición de medio centro, cuyas carencias tanto hemos
señalado desde esta columna. El brasileño ha hecho una buena temporada en el
Oporto y puede ser un jugador clave para los merengues, cosa que ya apuntaba
antes de que lo largaran el verano pasado en una decisión que les puede haber
pasado una gran factura. El complemento sería que el nuevo técnico renovara
también las condiciones de Illarra
porque con Ancelotti se quedaron
bajo mínimos. Si eso fuera así, Kross,
como también hemos reiterado, podría jugar de volante derecho si jugara con
tres medios, o de punta del rombo si lo hace con cuatro, y el Real ganaría
mucho. Ahí es donde los de Ancelotti tuvieron sus flaquezas y perdieron la
temporada.
También
habrá que seguir el futuro de Casillas
y Cristiano. El portero acabará
saliendo porque lo de De Gea va en
serio, y Pérez y Sánchez, los que gobiernan los fichajes
y salidas del Bernabéu, no querrán más líos en la portería blanca. Solo es un
problema de dinero. Y lo del portugués viene de lejos y se antoja más
complicado porque responde a un pulso soterrado con el presidente, que nunca
oculta su preferencia por los jugadores que llegan de su mano: Benzema y Bale, o el fiasco de Kaká;
al mejor goleador de la historia madridista lo fichó Calderón y, gracias a Valdano,
Pérez no lo deshizo al retornar. La sorpresa estará en su gran fichaje veraniego,
que es como la canción de cada verano.
Y otro tema
apasionante será ver cómo perfila Simeone
el futuro rojiblanco. Si se confirman los fichajes que apuntan, ojo con los
colchoneros, que pueden consolidar su magnífica situación actual.
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