Sí, como diría el mejor Marx, Groucho, partiendo
de la ruina hemos alcanzado la miseria, pero, como deseamos la mayoría de
españoles, saldremos adelante sí o también. Y eso pasará a pesar de haber
corrido delante del peor Zapatero y
del rompesuelas Rajoy hasta
quedarnos descalzos.
De ‘huno’ a otro.
Para
nuestra desgracia pasamos de un iluso a un inútil; de un ignorantón a un
inerte; de un mentiroso a un estafador. De un político malo a otro malísimo. En
definitiva, de ‘huno’ – como hubiera dicho Unamuno,
D. Miguel - con
dos decenios viviendo de los PGE a otro aún más luengo en idéntica mamandurria.
Y
como no quiero que esos calificativos queden en el albur de una simple y
lamentable opinión despectiva, por muy generalizada que esté en el sufrido
contribuyente español, voy a tratar de argumentarla en corto y en directo, para
no aburrir.
Iluso
uno porque pensaba que España era una jauja, dada la ‘boyantía’ económica, y
por ende social, que presentaba cuando la cogió en 2.004, sin entender que tal
circunstancia no era producto de la casualidad sino del trabajo y esfuerzo de
millones de trabajadores y, antes, por la capacidad de emprender de decenas de
miles de empresarios de toda cualidad, con la colaboración imprescindible de
unos gobernantes dotados de la sabia virtud política de no estorbar, sino todo
lo contrario. Y lo de inútil del otro porque ha sido incapaz hasta ahora de
enderezar nada con más poder que nadie, como tantas veces hemos dicho, desde Franco. Mayoría absoluta en casi todo y
sin oposición relevante. ¡Hasta los más preclaros de su partido se lo han
dicho!; desde su posición de libertad, claro. Y le han reiterado lo que debía
haber hecho por su empeño zopenco en dejarse llevar por cuatro ‘emboscaos
Areneros’ y otros paniaguados cercanos que le arrastrarán finalmente al
desolladero.
Ignorantón
aquél por ser comúnmente aceptado su escaso bagaje para la responsabilidad que
adquirió, demostrado hasta el aburrimiento con el equipo del que se rodeó. E
inerte éste por hacer poco, malo y a medias para que todo siga igual.
Lo
de mentiroso lo ha reconocido el mismo Zapatero con lo de negar la crisis, sólo
que confiesa que fue sin querer y la puntita nada más. Y lo de estafador Rajoy
se demuestra señalando que ha incumplido, en todo, el programa electoral con el
que pidió el voto a los españoles. Como
jurista debería saber que eso es estafar por incumplimiento de contrato a los
millones de ciudadanos que se lo compraron dándole su confianza; se estudia en
primero de carrera. La penúltima estafa ha sido el incumplimiento de su promesa
electoral de despolitizar la justicia.
Otros embustes
De
todos modos, aquél mintió sólo en una cosa. Dijo que era rojo, utópico y
feminista; cierto. Pero no lo de su redonda incapacidad; la mires por donde la
mires. Pero éste último ha mentido a mansalva; empezando por cuando dijo que era
previsible, para luego vendernos la burra de que el no sabía lo mal que estaba
el patio. Los bandazos que dio al principio no se los salta un galgo. Y de
tonto no tiene un pelo. Por cierto, ¿alguien se cree que él no sabía nada sobre
las golfadas del tal Bárcenas, estando tantos años en la fontanería política y
a los mandos del PP? Dejará al partido peor que su antecesor al PSOE.
Presentando libros por ‘alegrías’; podrían
haber dimitido, por nefastos
El
de Zapatero, cuyo nombre desconozco y ni me interesa, prometo, y conmigo todo
con el que hablo; que no lo leeré por decencia. Y el que podría presentar
Rajoy, cuyo título le sugiero: ‘De cómo mantenerse en la brocha hasta sin
escalera sin hacer nada’; al menos
tendría su toque, porque guasa tiene el payo, pero tampoco sería recomendable
aunque sólo fuera por higiene mental. Nos chulean de pensamiento, palabra y
obra y después lo quieren hacer como legado.
Una reflexión oportuna
La
pregunta, o afirmación interrogante, sería la de Javier Navarro Valls, quien nos la hizo el otro día a un grupo de
amigos compartiendo mesa, mantel y preocupaciones: “Es lo que nos merecemos. ¿O
no?”
Y
eso también se justifica porque nosotros somos quienes hemos votado a los
horrendos, siendo recalcitrantes en el error. Claro que la próxima vez los va a
votar ‘Rita la Cantaora’, que se dice por ahí.
Y
la cuestión referida se explica por la evidencia de que los políticos actuales
que mandan, todos o casi, han sido incapaces desde su mediocridad de llegar a
ningún pacto por el futuro de España. ¡Ninguno y en nada! Deberían leer
historia reciente, o tener más vergüenza política.
¡No podrán!
Pero
saldremos sin ninguna duda, porque a pesar de que vivamos la hora de los enanos
políticos, con perdón de quienes padecen tal circunstancia física y todos mis
respetos; con nuestras capacidades ancestrales, nuestras enormes posibilidades
naturales, nuestra riqueza humana y empresarial y nuestro optimismo congénito;
sin despreciar la generosidad familiar de tantas personas mayores que están
salvando los muebles de una juventud desaprovechada, la solidaridad de tanta
gente y la picaresca obligada de tanta economía sumergida por culpa de la
ceguera de quienes nos desgobiernan y/o aspiran a seguir haciéndolo, por qué no
decirlo; éstos y aquéllos, y los que sigan, que ojalá sean como otros que sí
hemos tenido o mejores; no podrán con el
pueblo español en su conjunto. ¿Alguien lo duda? Pues al tiempo, en cualquier
caso. Siempre fue así.
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